Capítulo 10.
-¿Sabes quién es, verdad?.-preguntó Harry acercándose a ella. Él presentía que Candy sí.
Se limitó sólo a responder con un gesto. Candy conocía bien que mentirle sólo ocasionaría más problemas. Se armó de valor y dio un paso tímido hacia adelante.
-Sí, lo conozco.-habló finalmente.-Aquel chico es Anthony.
No pudo describir la cara de Harry en ese momento. Realmente su respuesta lo había impactado. Tardó en volver al mundo real pues el comentario no era fácil de digerir. Demasiadas preguntas subían y bajaban por la cabeza de Harry ¿Por qué apareció Anthony en su 'sueño'? ¿Lo conocía de algún lado?
-Es..muy extraño..yo no lo conozco a él.
-Pero al parecer él a ti sí.-contestó Candy.-Es algo extraordinario y a la vez raro.
Harry se quedó callado. El ambiente era incómodo para los dos. Un silencio reinaba la habitación. Candy decidió desviar el tema por un momento y le dijo que Archie estaba preocupado por él al igual que su familia. Le sugirió vestirse y bajar a la sala dónde los Miller esperaban ver impacientemente a su querido hijo. Así lo hizo. Al terminar, bajó con Candy al gran cuarto. Archie quería acercarse a Harry, pero el Sr. y la Sra. Miller se adelantaron y se abalanzaron hacia él evitando lastimarlo. Su hijo correspondió el abrazo. La madre derramaba lágrimas mezcladas de preocupación y alegría, realmente agradecía a Dios del bienestar de su hijo. El Sr. Miller abrazó cortamente a Harry y se separó de él para dirigirse, no muy contento, a Albert.
-¿Cómo se le ocurre hacer tal evento peligroso? ¿Acaso no cree que alguien podría haber muerto?.-preguntó con una mirada que desprendía furia.- Mi hijo estuvo al borde de la muerte, gracias al Señor que él traía protección.
-En verdad, le aseguro que no se que pasó en el rodeo. Tiene que creerme.-dijo Albert tratando de tranquilizar al Sr. Miller.
-Después de este accidente ¿Crees que puedo dejar en sus manos a mi familia?.-hizo una pausa larga para tranquilizarse.- Estoy empezando a pensar que este acuerdo entre familias no funcionará.
Harry, sin poder detener a su padre, se quedó callado como expectador de la presente escena. Los padres del chico salieron del salón para despejar su mente; estaban conscientes que su manera de haberse dirigido a Albert no había sido la correcta. Mientras tanto, Archie se acercó finalmente a su amigo para ver cómo seguía. Candy se separó de Harry y fue a abrazar por adelante a Albert. En el rostro de él, se reflejaba decepción de sí mismo. Las palabras del Sr. Miller le habían afectado, pero no tanto para culparse del accidente.
-Tranquilo, Albert. Nos aseguraremos de encontrar al culpable y así los Miller reconsiderarían el acuerdo.-dijo Candy para consolar a su amigo. Agradeció a su pequeña amiga dispuesta a ayudarle.
-Yo también ayudaré. No me quedaré de brazos cruzados al ver que dañaron a un amigo.-contribuyó Archie.
-Me gustaría ayudarles chicos, pero tengo que suavizar las cosas entre nosotros. Que tengan suerte.-dijo Albert dando la vuelta para seguir a los invitados.
-¿Podría ayudarles?.-preguntó Harry sentado en el sillón.
-Debes de estar loco. Descansa. Es lo mejor que puedes hacer para ayudarnos.-respondió Archie dándole una suave palmada en la espalda.-Nosotros nos encargamos.
Harry asintió. Dejaron la sala y fueron en busca del culpable.
Antes de comenzar a buscar, Candy mandó a llamar a Tom quién también había estado presente cuando seleccionaron los caballos. Al llegar Tom a la mansión de los Andrew, los tres comenzaron por revisar en el establo. La búsqueda duró más de tres horas, y nada apareció. Revisaron entre la gran pila de heno, debajo de las cajas que se hallaban en las esquinas, incluso en los bordes de las ventanas y establo. Sólo les faltó de revisar al caballo. Tom se acercó a el y le quitó la montura, pero esto fue difícil pues se hallaba un poco atorada. Al jalar con brusquedad la montura, de ella se desprendió la estrella de vaquero. Candy la vio caer al suelo, y antes de que el caballo la pisara, la retiro rápidamente para enseñarselas a los demás.
-Es obvio que esto fue el causante del comportamiento del caballo, pero ¿Cómo llegó aquí?.-preguntó Tom mirando de cerca la estrella.
-Sólo hay una persona capaz de hacer esto.-dijo Archie apretando los puños de su mano.
-Neil...- Candy completó la oración de Archie.
Se miraron entre los tres y se dieron cuenta que pensaban lo mismo. Dejaron el establo y llevaron consigo la estrella para poder delatar al culpable inmediatamente. Pidieron un carruaje hacia la mansión de los Leagan. El transporte había llegado lo antes posible. Ellos se subieron y pidieron al conductor ir rápido. No fue tanto el tiempo que tomaron para llegar. Bajaron y tocaron la puerta. La puerta se abrió dejando ver a una sirvienta que al parecer fue interrumpida limpiando.
-¡Oh Candy! ¡Qué alegría verte por aquí otra vez! ¿Qué se te ofrece?.-preguntó la sirvienta con una sonrisa.
-Queremos ver en cuanto antes al Sr. Leagan.-pidió Candy a su ex-compañera de trabajo.
-Con gusto, por aquí. Pasen.-invitó la sirvienta a pasar. Los llevó hacia los Leagan por el pasillo principal. Les señaló la habitación en donde la familia estaba reunida.
Abrieron las puertas. Ahí estaban sentados los Leagan cada uno en un sillón. El Sr. Leagan revisaba unas hojas importantes; La Sra. Leagan leía un libro al igual que Elisa; por último Neil se hallaba recostado en el sillón entre sus pensamientos. Pero todo lo que estaban haciendo se detuvo al ver en la puerta a los tres.
-¿Qué los trae por aquí muchachos?.-preguntó el Sr. Leagan al ver a los tres.-Pasen, no se queden ahí.
-No gracias, Sr. Leagan. Hemos venido rápidamente a decirle algo sobre lo que ocurrió con el accidente de Harry Miller.-dijo Archie evitando que saliera toda su rabia.
Los tres a excepción de Elisa quedaron sorprendidos. Ella se veía tranquila, pero en el fondo se veía asustada. Pensaba que iba a parar en la cárcel, y eso no la puso contenta. Sólo se limitó a seguir actuando como si nada hubiera pasado.
Al borde de su cordura, Archie se acercó a Neil con su expresión de furia. En cambio, Neil se mostraba indefenso y asustado por su comportamiento. Al estar ya cerca de él, lo tomó por la ropa y lo levantó de su asiento. La Sra. Leagan y el Sr. Leagan se quedaron inmóviles.
-¡Él fue quien causó el accidente de Harry!.-dijo Tom apuntando hacia Archie y Neil.- Escondió entre la montura una estrella que hizo daño al caballo.
Neil mirándolos extrañado por la falsa acusación hacia él se quiso defender, pero sabía que era inútil pues ninguno le tenía confianza. Archie estaba a punto de dar el golpe, pero Elisa intervino para rescatar a su hermano.
-Se puede saber ¿Por qué acusan a mi hermano?
-Es obvio, él es el único que podría haber saboteado el evento. Lo conocemos perfectamente.-respondió Archie.
-¿Ah sí? ¿Tienen alguna prueba?.-preguntó Elisa mirándolos con falso enojo.
-Por supuesto.-Candy le pasó el pequeño arma a Archie para enseñárselo a todos los presentes.
Elisa en sus adentros, se quedó sin palabras al ver que tenían el objeto que ella misma había puesto en la montura. "¿Cómo es que la encontraron? La coloqué lo mejor que podía para que no la vieran" pensó alarmada. Si Neil negaba haberlo hecho, sólo les quedaría ella para interrogar. Y eso no iba a permitirlo. Era ella o su hermano.
Tenía que escoger bien su decisión. Arriesgarse a ella misma o dejar que su hermano cargue con la culpa. Sabía que su respuesta iba a afectar el futuro de los dos. Neil estaba a un paso del rechazo completo de su amada rubia por lo que se había negado al principio a ayudarla, pero después accedió porque no tuvo opción. De repente, se acordó de ese pequeño detalle. Su hermano había preferido proteger a Candy antes que ayudarla con su plan para deshacerse de ella. Aquello ensombreció su vista. La idea de que incluso su hermano prefería a Candy, la llenó de fuertes sentimientos negativos. No tardó tanto en dar con su decisión, el egoísmo de Elisa cegó por completo sus ojos que guardó silencio y espero a que la culpa recayera en él.
-Soy inocente, no he hecho nada malo, lo juro. Por favor suéltame.-suplicó Neil a Archie.
-Entonces dime ¿Quién hizo esto?.-preguntó Archie todavía agarrándolo de la camiseta que traía.
-No lo se, yo estuve con mi madre todo el rodeo...suéltame por favor...
Antes de que lo soltara, Tom lo detuvo.
-Antes queremos registrar tu habitación. Eres el más sospechoso.
-Si eso prueba la inocencia de mi hijo, entonces que así sea.-dijo la Sra. Leagan.
-Esperen, no podemos asegurarnos de que él no viera quién lo hizo. A lo mejor y nos está escondiendo algo importante.- Tom detuvo a todos para quedarse un momento más.
Elisa, con con la excusa de ir al baño, se fue del salón. Subió rápidamente las escaleras hacia el cuarto de Neil. Entre todas las cosas del armario, escondió la bota que traía el arma al fondo de éste y otra estrella filosa en el bolsillo del traje que portaba su hermano el día del evento. Cuidadosamente revisó el lugar pues temía haber puesto algo fuera de su lugar y posiblemente podrían darse cuenta. Salió de la habitación y regresó con los demás para no levantar sospechas.
Al volver, ella vio que el cuestionario de preguntas había terminado. Se alegro en su interior por no haber dicho nada a su hermano porque así podría eliminar otro estorbo, no importando que fuera de su familia. Por lo que quien se interpusiera en su camino sería eliminado.
Todos caminaron hacia el dormitorio de Neil. Cuando llegaron, Archie, Tom y Candy se pusieron a revisar con suma atención todo el cuarto sin olvidar esquinas o superficies difíciles de alcanzar. Llegaron a un punto que empezaron a dudar de que fuera Neil el culpable hasta que Archie tuvo que ver el guarda-ropa. Sacaron todas las prendas de su lugar, y al final inesperadamente la última prenda que faltaba era la que había utilizado en el evento de Anthony.
Archie se la pasó a Tom para revisarla. En una de las revisiones de toda la camisa, Tom sacó rápidamente la mano. Miró su mano y vio que en uno de sus dedos había una cortada, no cualquiera sino una reciente. Con la otra mano abrió el bolsillo y de ahí sacó con cuidado la estrella. A la vez, Archie sacó del armario la bota vaquera.
Ahora todo daba sentido. Elisa hizo que su plan contra su hermano funcionara. Los padres impactados miraban a su hijo y a las pruebas que habían expuesto. No podían decir nada. Pero el más sorprendido y a la vez temoroso por lo que seguiría era Neil.
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