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Dedicaciones para
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valeeeeeo
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❤️

Sé que me excedí un poquito pero es que  se lo merecen

Además, estoy muy contenta

No me juzguen

Por cierto, vale

Acuérdense de lo de los premios que expliqué la nota pasada —el cap que no es cap que dice "IMPORTANTE"—. Los votos y comentarios empiezan a contar desde ahora, así que váyalo, activo en la pista

Antes de que te me vuelvas un ocho, ya en este capítulo volvemos a presente de la historia

No más flashbacks por un rato

14 de mayo, 2021
「 Nueva York, Nueva York  」

No matter where I go —cantaba al ritmo de la música que sonaba en mi cabeza. Mientras tanto, movía el mouse a toda velocidad por la computadora, arreglando las luces y las sombras y añadiendo efectos de color para mejorar la calidad y la presentación de la foto en pantalla a tiempo récord—, I'm always gonna want you back.

Hablando claro. Ni que pasaran los años que pasaran, ni que llegaran las canciones que llegaran, incluso aunque los carajitos esos dejaran de meterla en las setlists y se olvidaran de ella más rápido que de Heartbreak Girl, Want You Back siempre iba a ser la mejor canción existente en todos los universos de Marvel. Ni Thanos podría deshacerse de ella.

No matter how long you're gone —moví los hombros en un bailecito intencionadamente ridículo—, I'm always gonna want you back.

Te cuento: ya había pasado una semana de mi regreso a Nueva York, y aproximadamente unos cinco días de la metida no-metida con Luisfer en la cocina.

Digo no-metida porque fue más que eso. Pero bueno. Los detalles asquerositos los dejamos para otro momento.

Sinceramente lo necesitábamos: para matar el queso acumulado, para deseatresarnos un poco los dos y olvidarnos del trabajo, y más importante, para recordarnos que seguíamos siendo nosotros mismos y nos seguíamos queriendo de la misma intensa forma a pesar de no estar las 24/7 juntos como solíamos. Jamás me iba a arrepentir de ser tan pajua y caerme hasta en suelo plano, porque esas caídas me habían traído momentos como ese, no sólo cicatrices.

El punto es que ya era viernes, y yo en vez de salir a rumbear me encontraba en mi cuarto estudiando y trabajando como una loca, pero sabía que todo valdría la pena, pues el esfuerzo daría sus frutos y entonces podría mirar atrás con una sonrisa diciendo: "lo logré". Ese sencillo pensamiento era más que suficiente para animarme a seguir en días estresantes como aquel. Eso y la música, por supuesto.

I know, you know, I will never get over you —di una vuelta completa en mi silla rotatoria, sacudiendo el pelo como si estuviera en un vídeo musical al tiempo en que terminaba los últimos detalles y guardaba en carpeta la que sería la vigésima quinta foto que editaba en el día—. No matter where I go, I'm always gonna want you back, want you back.

Feliz de haber terminado ya con ese encargo, me levanté del asiento del que no me había separado las ultimas cuatro horas, y me puse a bailar y cantar tipo Taylor Swift sólo que sin la parte en que la daba, usando el control del aire como micrófono.

Menos mal que los vidrios de mis ventanas eran resistentes, porque con esos gallos míos naguara. Como cantante era muy buena fotógrafa.

La Nena, que estaba echada en mi cama mordiendo uno de sus juguetes, se me quedó viendo tipo:

¿Tu perra muerde? No, pero te juzga.

—Tú sí me criticas, chica —le reclamé, señalándola con el control a la vez que me llevaba una mano a la cintura en modo reclamo—. ¿Yo te digo algo cuando te muerdes la cola? No, ¿verdad que no?

Wau —soltó, ladeando la cabeza al no entenderme un coño.

—Wau tú —le dije, poniéndole trompita de cochino.

Justo en el momento en que iba a dejar el pleito y me iba a acercar a abrazarla y darle besitos como buena mamá, el tono de la canción que hacía segundos estaba cantando acapella se escuchó por toda la habitación. Era mi teléfono, que había empezado a sonar ante la llamada entrante.

—Esto no ha terminado aquí —le advertí a Nenuchi—. Mentira, mi amor —me eché pa' atrás ante su carita toda bella—. Te amo —le tiré un beso, el cual me respondió con una sacudida de cola, al tiempo en que me dirigía hacia el escritorio, donde estaba mi celular. Una vez allí, lo agarré y contesté sin ver el remitente—. ¿Alo?

Hola, ¿Lucía? —preguntó del otro lado una voz con un marcado acento neoyorquino que reconocí al instante.

Hola, Marina —la saludé de vuelta—. El shooting de esta mañana salió muy bien —empecé a contarle a la mujer que había sido mi agente asignada por la compañía de management con la que trabajaba desde hacía ya casi un año, y a quien también consideraba una amiga en cierto modo—. A Jonah le encantaron las fotos, y dice que hasta puede que me llame para una sesión de moda urbana que quieren hacer para la edición de primavera-verano —apoyé el booty del escritorio, dándome la vuelta hacia el ventanal de mi habitación y echando un vistazo a la ciudad—. Ahorita acabo de terminar de editar las fotos para NewYorker. Dame un chance y te las paso para que se las reenvíen y...

Lucía —me interrumpió, de la forma más sutil que pudo—. Está genial todo lo que acabas de decirme. Yo sé que haces muy bien tu trabajo. Pero en realidad no te llamo por eso.

Ah, conchale —exclamé, extrañada, frunciendo el cejo en una mueca de confusión—. Y... ¿para qué es entonces?

¿Sabes ese trabajo muy importante que te comenté ayer? ¿El de la propuesta de campaña?

—asentí como si pudiera verme—. El de Levi's. ¿Te dijeron algo?

En realidad... —titubeó—. Aceptaron —terminó de decir, haciendo que por un segundo mi cuerpito se llenara de euforia total.

Tipo que estamos hablando de una campaña publicitaria para nada más y nada menos que Levi's. Una campaña de una marca conocida cuyos letreros podrían llevar ni nombre. En pequeño, pero lo llevarían.

Aunque no fuera seguro, ese trabajo podría ser el impulso que necesitaba para surgir de verdad en mi carrera, y que mi nombre fuera reconocido como algo más que sólo por ser la asistente del maravilloso Alexi Lubomirski. Nada más el poder intentarlo era un sueño para mí. Y sabía que si me lo proponía, lo conseguiría.

Pero —agregó lo que más temía— lo necesitarían para hoy antes de las ocho.

Y eran las cinco de la tarde. Estos sí son arrechos de pana.

Ya sé que es un poco apresurado...

Un poco. Nawebona.

...pero es una gran oportunidad —suspiró—. Dicen que si no puedes se buscarán a alguien más, y...

A la verga, me dije internamente. Ese era el chance que había estado esperando, que haría que los últimos dos años de trabajo duro tomaran algo más de sentido. No iba a dejarlo pasar así como así.

Diles que sí —dije con seguridad, separándome del escritorio para dirigirme nuevamente a la silla—. Se los tengo para las siete y cincuenta y nueve.

Esa era la actitud que debía tener ante ese tipo de situaciones. Repetirme a mí misma que lo lograría, y así mi mente y mi cuerpo trabajarían en coordinación lo mejor posible para conseguirlo. Tenía que creer en mí misma, en que podía, y al final, independientemente del resultado, podría estar satisfecha por haberlo dado todo. Tenía que intentarlo.

Así se habla —habló Marina, y no me hizo falta verla para saber que tenía grabada una sonrisa—. Te paso los datos por correo. Llámame cuando hayas acabado.

Dalo por hecho.

****

—Sígueme y te sigo, mami —cantaba en esa oportunidad mientras releía el documento que acababa de redactar. En este explicaba a detalle mis ideas para la campaña, acompañándolas de una foto ejemplo que había tenido que salir a tomar en el último momento usando a mi hermana de modelo—. Pa' la rumba es que nos vamos.

Había estado un rato dándole vueltas, y después de agregar y cambiar ciertos detalles, me había quedado con el concepto de una campaña publicitaria que comparara escenas de los 80s y 90s con escenas cotidianas actuales. Todas de gente usando ropa de la marca Levi's, duh.

Tú imagínate por ejemplo un tipo en el metro vestido con una chaqueta de jean leyendo un periódico, y al lado una imagen de otro tipo también en el metro pero en este caso con jeans rotos y usando el teléfono. Vainas así.

La intención era que quedara en la mente del consumidor que Levi's era una marca antigua que había logrado a lo largo de los años mejorarse a sí misma, manteniendo su esencia y calidad, y que si compraba con ellos la ropa le duraría mas que la plata choreada a un chavista.

El eslogan sería: "Supple and resistant, even to time" —flexible y resistente, incluso al tiempo—. Como mis ojeras.

—Bailando nos olvidamos —le di a "guardar como" y acomodé el título de Doc74.jpg a algo menos niche tipo Levi's time campaign— del mal de amor que nos ha alcanzado.

Ahora lo único que me faltaba era imprimir la imagen ejemplo que había hecho para comprobar qué tal salían los colores. Así que rápidamente dirigí el cursor a la parte de impresión, seleccioné la última página, configuré bien la vaina y le di a "imprimir".

Empezó a hacer el quite de que sí estaba imprimiendo, pero no llevaba ni cuarto de hoja cuando se detuvo. ¿Puedes tú creer que la weboná esa tenía que quedarse sin tinta en ese preciso momento? Esas vainas me pasaban a mí y al Pato Lucas.

Revisé las gavetas del escritorio en busca de los cartuchos de repuesto, pero nada. Luego me acordé que Bárbara el otro día había organizado esos cajones para meter unas cosas de ella que no le cabían en su cuarto, y me comentó que había movido algunos de mis corotos para la parte de arriba del closet.

—Por favor que estén ahí —pedí en un susurro, llegándome como Flash hasta el armario. Después de abrirlo fue que recordé lo alta que estaba la última repisa, y aunque intenté llegarle poniéndome de puntillas y dando saltitos, no pude.

¿Ves?, se metió conmigo mi subconsciente. Eso te pasa por no tomarte la Emulsión de Scott.

Jódete, le respondí, aunque estaba clara que tenía razón.

Me subí a la cama para ver si lograba hallar la ubicación exacta del paquete de cartuchos nuevos, y así lo hice.

No están tan al fondo, pensé, maquinando la forma más rápida de llegarle.

Por un segundo me planteé ir hasta el cuarto de Bárbara y agarrar la sillita de su piano para encaramarme allá arriba, pero me pareció que tardaría demasiado. En cambio, decidí usar un objeto que tuviera a la mano para impulsar el paquete hacia mí.

Lo primero que se me ocurrió fue usar el borrador gigante de Justice que tenía desde cuarto grado y todavía no se me había acabado, así que lo saqué rápidamente del cajón donde lo guardaba y me dirigí nuevamente al armario paso de perdedores.

O sea, rápido, pues. Si de vencedores es lento, entonces de perdedores es rápido... Tú me entendiste.

Borrador en mano, volví a ponerme de puntillas y me estiré lo más que pude, moviendo la vaina por encima de la repisa hasta que cayeron los cartuchos.

El peo fue que el resto de corotos decidió acompañarlos en su travesía hasta mi cabeza y toda esa ñelda me cayó encima.

¿Sabes qué? Me retracto. Ni al Pato Lucas le pasan esas cosas.

Es que hasta la Nena pegó un brinco del susto. Naguara JAJAJAJA.

Quién me manda a andar con la inventadera, me dije ya en suelo, viendo pa'l techo tipo...

...mientras me recuperaba de la caída. Entrecerré los ojos, negando con la cabeza. Pajua que soy de verdad.

Con un suspiro me levanté al estilo de Los Vengadores entre los escombros de lo que antes había sido la parte de arriba del closet. Miré a mi alrededor en busca del paquete de cartuchos y, al verlo tirado a unos metros de mí, lo levanté y lo dejé sobre el escritorio.

Diciéndome a mí misma que ya cuando terminara con lo de Levi's me encargaría de organizar otra vez el closet, abrí la impresora e intercambié los cartuchos viejos por los nuevos. Configuré nuevamente la impresión, y esa vez sí escupió el papel con la foto que quería, todo correcto.

Al comprobar que la calidad de imagen y los colores era óptima, me apuré en abrir el correo y mandarle esa mierda a Marina lo antes posible para que pudiera reenviársela al encargado de Levi's.

Habiendo terminado todo incluso medía hora antes de que acabara el plazo límite, pude respirar tranquila. Ahora sólo tenía que llamar a Marina y avisarle para que reenviara la vaina.

Metí la mano en el bolsillo de mi pantalón de pijama en busca del teléfono, pero no lo encontré. Me giré en dirección al escritorio y lo escaneé con la mirada, pero tampoco estaba. Miré hacia la cama, y nada.

En el desorden, se le ocurrió a la Lucía menos pegada que había en mí darle una pista de Blue a la Lucía aweboniada que se apoderaba de mi ser las 24/7, al pasarle por encima con la mirada al corotero que había tirado en el suelo.

Rápidamente empecé a levantar y mover cosas, buscando el celular como loca.

Estaba comenzando a entrar en pánico justo cuando, al echar a un lado una vieja alcancía medio vacía, encontré algo que hacía mucho tiempo había dejado de buscar. Algo que consiguió que mi creciente desesperación desapareciera de un momento a otro, y junto a ella todo pensamiento que pudiera pasar por mi mente. Nada se atrevió a moverse, ni siquiera el viento, y por un instante, sólo quedamos aquella bandera australiana y yo.

Épale

Sé que no he respondido los comentarios de los caps pasados todavía, pero lo haré

Igual estén claros que los leo y me encantan demasiado

Pa' que vean qué tipo serio los cuento

Por cierto

Me encantaría que me dijeran sus nombres aquellas personas de las que aún los desconozco, para no anotarl@s con el usuario

airnxx te extrañé

Los amo mucho🥰

— Cams❣️

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