12

Dedicaciones para...
EstrellasYCorazones2
drarryshipper96
seventyniker
JeanneMaldonado
nayaliph
starsrxven
d-dumb
lachamagaby_14
diorarmony
Angeleslacruz
Rossbook123
jxmxnxslife
yourlovinisbible
aaronftshiall
ItsShaeee
Valentinah1256

Ya sé que es una locura lo que acabo de hacer, pero hoy es un día muy especial para mí y quería hacerles saber a cada uno de ustedes, personitas que están ahí para mí, lo importantes que son❤️ Los quiero mucho

Gracias por estar tan activos😘

Próximo cap dedicaciones a los 4/5 que más comenten☺️

—¿Qué haces, marico? —preguntaba Fiorella en un quejido, mientras yo la arrastraba conmigo hasta el cuarto de Pedro.

—Ya va —la obligué a esperar por una respuesta, abriendo la puerta cuando llegamos, prendiendo la luz, y empujándonos a ambas dentro.

—Vergación, primo —exclamó cuando le solté la muñeca, sobándosela con la otra mano—. Nawebona fuerza. Mr. Increíble se quedó pendejo.

Naguara de exagerada que era la pajua esa. Tremenda actriz. Si seguía así iba a contactar con los Óscar pa' que le entregaran su premio de una vez.

—Fiorella —le pedí seriedad, cerrando la puerta y apoyando la espalda de esta con los brazos cruzados. Un poquito menos enana y parecía la propia guardaespaldas.

—Bueno, ¿qué, pues? —se me alzó, haciendo gestos con las manos que indicaban su confusión—. Yo estaba ahí gozando un puyero y tú vas y me cortas la nota trambólicamente. ¿Qué es lo que pasa?

—Estaba grabándote la vaina cuando me salió en pantalla un mensaje de Mike —fui directa—. Y tú sabes que yo no soy chismosa, pero coño, se me fueron los ojos.

La cara le ha cambiado a Ranchibirix de un segundo a otro que ni filtro de Instagram, pues. Tuve que ser seria por una vez en mi vida y aguantarme las ganas de levantar el celular y tomarle una foto para hacer crecer mi imperio de stickers. Fíjate tú qué fuerza de voluntad tan arrecha la mía.

—¿Leíste la conversación? —preguntó, tragando saliva con fuerza.

—No —respondí con sinceridad, apretando los labios—. No tengo por qué estarte leyendo los mensajes; prefiero que me lo cuentes tú.

Lo sé. Las Chismorosas de Grachi estarían decepcionadas de mí.

Ranchis dejó a un lado la pálida que le estaba dando para sonreírme de oreja a oreja. —Qué bella es mi mejor amiga que confía en mí —me lanzó un beso con ambas manos en un gesto súper teatral—. Cosa bella, cosa hermosa, cosa bien hecha...

Rodé los ojos imitando su sonrisa, sólo que menos creepy. —Ya, pues, seriedad —detuve la escena cachapérica, separando a Fiorella de mi cuerpito después de que se acercara a abrazarme como la propia marica. Nos decían Berlucía y Palermella—. ¿Me vas a decir qué es lo que pasa o le tengo que preguntar a SimSimi?

Fiore soltó un suspiro, echándose para atrás y dejando caer el culo sobre la cama. Lo pensó por unos segundos, hasta que por fin habló: —Quiero, pero no sé si debería contártelo. Y créeme que no lo digo por mí, sino por ti —bajó la mirada y metió la mano en uno de sus bolsillos, del que luego se sacó el celular, el cual le había devuelto yo antes—. Aunque si de verdad lo necesitas, puedes leerlo, así de paso si Mike me pregunta puedo decirle que yo literalmente no te conté nada. Además, no me gusta estar ocultándote cosas —dicho eso, me tendió el celular.

A la verga, pensé. Ya la vaina me estaba dando cague. Tanto, que por un momento me planteé rechazar la oferta de Ranchos. El peo, fue que así como mi miedo creció, también lo hizo mi curiosidad, y esta última empezó a causarme tal piquiña de culo que no me quedó de otra que aceptar. Así, algo vacilante, agarré el teléfono que me tendía mi amiga.

Desbloqueé la pantalla y me fui derechito a Mensajes. Ya ahí, aunque me costó un chin encontrarlo entre las conversaciones que tenía Fiorella con su ganado, entré en el chat con Michael. Le eché un vistazo a Misión Vivienda, y como asintió de forma aprobatoria, proseguí.

Como yo soy única y diferente, y de paso no sabía dónde habían empezado a chismear de mí, leí los mensajes de abajo pa' arriba, subiendo chin by chin.

Igualito como yo soy un sol te los pongo en orden pa' que veas que cuento los betas como es:

El Gran Perro Rojo
Mensaje de texto
hoy, 2:04

QUÉ

MARICO NPS

QUÉ LOCOCRAZY

Pero no entiendo

¿Por qué así de la nada?

Ese carajo es demasiado wtf qué le pasa

Anda tú a saber

Aún no ha querido contarme nada

Ni a mí ni a los otros

Pero tiene días raro

Nunca pensé que fuera a hacer eso

Coño, marico, pero pregúntale

Una charlita así de best bros

Lo emborrachas

Y pum

Por qué eres así? 😂

Aunque reconozco que la idea es buena

De todas formas le voy a dar su tiempo y que me lo cuente cuando quiera

Brutal, pero me tienes que echar el beta

Por supuesto

Pero no se lo digas a Lu

Recuerda que nos pidió que no le dijéramos nada que tuviera que ver con Luke

Y sobre todo esta vez, creo que es mejor que no sepa

Mi mente al apenas leer el nombre:

Ok. Ya fuera de eso, sé que está medio confusa la vaina. O bueno, mejor dicho, no se entiende una verga. Y créeme que si fuera por mí te contaba el resto de la conversación, pero es que eso fue todo lo que leí. ¿Por qué? Fácil: porque cuando mis ojitos leyeron, tan sólo un mensaje más arriba, un "Luke y Aleisha", automáticamente mi cabeza dijo...

...y me obligó a darle al botón de la derecha y apagar la pantalla, impidiéndome seguir por mucho que hubiera querido.

Ahorita me debes estar nombrando la madre, y admito que una parte de mí también lo hizo en ese momento, pero la otra, más racional, me calmó diciendo que eso que había hecho era lo correcto.

Ni yo misma entendía lo que acababa de pasar, pero la verdad, sabía que no me convenía comprenderlo. Sólo tenía claro que estaba relacionado con Luke, y lo que fuera que fuera de su vida. Y aunque por una milésima de segundo, al leer el mensaje con su nombre, el corazón me hizo tucutucutucutucu y se creyó corredor de Fórmula 1 con lo rápido que se me puso, no tardó en recobrar la compostura. Tampoco tardé en responderle a ese yo interno que preguntaba ¿Y si...? con un No. con puntico incluido.

Luke era el pasado, e hiciera lo que hiciera con su jeva, desde terminarle a pedirle matrimonio, era peo suyo; no me incumbía en lo absoluto.

Así, convencida de que Mike tenía razón diciendo que era mejor que no me enterase, le entregué nuevamente el celular a Fiorella.

—Tu cara me dice que no lo terminaste de leer —me dijo Ella, levantándose del colchón a la vez que agarraba su vaina—. ¿Por qué?

—Tengo demasiadas vainas encima como para preocuparme por otra más —respondí, aún medio perdida en mis pensamientos—. Ahorita sólo quiero perrear hasta el suelo y que mañana me quede doliendo toda verga.

Fiore me miró con una sonrisa, reflejando orgullo en sus dientes dignos de propaganda Colgate.

Sonriendo de vuelta, me despegué de la puerta para luego abrirla, y en menos de medio segundo ya estábamos Ranchos y Gasparín en la kike pista, marcándonos un High School Musical reggaetonero.

WE ARE ALL IN THIS PERREANDO.

No tuvimos ni que convertirnos en Borranchos y Borrachín para pasarlo brutal, como siempre que estábamos juntas haciendo desastre. Y sí, me olvidé del presentimiento aquel que tenía, aunque una parte de mí sabía que volvería, y más que eso, que también tenía que ver con Luke Hemmings.

****

—Ahora a la derecha —les indicaba a Pepe y a Fiorella, quienes me seguían cual batallón por los amplios pasillos del aeropuerto.

—Sí, mi capitana —respondieron como el par de pajuos que eran.

Qué batallón ni qué nada. Esa vaina parecía un paseo de preescolar: los carajitos detrás de la maestra. Lo que les faltaba era hacer el trensito.

Bueno, marico. Como leerás, ya habíamos aterrizado en Nueva York sanos y salvos, gracias a Dios. Una vez llegamos, como no teníamos que recoger equipaje porque todo lo que llevábamos era de mano, nos dirigimos directamente a la salida del terminal que nos correspondía, en donde, según lo planeado, debería estarnos esperando Bárbara con el carro. Y ya que Yolanda era la única que no tenía la brújula interna esperolada en esa mierda, ahí estaba, haciendo el mismo papel de guía de siempre. Y el papel de estúpida también.

Pa' que veas que por lo menos pa' algo sirvo.

—Ahí —indiqué la puerta metálica que teníamos cerca, a través de la cual ya estaban saliendo varios pasajeros.

Seguimos el mismo camino que los que teníamos delante, y cuando nos dimos cuenta, ya estábamos bajando las escaleras mecánicas hacia el bululú de gente que esperaba en el piso de abajo.

Empezamos a buscar a Bárbara con la mirada, pero no la conseguimos por ningún lado. En su lugar, terminamos viendo fue a mi hermano y a Luisfer, hablando paja entre ellos mientras sostenían un piaso' 'e papel escrito con Sharpie que decía "Pinocho, Gasparín and Ranchos".

—Sí son maricos los dos —dijo Pepe, negando con la cabeza mientras sonreía en su dirección.

—Epa, marico tú —defendí a mi novio, metiéndole a Pepe sendo lepazo en la nuca, y dándole un carajazo al bolso de la señora del escalón de arriba en el proceso.

Ups. Se me chispoteó.

Admito que volteé pa' otro lado y me hice la loca.

Pepe me dedicó una mueca, pero no me respondió más un coño, pues nuestra travesía en las escaleras mecánicas llegó a su fin y nos obligó a mover el culo pa' que la marea de gente que venía detrás no se nos echara encima. Así, nos dirigimos rapidín rapidín hacia donde mi hermano y su jevo. Digo, mi jevo. Csm con Pepe.

—Nawebona 'e cara 'e locos que cargan los tres —oí decir a Daniel cuando estuvimos lo suficientemente cerca.

Otra vaina dijo después, pero no le paré ni media bola. Estaba demasiado ocupada soltando la maleta y echando a correr hacia Luisfer como para escuchar las pendejadas de aquel.

Total que solté toa' verga y eché una carrerita hasta abalanzarme en los brazos abiertos de Loish, quien me rodeó con ellos en un fuerte abrazo. Enterré la cabeza en su cuello, y él tragó pelo parejamente, pero no pareció importarle. El resto del mundo desapareció, y sólo quedamos nosotros dos.

Pa' que te hagas una idea más clara, fue más o menos tipo:

—Te extrañé demasiado —dijo como pudo, aún sin ser capaz de soltarme.

—No más que yo —le correspondí, apegándome a su pecho con más fuerza.

Mi mente volvió atrás en un flashback... O bueno, más que uno, realmente fueron como ochenta flashbacks simultáneos de todas las veces que Luisfer y yo nos habíamos ido a recoger a aeropuertos, fuera en Miami o en Maiquetía, con pancarta, con globos, o sin un coño. La misma escena repetida miles de veces, tan parecida y tan distinta a la vez. Eso, éramos Luisfer y yo, y si había algo que a lo largo de los años no había cambiado entre nosotros, era lo que mucho que nos queríamos, como amigos, como novios, como familia.

Verlo ahí fue una sorpresa brutal. Me hacía demasiada falta.

Total que así cual lapas estuvimos como cinco minutos completicos, dándonos igual que el trío de gafos aquel nos estuviera viendo feo. Pendejos envidiosos.

Al final nos terminamos separando, pues, como era obvio, pero nos quedamos agarrados de una mano mientras cargábamos equipaje con la otra, yo con mi bolso y Luisfer ayudándome con mi maleta.

—¿Y qué hacen ustedes aquí? —preguntó Fiorella cuando ya íbamos caminando hacia la salida en grupo—. ¿No kike la que nos iba a llevar era Bárbara?

—A Barb la mandaron a hacer doble turno por un peo que tuvo en el trabajo —contestó Luisfer.

—Le vació una jarra de Nestea en toa' la cabeza a un carajo —explicó Daniel, cagadísimo de la risa, antes de que nadie pudiera pedírselo.

—Mierda loco —solté, apretando los dientes. Esa vaina sólo se le ocurría a Bárbara Rodríguez.

—Esa carajita es loca de pana... —empezó a decir Fiorella, y en un par de segundos ya se habían pegado a hablar de mi hermana y sus vainas. La oreja le debía de estar picando arrechamente en ese momento.

Yo, por otro lado, con lo cansada que estaba, no estuve muy pendiente de la conversa, así que acabé perdiéndome en mis propios pensamientos.

No te voy a caer a coba: seguía dándole vueltas a la webonada del mensajito.

¿Por qué coño de la madre yo no leí esa verga y ya? ¿Era medio marica? Media un coño, me respondió mi subconsciente. Completa es lo que es. Lo peor es que tenía razón.

Había pensado que no enterarme era lo mejor, y seguramente era así, pero coño. Mi chismosa interior necesitaba saber el beta. Si no, estaba segura de que me iba a dar una vaina.

Por otro lado, no sabía si contarle a Luisfer o no.

Hablando claro yo sabía que él no se iba a molestar ni un coño, porque Luisfer no era así. Si había un ser pacífico —cuando quería— y relajadísimo con esos temas era él. De paso tenía que haber nacido con un defecto genético, porque era la única persona para nada celosa que conocía. Hasta Daniel que estaba más sólo que Pluto en la Casa de Mickey Mouse no dejaba que le tocáramos su almohada favorita. Y no te creas, era tanto el amor, que la susodicha almohada esa la tenía desde los quince años y hasta se la había traído de Venezuela y todo. Ninguna de mis relaciones había durado tanto como la de Daniel y "Erika". Que no se note que le puso así por Erika de La Vega.

Total que bueno. Lo que decía, era que realmente tenía claro que contarle podía, pues. El único peo era que estaba segura de que por mucho que reaccionara bien, si se daba cuenta que yo me preocupaba por el tema, él también se iba a preocupar. No quería causarle molestias por un chisme que ni me sabía y me había propuesto no saber por mucho que me costara.

O sea, en resumen, decidí que sí le iba a contar al final —porque es Luisfer de quien estamos hablando; no tenía nada que ocultarle—, pero lo haría cuando mi mente consiguiera otra distracción —que seguro llegaría sí o sí cuando volviera al trabajo—, o cuando pasara nuestro cumple-mes, para el que si mal no recordaba no debía faltar más de una semana. No quería tensiones raras entre nosotros ese día, y menos por una estupidez como el temita Luke.

—Vi que arrasaste en la broma esta de los premios —una voz interrumpió mis pensamientos, haciéndome volver a la realidad.

Cuando alcé la mirada, me encontré a un Luisfer mirándome curioso con una sonrisa. Se la devolví. —Sí, bueno... —contesté, viendo pa' otro lado, muy tímida ella. Cualquiera caía—. Arrasar, arrasar como arrasar... No tanto... Por lo menos podemos decir que no pasé pena.

—Déjate de vainas que yo sé que tienes el ego por las nubes ahorita —me quitó la careta. Bueno, más bien me la arrancó de coñazo. De paso riéndose el coño 'e su madre. Me exhibió demasiado, pero yo también, ¿a quién pretendía engañar?

—Bueno, 'ta bien, pues —reconocí, riéndome con él—. ¿Pa' qué decirte que no si sí? Les di paliza a toditos esos mamaguevos.

—Esa mi novia, nojoda —me animó, levantando nuestras manos entrelazadas así como clamando victoria. Yo me reí mientras él volvía a bajarlas—. ¿A dónde quieres que vayamos a celebrarlo?

—A mi cama.

Respondí sin pensar, hasta que por la pelada de ojos de Luisfer me di cuenta del semerendo chinazo que me acababa de marcar. Qué risa su cara, nawebona.

—Bueno, pero ¿cómo así, pues? —me jodió. Ay sí, cualquiera caía que éramos vírgenes.

—Coño, no de esa forma —me intenté explicar entre risas—. Lo decía porque tengo demasiado sueño. Sí eres mente-sucia.

—Ajá, ajá —se hizo el que no me creía, asintiendo repetidas veces con ironía—. Estás demasiado clara que te dejaste en evidencia, pero voy a hacer como que te creo.

—Bobo —lo medio empujé con el hombro, aún riendo—. Pero hablando serio. Yo sé que te debo una salida, pero de pana que hoy es llegando a la casa y reuniéndome con Morfeo. No van a saber más de mí hasta mañana.

Luisfer me soltó la mano y la extendió ante sí, bajando varios dedos mientras entrecerraba los ojos como si estuviera calculando algo.

—Cuatro —se dijo para sí, nota mental—. Ya son cuatro veces en lo que va de mes que la carajita esta me saca el culo.

Verga, nawebona. Fuera yo y ya le hubiera formado un peo hace rato. De pana que Luisfer tenía demasiado aguante y demasiada paciencia conmigo. Y sobre todo siendo él que se negaba a halarle bolas a nadie, excepto a mí. Se merecía una estatua.

—Marico, ¿qué te pasa? —le pregunté, mirándolo tipo serio—. ¿Qué haces conmigo?

—Yo también me hago la misma pregunta —me echó vaina, recibiendo una exclamación ahogada de indignación de mi parte—. Mentira, mentira —se rió, haciéndome rodar los ojos con diversión.

Me quedé pensando un momento antes de decir nada más.

Luisfer, por mucho que lo dijera echando broma, tenía razón. Mucha, a decir verdad: últimamente yo estaba tan ocupada, tan metida en mi trabajo y en mis problemas personales, que nunca tenía tiempo para él, para nosotros. Y él, por mucho que yo me negara por la razón que fuera, no se cansaba de intentar.

Entonces que me había dado cuenta, tenía que recompensárselo de alguna manera. Y no, pago en especias no era suficiente.

—¿Sabes una vaina? —rompí el silencio que se empezaba a formar entre nosotros. Él volvió a dirigir su atención a mí, por lo que seguí hablando—. Este viernes cumplimos 18 meses, ¿verdad? Bueno, pues tú no vas a hacer un coño; lo voy a planear todo yo solita.

—Lu... —me miró con reproche—. No tienes que...

—Pero quiero hacerlo —repliqué con seguridad—. Te voy a demostrar que soy la novia más arrecha y triboleada que vas a tener en toa' tu vida.

—Eso ya lo sé, gafa; no tienes que demostrarme nada. Pero como también sé que si no no vas a poder dormir por las noches, 'ta bien —aceptó, con una rodada de ojos seguida de una sonrisa.

Le devolví el gesto, clamando victoria y luego volviendo a agarrarle la mano.

Empecé a maquinar mi plan malévolo para hacer que ese carajito no se olvidara nunca de ese día. Tenía que tomarlo por sorpresa, que no se lo esperara, y creía que ya sabía cómo.

Aún así, en ese momento, no tenía ni la menor idea de que Luisfer no iba a ser el único sorprendido. Pero claro, ¿cómo iba yo a saber que...?

ALOOO QLQ

Han pasado 84 años, naguara

¿Qué me cuentas? ¿Qué es de tu vida?

¿Cómo te trata la cuarentena?

Sabes que cualquier cosa que necesites, si te sientes aburrido, desesperado o lo que sea, aquí toy, sea por inbox, por el tablero de mensajes o incluso por comentarios

No sé cuándo pueda escribir el próximo cap, pero sólo te digo que estoy súper inspirada, y no sólo para esta historia, sino también para otra que tengo en mente

Un pequeño preámbulo:

Todo es por culpa de Kill My Time

Y bueno, chill

Los amo❤️

— Camula

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top