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Dedicaciones a EstrellasYCorazones  , JeanneMaldonado , d-dumb y skinymar ❤️

Parte 2/2 de maratón

Los amito

—¿Qué cosa? —pregunté, todavía impaktruenada por la vaina.

Crystal se rió por mi cara. —Ya veo que no —le dijo a Mike, negando con la cabeza repetidas veces mientras sonreía de medio lado.

—Estamos planeando un viaje —explicó por fin el aludido—. No nos falta nada para empezar el tour promocional y queríamos hacer algo antes de que llegue la era del estrés.

—Michael tan original como siempre dijo de ir a Bali —continuó Crystal—. Y yo como soy yo lo apoyé, pero todos están cansados de lo mismo, así que tuvimos que pensar en otra cosa.

—Nadie nunca apoya mis ideas —se quejó él, dándosela de Calimero. Todo yo, todo yo—. Falsos todos.

Marico, Michael ese día estaba marcándose una cantidad de personajes que nagüerere... Ya llevaba como cinco.

Crystal y yo nos miramos y al unísono dijimos: —¿Ves? Dramático.

Miguel nos miró feo, así que aquella continuó explicando. —El punto es que investigamos y resulta que está muy de moda ahorita alquilar islas.

De moda, repetí en mi mente, sin saber si reír o llorar. Entre los millonarios será. Pa' los pela bola como la Yolanda "estar de moda" era comprarse cuatro camisas en Traki porque la cuarta salía con 50% de descuento.

No, bueno, ya siendo seria, la vaina tampoco era así. Yo no era Paris Hilton, pero tampoco la loca que vive debajo del puente de Maracaibo. Tenía mi platica ahí guardaita'.

—Por mucho que lo parezca, no es tan caro —Crystal pareció leerme la mente—. Contándote a ti seríamos siete, y si alquilamos por una semana y lo dividimos entre todos, nos sale rentable.

Jum. Interesante.

—Hay muchas opciones —Maikol la ayudó—: Bora Bora, Maldivas, Filipinas, Bahamas... De todo. Pero la más bonita y barata que encontramos está en Fiji. Laucala Island se llama.

Verga, hasta el nombre era fancy. De repente sentí como que desapareció mi billetera. Ni viendo las propagandas de la constituyente me sentí tan atracada.

Tanto así que tuve que echarle un vistazo a la mesa del comedor a ver si la billetera de Hello Kitty que me había ganado en la fiesta de mi primita seguía ahí. Gracias a Dios la respuesta fue un sí.

Antes de que me juzgues, en mi defensa tengo que decir que se me había roto mi otra billetera —de cuero, toda macha teta peluda— y estaba usando esa mientras me compraba otra. Y si a ti te parece raro, imagínate la cara de la cajera que me atendía cada vez que tenía que pagar en el supermercado. A mí me encantaba pasar pena, definitivamente.

—¿Quienes irían? —pregunté sólo por curiosidad.

—Ashton y KayKay —empezó a enumerar Crystal con los dedos—, tú, Fiorella, Calum y su soledad, yo y Michael.

A Cristalito como que le hacían falta unos coñazos al estilo de "mi mamá me mima" pa' que aprendiera que el burro se nombra de último.

Fuera de eso, Calum era sendo mood, hablando claro. Mío no, pues, porque yo tenía jevo. Jeje. Pero ajá, igual se ve, se siente, Édgar Ramírez presidente.

—¿Y...? —vacilé como que un poquito mucho al hacer la siguiente pregunta, sólo porque el simple hecho de pensarlo me daba dolor de cabeza—. ¿El innombrable y la Alishowsera no van pa'l baile?

—¿Por quién me tomas? —Miguel se llevó una mano al pecho, supuestamente ofendido—. ¿Alguna vez en estos dos años los he hecho coincidir así fuera por error?

Negué con la cabeza.

El chamito tenía toda la razón del mundo.

Él era tremendo amigo de pana pana, y de alguna forma se había logrado gestionar para estar en mi vida y en la de aquel sin mezclarlas, por mucho que por su webonada de la ship en un principio hubiera querido.

Aunque también eso era suerte, marico. Porque estemos clarísimos que Maikol no era tan inteligente como para no cagarla haciendo planes ni una sola vez en dos años. Si había alguien con el culo más grande que ese carajito, o eran los marparíos' suertudos para nada enchufados que se ganaban el grande del Kino —si es que había ganador—, o era esa gente que se conseguía a famosos en la calle, en la cafetería o en el supermercado. Yo de vaina y conseguía la leche, menos me iba a encontrar con Dylan O'Brien así como por casualidad.

—Aleisha quiere que Luke la acompañe a no-sé-qué evento de moda en Londres —el peliloco puso cara de ladillado.

—Y si Aleisha quiere algo —le complementó su prometida—, Aleisha lo tiene.

No es por nada, pero Ladilleisha no es que fuera la más querida en ese grupito. Por lo que tenía entendido, medio la soportaban y de vaina, y eso porque Ashton se la calaba porque la caraja era panita de KayKay. De resto, como Calum odiaba a todo el mundo y Michael le tenía idea desde carajitos, como que no cuadraba mucho.

—Entonces, ¿te apuntas?

—¿Una semana me dijiste? —quise corroborar, a lo que los pelilocos asintieron—. No sé... —empecé a decir, viendo pa' otro lado kike haciéndome la loca.

—Lu —Mike me miró con seriedad al otro lado de la pantalla—. Te la pasas trabajando todo el día; sabes que necesitas unas vacaciones.

—Sí eres exagerado —intenté excusarme, pero me interrumpió al segundo.

—Recuérdame qué fue lo que me dijiste que tenías que hacer hoy —pidió.

Yo miré pa'l techo, buscando mi lista de pendientes entre mis archivos mentales. —Ahorita a las nueve tengo un photoshoot con Sephora, antes del mediodía tengo que estar en el hotel Mark para empezar a preparar lo de Vogue Spain. Termino como a las cinco y de ahí tengo que salir con un traki traki en el culo a la revisión de fotos de H&M. Y en la noche apenitas llegue me toca terminar el trabajo de Comunicación Audiovisual de la uni y editar y preparar el portfolio de Connie M... —y ahí, en el momento en que medio volteé y vi a Mike mirándome así:

...fue cuando caí—. Ay. Coño.

—¿Ves? —peló aún más los ojazos que tenía el coño 'e madre—. Y como no eres nada exigente —agregó con sarcasmo— vives estresada por querer hacerlo todo perfecto. ¿O miento?

Rodé los ojos, clara en que tenía razón. Otra vez. —Nada, chico.

Le iba a decir yo no necesito vacaciones, pero aparte de que sabía que era mentira, me distraje porque instantáneamente en mi cabeza sonó la rola que sigue "... ni dolores de cabeza, sólo me basta mis amigos y un traguito de cerveza. LEROLEROLAY VACILANDOO". Y bueno, eso.

—Anda, Lu —insistió Crystal, haciéndome puchero—. Tenemos tiempísimo que no hacemos nada juntos. Somos capaces de pagarte el viaje y todo.

Michael al microsegundo de escuchar eso:

—No nos apresuremos —intentó disimular la falta de rial'—. Pero en serio, Lu. Aún ni siquiera es seguro lo de Fiji, pero si se diera, sería genial que vinieras.

Me mordí el labio interno. —No es por la plata —expliqué—. No seré millonaria pero pa' algo trabajo, nojoda. Mis gusticos me los puedo dar —volví a mirar pa' otro lado. La loca entonces—. El peo es el tiempo. De vaina y me da pa' echarme un peo —que a veces ni tampoco porque después la olorosa en el trabajo—. Dudo mucho que me pueda dar el lujo de desaparecer una semana; no si quiero conseguir el estudio del que te hablé.

Eso es otro beta.

Básicamente se basa en que mi objetivo, lo que quería lograr con todo eso de la fotografía, era abrir mi propio estudio en el centro de Manhattan, cosa que teniendo a Nueva York como la capital estadounidense de la moda era un poquito bastante complicado.

No lo vas a entender, pero tampoco te lo voy a explicar. Suéltale.

No mentira, dejémoslo en "próximo a contar". 'Pérate un chinbirix ahí.

—Seguro que puedes administrarlo bien con tu agente —trató de solucionarme—. Y si no, igual necesitas un respiro de todo esto. Tu vida y tu tranquilidad valen más que un estudio.

—Está científicamente demostrado —intervino Crystal, obligándome a contener la risa por la forma en que lo dijo— que el estrés lleva a enfermedades.

Mírenla, pues, pitufo Filósofo. Pero tenía razón; eso no se lo quito.

Yo los miré vacilante, indecisa.

En parte era verdad que tenía unas ganas trifásicas de no tener que estar con un cohete en el culo de un lado pa' otro todo el día o encerrada en mi cuarto con la cabeza metida en la computadora, puro estudiando o haciendo trabajos de la mardita universidad. Estaba hasta planteándome salirme de esa verga y ponerme a vender películas pirata, nojoda, pero como lo que me quedaba era medio año, qué tanto.

Entonces coño, de querer ir sí quería. No sabía ni el precio pero si Cristalito que tampoco es millonaria me decía que no iba a tener que vender un riñón para pagármelo, yo le creía. Además, sería brutal grabar un vlog para mi canal pasando pena en Fiji. El peo era el tiempo.

—Anda, Lu... —insistió Michael, poniéndome cara de perrito en carretera—. Me haces falta...

Ya ahí me convenció. Le compré demasiado esa labia. Eso era culpa de la Lucía del 2018 que todavía no terminaba de procesar que la Lucía del 2021 fuera pana de Michael Clifford, mucho menos que este acabara de decirle que la extrañaba. Esa pendeja... Sí es marica de verdad.

Solté un suspiro. —Lo voy a pensar —cedí finalmente, sonriendo.

Los pelilocos chocaron los cinco, contentos de haber logrado su cometido.

—Así es como se convence a la gente —se la echó Miguel, mirando a Cristalito por encima del hombro—. Espero que hayas tomado notas.

Ella abrió la jeta toda grande, tanto que facilito le hubiera entrado... una mosca recién salida de casa de mi abuela en Navidad, después de engordar bastante.

Ah, te agarré: pensaste que iba a decir que le hubiera entrado otra cosa, ¿verdad? Bicha.

—Déjame decirte que la convencí yo —se negó Cristalito—, no tú.

—Ilusa —le respondió Mike, poniendo cara de diva agrandada.

—¿Quién te enseñó esa palabra? —me metí yo en el peo, como siempre—. ¿La Yolanda, podría ser? —pelé los ojos hacia Maikol, doblando el cuello como una loca para verlo tipo...

—La próxima vas y le dices mala profesora a la mona Chita, ¿oíste?

—Supéralo —ahora la cara de niña fresa me la dedicaba a mí.

—Tú vas a tener que superar es la ronda 'e coñazos que te voy a dar, carajito —le mostré mis puños, dándomela de alzaita'.

—Te reto —levantó una ceja, desafiante.

Y ahí caí en que estábamos hablando por celular y no le podía meter un lepe. Si acaso uno virtual...

Tiene que ser en vivo y en directo pa' escuchar cómo suena.

—¿No te das cuenta? Soy intocable —se encogió de hombros, con una sonrisita de sobrao' demasiado cuchi. Es que hasta jodiendo era cuchi el mariquito ese.

—Espérate que estemos en persona pa' que tú veas —amenacé.

—¿Ves? Por eso es que tienes que venir —argumentó, ya dejando la actitud de diva y poderosa a un lado—. Si no no te vas a poder vengar de mí. Velo así. Esta deuda por saldar no te dejará dormir por las noches.

—Tú como que últimamente andas viendo mucha película —hundí las cejas mientras sonreía—. Cristalito, contrólale el televisor al niño.

—Mira —llamó el aludido mientras su jeva se cagaba de la risa, con una cara de picado trambólica—. ¿Tú no tendrías que estarte yendo ya a una de esas mil cosas que tienes que hacer?

—Coño, verdad —le eché un vistazo rápido a la hora que marcaba mi teléfono, dándome cuenta que ya eran las 8:30—. Me voy, pues, como igualito ya me estás corriendo...

—Sabes que te amo —confesó para arreglar su cagada, sonriendo de laito'.

—Yo más, chamito —le correspondí—. Pero igualito te voy a caer a palo cuando te vea. Dalo por hecho dijo Víctor Drija.

—Me voy a poner celosa —nos interrumpió Crys, cruzándose de brazos frente a la pantalla.

—Sabes que eres la única para mis... —había comenzado a decir Mike cuando ella lo cortó ahí.

—No es por ti. Lo digo por Lucía.

Coño. JAJAJAJAJAJA. No si.

—Sabes que eres la única para mis ojos, bebé —usé la frase de Michael para responderle, con toda la intención de joderlo más todavía—. Dile no al cachaperismo.

Crystal y yo nos empezamos a reír como las propias pajuas que éramos, tanto por la jodedera como por la cara de culo que puso Mike. Ese no aguantaba una pela vale.

—Adiós, chao —dijo este, dándosela de picado, aunque al final terminó lanzándome un beso antes de colgar.

Amistades vergas.

****

—¿Así que tú eres la asistente de Lubomirski? —preguntó Beatriz Maldonado, una de las encargadas de producción de moda para la revista de Vogue versión España.

A ver. Actualizémonos.

Después de hablar con Mike me había ido a arreglar, y una vez estuve diva y poderosa para empezar el día dándola, me piré pa' lo de Sephora.

Cuando terminó la vaina —que de paso te cuento que fue bien calidad—, había tenido que mover el culo hasta el hotel Mark, al que gracias a Dios pude llegar temprano.

Ya en la entrada, había sido recibida por el equipo que Vogue mandó para hacer el betulio del Getting Ready With de la Met Gala. Eran tipo veinte personas, de las cuales al menos diez tenían nombres bastante significativos para mí y mi trabajo. Así que hazte una idea de lo nerviosa que estaba. Lo bueno era que de carajita siempre había tenido que representar diversos papeles ante mis papás —que si la mosquita muerta, la niña bien, la que no quiebra un plato, etcétera— pa' que le cayeran a chancletazos a mis hermanos en vez de a mí. Así que con esa experiencia de actriz de más de veinte años, digamos que supe fingir que no me estaba dando un soponcio.

—En realidad es algo por el estilo —confesé, intentando mantener mis nervios calmaditos—, pero mejor no se lo digas a él si no quieres que te de un discurso de dos horas acerca de por qué no tiene asistentes.

Afortunadamente, la señora Maldonado esbozó una sonrisa, o sea que le había agradado lo que dije, o sea que no estaba quedando mal apenas llegar, o sea que no me odiaría, o sea que mi carrera no se iría al coño de la verga, o sea que no me tendría que ir a vivir bajo un puente con cuarenta gatos callejeros por el resto de mi vida. Bien. Un aplauso.

—Tienes buena pinta —me piropeó, cosa que hizo que mi confianza creciera un chin.

—¿Qué edad tienes? ¿Diecinueve, veinte años? —intervino en la conversación Vito Costelo, quien si mal no recuerdo era otro de los encargados de la parte de moda, probablemente el estilista en jefe—. Eres una niña. Será mejor que nos impresiones si quieres cumplir con las altas expectativas que tenemos respecto a ti.

Nojoda. A ese mamaguevo ¿qué le pasaba? ¿Le picaba 'er culo? Yo apenitas llegando y ya aquel tirando puntas.

Este mardito... fue lo primero que pensé, pero después comprendí que el bicho sólo estaba intentando dejarme claro que tenía que ponerme las pilas. Igual y todo me cayó mal, pero bueno, por lo menos entendí por qué lo hacía.

Así que respirando profundo y calmando las ganas de meterle su coñazo, fui razonable y respondí: —Tengo veintidós, señor Costelo. Y créame que eso haré; no creo que Alexi les hubiera hablado de mí de pensar que ocurriría lo contrario.

NOJODAAAA. AL QUE LE DUELA QUE SE PONGA CURITA, me autofelicité.

Ella serena, ella tranquila, ella calmada, ella dándola. Soy yo, pues. Lo jodí elegantemente, siguiendo el ejemplo de Selena con Kilos de Carne... ah, no, Kill 'Em With Kindness era la vaina.

—Esperemos —fue lo único que pudo decir el tipo después de varios segundos callado.

El marico ese seguramente estaba esperando que le respondiera feo o que armara un show, pa' así poder decir que yo era una carajita inmadura. Pero, no, papi, yo soy es gente seria. Claro, cuando quiero.

Yo dejé eso ahí, tanto porque no había nada más que decir, como porque una vez cruzada la puerta de la habitación que tenía en frente se me iba a activar el Miraculous e iba a pasar a ser una tipa totalmente centrada en el trabajo que tenía que hacer. Cero jueguitos.

Después de un par de movimientos y voces a los que no le paré ni media bola por andar metida en mis pensamientos, me di cuenta de que ya nos habían abierto la puerta y el grupo estaba comenzando a pasar. Yo, tratando de rebajar el abismo que sentía en el estómago, respiré profundo antes de entrar cuando me tocó.

Y de panita, créeme cuando te digo que jamás de los jamases, ni en otro universo o en otra dimensión, me hubiera imaginado que la modelo era Sabrina Durvelle.

¿Qlq con el primer día de clase?

Yo ahorita ando en una broma del colegio, así que me les dejo this y me piro: impaktadeishon con que ya haya fecha para la boda Mystal. Lo que más me tiene shook es que una de las damas de honor sea Bryana Holly, naguara... Se prendió demasiado.

Pero bueh

Chao bbs❤️

Camz

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