Dan Reinsd

     Caminé detrás de Dryden, no podría imaginar qué me diría, solo lo seguí. Actualmente Dryden era el más fuerte de entre los pocos dioses que quedabamos vivos.

     —Perdí mi espada —dijo, luego se giró hacia mí—. Si me veo en la situación en la que debo acabar con la vida de todos allí, necesitaré una.

     Desembainé mi espada verde de mi espalda y se la extendí. Él la agarró con agradecimiento, luego me dijo:

     —Esa niña...

     —¿Te refieres a la elfina con la que llegaste?

     —Protegela, Dan. Tengo la sensación de que es especial.

     —¿Por que piensas eso?

     —Por lo que me contó es una princesa, pero hay algo en ella que me es particular

     —No te preocupes Majestad, la cuidaré. —Le respondí a Dryden, con el respeto que merecía.

     —Ya no soy un Rey, solo hay que mirar la condición en la que se encuentra nuestro planeta.

Daewinm

     Todos a mi alrededor eran perfectos desconocidos. Nos encontrabamos alrededor de una fogata. Mas allá de los finos trages y banquetes reales nunca habia comido carne sacada de una impresora de materia y azada en las brasas de una hogera.

     —¿Cuándo regresará Dryden? —pregunté esperando recibir una respuesta de cualquiera, ya que Dryden se habia marchado, hace algunas horasno. No conocia a ninguno.

     —Cómo saberlo —dijo el chico de cabello blanco y ojos amarillos con un tono irónico.

     La chica rubia miraba al de cabello rojo de reojo, al parecer el lo notó, y le preguntó:

     —¿Eres Axtrid cierto?

     —Si —la hermosa chica respondió.

     —No tuvimos tiempo de presentarnos antes, Soy Erwin Ex Capitán de la División de defensa Principal de la Coalición, Alpha Orixen.

     —Haciéndo alarde del cargo —intervino uno de sus compañeros— Soy Sae, ella es Mells —Axtrid miro algo intrigada a Mells, la muchacha de ojos dorados, muy parecidos a los de Dan y Erwin. Luego Sae dirigió su atención a la callada de Kiliam—. Ella es Kiliam.

     —Es un placer conocerte, Portadora de Vida —Saludó Mells, Mientras Kiliam continuaba en silencio.

     —Todos... —Axtrid mencionó algo en voz baja.

     —¿Dijiste algo? —preguntó Sae.

     —Todos vamos a morir, cada uno de nosotros —dijo ella—. ¿Así qué sentido tiene conocer a alguien? No lo tomes a mal, simplemente... —hizo una pausa, parecía como si hubiera sufrido una terrible pérdida—... es lo que pienso.

     Dan le extendió un gran troso de carne asada a Axtrid, y le dijo:

     —¡No es lo mismo que tú me ofreciste, pero sabe bastante bien! ¡Prueba!

     Axtrid sonrió levemente, hacía tiempo no veia una sonrisa.

     —Estrellas. —Fueron las primeras palabras que escuché, de Kiliam; una voz que aunque melancólica, muy dulce.

     Miramos al cielo miles de hermosas estrellas eran muy diferentes a las de mi reino, claro nos encontrabamos en otro Universo.

     Continuaba comiendo carne asada, las lágrimas recorrieron mi rostro solo podia pensar en todo lo que habia perdido, ya no habrá nadie quien ocupe aquel trono.

Axtrid Feral

     Media hora después, me encontraba a solas con él, Dan estaba sentado a mi lado, en silencio. El viento mecía mi rubio cabello y besaba mis mejillas. Las brazas de la hoguera crugian expulsando pequeñas chispas parecidas a las estrellas en el cielo.

     —¿Qué será lo siguiente que haremos Dan? —le pregunté.

     —Aún no lo sé. —Su carácter seguro de antes parecia desmoronarse con su respuesta—. Pero haré lo que haga falta, no perderé ante nada.

     Me había equibocado, no titubiaba al hablarme, sentía seguridad al estar junto a él. Le comenté con vergüenza:

     —Yo estoy aterrada, en éste último día... solo he sentido miedo.

     —Jhh, mentiría si dijera que no tengo miedo. Cada vez que entro en combate se que puedo morir, por que apesar de la Sangre Divina no soy invencible, también se a la perfección que puedo perder a alguien valioso para mi.

     —¡Pero eres la persona más fuerte que eh visto! —protesté.

     —¿Fuerte? —preguntaron sus dudas—. Dryden me contaba historias de la guerra; Omni–Dioses siendo asesinados por el enemigo, aún siendo "Omnipotentes" perdían ante seres muchos mas fuertes, en comparación yo no soy fuerte.

     —Jane, Aron, Baxter, nunca olvidaré sus nombres.

     —Es lo único que nos queda, seguir viviendo para recordar a los que no estan—. Dan me miró, nuestros rostros estaban cerca, no sabía por que mi corazón se aceleraba al verlo. Tras un breve silencio, agregó—. Descansa Axtrid.

     Se marchó. Al parecer todos se encontraban descanzanzando. No le habia comentado mi insertidubre acerca de Erwin y Mells, no sabría decirle en qué me basaba para desconfiar en personas que apenas conocían.

     "Ven"

     Tras escuchar esa voz me giré hacia atrás buscando quién lo dijo, solo vi los arbustos y gigantescos árboles a mi alrededor.

     "Sigue mi voz, por favor no temas"

     Nuevamente ese susurro resonó en mi cabeza, miré en dirección a las Invictus y las campañas, pero ya no estaban allí. Caminé hacia el bosque un sendero se habría a mi pasó. No lograba encontrar explicación a lo que estaba ocurriendo en ese momento.

     Terminé finalmente en una extraña sala, más parecida al puente de mando de una gran nave, paneles a los lados expulsaban una luz intermitente azul. Ante mi apareció una persona. Solo mantuve silencio.

     —Ya estás aqui Axtrid Feral, de entre tantos elegidos eres la unica en llegar, quizás por los azares del mismo destino. No. Todo habia sido premeditado. Hay algo, si hay algo; A partir de este momento ya no hay mas información —Hablaba de una manera muy extraña, no lograba entender, pero si me generaba dudas el hecho de que conociera mi nombre, y como si me hubiera estado esperando.

     —¿Me conoces? —Esperé respuestas de esa persona desconocida, que por su voz no lograba distingir si era mujer u hombre.

     —Si, mi condición de Ser Omnisciente me permite conoser todo, o mas bien casi todo, ¿es curioso cierto? ser Omnisciente y desconocer algo —continuó hablando—, 178 millones de años de espera. Pero estás aquí, tanto tiempo esperando dieron resultados.

     —¿Dices que has estado esperandome desde mucho antes que naciera? —definitivamente no era humano— ¿Qué eres?

     —Quizás para un ser tan primitivo como tu no lo entiendas, pero el tiempo es una dimensión subjetiva. ¿Y quien soy? Muchos me conocen como La Tejedora. 

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