28 | Legado

Azasell

     "Lo recuerdo como si fuera hoy, el muro siendo penetrado, mi hermano respirando su último aliento tras recibir el corte de espada que le separó su cabeza de sus hombros.

     Tras ascender como un Dios, la maldad en mi fructificó en mi interior, ahora puedo verlo con claridad cuando recibí esa mortal estocada desde la espalda fui contaminado por un no muerto, pero en mi mismo encontré la sanación, Dios Donner de la Creación, poseer un poder capaz de borrar cualquier existencia con tan solo pensarlo. Ese día hace 20 años no fue tan complicado, accedí a un poder que actualmente tras liberme de esa oscuridad que carcomía mi corazón no eh podido volver a usar".

     —¿Debo dejar que esa oscuridad se apodere de mi? —me pregunté a mi mismo, tras abrir los ojos.

     Me encontraba barado en el espacio junto a decenas de fragmento de lo que fue Sactum Garden.

     "Tu eres fuerte, ve y demuéstrale, no puedes dejar que te roben tu sueño, nuestro sueño". La voz de mi hermano en mi cabeza volvió a hablarme después de tanto tiempo.

     "Ese paraíso verde que construiste ahora no es más que un vertedero".

     —Es cierto —respondí.

     "Ve y mata al responsable, mata a ese no muerto ¿Recueras? Uno de ellos me mató a mí"

     —¡Azasell! —tras escuchar la voz desperté.

     Me pareció muy extraño ya que bajo todas mis facultades sensoriales creí estar despierto. La mujer de cabello y ojos verdes me llamaba.

     —¿Tú? —le pregunté confundido. Me encontraba tirado sobre una gran piedra flotante, tras levantarme escuché un horroroso rujido.

     La corrosiva aura negra expulsada del cuerpo de Dan junto a su desenfrenada mirada roja me dio a entender rápidamente que no era el mismo sujeto que había conocido, parecia como sí algo lo hubiera poseído.

     Un golpe en su rostro por parte del no muerto lo hizo reventar el suelo debajo de sus pies dejándolo medio tumbado.

     —Hay algo mal en mi hermano, —dijo la mujer de pelo verde. Recuerdo que Dryden la había llamado por Aristell—. No es el mismo, está corrompido.

     —Se a que te refieres —aparecí delante del no muerto de ojos verdes y le lanzé un vestial espadazo.

     Él agarró mi espada y contraatacó con su puño izquierdo directo a mi rostro, apenas pude evadirlo deslizando mi cabeza a un lado.

     Retrocedí teletransportandome varios metros hacia atrás, tras reaparecer vi el brazo derecho del no muerto clavado en mi pecho, expulse un gran chorro de sangre por la boca. Estuve a punto de perder la conciencia.

     —¿¡Crees que podrás matarme con eso?! —agarré su antebrazo con mi mano derecha mientras extendía mi espada a un lado y la envolvía en un gran manto de energía—. ¡¡¡Muere!!!

     Blandí mi espada desprendiendo una desenfrenada estampida de energía contra la podrida cara del no muerto 

     La hoja se rompió al impactar contra su rostro, él puso su mirada confiada sobre la mía, se preparó para lanzar otro golpe.

     Repentinamente fuimos chocados por una horrorosa aura negra que repercutió todo el lugar. Logré separarme de él.

     —Azasell —la mujer de cabello verde apareció a mi lado—, debemos irnos...

     —¿Qué dices? ¡Si no destruyo a ese pedazo de basura, seguirá siendo una amenaza para todos los que quedamos con vida! —le aclaré.

     —Él se encargará —explicó mientras, dirigimos nuerta atención hacia la figura diabólica de Dan que continuaba expulsando la maligna aura—, esta no es nuestra pelea.

     Esa mujer y yo nos retiramos usando la teletransportación.

Rose Reinsd

     "Hace tan solo algunos minutos nos encontramos en la Lanceloft, en un parpadeo aparecimos en las destruidas calles de Fhensel. No sólo nosotros por lo visto también todos los abitantes de Sactum Garden estaban aquí"

     Los veía sentada en una esquina con la cabeza entre las rodillas mientras me cubría con los brazos. Sentía como todo se estaba yendo abajo.

     —Rose, no pierdas la compostura —sentí la mano de Kiliam sobre mi hombro derecho. Ella intentaba calmarme hablándome con una voz serena.

     —¡Comandante Lards, ¿qué esta pasando? —Uno de los jóvenes le pedía explicaciones a un hombre de cabello azul, al parecer representaba una alta autoridad. Lo demás jóvenes también estaban desconcertados.

     —¡Todos mantengan la calma, intentaremos aclarar la situación lo más pronto posible! —exclamó el peliazul.

     —Papá, ¿qué está pasando? —Elizabeth muy asustada junto a su hermano Ander se acercaron a Borjas su padre.

     —Tranquila mi vida, todo estará bien. —intentó calmarlos acariciándole la cabeza a ambos.

     —Pude reconocerla... —dije horrorizada—, igual que reconocí a mi padre la primera vez que lo vi.

     —¿Hablas de...? —Kiliam no terminó de preguntar debido a que la interrumpí.

     —Apenas era una niña de brazos cuando ellos se fueron de misión, mis padres, recuerdo sus rostros, yo no sufrí de amnesia juvenil como una persona normal...

     Hace algunos minutos nos encontramos en la CRUC Lanceloft, en esa pequeña fragata fuimos atacadados por no muertos. Eran decenas de ellos. Llegaron implacables desde todas direcciones.

     Para ese entonces Dryden se había marchado junto a Aristell a Sactum Garden, tras saber que el destructor estelar al mando de mi padre se dirigía hacia allá.

     Solo Kiliam, sus hijos y esposo junto a Zara y yo logramos sobrevivir hasta el momento en el que misteriosamente fuimos teletrasportados a este planeta.

     Logré reconocer a mi madre, era uno de ellos, un no muerto. No dudó ni un solo segundo en atacarme, no pudo reconocerme tal y como lo hizo papá.

     —Puede que para este momento mi padre también sea un no muerto.

     —No digas eso —protestó Kiliam.

     —¿¡Entonces que quieres que diga?! Kiliam, la humanidad está a punto conocer su final —le dije sin evitar partir en llanto.

     Repentinamente ella se arrodilló delante de mí hasta quedar a mi altura y abrazarme con fuerza mientras el blindaje de su armadura desaparecía. Se sentía cálido y acogedor.

     —Por más que intento comunicarme con ellos no hay respuesta, —dirigimos nuestra atención hacia Zara quien se hacercó a nosotros. Desde que llegamos solo se dedicó a entrar en contacto con Dryden y mi hermano. Temí por ellos.

     —Por favor sigue intentando —le imploré, temiendo por ellos.

     —Ustedes también fueron teletrasportados aquí, —de entre la multitud reconocí la voz de Daewinm.

     —Daewinm.

     Ander miraba el cielo, apuntaba hacia el con su pequeña mano. Preguntó:

     —¿Mamá que es eso?

     En ese momento, yo junto a los miles de jóvenes que nos encontramos en las calles miramos al cielo con detenimiento. La brisa soplaba nuestros rostros en un sostenido y momentáneo silencio.

     Habían decenas de miles de no muertos, volaban estáticos sobre nosotros, esperando a algo.

     Kiliam se puso de pie sin decir una sola palabra, nuevamente su cuerpo fue recubierto por su armadura mientras en su mano derecha aparecía su fusil de asalto, miraba al enemigo con la determinación de pelear.

     Repentinamente aparecieron Azasell y Aristell, miraron con cuidado la situación.

     —¿Puedes volver a hacer lo de antes: teletrasportarlos lejos de aquí? —preguntó él.

     —No, estoy muy debilitada, pero aunque pudiera hacerlo no dudo que ellos... —Aristell también estaba dispuesta a pelear—,  también puedan ir detrás de nosotros.

     —Lo único que podemos hacer ahora en este momento es pelear Azasell —se nos acercó el sujeto de cabello azul mientras su cuerpo se recubria en rayos.

     —Lards —Azasell asintió con la cabeza.

     —¿¡Dónde está mi hermano?! —le grité a Azasell esperando escuchar una respuesta.


Dan Feral

     La oscuridad que recorría por mis venas me producía gran extinción. Dejé de expulsar aura y miré a mi padre directamente:

      —¡Ge–rald! —aparecí al frente de él, mi puño al impactar contra su pecho se me reventó, parecía como si hubiera chocado contra el mineral más duro e inamovible de todos.

     Aún me quedaba me otro brazo, le lanzé nuevamente otro piñazo, pero a penas Gerald deslizó su mano derecha hacia arriba me cortó la mía.

     Sonreí aún con más extinción, viendo cómo de mis brazos mutilados crecían otros pero de oscuridad.

     "¿Mataste a Dryden? ¿Cómo te atreves?"

     Miles de preguntas pasaron por mi cabeza, no me importaba la respuesta de ninguna de ellas, solo quería devorar el mundo entero, quemarlo hasta que no quedarán nisiquiera las senisas.

     En un intercambio de golpes nos desplazamos brutalmente por el destruido panorama, arrazando con lo poco que quedaba en pie a nuestro camino. Las hondas expansivas generadas por la colisión de nuestros puños cuarteaban y expandía el suelo debajo de nosotros.

     Sin contener mi furia le lancé otro golpe directo a su rostro, él lo evadió.

     ...

     241 años antes

     ...

     Yéndome en blanco golpeé el aire con mi puño, me encontraba en otro lugar; una sala de tronos, trono el cual estaba siendo ocupado por alguien, no lo conocía pero supe que era Souverän.

     Ya no me encontraba bajo ese estado corrompido que me hacía parecer alguien diferente.

     —¿Dónde...? —dejé de hablar, mi voz, era totalmente diferente a la recordada. No podía perder mi tiempo aquí, debía detener a Gerald a como diera lugar—. ¿Fuiste tu quien me trajo hasta aquí?

     —No, fuiste tu quien vino. Después de matar a miles de los míos detrás de la puerta, —tras escuchar a ese supuesto rey me giré en dirección a la puerta de la sala de tronos, apenas quedaban retasos de ella, y más allá de ella de alcanzaba a apreciar un par de lava y destrucción que se extendía hasta la distancia.

     No entendía que estaba pasando.

     —¿Quién eres?

     —Soy el Forjadore de Vida y señor Souverän Brahma —comenzó a reír a carcajadas.

     —¿Qué te causa tanta gracia?

     —Sigues pensando que eres Dan Reinsd, la visión del futuro que te mostré realmente era demasiado para una mente como la tuya. Bienvenido al hoy Lordran. o debería decir Altras.

     Ese nombre: Lordran, era mi nombre, ya lo recuerdo todo una vez que pisé esta sala Brahma me mostró que pasaria si me revelo nuevamente contra el. El Frío Eterno lo cubriría todo.

     —Padre —le hablé—, ya recuerdo.

     —Bien. Reencarnado en un simple humano con sangre divina te vuelves a revelar contra mí, sabes perfectamente que pasará a continuación, te lo mostré; Vas a morir, tomaré la decisión de congelar cada uno de esos mundos muy lentamente, esos mundos que tantos atesoras. Ese fue el futuro que tu hermana Aristell me mostró...

     —Tu también vaz a morír —lo interrumpí— aunque demoré más de 200 años, Gerald nacerá, el te matará.

     —¿200 años? —preguntó con ironía—. Mi muerte, así será por el hecho de ser yo quien tomó esa decisión. Al final los Desterrandos mueren en sus propias manos. ¿Dime, cuando te maté y reencarnes en ese Dios; Dan Reinsd podrás matar a tu propio padre? Arrastraste a Iriell configo. Estas destinado a revelarte contra tu propio progenitor, ahora aquí con intención de matarme y una vez que yo te maté y renascas y estarás allá con con otro capricho, el de matar a ese otro "padre".

     —Así será —hice parecer una imponente espada roja con escamas de dragón. Hoy yo muero.

     —Podría cambiar ese oscuro futuro que te mostré, si es así tu decisión y te arrodillas.

     —Padre, ¿aún sabiendo que pasará me pides que me arrodille? —le pregunté—. Yo también sabía cuáles serían las consecuencias de levantar mi espada contra ti hace eones... hoy muero, Dan Reinsd, una vez que reencarne en él, yo mismo cambiaré las cosas, no me mostraste el resultado de su pelea contra Gerald. Padre despídete de mis hermanas por mi.

     Brahma se levantó de su trono, su imponente intención asesina cayó sobre mi, extendí mi mano abierta a un lado mientras me colocaba en posición de combate, la serré decididamente agarrando mi espada de hoja esmeralda.

     "Aún sabiendo que voy a morir, me toca pelear, hoy como Lordran lo sacrificare todo, Mañana como Dan voy a ganar" Reafirme mi fuerte convicción, seguidamente miré mi espada. "Gracias por..."

     ...

     Actualmente.
 
    ...

     Yéndome en blanco con mi puño golpeé el aire, apenas logré ver a Gerald desplazarse a una velocidad extrema a mi lado. Abrí mi mano derechas y en ella apareció mi espada verde.

     "Gracias por acompañarme a través del tiempo"

     Seguidamente deslicé mi espada en un corte directo a Gerald, envolviendo mi hoja de espada rafagas de viento.

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