24 | Trascendencia

Dan Reinsd

     "Todo hubiera sido diferente, ninguno de ellos estaría muerto. Quizás en este momento estén aquí, al rededor de nosotros presenciandonos... Todos deseamos un Camino feliz, pero algunos nisiquiera pueden llegar al Final"

     Habían transcurrido solo un par de minutos tras entrar por la puerta que conducía la sala en la que se encontraba la Tejedora. El Frío Eterno desapareció por completo de este mundo, se sentía irreal, pero en las imágenes flotando a nuestro alrededor se mostraba lo contrario.

     A pesar de que los mundos que antes estuvieron congelados volvieron a reunir las condiciones para que la vida fuera bienvenida nuevamente, las sicatrices creadas por los innumerables conflictos seguían presentes.

     —¿Podemos regresar a la Tierra? —pregunté.

     —No por el momento —respondió Zara—. La Lanceloft está en reparación, tras ello la mejor opción sería ir a Dhermier —dijo mirando varias imágenes de ese planeta que tras la descongelación se encontraba en mejor estado que nuestra Tierra.

     —Comandante Dryden al habla, ¿puedes escucharme Dan? —escuché la transmisión entrante.

     —Alto y claro.

     —Ven a mi posición lo más pronto posible. —Por su tono de voz parecía alarmado, algo muy extraño en Dryden.

     —Entendido.

     —¿Qué pasa hermano? —preguntó Rose preocupada.

     —Dryden me necesita, antes de ir a buscar a Daewinm me comuniqué con él, dijo que había encontrado algo.

     —Analizando estatus y localización del Comandante Dryden Greends —informó La Tejedora—. Constantes vitales en estado crítico. Se solicita evaluación inmediatamente.

     Nos dirigimos a la bahía de despegue de la Lanceloft, rápidamente, allí estaban a la espera Kiliam y otro sujeto.

     —Estamos al tanto Sargento Mayor —informó Kiliam—. Esta vez iré contigo.

     —No tuvimos la oportunidad de conocernos antes soy Borjas —dijo él acompañante de Kiliam.

     —Bien, iremos.

     —Iré contigo Dan —aclaró Daewinm—. ¿O es que soy tu prisionera?

     Intentamos regresar lo más pronto posible a Sactum Garden, al entrar a la atmósfera la Invictus no dejaba de estremecerse, Kiliam en los controles intentaba estabilizarla, aún así la velocidad de descenso que mostraba el contador superaba los 34 kilómetros por segundo.

     —¡Peligro, —informó La IN de la nave—, buscar altura, buscar altura, tiempo restante para el impacto 2, 5 segundos!

     Dirigí mi atención hacia Daewinm quien parecía un poco asustada por la cituación.

     —¿Qué pasa, no eras tu la que querías venir? —le pregunté con un tono jocoso.

     —¿¡De qué basurero sacaron esta nave?! —respondió con una pregunta.

     No entendía el motivo por el cual ella quiso acompañarnos, era libre de hacerlo, pero si Dryden se encontraba en una situación de peligro complicada, ella también estaría al acompañarnos.

     Kiliam finalmente logró estabilizarlar la nave.

     —Tienes que ver eso Dan —dijo ella, con una voz llena de asombro.

     Me acerqué a la cabina y miré a través de la ventana delantera. Un abismal agujero de más de cien kilómetros de diámetro se extendía hasta el horizonte. Entramos en el descendiendo hasta una profunda de 116 kilómetros marcados en el panel de navegación, en el cual marcha la poción de Dryden.

     Las cortinas de humo se extendían a gran altura, junto con la lava cristalizada, eran las huellas de que había ocurrido un combate de gran proporción, un enfrentamiento que sí se hubiera llegado a extender más... incluso el planeta llegaría a peligrar.

     —Este abismo no estaba antes —aclaré. A varias millas de aquí estaba la playa en la que desperté y conocí a Aristell, este lugar era una gran bosque en donde los gigantescos árboles vestían el suelo.

     —Eso es realmente malo —respondió Borjas— Dryden se encuentra a 72 metros y acercándose —aclaró viendo un punto amarillo en la terminal.

     Bajamos de la nave los cuatro, Daewinm portaba una armadura de otro modo saldría lastimada debido a la alta presión y temperatura.

     Caminábamos lentamente, dejando nuestras huellas en el incandescente suelo. La visibilidad era nula. En mi interfaz apareció una ventana:

     Alerta: La temperatura excede la capacidad de protección de la armadura, se recomienda abandonar el área.

     Continuamos caminando, hasta llegar al centro del abismo en el se encontraba dos sujetos uno tirado en el piso y otro recostado a una pieza, a simple vista no se podía distinguir quienes eran, parecían estar muertos.

     Corrí para acercarme temiendo lo peor, me detuve sin saber que decir.

     Daewinm, no entendía el lazo que la unía a ella con mi Comandante, al ver la horrible escena grito muy asustada:

     —¡¿Dryden!?

     ...

     Aproximadamente 3 horas antes.

     ...

Dryden Greends

     Me encontraba sobrevolando el mar en dirección a una gran montaña de donde había despegado un Destructor, lo reconocí, era la Horizont, el navio bajo el mando del Capitán Gerald Reinsd.

     "Dryden" esa voz vino de mi cabeza, al mirar hacia abajo vi una extraña construcción en el mar cercano a una playa.

     Me acerqué a ella.

     —Dan Reinsd al habla —escuché una transicion entrante—. ¿Comandante Dryden puedes escucharme? ¿Dryden?

     —Te escucho Dan.

     —Es bueno oírte, ¿estas en compañía de alguien?

     —No. —No supe por que me preguntó eso, quizás el se encontraba acompañado ya que se encontraba según mi sistema de posicionamiento cerca del lugar en donde despegó la Horizont—. Escucha, encontré algo importante en una edificación a 62 kilómetros de tu posición, lo investigaré tu contúa con la misión. Localiza a Daewinm y evita cualquier enfrentamiento con Azasell. Mantente en contacto.

     —Entendido.

     Finalicé la transmisión. En mi mente no dejaban de surgir las incertidumbre. Tuve una expecie de sueño en el que la madre de Dan; Aria me daba instrucciones y ahora veo despegar a lo lejos la nave bajo el mando de su padre.

     Entré por un gran agujero en el interior del edificio, parecia estar abandonado desde mucho antes que comenzara la guerra. Todo el lugar estaba cubierto de polvo. Las plantas sobresalían de las paredes e iluminaban al hacercarme.

     De un momento a otro me encontraba en otro lugar, según mi interfaz a más de cien kilómetros bajo tierra. Al frente un hermoso santuario, entré en el mientras desembainaba una mi espada de hoja negra de mi espalda.

     Una vez dentro después de explorar los alrededores supe que esto lugar no era mas que algún tipo de prisión.

     En una gigantesca sala se encontraba una mujer de cabello esmeralda. Su cuerpo desde su pecho y brazos se encontraban incrustados en una pared metálica con extraños códigos a su alrededor.

     Me aproximadame cuidadosamente a ella manteniendo la guardia en algo, y expulsado sufientene energía para reforzar mi escudo sintético alrededor del blindaje proporcionado por mi armadura. Hacerqué mi mano a su cabeza con intención de ver su rostro, a pocos sentimientos de ella... dirigío su atención hacia mi de manera desesperada revelando un brillo verde en sus ojos.

     Cada parte de mi coraza calló al suelo metálico junto a mi espada. Agarré mi cabeza con fuerza debido al insoportable dolor que me hizo arrodillar.

     Nuevamente me encontraba en otro lugar, podía reconocerlo, era el reino de Axalon 03n, más adelante se alcanzaba a divisar un imponente reino, al parecer uno elfico.

     En lo profundo del bosque un sujeto interactuaba con un extraño artefacto, el cual se quedó suspendido en el aire una vez que ese "alguien" desapareció.

     Me acerqué al objeto, tenía la apariencia de un contenedor en el que en su interior guardaba un troso de hielo negro. Miré hacia arriba y desde el cielo comenzaba a nevar.

     "¿Esto es...?" Me hice una idea de que se trataba todo esto.

     Reaparecí en otro lugar, en el que alguna ves yo había reinado. El reino de los Dioses. Me encontraba en el borde del gran acantilado

     Delante de mí se encontraba Dan, Rose, Axtrid, el equipo Alfha Orixen y, vi mi propia imagen al lado de Daewinm bajando de mi Invictus.

     —¿Todo esto ocurrió hace 20 años? —Me pregunté en voz alta, mientras Dan y el resto habla, Kiliam se hacerco al borde de precipicio en el que me encontraba.

     —Quizá la falta de sueño me esta haciendo ver doble —dijo Kiliam mientras me miraba, luego sonrió apartando la vista—. A veces siento que esto no es más que un sueño.

     —¿Un sueño? —pregunté, ella giró la cabeza hacia mí asustada.

     Reaparecí en otro lugar, esta vez en el otro extremo del bosque, desde aquí se escuchaban fuertes estruendos. No era difícil suponer que Dan se enfrentaba a Azasell.

     Delante de mí estaba el mismo sujeto que anteriormente interactuaba con el extraño contenedor en el reino de los Elfos en Axalon 03n, esta vez dirigío su mirada hacia de mi.

     —Supongo que Aristell es quien te está mostrando todo esto —afirmó él— ¿20 años en el futuro? —Sonrió oscuramente— Ya está hecho, ¡Dryden! Este mundo también será congelado.

     Las imágenes dejaron de dar sirculos en mi cabeza, nuevamente me encontrba en el hoy, delante de la mujer de cabello verde apresada.

     Acerqué mi mano a su cabeza con intención de ver su rostro, a pocos sentimientos de ella, dirigío su atención hacia mi de manera desesperada revelando un destello esmeralda en sus ojos.

     Supe que ya habia vívido esta escena, esta vez aleje mi mano rápidamente.

     —Dryden —ella mencionó mi nombre, como si me hubiera conocido toda una vida.

      —¿Qué fue eso que me mostraste? ¿Quién eres? —Con cada pregunta la incertidumbre creía aún más en mí, pero con todo lo que había visto y vivido, podía hacerme idea de que pasaba.

     —Mi nombre es Aristell, soy la heredera al trono de Sactum Primordium —respondió con una voz devilitaba. Ella era una Souverän—. Por favor liberame.

     —Dame un buen motivo.

     —Eh estado aquí durante 241 años, por irle a la contra a mi padre, cuando Dan Reinsd llegó a declararle la guerra mi padre...

     —¿Qué? —Creí haber escuchado mal, mencionó su nombre, el nombre de Dan.

     —Ustedes son Desterrados, en el interior de cada ustedes se encuentra la conciencia de un Souveränger, dentro de ese soldado que conoces por Dan se encuentra la de mi hermano Altras, mi padre lo perdonó una vez pero no una segunda, después de matarlo hace 241 decidió castigar a prácticamente a todos los desterrando enviando a Rishten a congelar sus mundos. Por supuesto el Frío Eterno no congeló todos los mundos rápidamente.

     —De lo contrario no sería un castigo.

     —¡Intenté persuadir a mi padre mostrandole el futuro: toda nuestra raza iba a ser aniquilada por un solo hombre si continuaba! ¿Sabes que me respondió? El tenia la opción de destrurlo todo con tan solo desearlo, y evitar que así naciera esa amenaza, pero no lo hizo, sabía que moriría una vez se enfrentara a Gerald, y lo hiso. Es algo que jamás lograré entender, supera por completo mi concepción de este mundo pero aún queda por lo que seguir viviendo. ¡Por favor liberame!

     —Admito que eres muy convincente. —Solo pude sonreír horrorizado tras escuchar lo que había dicho—. Aún así no lo haré.

     —¿Qué fue lo que te mostraré? Preguntaste —dijo ella—. Rishten aún vive, cuando sepa que en Sactum Garden hay Desterrados provenientes de Fhensel, irá a congelarlos como hizo con los mundos que te mostré hace 20 años. La humanidad está vez perecerá.

     —¡Oye, oye! —Tras escuchar esa voz miré a un lado, pude reconocerlo; era ese que apareció en el recuerdo que me mostró Aristell—. Ella no irá a ningún lugar Dryden. Así que no fue una ilusión, eras tú... hace 20 años.

     —¡¿Qué sentido tiene que me retengan aquí Rishten?! —preguntó Aristell—. ¡Mi padre ya está muerto!

     —Esa fue su última voluntad —dijo él, mirándola, tras poner sus plateados ojos sobre mi agregó—: En cuanto a ti, te mataré.

     —¿Aristell sierto? —Quise confirmar su nombre, mientras no le quitaba la vista de ensima a Rishten—. Muy bien, ¿cómo puedo liberarte? —pregunté.

     En tan solo un instante el puño de Rishten apareció a pocos sentimientos de mi rostro, a una velocidad incalculablemente rápida, apenas logre evadirlo despasandome a un lado.

     Mis ojos sangraron debido al descomunal esfuerzo que tuve que hacer para asimilar su velocidad.

     El puño de Rishten al chocar contra el aire tras irse en blanco desprendió una ráfaga de viento amburdamente tan grande que desintegró por completo la pared adyacente creando un agujero de un tamaño incalculable.

     A este punto mi serebro se encontraba bajo un estado de desgaste incapaz de volver a evadir otro ataque como ese.

     —¡Vaya! —Dejo escapar una sonrisa llena de asombro, mientras miraba el vapor saliendo de su puño—. ¡Es realmente impresionante! —De la palma de su mano derecha salieron expulsados pequeños rayos negros, en ella se generó una espada de filo oscuro—. Yo no tuve la oportunidad de enfrentarme a él, al asesino de mi rey, pero puedo ver que tu eres realmente fuerte Dryden.

     —¡Rompe el sello! —Aristell exclamó, enseguida supe que hacer para liberarla. Golpeé con fuerza el un extraño símbolo a su lado, haciendo desaparecer la pared en la que se encontraba ella.

     Aristell calló al suelo muy devilitaba, mientras tanto no deje escapar un solo segundo y cubrí en llamas mi espada bloqueando el demencial espadazo desde un costado lanzado por Rishten.

     Mi espada se partió tras el desproporcional impacto, que repercutió toda la zona. Mi mano aún temblaba adormecida por el calambre.

     Azasell no era nada en comparación al alcance del poder de este nuevo contrincante. Yo solo...

     —¿Qué? —Al parecer Rishten se molesto al verme comenzar a reír, tras ello el también sonrió.

     Un adversario verdaderamente imponente, la energía de su cuerpo sobre el mío me hacía fleccionar las rodillas hasta el punto de casi ponerme de rodillas. El piso metálico debajo de mis pies se volvía polvo.

     —¡Vete! —le dije a Aristell, tras finalmente car de rodillas y ver a mi rival delante de mí extendiendo su espada hacia arriba, preparándose para lanzar el siguiente ataque, uno que está vez sería devastador.

     Aristell, solo se marchó.

     "Yo soy un Dios, un Rey. A pesar de ya no poseer ningún trono no debería estar de rodillas, Un hombre o cualquier persona libre no se arrodilla. Todo esté tiempo fuiste tu..."

     Pensé el cada uno de los mundos que fueron congelados, y los millones de personas que murieron, él era el responsable.

     En mi despertó un nuevo estado mental, observaba lentamente como su espada se acercaba a mi cabeza, la oscura expresión de Rishten en su rostro dejaba escapar su intención asesina.

     Con mi mano izquierda desvíe su espada a un lado, la grieta que dejó a mi lado fue abismal. Con mi derecha cubriéndolo en llamas golpeé su abdomen con un poder tan grande y demencial que la onda expansiba generada hizo desparecer los más de cien kilómetros de tierra que nos separaban de la superficie. Transformando por completo el campo de batalla.

     Ya se lograba ver el cielo, nos encontrabamos en lo profundo de un agujero que se extendía hasta más allá de la línea del horizonte. Para mí mala suerte Rishten se encontraba bloqueado mi puño con su mano izquierda muy serca de su abdomen.

     Me miró oscuramente, estaba completamente ileso, sonrió diciendo—: ¡Eso fue realmente impresionante Desterrado!

     Esta vez no pude evadir su puño, recibiendo un golpe de lleno en el rostro. Salí disparado a gran velocidad, casi inconsiente, hasta impactar contra el borde del abismo que se encontraba a decenas de kilómetros de donde estábamos.

     El choque fue abrumador, quedando incrustados en un gigantesco crater de decenas de millas a la redonda. Apenas lograba ver las rocas desprendidos callendo a mi lado. Instantáneamente apareció Rishten al frente lanzandome un espadazo en dirección a mi cuello.

     Mi armadura estaba completamente desecha y mi espada partida en dos en algún lugar. En un movimiento desesperado logré evadir su ataque.

     Volando rápidamente a un lado, no dejaba de sangrar, incluso brazo diestro se encontraba prácticamente desechó tras mi último ataque.

     El giró su cabeza hacia mí mirándome fríamente, desvío su ataque. Al intentar bloquearlo con ambros brazos fueron revanados, seguido golpeó mi cuello con una patada sircular, haciéndome salir disparado hacia el sentro del abismo; al mismo lugar en el que nos encontramos.

     Impacte contra el suelo, reventando gigantescas rocas en mi camino, finalmente extrellé cuál meteorito contra un gigantesco trozo de negra obsidiana y caí desplomado al suelo.

     Sentía que estaba a punto de morir, mis antebrazos ya no formaban parte de mi cuerpo, mi cráneo tenía varias fractura mortales, mi visión estaba dañada al punto de que apenas veía borrones de oscuridad.

     Rishten apareció delante de mi, lo supe por sus pasos al acercarse y su borrosa figura en mi decadente vista.

     "Finalmente llegó mi hora" Estaba reparado para el final. "Espera..." Pensé detenidamente en la situación. Los latidos de mi corazón se aceleraba cada vez más.

     Rishten comenzó a clavar su espada en mi pecho, lo hacía lentamente. Finalmente mi corazón dejó de latir.

     Sistema: Soñador # 1111: DrydenGreends, usted a trascendido su poder divino, de "Dios Donner del Fuego" a "Omni Dios Donner de los Dragones" [En este sueño podrás manejar la realidad a conveniencia] ¿Desea Aceptar la evolución?

     Aceptar

     Denegar

     Advertencia: Su cuerpo no está preparado para soportar su energía actual, en caso de Denegar la trascendencia, terminará degradadose conduciendo a una muerte dentro de 0.020 segundos.

     ...0, 010 segundos.

     ...0, 001 segundos.

     —Aceptar.

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