22 | Conmemoración
...
20 años antes.
...
Daewinm
Subía una intrincada ladera con una inclinación casi recta, era difícil el ascenso, me dirigía a la cima, pero no con el objetivo de encontrar algo allí, simplemente quería llegar a un lugar alto.
Descansé en una saliente, delante de mí observé un bosque de esbeltos árboles rodeando un castillo. De ese sitio escapaba, pero como no tenía a donde ir solo quería huir de mi propia vida.
Me acerqué al borde de la saliente y con vértigo miré hacia abajo; una caída de más de 400 metros. No necesitaba subir más.
—Todos ellos deben estar muertos —pensé en voz alta.
Solo habían transcurrido un par de horas desde que Azasell llegara al reino de los Dioses en donde me encontraba con mis compañeros, y me secuestrara luego de matarlos.
Aunque cuando me llevó con él no les hizo daño a Rose y a Kiliam, posiblemente tambien mató a Dan y a Axtrid que fue tras de ellos. Nadie pudo detenerlo.
"¿A dónde se supone que iré ahora?" Quería escapar de esa duda. Di un paso hacia adelante, ya no quedaba nada más por lo que vivir.
Tenía miedo. un miedo que se propagó por cada una de mis células.
Sin previo aviso fui agarrada por la cintura, y llebada hasta la saliente desde donde salté. Fue Azasell, el estaba delante de mí mirándome fijamente.
—¿Qué será lo siguiente que harás, te contaras las venas? —preguntó.
Solo pude llorar con impotencia, no era lo suficientemente fuerte como para vengar la muerte de mis compañeros.
—¡¿Por qué no me matas a mi también como hiciste con ellos, dime?! —Las lagrimas no dejaban de salir— ¿Qué sentido tiene todo esto? Si para ti es tan fácil, ¡matame!
—No lo haré.
Corrí hacia él y le golpeé el rostro con mi puño, haciéndome daño en mi delicada muñeca, el nisiquiera lo sintió.
—No puedo cambiar nada, se que no puedo pedir perdón. De todos modos no pediré perdón —Al escucharlo parecía arrepentirse.
Desde que llegamos a este planeta, Azasell parecía una persona muy diferente al que nos atacó en el reino de los Dioses, pero aún así, el odio hacia él no cambiaría absolutamente nada.
—¿Alguien como tu es capaz de sentir arrepentiento? No dudaste ni un solo segundo... Mells, Sae, Erwin, ¿a Dan y a Axtrid también los mataste? ¿¡Por qué?! Ya hiciste lo que querías conmigo ahora, ¿qué objetivo tiene que siga con vida? Pues hazlo... matame, estoy lista. —Extendí mis brazos a los lados y cerré los ojos, el miedo en mi no hacia más que crecer.
—Yo solo era un soldado que se encargaba de proteger a un reino detrás de un muro, se que no tiene sentido alguno que te cuente esto pero necesito que me escuches —dijo—. No soy ese quien mató a tus amigos...
Lo volví a golpear, esta vez con mi mano abierta en su rostro.
—¡Tienes la desfachatez de decir que no fuiste tu, estuve ahí, parecías disfrutar tanta violencia, ¿y ahora dices que no eras tu?!
—En ese momento solo tenia un objetivo, buscarte a ti y usar tu poder para aniquilar a todos los Reapers de este mundo, quería proteger el sueño de crear un muevo mundo.
—Fue muy alto el precio, ¿crear un nuevo mundo? ¿¡No vez que somos los únicos que estamos en esta isla?!
—Pronto lo entenderás. Cuando vi todo lo que estaba haciéndo, supe que ese no era yo. No maté a Dan. No maté a tus otras dos compañeras en ese momento. No podía seguir cargando con tanta sangre. ¡No intento que parezca una escusa! Ese soldado va a querer un ajustes de cuenta, cuando estemos uno frente al otro el sabrá que hacer, si es su elección matarme entonces solo esperaré a que lo haga.
—Nada cambia, ¡Azasell! —grité su nombre.
—Devolveré todo lo que te arrebate.
No quería creerlo, pero Azasell si parecía una persona diferente incluso su voz había cambiado, pero no confiaba en lo más mínimo de él.
—Se que haré, no moriré por nada en este mundo. Me haré fuerte y yo seré quien te maté... —Deje de hablar al verlo sonreír, una sonriza llena de tristeza.
—Quiero mostrarte algo, Daewinm.
Azasell me llevo hasta una gran pista en la parte trasera del castillo solitario en la isla. Dos masivas naves descendieron del desde el cielo, esos navíos eran similares a los cuatro que llegaron al reino de los Dioses hace algunas horas.
—Despues de renacer como un Dios, estuve vagando en el espacio y ellos me encontraron. Esas naves vienen de Fhensel, este será su nuevo hogar.
Las naves terminaron de aterrizar. Me tapé ambos oídos debido al fuerte sonido. El viento soplaba con mucha fuerza agitando mi cabello. Las compuertas se habrieron y de ellas bajo un sujeto de ojos y cabello azul, cargaba una bebé en su brazos, acompañado de decenas de soldados.
Nos acercamos, Azasell caminaba delante.
—Asi que estamos en el mundo Souveränger —dijo él de cabello azul.
—Si —Dijo Azasell.
—Mira mi pequeña, este será nuestro nuevo hogar, un mundo cálido en el que el Frío Eterno no nos amenazará —El peliazul le hablaba a la pequeña, parecia ser su hija. Luego miró a Azasell y le dijo—: No fue un error recogerte en medio de la nada cósmica, ahora quiero que me muestres ese nuevo mundo que construiras.
Azasell asintió con la cabeza, le respondió:
—Juntos lo crearemos Lards.
Nos dirigimos al interior de una de las naves, nos encontrabamos en una gigantesca sala en donde habían decenas de miles de pequeñas celdas cristalizadas, en su interior habían embriones humanos.
—Son más de 300 mil en esta nave, en la otra hay la misma cantidad. Soy el Dios Dooner de la Creación, pensaba en crear un mundo desde cero por mi propia cuenta pero me di cuenta de que debía reiniciar este para hacerlo. Ya maté a muchos, para crear un nuevo mundo ellos también moririan. Ahora lo único que queda es protegerlos.
Aunque era un poco complicado comprender la situación, comenzaba a entender la visión de Azasell.
—Dijiste que devolverías todo lo que arrebataste, ¿como vas a revivirlos?
—Ya te dije, Soy un Dios creador de Vida. Todavía no poseo el conocimiento para hacerlo pero una vez que domine mi poder divino lo haré. Reiviré a todos los que maté.
...
...
Me encontrba en mi aposento real, mirando a travez de la ventana, la gran ciudad que se había construido tras 20 años de duro esfuerzo, en donde vivían miles de jóvenes, sus rostros estaban llenos de felicidad.
Las calles se estaban adornando con el objetivo de festejar la fundación de este reino.
Azasell entro por la puerta y camino hacia mí.
—Te ves hermosa —dijo mirando el bello vestido blanco que cubría mi cuerpo.
Me acerqué a él rápidamente y lo abracé con fuerza y alegría. A su lado desde hace tiempo había dejado de estar triste. Aproximé lentamente mis labios a los suyos hasta rosarlos delicadamente en un beso.
—¡Estoy muy feliz! —Aunque me sentía realmente alegre al verlo a los a los ojos no pude evitar sentirme inquieta, le pregunté con dudas—: ¿Qué pasa?
—El equipo de exploración de Lards se topó con Dan Reinsd, él está aquí, en este planeta.
—Entonces... —hice una pausa mientras me alejaba viendo nuevamente por la ventana— ¿qué vas a hacer?
...
Actualmente.
...
Delante de mí estaba Dan, blandiendo su espada fuertemente contra la de Azasell, veía con dificultad tras recibir el impacto de la onda expansiva generada por el choque de sus armas.
Estaba tirada sobre un tronco astillado que se desprendió del gran árbolde ojas blancas. Agarraba con fuerza mi brazo izquierdo el cual se encontraba lastimado, me dolía mucho.
—¡¡¡Pasé lo que pasé te mataré!!! —Dan realmente estaba enfurecido, grandes chispas incandescentes salian expulsadas del filo de su espada al rozar contra la de Azasell.
—1260 hojivas nucleares están apuntando cielo en este momento —aclaró Azasell al contraatacar su espada, expulsando a Dan a varios metros—. El crucero terrícola que se aproxima a este planeta puede desaparecer en un par de segundos, eres tu quien lo decide.
Uvitas para todos 🍇
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