12 | Memorias

Aristell  

     Desde mi prisión podía presenciarlo todo, era un fugas recuerdo, uno triste. Sae y el capitán Erwin enfrentaban a Azasell, por otra parte Mells y Kiliam protegían la base de los Reapers que no dejaban de llegar.

     Axtrid se encontraba deshecha llorando sobre el aparente cuerpo sin vida de Dan. Sus gritos eran desalentadores, llenos de dolor.

     —¡Por favor no! —Axtrid suplicaba, con el anhelo de ver a Dan abrir sus ojos—. ¡No me dejes tu también!

     Todos a su alrededor morían, se preguntaba a sí misma si era ella la causante de que sus seres queridos murieran.

     Fue repentino su cabeza al estar pegada al pecho ensangrentado de Dan, escuchó una breve pulsación. En ese momento las lagrimas dejaron de salir de su hermoso rostro. Solo miraba con dudas el humo que salía de la gran herida del joven Dios.

     —¿Dan?

     Por otra parte la pelea de Erwin y Sae contra Azasell se estaba intensificando cada vez más. El combate había llegado hasta el campamento.

     Azasell enfurecido golpeó a Sae con su mano abierta en la cara, expulsando contra una Invictus.

     El impacto de Sae contra la nave fue extremadamente agresivo al punto que generó una gran abolladura en ella.

     Erwin se encontraba inconciente en el suelo siendo socorrido por la joven Daewinm, quien no podia hacer más nada que mirar lo que ocurría a su alrededor.

     Un reaper se acercó a ella y le lanzó un fuerte espadazo, la joven elfina veía la gran espada acercarsele a gran velocidad. Para su suerte Mells bloqueo el ataque mientras Kiliam con un ágil salto se le trepaba en la cabeza y le dejaba caer una furiosa ráfaga de disparos con su fusil de asalto.

     El Reapers cayó a un lado generando un gran extruendo. Mells se acercó a Erwin y le clavo una inyección en el cuello, diciendo;

     —No nos queda más opción que irnos —miró hacia Kiliam enfrentando a Azasell fieramente—. El es demasiado fuerte y a este punto terminaremos muriendo todos.

Mells

     Killiam contraatacó el choque de la espada de Azasell con el filo de su fusil, perdiendo el equilibrio salió expulsada hacia atrás unos metros, dejando dos zanjas en el suelo debajo de sus pies. Frenó bruscamente y al mirar hacia él: Azasell dejo car el peso de su espada sobre el cuerpo de Sae partiéndose a la mitad junto a la nave. Se generó una gran expresión.

     —El no será el único en morir —Azasell miró a mi compañera.

     Conocia a Kiliam, no era momentos para sentimentalismos o llorar pero aunque quisiera evitarlo sus lagrimas no dejaban de salir.

     Yo solo quería matarlo. Erwin despertó finalmente, nos uniriamos a la pelea.

     ...

     ...

     Sé que por mucho que lo intentara no podría olvidarlo nunca. Hace 2 años:

     Me encontraba a la sombra de un gigantesco árbol de ojas rosadas, sobre una hermosa colina desde dónde se alcanzaba observar El Sector 1 y más allá la gran torre que conectaba con el cielo artificial; hacia la Cede de los Directores y la superficie.

     Los niños corrían en los campos, siendo supervisados por las Cuidadoras, sus edades eran de 7 a 18 años. Muchos de ellos no conocieron el amor de padres.

     Una vez que alcanzan la mayoría de edad son reclutados por los directores de la Coalición. A diferencia de nosotros que nos están entrenando desde que tenemos 5 años. Perdimos nuestra infancia a cambio de ser el arma de la humanidad.

     —Todos sabíamos que estarías aquí.

     —¡Erwin! —no sé por que me puse nerviosa al escucharlo. Se acercaba junto a mí junto a Kiliam, Rose, Dan y Sae, este traía puesta su armadura y parecía cansado.

     —¡Bonita vista! —dijo Rose mirando los árboles fundidos en la gran ciudad en una hermosa danza natural—. Abeses desearía volver a ser una niña pequeña —agregó.

     —¿Pero qué dices? Todavía eres una niña pequeña —Sae siempre intentaba molestar a Rose con algo.

     —¿¡Buscas pelea?! Quítate esa armadura y pelea —Rose provocaba a Sae para que se decidiera a pelear con ella de una vez.

     —¿En serio? —Kiliam, parecia molesta de esa situación que realmente no era mas que fingida.

     —Pronto nos tendremos que separar —Dan llamó la atención de nosotros con sus palabras—. Cada uno deberá seguir su ruta.

     —Nos conocemos desde que somos niños pequeños —aclaró Sae—. Vamos Dan, siempre titubenado, a pesar de ser un Dios.

     —No, eres optimista.

     —¿Optimista?

     —Nos entrenaron para algo —intervino Kiliam—. Esos niños debemos protegerlos, como lo hicieron nuestros padres al dar sus vidas en la guerra. Si nuestro objetivo es el mismo, veremos como nuestras "rutas" nos conducen a un mismo destino tarde o temprano.

     —¡Todo de ti es hermoso Kiliam, cásate conmigo! —Sae le suplicaba a Kilian pero ella lo ignoró por completo.

     —Entonces hagamos todo lo posible por ganar y regresar a este lugar una vez más —Dijo Rose. Un ideal que sería difícil de realizar.

     ...

     Actualmente

     ...

     Estaba sobre el regaso de Rose, la coraza de mí armadura se encontraba totalmente destruida, Azasell levantaba el cuerpo sin vida de Erwin delante de nosotras.

     La impotencia que sentía se iba desvaneciendo como cada ápice de vida se drenava de la herida en mi pecho, miré al cielo las pequeñas gotas de lluvia comenzaban a caer.

     Dolía mucho, saber que no podríamos regresar al lugar al que prometimos volver juntos.

     Kiliam aún permanecía en pie con heridas, siempre supimos que de el equipo Alpha ella era la más fuerte.

     Rose lloraba, y aunque mi voz también se marchitado le dije:

     —No te preocupes Rose...

     La barra de estado, de mi armadura, que mostraba mi vitalidad bajo a cero, sentí sueño. Todo se oscureció y sentí como mi cuerpo se elevaba. Un sentimiento liberador.

Rose Reinsd

    —¡¿Mells, Mells?! —Moví su cuerpo, Mells había cerrado sus ojos y se había quedado inmóvil.

     Era inútil ya había muerto, me puse de pie y agarré la mano de Daewinm, ella estaba paralizada, no decía nada. También estaba aterrada. Kiliam aún seguía en guardia al frente de nosotros; y frente a ella el causante de todo esto.

     —Solo necesito a la niña, entregenmela. —dijo Azasell. Al parecer su objetivo era llevarse a Daewinm.

     —¿Crees qué dejaré que lo hagas, crees que dejaréque te la lleves? —Kiliam le aclaró. A pesar del daño de su cuerpo, la voluntad testaruda de su voz no se devilitaba en lo más mínimo, era una guerrera.

     —Ya no tienes nada más que demostrar soldado, eres fuerte y te felicito por eso. Tus compañeros están muertos, y tu estás muy herida. Tu morirás también.

     —Rose, Daewinm —Kiliam mencionó nuestros nombres—. Aún queda una nave en pie, yo me encargaré de detenerlo ustedes corran.

     Agarré aun con más fuerza la mano de Daewinm y corrí con ella hacia la Invictus, Azasell se dispuso llevarse a la joven elfina pero fue interrumpido por Kiliam.

     El mientras detenía el fusil de Kiliam solo le quedó la opción de destruir la nave con una ráfaga de energía.

     Cambié de rumbo y me dirigí al bosque rápidamente, pero aun existía la amenaza de los Reapers que rondaban por toda el área.

     Me preguntaba por mi hermano, la preocupación por Kiliam me hizo mirar hacia atrás por instinto.

     Se encontraba de rodillas frente a Azasell, el se disponía a clavarse su espada en el cuello, repentinamente una borrón negro impacto contra él y se lo llevó lejos, fue tan rápido que solo pude ver la estela.

     Dimos media vuelta y nos acercamos a Kiliam nuevamente, a nuestra derecha estaba Axtrid, le pregunté:

     —¿Qué acaba de pasar? —Mientras levantaba a mi amiga herida.

     —Fue Dan, el se lo llevó.

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