babel

¿La torre incompleta?

Jungkook estaba confundido de camino a casa, nunca había estado entre la espada y la pared como lo estaba en ese entonces, Taehyung se había ido a un viaje que había tomado para deshacerse de la acidez de un corazón roto, ahora solo eran él y Jimin, pero los problemas aún estaban y dolían más que nunca.

Abrió la puerta del departamento de Yoongi y se sentó frente a él, Hoseok estaba en la otra habitación divirtiéndose con pintura.

—¿Y ese milagro? ¿Al fin recuerdas a tu mejor amigo? ¿O los Kim ya dejaron de molestarte? —aunque no había ninguna expresión facial, Jungkook sabía que Yoongi solo bromeaba.

—¿Por qué tú puedes estar con Hoseok? ¿Por qué yo no puedo...?

—Puedes, pero no mientras pienses en seguir siendo nuestro amigo —Yoongi se cruzó de piernas y recargó su cuerpo en el respaldo del sofá—. ¿No lo entiendes? El señor Kim es político y piensa lanzarse a la presidencia, no puede tener escándalos alrededor suyo, lo primero que hará será deshacerse de nosotros si tu amiguito dice algo, ellos nos quieren lejos.

—Jimin no diría nada, él es... es leal.

—¿De cuánto tiempo lo conoces? ¿Un año? —una risa ácida escapó de los labios de Yoongi—. Ese defecto tuyo de encariñarte tan rápido hizo que todos te dieran la espalda en el pasado y te hicieran sentir usado.

—Este defecto también hizo que te conociera y gracias a mí conociste a Hoseok, no todo tiene que ser malo...

—Yoongi no te prohibirá nada —habló Hoseok saliendo de la habitación de pintura—, pero tú mismo te darás cuenta, no está bien que metas a Jimin en tu estilo de vida, ¿no imaginas la incertidumbre que tendrá todos los días pensando si llegarás bien o no?

—Incluso Taehyung habría quedado mejor a tu lado, él es menos frágil, ¿no crees? —preguntó Yoongi, como siempre, no hablando tan en serio—. Habría estado más preocupado pensando en el vestuario para su próxima obra que en un idiota escapando de la policía. Él te gustaba, ¿por qué lo rechazaste?

—Eso... no podría explicarlo.

—Taehyung vio a Jimin besando a Jungkook y diciéndole cuánto lo ama, obviamente se enfureció de que nunca le habían dicho de lo que había entre ellos, además el tipo pensaba que Jungkook y él tenían algo porque todavía no aclaraban bien las cosas, como es el niño consentido acusó a Jimin con Namjoon, este actuó, propuso una plática seria después de clases y el rosita decidió escapar de casa para no enfrentarse a eso y mejor fue a esconderse en el departamento de Jungkook. ¡Era el primer amor de Taehyung! Así que su querido papi le pagó un viaje para que fuera a olvidarse de todo este problema, ¿no es divertido? El dinero sí compra la felicidad —Yoongi sonrió a medias tras escuchar la historia contada por Hoseok, quería reírse—. ¿Me salté algo, Jungkookie?

—A este paso Jungkook terminará cogiéndose a toda la familia Kim, ¿quién sigue en la lista? ¿Namjoon?

—¡Ya cállense! —Jungkook se puso de pie—. No es fácil para mí, ¿bien?

—Siéntate de nuevo —pidió Yoongi con voz calmada, que irónicamente significaba todo lo contrario.

Hoseok recogió un pincel nuevo de la mesa de centro y regresó a encerrarse a la habitación de pintura, dejándolos a ambos solos.

—¿Piensas que estoy mal? —preguntó Jungkook con nervios.

—Ese chico no debería de estar en tu casa, debería de estar con su familia, en esa casa blanca con jardines grandes, ahí es a donde pertenece, ¿lo entiendes?

—Él... tiene miedo de que su familia no lo perdone por haber escapado y haberle traído problemas a Tae... —Jungkook escondió el rostro entre las manos, el dibujo perfecto de su frustración—. Tienes miedo de volver, no creo que lo haga aunque se lo pida.

—¿Y si le pides a Taehyung que vuelva? Sabes que es un problema infantil, si le dices lo mucho que está sufriendo Jimin tal vez lo perdone y le pida que vuelva a casa, asunto resulto.

—No es tan fácil como eso.

—¿Y si le dices que tú obligaste a Jimin? Puedes decir que Jimin respetaba mucho lo que te traías con Taehyung, pero tú lo sedujiste.

—Taehyung me odiaría y no quiero eso.

—¿De quién prefieres recibir odio, Jeon? El tiempo se te agota —Yoongi golpeó el reloj en su muñeca.

La respuesta en la cabeza de Jungkook era clara, sus decisiones siempre eran firmes, él no titubearía con eso, sabía perfectamente quién de ambos chicos tenía todo su amor, pero desde el inicio nunca habían tenido esperanzas. Necesitaba hacer que Jimin volviera a casa, el pelirrosa no podía seguir a su lado, las cosas no debían ser así.

¿Qué iba a querer Taehyung para perdonar a Jimin?

Pero mientras, Jungkook volvería al departamento donde Jimin le compartía la calidez y frescura de una primavera, se sentía bien cruzar la puerta, sentir el aroma de la comida y ver las luces encendidas, sonaba una música alegre y una voz delicada cantando en voz alta.

Tú no perteneces aquí.

Fue el pensamiento de Jeon mirando la espalda del pelirrosa, que parecía aún no haberse dado cuenta de su presencia.

Pero no sabes todo lo que haría para estar contigo.

Los primeros meses estuvieron bien.

—No fumes adentro, cariño —los labios rosados y suaves cubrieron los suyos—. Todo esto te hace daño, por favor, déjalo.

—Jimin.

—Estaremos juntos en esto, te apoyaré en todo el proceso, pero por favor, deja ese mundo en el que estás involucrado.

El perdón llegó.

—Dile que tiene mi perdón, haz que vuelva a casa. 

Las condiciones llegaron.

—¿Quieres estar con él? Entonces debes jurarme algo, que diga lo que diga, haga lo que haga, piense lo que piense... Nunca te irás.

—Jamás me iría, nunca rompería nuestro juramento.

—Nunca lo romperemos, somos nosotros de principio a fin.

Pero aún se sentía todo fracturado.

—Tenía mucho miedo... —una voz sollozante en su pecho—. Tenía mucho miedo de perderte.

—Tranquilo, volví a casa.

—Por favor, déjalo, te prometo que estaremos juntos en esto —el llanto fue incesante—. ¡Déjalo! 

Estaban levantando una construcción que sería dejada a medias.

Las decisiones de Jeon siempre habían sido firmes, nunca titubearía, nunca titubearía, nunca titubearía...

Esto no es lo que quiero.

Y la ruptura llegó porque la amenaza siempre era más grande.

—¿Por qué no me llamaste en toda la semana? ¡Ni siquiera fuiste a clases!

—Quiero que terminemos —respondió, rápido, sencillo, cortante—. No me gustas.

Hubo un largo silencio al otro lado de la línea. 

—E-Eso es mentira... tú me amas... tú lo has dicho... me amas.

—Ya no lo hago, solo estaba confundido.

—¿Es por Taehyung? ¿Él te dijo algo? 

—Jimin, terminamos. 

—¡No! ¡Mientes!

—De hoy en adelante prefiero que actuemos como desconocidos —apretó el teléfono entre su mano mientras hablaba, cada palabra costaba y era más pesada que la anterior—. No quiero volver a saber de ti.

—¿Por qué me haces esto, Jeon? ¿Por qué así? ¿Por qué...?

—Ya no te amo —podía sentir cada lágrima a través de la llamada y dolía.

—¡Si es verdad que no me amas, dímelo en persona!

—Por favor, basta.

—¿Dónde estás? ¡Iré a buscarte!

—¡Jimin, no!

—Estás con él, ¿verdad?

—Por dios, ¿no puedes dejar que esto muera? ¡Ya no te amo! ¡Entiéndelo! 

Y el pelirrosa colgó.

—¿Por qué lloras también? Sabes que era lo mejor. 

—No puedo dejarlo así, debo de ir a buscarlo y...-

—Sabes que si lo miras no podrás terminar con él, necesitas pensar con la cabeza fría y seguir el plan.

—¡Me importa un carajo el plan! ¡Tengo que ir por él! ¡No puedo dejarlo así!

—¡Jeon Jungkook!

El pelinegro recogió las llaves del auto y salió siendo perseguido por lo gritos.

Fallar a su palabra por alguien más, de eso se trataba un titubeo.

¿Ahora cuál era el precio de una traición? Nadie lo sabía, solo quedaba dejar que el destino se encargara de ello.

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Ya cambié la introducción, pueden regresar a la primera parte para leerla.

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