babel
¿Quimera?
El aire corría y agitaba las ramas, las hojas secas caían y las flores se marchitaban.
Jungkook había salido del departamento tras su colapso del día, decidió caminar por el parque para saborear el atardecer acompañado de un buen cigarro, así el humo se llevaría su confusión por un rato.
Y entonces lo vio, el color del atardecer que tanto quería ver estaba en el castaño de esa cabellera rizada, en la miel de esos ojos virtuosos. ¡Oh, cielos! El cielo del atardecer se había plasmado en esos labios rojos.
Jungkook no podía creerlo, no podía creer que todo eso era real, que él estaba ahí a un par de metros de distancia.
El castaño pasó a su lado y Jungkook pudo sentir su fina fragancia leñosa, la había percibido antes en Jimin, pero no le quedaba tan bien como al Kim menor, así como al Kim menor no le quedaría tan bien el aroma cítrico de Jimin.
Jungkook se mantuvo congelado y cerró los ojos, esa imagen no podía ser real.
Taehyung no podía estar ahí.
—Jeon Jungkook —su nombre fue usado por esa voz profunda—. ¿Le puedes decir a Jimin que vuelva a casa?
Jungkook sintió un escalofrío, ¿cómo sabía que Jimin estaba con él?
—Dile tú —contestó intentando sonar lo más frío posible.
—Sabes que yo no puedo hacer eso, Jungkook —otro escalofrío acompañado de un dolor de cabeza—. Dile que tiene mi perdón, haz que vuelva a casa.
¿Perdón? Jungkook sintió ira solo de escuchar esa palabra.
Cuando se giró para enfrentar a Taehyung, este ya no estaba.
No sabía cuánto tiempo había estado de pie con los ojos cerrados, su percepción de tiempo estaba afectada por las pastillas, Jimin odiaba esas pastillas, Jungkook aún las tomaba.
—¿Qué haces aquí? Está haciendo frío —un abrigo apareció sobre sus hombros—. Te estuve buscando, saliste sin avisarme.
—Pelee con Yoongi...
—¿En serio? Lo lamento mucho.
—Pelee con él por tu culpa, Jimin —los ojos del pelirrosa se agrandaron—. Taehyung dice que vuelvas a casa.
—¿Taehyung? ¿Cómo-?
—Acaba de pasar por aquí, él ya te perdonó y quiere que vuelvas a casa.
—Jungkook, no juegues con esas cosas... —los ojos de Jimin se humedecieron.
—Taehyung estuvo aquí, Jimin, él en verdad vino y dijo que volvieras a casa.
—Mentiroso.
¿Perdón?
Jimin no necesitaba el perdón de nadie.
Jimin solo quería a Jungkook.
Jimin solo quería estar con él para siempre.
—No deberías de estar detrás de mí, Jimin, tú... deberías dejar de perseguirme, tienes que volver a casa.
Esa es la percepción de Jungkook, pero ¿cuál es su pieza faltante?
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Tuve ganas de actualizar doble vez antes de ir a dormir.
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