babel

¿Conjunción?

—Volveré mañana en la tarde, esperemos que suelten a Yoongi pronto, no puedo creer que siga metiéndose en este tipo de problemas —habló Hoseok desde la sala.

—Ya me acostumbré, pero como sea, ve a casa antes de que llueva. 

Jungkook quien estaba en el pasillo del departamento, entró al baño para buscar ciertas pastillas para el dolor de cabeza, que necesitaba más que nunca, la semana había sido más pesada de lo imaginado, en pleno viernes lo único que quería hacer era dormir hasta reparar sus energías todo lo posible.

—¿Tú qué haces aquí? —escuchó la voz de su amigo y abandonó lo que hacía por curiosidad de ver a lo que se refería.

—¿Sucede algo? —preguntó llegando a la entrada y sus cejas se alzaron al ver a alguien más en la puerta.

Justo lo que quería evitar.

—Y-Yo, lo siento... —el recién llegado agachó la mirada—. Vine a...

—No eres bienvenido a esta zona.

—Está bien, Hoseok, el niño vino a recoger unos libros que olvidó aquí por torpe, tranquilo —Jungkook palmeó el hombro de su amigo—. ¿Verdad, Rosita?

El pelirrosa asintió efusivamente.

—Bien, entonces nos vemos después —se alejó sin no antes echarle una mala mirada al recién llegado y cuando desapareció por el pasillo, el pelirrosa pudo expulsar todo el aire contenido.

—No deberías venir de la nada, ¿qué tal y le cuenta a Yoongi que estabas aquí? —Jungkook se hizo a un lado para dejarlo pasar—. ¿Ocurrió algo?

—Acabo de enterarme —la expresión del pelirrosa era fuerte, no había rastro de dulzura en su mirada azul, solo furia—. Taehyung y tú...

—¡Oh, eso! —rio sin ganas—. ¿Tienes algún problema, Minnie?

—¡No puedes estar con él! —rechistó, Jungkook nunca lo había escuchado alzar la voz de esa manera—. Después de lo que pasó no puedes irte con Taehyung...

La expresión indiferente de Jungkook era implacable y eso ponía nervioso a Jimin, nunca sabía qué esperar por parte de alguien como él, aunque toda su vida había sido advertido, cuando sus miradas cruzaban no podía evitar hundirse en él cada vez más y más.

—Tú sabes que eso solo fue un accidente... —susurró Jungkook con voz ronca—. Fue un error.

Profirió tales palabras para buscar en las reacciones del intruso, atravesar en las paredes de su alma y hallar la verdad, solo ahí encontraría las razones del pelirrosa y su verdadera honestidad.

—¿Lo llamas accidente? —una lágrima cristalina marcó un largo camino en la mejilla del pelirrosa, el corazón de Jungkook se aceleró—. Ya veo, supongo que estaba equivocado, perdón por todo, yo... no volveré a molestarte...

Jimin caminó de regreso a la puerta con desilusión, pero más que eso sentía odio hacia sí mismo por haberse hecho ideas falsas en la mente, había sido tan ingenuo al creer en Jungkook, de verdad le habían vuelto a ver la cara de idiota como siempre.

Su cuerpo se agitó, Jungkook acababa de lanzarse hacia él antes de que tocara el pomo de la puerta, lo abrazaba con fuerza por la espalda y tenía el rostro escondido en su cuello. 

—Lo prometo —susurró tan suave como la brisa marina—, no hubo nada con Taehyung.

—J-Jungkook...

—Solo eres tú, siempre serás solo tú.

¿Cuál es el tiempo real?

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Perdón por tardar, dejé un anuncio en mi tablero.

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