babel

¿Realidad?

—Tú, maldito imbécil —el cuerpo de Jungkook impactó contra el casillero causando un ruido ensordecedor—. Te advertí que no te metieras con mi hermano.

—No sé de quién hablas, Kim —se encogió de hombros con una expresión despreocupada aún cuando las fuertes manos del contrario le arrugaban la camisa con odio.

—Te quiero lejos de mi hermano, ¿entendiste?

—¿O sí no qué? ¿Vas a enviarme a Seokjin para que hable conmigo? —carcajeó—. Vaya mierda, ¿en verdad piensas que tu aburrido hermanito me interesa?

—Maldito imbécil —el puño de Namjoon golpeó el rostro de Jungkook y este siguió sin borrar su estúpida sonrisa—. Es la única advertencia.

—¡Solo hicimos un maldito proyecto, hablas como si me lo hubiera cogido o una mierda así! 

El contrario lo soltó bruscamente, negando con la cabeza.

—Eres una bestia sin remedio —gruñó—, si te veo con mi hermano sabrás por qué nadie se mete con la familia Kim.

—¿Acabaste el discurso, querido Namjoon?

Namjoon recogió su mochila y se alejó por el solitario pasillo sin responder a eso, algo que Jungkook tomó como una respuesta afirmativa y que le hizo sentir como un vencedor en la discusión. Cuando desapareció de su campo de visión llevó una mano hacia sus labios e hizo una mueca de dolor al sentir la herida sobre estos.

—¿Qué hacía ese aquí? —sonó una voz detrás de él, Jungkook se giró en dirección al recién llegado, quien al ver la herida supo de inmediato lo que había pasado—. ¿Qué le hiciste esta vez?

—¿Me crees capaz de hacer cosas malas, Hoseok? —sonrió con falsa inocencia.

Hoseok era un chico castaño, bastante sonriente a comparación de Jungkook y Yoongi, casi de la misma estatura que el pelinegro, aunque su complexión física era mediana había varios músculos marcados que eran bastante notables. 

—¿Se enteró de lo de su hermano?

—¿Qué hermano?

—¡Vamos, no me hagas pensar! No recuerdo bien su nombre.

La pareja comenzó a caminar hasta la salida, para ellos no valía la pena quedarse a más clases a las que ni siquiera ponían atención, por lo menos se iban temprano los viernes, una vieja maña de Yoongi que más tarde fue adoptada por su pareja y por último por Jungkook.

—¿Cómo se llamaba? —masculló el pálido para sí mismo—. ¿Taehyung?

—¿Mmm? —tras cruzar las rejas de la universidad Jungkook se permitió sacar un cigarro arrugado de su bolsillo y llevarlo a sus labios—. Sí, sí... existe un Taehyung en esa familia.

—¡Lo sabía! Mi memoria sigue siendo buena.

—¿Qué hay con él? —lo encendió.

—¿Namjoon se enteró de que te gusta? —sonrió a medias—. ¿Se enteró de que te gusta Kim Taehyung?

Jungkook dio una calada al cigarro y dejó escapar el humo acompañado de una risa.

—Namjoon no sabe lo lejos que puedo llegar.

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