19
Jungkook detuvo su búsqueda, pero no entró al departamento, de hecho, él durmió una noche entera en el estacionamiento porque tenía miedo de que las palabras de Namjoon fueran acertadas y Jimin estuviera ahí adentro, era una idea ridícula, lo sabía, pero en ese estado donde su mente se cerraba a todo, era difícil.
En la mañana despertó entumecido cuando uno de sus vecinos, que lo reconocía bien, lo despertó y le preguntó si había olvidado las llaves o estaba en problemas.
—Oh, no, solo... espero a alguien —mintió.
Cuando el vecino se fue, Jungkook se dirigió a su motocicleta y condujo hasta el departamento de Yoongi, descansaría ahí, olvidaría todo junto a él y se ocultaría.
—¿Qué haces aquí? Si vienes por tu bonificación, déjame decirte que era ayer viernes, no hoy.
—¿Puedo quedarme? —preguntó inexpresivo, ignorando todo lo anterior dicho.
—¿Acaso no tienes casa?
—No quiero pelear hoy.
—Bien... —Yoongi se hizo a un lado y dejó que entrara—. Es solo que has estado muy extraño y no lo sé...
—¿Piensas que voy a traicionarte?
—Pienso que los tontos Kim podrían orillarte a hacerlo.
—No les hablo, ya no tengo nada que ver con ellos ahora que nadie nos une como antes —Jungkook caminó hasta el sofá largo de su amigo y se tiró ahí a observar el techo.
—¿No extrañas las tontas fiestitas de té a las que te llevaba Taehyung? Eran divertidas, ya sabes, toda su familia atacándote, hablando mal de mí y de Hoseok, Jimin en una silla sin decir nada, divertido.
—No tengo humor para tu sarcasmo, Yoongi, solo quiero descansar de todo un momento —se acomodó en el sofá y cerró los ojos por varios minutos, pero el sueño no llegaba—. ¿Esperas a alguien?
—¿Por qué lo dices?
—Cuando me abriste te quedaste observando el pasillo, solo pregunto para mejor irme a tu habitación.
—Nah, no espero a nadie, solo fue la costumbre, hoy ya no se puede confiar en nadie, ¿no?
Volvieron a pasar minutos que se transformaron en horas, pero Jungkook simplemente no podía sentirse quieto, su cuerpo estaba cansado, sus ojos ardían, mover un solo músculo era difícil, necesitaba dormir y su mente no se apagaba.
Necesitaba dejar de titubear.
—Yoongi —llamó—, ¿puedo quedarme hasta el lunes?
Dicho y hecho, Jungkook pasó todo el fin de semana ahí, había cosas que le inquietaban del mayor, como el hecho de que Hoseok no hubiera ido ni una sola vez y que él no lo hubiera mencionado, que todo el tiempo estuviera fumando y fumando sin parar, que se mantuviera despierto hasta altas horas de la noche observando la ventana.
Era obvio que tenía miedo de que la policía llegara hasta su negocio.
Namjoon había dicho que lo cerrarían el miércoles, ambos solo tenían que soportar hasta ese día para encontrar su propia paz emocional.
Eran menos de 72 horas donde todo podía pasar.
Ambos llegaron juntos a la universidad y encontraron a Hoseok frente a los casilleros.
—Ustedes dos...
—Jungkook se quedó en mi departamento todo el fin de semana —comentó Yoongi con simpleza, no era algo inusual.
Hoseok se quedó en silencio varios segundos y se giró hacia su casillero para buscar algunas cosas, el día era peligrosamente nublado.
—Te llevaré al aula.
Ambos se despidieron de Hoseok y caminaron juntos hasta el aula del menor, no llamaban la atención, no estaban llenos de miradas, todo era tranquilo.
—Jungkook —habló Yoongi mientras caminaban—, sabes que no soy expresivo, pero gracias por ser mi amigo.
—¿Mmm?
—Sé que no es fácil pisar nuestro suelo, por eso estoy feliz de que seas parte de mi vida, siempre quieres lo mejor para Hoseok y para mí, nos has salvado el trasero millones de veces.
—Tú también me salvaste, Yoongi, me salvaste durante toda mi infancia y adolescencia.
Jungkook le dio un abrazo suave a Yoongi, ya que sabía que el mayor no era un gran fanático del contacto físico y después entró a su aula con una despedida amena.
El día pasó rápido, Jungkook volvió a su departamento.
Él entró con cuidado, inspeccionó cada esquina en busca de algo fuera de lugar, pero se veía tan desértico e intacto como la última vez que había pisado el lugar, entonces Jimin no estaba ahí, descansó tranquilo y se relajó entre las cobijas.
El martes amaneció como un día asfixiante cuando Jungkook descubrió que sus ansiolíticos se habían agotado al igual que las pastillas para dormir, en ese momento llamó a su padre para pedirle un depósito que trataría de pagar después, pero su padre solo se negó.
—Vi que tienes tres multas por excesos de velocidad, ¿qué te pasa? Te hemos dicho que cuides bien de tu motocicleta y tu integridad.
—Pero...
Jungkook no lo entendía, él no recordaba haber conducido en exceso.
—Tendré que ir a pagarlas yo, lo siento, tendrás que esperar a la próxima semana para comprar esas cosas.
Y colgó, Jungkook aventó el celular hacia la cama e intentó controlarse, era martes, el tiempo se agotaba, si no se entregaba antes de que una persona desconocida fuera detenida, Jimin iría tras él.
¿Pero qué sabía Jimin como para culparlo?
Es que Jungkook intentaba aferrarse a su inocencia, pero no podía, no podía porque Jimin nunca le había mentido.
Ese día no pudo hacer nada, solo se encerró con terror, incluso Yoongi llamó para preguntar por su falta y él solo dijo que se sentía mal del estómago.
Conservaría las fuerzas para un miércoles.
Mañana, todo debía concluir mañana.
.
.
.
Cada vez más cercas del final, qué nervios.
.
.
.
†
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top