II. amor fatal
CAPÍTULO DOS: AMOR FATAL
"Tenías que matarme,
pero te mataré de todos modos"
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―¡¿Qué carajo fue eso?!―preguntó Peter mientras se levantaba, siendo jalado por James quien analizaba el pequeño corte que el vidrio había hecho en el rostro de Pettigrew.―¡Esa loca lo hizo estallar todo!
―Te advertí que no era una buena idea.―dijo James, dirigiéndose hacia las puertas del salón y llevándose consigo a Peter. Minerva haría un simple hechizo para arreglar la ventana mientras que Grindelwald simplemente había desaparecido de allí sin necesidad de limpiar nada.
―¿Qué estabas intentando hacer?―preguntó Remus, todavía sorprendido por lo que acababa de hacer la chica de Slytherin, ahora estaban caminando hacia la enfermería.
―No se suponía que fuera la copa de Regulus, se suponía que fuera la de Snape, pero aparentemente Peter no tiene muy buena puntería.―James parecía un poco irritado y Sirius se preguntó si era porque había fallado o porque había golpeado a Amélia.
―De todos modos, fue divertido.―Peter intentó bromear pero recibió una mirada fría de James y una reprimenda de Sirius, ninguno de ellos había intentado hacerle una broma de Grindelwald desde quinto año cuando cruzaron la línea con Severus y ella hizo que su piel ardiera como si estuviera en llamas.
De hecho, todas las burlas disminuyeron después de ese día. Severus se había sentido humillado y terminó llevándose a Evans con él, los dos pelearon y Lily le dio un gran sermón de James y después de eso Potter comenzó a repensar sus acciones.
―¡Sólo dijo que le importaría matarte, idiota!―Remus parecía realmente estresado y Sirius recordó que la luna se acercaba.―¡¿Qué tiene eso de gracioso?!
―¿Crees que realmente decía eso en serio?―preguntó Peter sonriendo con cierta burla y James se detuvo en medio del pasillo y se giró, mirando solo a Pettigrew, quién se escogió en su lugar.
―Ya te dije que si te metes en problemas con Amélia, ni siquiera yo podré ayudarte.―dijo James. Ninguno de ellos quería tener problemas con la chica, considerando toda la presión y también la locura que la acompañaba. pero Potter nunca quiso llamar la atención sobre ella, incluso antes del quinto año. Parecía que si Peter decía algo más, sería James quien lo maldeciría.
―¿Amélia? ¿Desde cuándo llamamos eso a la serpiente mocosa?―Peter parecía confundido e irritado y Sirius sabía que si no interfería en ese momento algo no muy agradable sucedería.
―Sólo tú la llamas así, Colagusano.―dijo Sirius, sonando desinteresado.―Y sí. Ella tiene la habilidad y está lo suficientemente loca como para hacer lo que dice, así que será mejor que te mantengas alejado de ella y de Regulus.
La conversación terminó allí. Peter parecía perdido en sus pensamientos, Remus parecía estar buscando a alguien todo el tiempo y James todavía parecía estar muy irritado, se detuvieron en la enfermería solo para que los cortes de Peter pudieran ser limpiados y tratados, ya que ni siquiera James había sido golpeado por el fragmento de vidrio. Sirius miró a Peter, quien hacía una mueca de dolor al pasar una especie de líquido que a Sirius ni siquiera le importaba saber qué era.
―Esa asquerosa serpiente.―dijo con una mezcla de dolor y rabia. Nadie dijo nada, sólo esperaron a que terminara para irse.―Ella pagará por esto...
Media hora después se dirigían hacia la cabaña de Hagrid cuando Sirius tuvo una idea, se detuvo en su lugar y miró a su alrededor dándose cuenta de que no había nadie, miró a James y sonrió desafiante.
―¿Una carrera?―dijo con la esperanza de que esto hiciera que su amigo se sintiera feliz y menos estresado.
James sonrió ampliamente, volviéndose hacia Remus y Peter, les dirigió una mirada que parecieron entender, porque al segundo siguiente todos corrieron hacia el lago, Sirius tuvo que darse prisa para llegar allí con los tres chicos.
―Muy bien, Lunático, tu llevas el tiempo.―dijo James sin esperar una respuesta.―Y Peter, quédate cerca en caso de que necesitemos la ropa.
―¿Por qué siempre me toca esa parte?―Peter se quejó. Fue ignorado ya que James ya era un ciervo y Sirius era un gran perro de pelaje negro cuando terminó de hablar.
Comenzaron a correr sin siquiera darle una señal a Remus, el viento estaba fuerte ese día y correr por allí hizo que Sirius recordara lo que era andar en su motocicleta, hacía tiempo que no andaba en motocicleta por falta de tiempo. Él la extrañaba.
Bueno, tal vez podría dar un paseo con ella en su próximo viaje a Hogsmeade... Sus pensamientos se interrumpieron nuevamente cuando vio que James ya no corría, miró a su alrededor buscándolo, cuando lo encontró, ya no era un ciervo y llamó a Sirius apresuradamente.
Sirius se acercó a él con cuidado, James arrojó la ropa de Sirius detrás de un arbusto y el perro negro se acercó a ellos, cuando regresó era Sirius Black nuevamente. Se acercó a James viendo que Remus y Peter estaban agachados mientras lucían extremadamente concentrados, Sirius estaba a punto de preguntar qué había llamado la atención de los chicos cuando escuchó voces.
―Vámonos, deja a la niña ahí y vámonos.―era Lucius Malfoy quien hablaba y Sirius quería saber desesperadamente con quién hablaba. Pasó algún tiempo y se escuchó una segunda voz.
―Como quieras.―dijo Snape, aparentemente desinteresado en lo que estaba pasando.
Silencio. Silencio. Silencio. Por algunos segundos, y después de eso escucharon gritos y sonidos de agua. Se levantaron y buscaron alguna señal de Snape o Malfoy pero no había nada.
James corrió hacia el lago y los demás lo siguieron, miró a su alrededor buscando cualquier señal de movimiento. Potter apenas podía ver las burbujas de aire que se formaban en la superficie del lago.
―¡Hay algo en el agua!―dijo Remus sorprendido.
Jame se desesperó aún más cuando un rostro emergió del agua y reconoció el cabello blanco y los ojos azules cristalinos. Pasaron tres segundos y luego algo la atrajo hacia abajo nuevamente.
―Amélia...―su voz era más bien un susurro.
―No puedes entrar ahí, algo la está tirando.―dijo Peter sacando a James de sus pensamientos, haciéndolo girar para ver a Sirius terminando de quitarse la camisa para meterse al agua. Black ni siquiera se detuvo a discutir.―¡Dios mío, se va a morir!
Antes de que pudiera decir algo más, entró al lago y Peter y Remus se acercaron desesperados, James también estaba allí pero todavía estaba congelado en el momento en que la vio en el agua. Se escuchó un fuerte estruendo y se vio una luz en el lago, era Sirius, lo sabían, se escuchó otro grito pero esta vez fue un grito horrible que hizo que los tres chicos se taparan los oídos, después de eso el silencio regresó.
James estaba listo para entrar al lago cuando Sirius salió temblando pero traía consigo a la chica que parecía no respirar. Peter fue hacia Sirius e hizo un hechizo para calentar y secar su ropa mientras James y Remus corrían hacia la chica, aterrorizados.
Remus intentó despertarla y no funcionó, James miró a la chica que estaba más pálida de lo normal, tenía un corte en el lado izquierdo de la mejilla. James tocó su piel helada aún demasiado congelada para pensar con claridad.
―Déjenla respirar.―Sirius empujó ligeramente a sus amigos y luego levantó la cabeza de la chica y no la soltó hasta que ella comenzó a vomitar el agua que estaba atascada en su garganta.
James se acercó.―Amy... ¿estás bien?
―¿James?―ella miró a su alrededor confundida mientras James ponía su brazo bajo su cabeza, ayudándola a levantarse y alejándola de Sirius como si necesitara una prueba de que ella estaba allí.―Qué...
―No lo sabemos.―Remus lanzó un hechizo para calentar a la chica que se apoyaba contra James mientras comenzaba a analizar todo y buscar cualquier herida en la chica.
―¿Cómo llegaste aquí?―preguntó Sirius, tocándole suavemente el rostro y atrayendo su atención hacia sí mismo. Sus ojos lo miraban, perdidos y cansados, quería sacarla de allí lo más rápido posible.
―Severus... no podía respirar.―ella todavía estaba confundida mientras colocaba su mano sobre su cuello. Los chicos se miraron y Peter parecía querer decir algo pero fue interrumpido por James.
―Vamos a la casa de Hagrid.―James la levantó en sus brazos como si hiciera eso todo el tiempo. Los tres muchachos observaron confundidos mientras la seguían.
―Sabes que puedo caminar sola, ¿verdad?―ella dijo sonriendo divertida como si no se hubiera estado ahogando recientemente, pero abrazando más fuerte al chico, temerosa de que simplemente la soltara de repente.
―Cállate, estoy intentando ser un caballero.―James se rio también. Sirius nunca había estado tan confundido en su vida, ¿desde cuando Amélia Grindelwald y James Potter se trataban con amabilidad?
Llegaron a la cabaña de Hagrid y se dieron cuenta de que estaba vacía, entraron de todas formas, James colocó a Amélia en un sillón cerca de la chimenea y luego Remus corrió a encenderla, Sirius le entregó su capa a la chica que aún temblaba y Peter puso agua a calentar en el fuego recién encendido, mientras buscaba algo de té.
De repente, la chica levantó la mirada preocupada antes de preguntar en voz baja y con cierta dificultad:―¿Dónde está mi varita?
―Casi mueres y ¿lo único que te importa es tu varita?―Remus rio, cuestionando a la chica quien se encogió hacia atrás avergonzada, sin saber qué decir.
Sirius observó desde lejos, preguntándose cómo esta chica aparentemente frágil podía ser la misma Grindelwald que casi había destruido del Gran Comedor en un ataque de ira.
―Aquí la tienes.―James le entregó la varita a la chica, quien saltó, la tomó y le dio las gracias. Potter le sonrió y luego miró a Sirius haciéndole señas para que fueran por el otro lado mientras Remus le ofrecía chocolate a Amy y Peter seguía preparando té con calma.
―¿Qué crees que pasó?―se veía realmente preocupado y la mente de Sirius estaba llena de dudas, una de las más grandes era sobre James y Amélia.
―Es bastante obvio lo que pasó, Snape y Malfoy intentaron matarla.―respondió Sirius con su expresión obvia y su tono normal y para nada bajo.
―Sev no haría eso.―Amélia lo miró y James se dio cuenta de que no estaban lo suficientemente lejos para que la chica no los escuchara.
―¿Cómo estás tan segura?―Sirius se acercó, su pregunta hizo que Amélia le diera una mirada incrédula.
―Él es mi amigo.―lo dijo como si fuera obvio y luego ajustó su posición en el sofá.―Y no sé qué consideras tú amistad, pero mis amigos no suelen intentar matarme.
―Deberías decirle eso a Snape, porque parece que no lo sabe.―Sirius se enojó. Amélia abrió la boca para responder pero fue interrumpida por otro ruido, los cinco miraron hacia la puerta y se levantaron rápidamente al ver a Hagrid entrar y se sobresaltaron al verlos allí.
―¿Qué están haciendo aquí? ¿Cómo entraron?―preguntó, mirando principalmente a los dos que estaban de pie, James y Amélia, quienes se miraban como si estuvieran intercambiando palabras solo a través de sus miradas.
―Ella cayó al lago negro.―respondió James y Sirius la miró con incredulidad, Amélia también parecía querer golpearlo.
―¿Qué? Por Merlín, ¿cómo pasó esto?―preguntó acercándose y viendo a la muchacha todavía pálida y fría, aunque estaba un poco más caliente por estar cerca del fuego.―Dime, ¿qué pasó?
Amy y los chicos se quedaron congelados en su lugar, se miraron esperando que alguno de ellos dijera algo, pero nadie dijo nada, Sirius estaba a punto de contar todo lo que creía saber cuando Amélia cayó al suelo inconsciente.
Remus corrió hacia ella al igual que Hagrid y James, Sirius la levantó del suelo y miró desesperadamente al medio gigante quien tomó a la chica de sus brazos sin ningún esfuerzo.―Vamos, llevémosla a la enfermería.
Los cuatro chicos llegaron a la enfermería después de Hagrid con la excusa de que no podían seguir con el ritmo del guardabosques, pero en realidad se descontrolaron un poco para inventar una buena mentira sabiendo que si acusaban a Snape, Grindelwald lo negaría hasta el final.
―Necesito que me digan exactamente qué pasó.―Dumbledore preguntó de repente y Sirius se preguntó cuándo había entrado allí. Miró a James, quien no le correspondió y se limitó a aclararse la garganta.
―Se cayó al lago, eso es todo lo que sabemos.―eso no había sido la mentira que habían acordado, peor el tono tranquilo de su voz hizo que incluso Sirius le creyera por un momento. Pero Dumbledore no tuvo ninguna reacción como de costumbre.
―Si me lo permite, señor Potter, ¿podría decirme qué estaban haciendo allí?―preguntó como si no quisiera nada, pero Sirius podía sentir la desconfianza allí.
―Le íbamos a explicar lo que pasó antes, profesor.―dijo Sirius mirando a Madam Pomfrey que estaba limpiando la herida en las muñecas de la chica.―Íbamos a disculparnos...
―¿Lo haríamos?―susurró Peter a Remus quien discretamente pisó el pie del chico que gruñó suavemente de dolor. Los cuatro chicos tenían sonrisas forzadas en sus rostros y el director simplemente asintió, mirando a la chica.
―¿Qué es lo que tiene exactamente, profesor?―preguntó Remus acercándose a la chica que ahora parecía estar durmiendo tranquilamente.
―Cuando una persona, ante una situación de ahogamiento, contiene la respiración y lucha de forma descoordinada hasta que ya no puede contener la respiración, inhala involuntariamente una gran cantidad de agua y empapa sus pulmones.―Pomfrey lo explicó como si no fuera gran cosa.―Lograron sacarle algo del agua que había tragado, pero todavía queda mucha agua en sus pulmones y terminé provocándole asfixia.
Los cuatro chicos miraron con horror a Grindelwald tendida en la cama, había profundas ojeras bajo sus ojos, y círculos de sangre goteando en sus muñecas, y lo único normal en ese estado era su piel, pálida como siempre.
―¿Dónde está ella? ¿Qué hiciste?―Marcos Montgomery entró de repente a la enfermería, yendo directamente hacia Peter y agarrándolo por el cuello de su camisa blanca.
―Marcos, déjalo ir, por favor.―la chica rubia cuyo nombre Sirius no recordaba, entró por la puerta, trayendo también a Blue Ivy.
James y Sirius se acercaron a Peter y Blue Ivy rápidamente fue a lado izquierdo de Marcos, Sirius miró hacia su lado derecho viendo a Regulus allí también, Remus y la Hufflepuff se interpusieron entre ellos haciéndolos detener lo que aún no había comenzado.
―Niños, no creo que sea un buen momento para esto, señor Montgomery, los chicos solo estaban ayudando, aparentemente aquí nadie tiene la culpa.―dijo Dumbledore con una calma que irritó a Sirius.
―¿Cómo te enteraste de lo que pasó?―Remus le preguntó a la chica rubia quien abrió la boca para explicar como terminó siendo interrumpida.
―Peeves está gritando que Peter Pettigrew ahogó a Amélia Grindelwald en el lago negro.―Regulus fue quien respondió, fue una mentira a medidas pero tono irónico dejó en claro que él era el único de los amigos de la Slytherin que no lo creía.
―¿Y le crees al poltergeist?―James levantó las cejas y Regulus lo fulminó con la mirada, Potter rápidamente miró hacia otro lado dejando a Sirius confundido nuevamente.
―Dije que deberíamos venir a aquí y preguntar, pero aparentemente los Slytherins son tercos y están estresados.―dijo Anne, Regulus y Marcos rodaron los ojos intentando ignorar a la Hufflepuff, ninguno de ellos parecía querer moverse, era como si todos estuvieran a la defensiva.
―Cállate, tejón estúpido.―todos miraron a la chica que abría los ojos con dificultad, su sonrisa burlona estaba allí aunque todavía estaba visiblemente débil. Sirius se preguntó si Amelia lidiaba muy bien con este tipo de incidentes, como para poder manejar éste tan bien.
―¡Amy!―dijeron los cuatro merodeadores al mismo tiempo y se acercaron, pero la Hufflepuff fue la única que abrazó a la chica que hizo una mueca de dolor.
―Déjala respirar.―Regulus murmuró lo mismo que Sirius había dicho hace una hora, alejó a la rubia de la chica mientras sostenía cariñosamente la mano de la Slytherin quien sonrió débilmente.
―¿Qué te hizo Pettigrew?―preguntó la rubia más alta y la boca de Peter se abrió con incredulidad, los merodeadores se contuvieron para no reír.
―¿Pettigrew? ¿De verdad crees que podría hacerme eso?―sonrió sarcásticamente y los cuatro la siguieron como si fuera una gran broma.
―Idiotas.―Peter murmuró suavemente para que sólo los chicos pudieran escuchar, los tres estuvieron de acuerdo y volvieron su atención a la niña.
―¿Y entonces qué pasó?―preguntó Marcos interesado, los cuatro chicos se tensaron y Amy miró directamente a Sirius como buscando una señal que aparentemente encontró porque volvió a mirar a Marcos.
―Me caí al lago...―apretó los puños y miró hacia abajo, Sirius sabía que una pequeña parte de ella estaba pensando que Snape tenía algo que ver con eso.
―¿Y qué hacías allí?―preguntó Marcos mirando con desconfianza a Peter, quien nuevamente parecía incómodo con las preguntas directas que le estaban haciendo.
―No es asunto tuyo.―Peter respondió solo para irritar al chico, pareció funcionar ya que se puso de pie luciendo listo para discutir.
―Si no recuerdo mal, el límite de visitantes aquí es solo de seis personas.―Amélia interrumpió lo que probablemente sería otra larga discusión que incluso podría convertirse en una pelea.
―Buen punto, señorita Grindelwald. Bueno creo que dejaré que Madam Pomfrey te cuide ahora, pero debes venir a verme más tarde y lleva a tus cuatro nuevos amigos contigo.―dijo Dumbledore con una sonrisa burlona adornando sus labios, casi como si estuviera orgulloso de poder decir: "tus cuatro nuevos amigos".
―Nosotros también nos vamos, pero vuelvo más tarde, ¿vale?―dijo James, y todos, excepto Amélia, que sonrió y asintió, lo miraron como si tuviera tres cabezas.
Tiró de Peter que seguía mirando a Marcos y caminó hacia la salida, Remus se despidió de la chica y fue hacia James, Sirius a Amélia y sonrió débilmente queriendo decir algo como "lamento que tengas malos amigos" y al mismo tiempo: "¡ajá".
―Ten cuidado.―prefirió decir antes de darse la vuelta y seguir a sus amigos sin esperar una respuesta de Grindelwald quien se quedaría allí hasta que Madam Pomfrey terminara su chequeo.
Siguieron caminando hasta encontrar un banco, el sol ahora parecía más fuerte que hace unos minutos, o tal vez solo era la impresión de Black.
―¿Qué fue eso?―Sirius no pudo contener su curiosidad, quería saber qué estaba pasando y por qué Potter era tan amable con Grindelwald.―¿Desde cuándo eres amiga de ella?
―Nunca dije que no fuera su amigo.―se encogió de hombros y Sirius frunció el ceño, mirando incrédulo esa respuesta básica que el chico le había dado.
―Estás bromeando, ¿verdad? No pueden estar juntos sin discutir.―fue el turno de Remus de hablar, todos parecían curiosos por saber los detalles. James pareció pensar por un momento, como si estuviera decidiendo si debía decírselos o no.
―No siempre fuimos así...―dijo con una mirada distante en sus ojos y Sirius casi podía ver los recuerdos pasando por su cabeza.―Mi padre y Dumbledore son viejos amigos, así que cuando él se la quitó a Gellert Grindelwald, le pidió a mi padre que me llevara hablar con ella, teníamos ocho años y ella no quería hablar con nadie, pero habló conmigo y después de eso nos hicimos amigos... hasta que entramos a Hogwarts, las cosas cambiaron y ella eligió ser amiga de Snape.
―¿Por qué no lo sabía?―Sirius miró a Remus quien se encogió de hombros tan confundido como estaba, Peter parecía estar paralizado mientras aún procesaba la información.
―Porque nunca hablamos del asunto.―respondió James, también encogiéndose de hombros mientras Sirius y Remus lo miraban con los ojos entrecerrados.
―Qué gran excusa, Cornamenta.―Peter le dio una palmada en la cabeza a James cuando finalmente pareció entender.
―No puedo creer que pensaran que intentaste ahogar a Amélia.―se burló James, cambiando de tema y haciendo reír a los tres amigos.
―¡Cállate, idiota!―Peter se rio mientras empujaba a James, quien terminó empujando a Sirius, lo que provocó que Remus cayera del banco.―Ups, lo siento, Lunático.
Los tres lo miraron esperando una reacción, Remus se puso de pie y con calma, limpió su túnica, miró a los chicos y de repente los empujó a todos haciendo que los tres cayeron al pasto.
Los cuatro chicos rieron y se pusieron de pie mientras iniciaban una pelea sin sentido, corrieron por los pasillos de Hogwarts mientras reían a carcajadas, la euforia juvenil corría por sus venas mientras aún podía.
+5 COMENTARIOS PARA PRÓXIMO CAPÍTULO :)
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