28- twenty eight
Jungkook no estaba seguro en que momento habían comenzado a beber más de lo que había traído. Pero la noche era divertida, hablando de todo un poco y a la vez de nada. Haciendo reír a SeokJin y riéndose con él en el proceso. También había recibido demasiadas felicitaciones por parte del castaño. SeokJin era algo así como adorable un poco bebido y le decía que estaba muy orgulloso de su logro laboral, luego pasaba sus dedos por su cabello lacio y lo despeinaba como si tuviera nueve años, mientras volvía a repetirle que estaba orgulloso y compraría el libro en el cual sería él sería el ilustrador.
Seguramente el festejo hubiera sido similar con TaeHyung.
Cuando menos lo habían esperado, mientras una película a la que no prestaban atencion alguna, se estaba reproduciendo, ambos habían quedado desplomados sobre la cama de cobertores que habían hecho en el suelo de la sala principal. Jungkook estaba cansado, pero al parecer SeokJin lo estaba más, porque no podía siquiera abrir sus ojos correctamente cuando Jungkook le pedía que se despertara para ir a su habitación.
-Hyung, ve a la cama -pedía susurrando, cerca de su rostro.
-Ya, ahora... -respondía SeokJin sin mucha convicción.
-Aish, vamos... -lo movía muy apenas, pero SeokJin se veía similar a un bicho bolita, encogiéndose peor y quedándose sobre el suelo y su cama de cobertores.
Jungkook suspiraba, miraba su reloj y se maldecía, no podía quedarse aquella noche aunque lo quisiera, tenía que seguir trabajando en un nuevo encargo. No se permitía quejarse al respecto porque se había vuelto, fácilmente, el favorito de muchos autores novatos y prestigiosos que querían tener sus diseños en sus portadas, así que si, Jungkook estaba más que agradecido y eso lo llevaba a suspirar para ponerse de pie. Tenía que salir de allí y dejar de mirar cómo SeokJin se veía durmiendo.
Se inclinaba más y lo admiraba otro poco, sus labios abultados eran una cosa preciosa. Una boca carnosa y roja que, había probado en escasas ocasiones. Lo deseaba, esa fascinación seguía allí. Quizás no podía ponerle un nombre, no podría decir con seguridad que tipo de sentimientos albergaba, solo sabía que le gustaba demasiado y disfrutaba muchísimo más estar a su lado. Podría decirse que SeokJin lo volvía un adolescente hormonal, pero luego su polla seguía endureciéndose cuando Rose frotaba sus delicadas manos sobre ella y le daba un pequeño baile antes de la acción. Y podía asegurar que su bajo vientre también había cosquilleado ante la imagen del compañero de trabajo de SeokJin.
Diablos, él realmente era como un adolescente hormonal.
Suspirando, besaba la mejilla del castaño y luego susurraba-. Sigues estando en el puesto número uno, pero eres el tipo que mereces ser el único en la vida de alguien más.
Cuando se ponía de pie, comenzaba a buscar sus cosas, sabía la clave de SeokJin, la había preguntando antes de que el chico estuviera más ebrio que sobrio así que, cuando tenía sus zapatos puestos y todo en mano, comenzaba a poner la clave sobre la puerta.
Con cejas fruncidas y puchero presuntuoso susurraba-. Dos, cuatro, cuatro... ¿Seis? -replicaba, luego ponía la clave y daba error-. Aish, carajo. Ummm... -apretando su cien, intentaba recordar-. No había un maldito dos, ay voy a tener que despertarlo -mencionaba, girando para ver a SeokJin profusamente dormido-, pero está tan dormidito -susurraba.
Justo en ese momento la puerta sonaba y sabía que había sido abierta desde el otro lado, así que se alejaba de inmediato y algo soprendido para encontrar a Kim Namjoon volviendo de su cita. Cuando miraba su teléfono eran las tres de la madrugada, el tipo volvía bastante temprano.
-Hey, Jungkook ¿cierto? -replicaba. Su cabello se veía muy del tipo "porn hair" y su cuello tenía chupones.
Al parecer si se había divertido.
-Seee, justo estaba intentando poner la clave, pero no la recordaba, no quería despertar a Jin Hyung -exclamaba, viéndolo de arriba a abajo.
Namjoon miraba a la sala y notaba a SeokJin demasiado dormido.
-Te entiendo. El hecho de que pueda dormir es una buena señal y... -tomaba parte de su ropa, la prenda que SeokJin le había prestado y la olfateaba-. Eso me da tiempo de lavar esto y que mañana solo la pueda oler con la fragancia a nuestro suavizante de ropa.
Jungkook sonreía y asentía, pero luego sus ojos se abrían cuando Namjoon se la quitaba frente a él.
¡Carajo! ¡Podrían tener un poco de consideración con su cuerpo?!. Jungkook era bisexual, pero encontrar figuras masculinas atractivas le venía costando, por eso Rose era su fiel compañera de cama y sus ojos se regocijaban con algunos heterosexuales atractivos. Pero ¡diablos!, los chicos de Australia no estaban teniendo compasión y encendían su lado más sumiso. Carajo, carajo, carajo.
Jungkook quería golpearlo.
-Bueno, ustedes si que tienen facilidad para desvestirse. Sabes, me considero un descarado, pero posiblemente me ganes -añadía, girando en dirección a la puerta, dando un último vistazo al cuerpo tallado de Namjoon y otro vistazo a un SeokJin que seguía durmiendo pacíficamente.
El chico se reía, dejando entrever esos hoyuelos de infarto, se acercaba a la puerta para cerrarla y despedir al muchacho, pero antes, su naturaleza coqueta añadía:
-Cuando quieras una competencia de quién es más descarado que el otro, me avisas... Tengo unos días más aquí.
Si, ver a Namjoon era como verse en un maldito espejo.
Jungkook le devolvía la sonrisa-. Me encantaría tomarte la palabra, pero me comprometí a que el hombre de allá, soltara sus demonios antes de volver a Australia. No creo tener tiempo para desempatar entre las sábanas quien es mas descarado.
Namjoon asentía con una sonrisa cálida-. Te entiendo y apoyo la moción. Aún así, déjame decir una frase egoísta: Que lástima que no me hagas tiempo en tu agenda.
Jungkook sonreía con dientes y todo-. Claro, chico malo. Porque no debes tener un par de contactos en ese teléfono para lo que te resta de días aquí ¿eh? -Namjoon sonreía en respuesta-. Sabes, intenté despertarlo para llevarlo a la cama, pero esta... Casi muerto, has un último intento para que no quede dormido en el suelo y levantalo ¿puede ser?
Los ojos de Jungkook, esos ojos negros brillosos de cervatillo hacían sonreír a Namjoon.
- ¿Está muy ebrio?
-Podría decirse -respondía el pelinegro, dando otra ojeada preocupada.
- ¿Porque mejor no lo llevamos ambos a la cama?. Así conseguiremos que duerma cómodo y te vayas sin preocupaciones.
Jungkook abría sus ojos emocionado-. Oh, por favor. Si, si. Le dolerá el cuerpo sino.
Y luego de eso, había sido una odisea y media intentar levantar a SeokJin, el tipo era pesado y balbuceaba cosas inteligibles, mientras se negaba a ponerse pie. Pero cuando finalmente lo conseguían, era llevado a su habitación, dejado sobre su cama y sorpresivamente, tomaba a Jungkook de la cintura para jalarlo con él a la cama.
- ¡Agh! ¡Hyung! -susurraba Jungkook, algo incómodo-. ¿SeokJin?
-Mmm... ¿Bambi? -preguntaba, olisqueando el cuello del chico, rozando sus labios en la suave piel y haciendo que Jungkook dudará sobre si moverse o quedarse allí.
-Si, si, Bambi... Debes soltarme, tengo que irme, no quiero, pero debo -mencionaba, intentando que SeokJin soltara sus manos tras su espalda baja y así, quitárselo.
-Lo siento, lo siento -se disculpaba SeokJin, soltandolo, pero llevando sus manos al rostro de Jungkook para verlo fijamente o intentarlo, porque sus ojos estaban somnolientos aún-. Hey...
-Hey... -repetía Kook, Namjoon en ese instante salía de la habitación.
-Gracias -balbuceaba SeokJin.
-De nada, traerte a tu cama fue difícil, pero Namjoon también ayudó -respondía dulcemente.
SeokJin negaba-. No, por eso no -respondía-. Por ser mi amigo, por dejarme hablar de Jimin... Contarte cosas, ayudarme a soltarlo...
Jungkook sonreía dulcemente-. Te juro que te irás renovado de Corea. Un hombre nuevo, lo digo en serio y lo que te queda de tiempo aquí, reserva tus tiempos libres para mí. Hay un par de lugares que quiero mostrarte ¿de acuerdo?
- ¿Me llevarás a Busan? -preguntaba SeokJin, con sus ojos entrecerrados y párpados pesados.
- ¿Busan? Yo soy de Busan -exclamaba emocionado, de nuevo.
SeokJin abría sus ojos, su máximo... Lo que el sueño y cansancio le permitían-. Los padres de Jimin son de Busan, allí pasamos nuestra luna de miel... Y yo tengo algo que hacer allí -susurraba dormido.
Jungkook relamia sus labios y se perdía ante el suave tacto del pulgar de SeokJin que, le acariciaba suavemente.
-Añadiré Busan a la lista ¿de acuerdo? -mencionaba con dulzura, apartando el cabello oscuro y lacio de los ojos de SeokJin.
El arquitecto tarareaba en acuerdo y luego añadía-. Habla con Boxy -y soltaba a Jungkook para acomodarse boca abajo sobre la cama-. Nadie es más importante que su amistad. Nadie.
Y luego se dormía. Jungkook se quedaba viendo su nuca y suspiraba, luego se erguía listo para salir y cuando lo hacía, se encontraba con Namjoon vestido con una nueva camiseta.
-Te acompaño a la puerta.
Jungkook se dejaba, luego sobre esta, una vez abierta, Namjoon le regalaba otra sonrisa de infarto y Jungkook le sonreía negando.
-No lo intentes y no lo tomes personal, en otra ocasión estaría definitivamente sobre tí -exclamaba.
Namjoon relamia sus labios-. En otra ocasión, definitivamente no te dejaría salir por la puerta, pero SeokJin me mataría si llegará a tocarle un pelo a su ángel guardián.
Jungkook reía adorablemente-. Si, claro. Yo conducía el auto cuando impactamos contra el suyo, no soy tan "ángel guardián", pero me propuse que ese hombre se vaya de aquí renovado y haré lo que esté a mi alcance para lograrlo.
Namjoon asentía, una sonrisa más cálida y menos coqueta-. Me agrada que te conociera, casi me recordó al SeokJin de antes -mencionaba.
Jungkook recordaba las palabras de SeokJin sobre este tipo que, había intentando acercarse, ser más que simple compañeros de trabajo. Un amigo en quien confiar, pero que SeokJin se había cerrado. Podía notar que este hombre frente a él, se preocupaba por su Jin Hyung.
-Cuando estén en Australia, prométeme que harás lo que tengas que hacer para que no se vuelva a marchitar ¿de acuerdo?
Namjoon asentía sonriente-. Lo intentaré, aunque es un hombre terco
-Dímelo a mi -mencionaba Jungkook y eso hacía sonreír a Namjoon-. Bien, un gusto de nuevo. Que descanses.
Luego de eso, había salido del apartamento de SeokJin decidido a arreglar sus cosas con su mejor amigo, esa misma madrugada. Extrañaba a TaeHyung como la mierda y este otro no se sentía diferente. Pero a comparación de él, escapaba con más frecuencia de su amigo pelinegro que, lo que Jungkook realmente intentaba evitarlo.
Y luego de que SeokJin le recalcara dormido que intentará arreglar lo que estaba roto, sentía la necesidad de hacerlo cuanto antes.
Al día siguiente, las cosas no se veían muy bien, había revisado la habitación de TaeHyung y no se encontraba allí. Incluso él había "madrugado" para poder despertarse y hacer el desayuno para ambos. Luego abordar el tema en cuestión que los tenía distanciados.
Pero TaeHyung había huido nuevamente, por lo que se disponía a hacer café para uno, mientras preparaba todos sus materiales para poder comenzar con su trabajo. Había tomado su teléfono para mensajear a SeokJin a primera hora del día, pero aún no había recibido respuesta y luego había pensado en llamar a TaeHyung, para saber en cuanto tiempo estaría de vuelta, pero de nuevo no se sentía con muchas ganas.
Quizás si TaeHyung huía, así era como debía ser ¿no?
«No, estúpido» le soltaba su propio subconsciente.
Luego suspiraba y la puerta sonaba, TaeHyung entraba. Su pelo no estaba del todo controlado, sus lentes estaban puestos y llevaba ropa de entrecasa mientras que venía con la bolsa de la pastelería de la esquina de su apartamento.
Cuando encontraba a Jungkook en la sala, se miraban fijamente unos momentos, hasta que TaeHyung cortaba la mirada primero, con pasos vacilantes se acercaba a la mesa ratona del living y miraba al pelinegro desde allí. Éste alzaba la vista desde el sofá y esperaba.
- ¿Desayunamos? -preguntaba TaeHyung.
un latido pasaba, Jungkook estaba serio, Tae relamia sus labios incómodo y levantaba sus lentes por el puente de su nariz. Luego Jungkook le regalaba una sonrisa que iluminaba la sala y asentía. TaeHyung suspiraba, dirigiéndose a la isla de la cocina, seguido de su, igual de nervioso que él.
- ¿Tú pusiste el café? -preguntaba, preparando leche por otro lado.
-Lo hice, creí que te habías ido temprano, quería desayunar contigo también y... Hablar -mencionaba.
TaeHyung se detenía en seco, suspiraba, su corazón se aceleraba y sabía que éste momento llegaría. No podía seguir siendo tan infantil de evitar a su mejor amigo.
-Traje los cupcakes que tanto te gustan de la pastelería Choi -exclamaba, girándose y viendo que Jungkook ya estaba devorando uno, cuando cruzaban una mirada llena de sorpresa, rompían en risas al mismo tiempo.
Unas risas sonoras y largas, del tipo curativas. Una caricia al alma por haber estado distanciados hacía más de una semana. Demasiado tiempo hasta para ellos. La pelea o desacuerdo más largo que habían tenido, había durado un fin de semana entero, hasta que TaeHyung cedía. Jungkook admitía ser el más infantil y vanidoso de los dos y el azabache el mediador. El que daba el primer paso siempre, por eso, luego de tanto discutirlo con la almohada, había decidido que era su turno de dejar el orgullo de lado y rescatar su amistad de las tinieblas.
Cuando TaeHyung había hecho un café con leche para Jungkook y una gran taza de té para el mismo. Se sentaba, suspiraba y ambos decían al mismo tiempo:
"Lo siento".
Y nuevamente sorpresa en sus ojos grandes de cachorros confundidos y otras risas, pero más tímidas.
-Ay, cosita... Demasiado tiempo, ya me sentía perdido sin comer tu comida en las noches. Yo no cocino tan bien como tú -se mofaba. TaeHyung lo miraba y mordía su belfo, negando y riendo al respecto, pero luego notaba que la sonrisa divertida de Jungkook, era reemplazada por un rostro serio-. En serio, lo lamento
-No fuiste tú -exclamaba TaeHyung-. No hiciste nada malo, este distanciamiento fue pura y exclusivamente mi culpa
-Oye, no hay culpa aquí... Tú necesitabas esto, lo entiendo -mencionaba Jungkook-. Solo que es extraño verte usar tu tiempo libre en una compañía del tipo romántica -Jungkook se encogía de hombros.
La verdad, no le molestaba que TaeHyung tuviera a alguien que lo hiciera sentir cálido por las noches, solo sentía que no era el indicado para él. Aunque a decir verdad ¿qué podría saber Jungkook sobre que era bueno o malo para su amigo?, románticamente hablando.
TaeHyung abría sus ojos, sorbia su té y negaba-. ¿Compañía qué?
-Tú y el doctorcito ese... -respondía.
-Dios, no. Él y yo, no, no, no... -TaeHyung maldecía-. No me gusta, no de esa forma. No hay nada romántico entre él y yo... O sea, si lo intente ver como algo más que una simple amistad, pero sabes que soy más complicado que eso... -TaeHyung relamia sus labios y miraba su taza, no pudiendo sostenerle la mirada a su mejor amigo-. Él no es~...
-Jin Hyung -finalizaba Jungkook.
TaeHyung apretaba sus dientes. Ya había pasado un buen tiempo desde la última vez que había visto a SeokJin, el mismo tiempo que se había alejado de Jungkook-aunque ellos venía alejados poco más antes que eso-y lo extrañaba horrores. Si se permitía sentir... TaeHyung, se sentía como la mierda.
Así que tomaba el valor de levantar su rostro y miraba a su amigo con sus ojos negros brillosos, con lágrimas asomando. Se sentía demasiado estúpido y vulnerable. Sentir así, tan intenso por alguien que nuevamente se iría sin mirar atrás, tenía que estar demente para permitirse embrujar dos veces del mismo modo, pero también sabía que Jungkook sería la última persona en burlarse de ello.
Y ciertamente la sonrisa cálida de su amigo al otro lado de la isla, le hacía comprender que lo sabía, lo entendía y podía, por sobre todas las cosas, hablarlo con él.
Ay, ay, ay, ay.... Canta y no llores, porque cantando se alegran, cielito mío los corazones!
✨RECTA FINAL DE ESTE BEBÉ✨
Con amor Niñita Nany 💜
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