19-nineten
TaeHyung sentía que quería pedir o bien tomar lo que SeokJin quisiera darle ¿Pero que era exactamente lo que le estaba ofreciendo?. Todavía sentía aquellos belfos a centímetros y estaba deshaciéndose de deseo por el arquitecto confundido y frágil. Podría ser más descuidado y hundirse en SeokJin, pero eso no sería bueno para ninguno. Considerando que el castaño estaba gateando—nuevamente—y por primera vez en este terreno amoroso.
Sabía que era así, SeokJin y su amigo JinYoung no mentirían sobre el hecho de que el joven viudo se había rendido luego de la muerte de Jimin. Otro tema delicado era que, no sabía con exactitud que había pasado para que Jimin dejara este mundo tan joven. Había mucho por lo que hablar y conocer más a ese hombre que lo estaba matando de amor cuando le pedía aquello. Sus manos apretaban la tela de la ropa de Jin y sus ojos apenas entreabiertos se encontraban con los dulces y perdidos del castaño.
Por el otro lado, por primera—o tercera vez— la culpa caía en toneladas sobre los hombros y la conciencia de SeokJin quien parpadeaba con lentitud al imaginar la escena fuera de su cuerpo. La forma en la que su figura estaba totalmente en el espacio personal de TaeHyung y como su lengua había cruzado los límites de mantener distancia con el joven veterinario, era totalmente invasivo como se veía en este momento por lo que reaccionaba alejándose de inmediato.
—Lo lamento —susurraba sin aliento, ni siquiera podía mirar a TaeHyung a los ojos.
El azabache apenas había logrado tomar su ropa que quedaba sosteniendo el mismo aire cuando SeokJin saltaba dando varios pasos lejos de él. Estaba con su pulso por el cielo y su corazón repiqueteaba alterado.
—Hyung...
—Me daré una ducha —mencionaba el mayor, aún si poder verlo a los ojos porque se avergonzaba de la forma en que había acorralado a boxy—. Dios, huelo a hospital —se esforzaba por verlo unos segundos y con total sinceridad y una vergüenza que pintaba sus orejas de un rojo furioso soltaba en un susurro—. Lo lamento.
Daba media vuelta frente a Tae—sin dejarlo hablar—y se metía en el baño. Éste estaba igual que él, sin aliento con algo de vergüenza por casi tomar lo que le estaba dando o pedirle lo que quería. Bajaba la vista a su mano, aún estaba extendida con sus dedos estirados por la repentina y fugaz escapada de SeokJin. Casi como el agua que caía y se perdía entre sus dedos, así se había soltado SeokJin de su agarre y la sensación que aquello había dejado no le gustaba.
No le había gustado ni un poco.
Decidía reaccionar y suspiraba frustrado, pasando sus manos sobre su rostro para despertar de su letargo. Decidía caminar en dirección a la puerta de salida hasta que, escuchaba la ducha abrirse en el baño que Jin tenía en su propia habitación y su mano quedaba a mitad del pomo de la puerta. Relamía sus labios y volvía a girar mirando en dirección al baño, apoyaba su espalda sobre la superficie de madera blanca y le pedía a su cuerpo que se apagará. Que bajara a la maldita tierra y reaccionara en que no podría jamás tener a un hombre como Kim SeokJin. Había tanto que no conocía y le ocasionaba dos de tipos sentimientos:
Frustración, por no poder ser más directo y menos sensitivo al acercamiento de SeokJin. Se perdía con facilidad cuando lo tenía cerca y quedaba peor cuando accionaba. Y como plus, Jungkook estaba en el medio, otra frustración que quería a veces surgir a borbotones y maldecir a medio mundo por eso.
El otro era la necesidad, después de haber sucumbido al primer beso con aquel atractivo y desolado hombre, TaeHyung quería un poco más de todo. Su corazón se había partido cuando lo había visto perdido durante el recibimiento del email la primera vez y luego la forma en la que había llorado en el hospital por no recordar al hombre que había amado con toda su vida. Él quería curar de alguna forma aquel corazón marchitado, aún si lograba marchitar el suyo propio en el proceso y si no lograba sacar nada de todo este enredo.
»Quizas no tengas nada que sacar y solo vivir el momento.
TaeHyung quería dejar de ser tan jodidamente intenso, quería volver a su estado de tipo intocable, poco impresionable por otro hombre y así manejar todo de forma más relajada, casi reacio e indiferente. Suspiraba y golpeaba su nuca contra la puerta y comenzaba a hacer lo que su mente, cuerpo—y posiblemente corazón—le estaban pidiendo a gritos.
Había dejado un camino de sus ropas regadas por el suelo para llegar finalmente a la puerta del baño y abrirla. El cuarto ya estaba lleno de vapor, el aire húmedo atrapado entre las cuatro paredes amenzaba con quitarle el aire si se quedaba de pie junto a la puerta. La misma era cerrada detrás de él, sus piernas temblaban y sus manos estaban sudando por culpa del clímax en el baño.
Avanzaba a paso lento, posiblemente había ocho o diez pasos entre la puerta y la ducha dónde estaba SeokJin de espaldas a él, luciendo esos anchos hombros y pasando las manos por su cuerpo, su cabello y volviendo a empezar. Logrando que los músculos debajo de su piel se lucieran bajo la luz del baño y el brillo del agua que caía por su cuerpo. Se veía demasiado atractivo para TaeHyung. Alguien a quien no debería codiciar de tal forma, pero lo hacía.
El arquitecto estaba muy sumergido, intentando apagar sus necesidades e insultandose por sentirse la mierda más grande del mundo. Todavía tenía un pesar en su pecho por sus últimas acciones con ambos chicos. Se suponía que solo debían de cuidarlo y servir de ayuda si algo le pasaba, no involucrarse de la forma en la que lo estaba haciendo.
Sus ojos estaban cerrados y solo dejaba que el agua lavara el olor a hospital que sentía en su piel, posiblemente también sus culpas y luego de terminar aquel baño se sentiría un poco mejor por seguir queriendo algo que no podía tener y menos que menos, merecía. Él no era un hombre que jugara a dos puntas. Cuando sus ojos se habían posado en Jimin, el mismo se había vuelto su mundo. Solo él y nadie más que él.
Pero ahora se sentía totalmente diferente al hombre que solía ser con su esposo ante la combinación cruel de su Jimin que, el destino le mostraba en dos hombres diferentes. Tenía que centrarse, era todo una maldita jugada del destino, quizás sin el accidente nunca los hubiera cruzado y si lo hacía seguro y no encontraba parecido alguno. Todo era culpa de lo que su corteza prefrontal se había negado a recordar en ese proceso y lo habían dejado demasiado vulnerable.
No estaba buscando una excusa, en lo absoluto, se hacía cargo de toda su mierda, pero desearía no estar tan sensible como al inicio y más encima enganchado de las buenas intenciones de ambos chicos. Si bien la balanza parecía tener más peso sobre Tae, Jungkook—aún con toda su promiscuidad y una aparante novia en en el medio— también estaba ahí. Y si tenía que elegir, él realmente no quería hacerlo, él preferiría salir de sus vidas y olvidar que este extraño triángulo había existido alguna vez.
Suspiraba, se giraba en dirección a la puerta y abría sus ojos mientras llevaba su cabello húmedo hacia atrás cuando lo veía. Se sobresaltaba un poco, pero ahí estaba. La puerta era transparente, de un material que permitía que todo se viera apenas un poco borroso de la mitad para arriba, pero era obvio que había una sola persona parada al otro lado.
—Tae... —miraba hacía abajo y notaba que solo llevaba su boxer. La piel canela del azabache estaba completamente expuesta y él quería ver aquello. Quería verlo en detalle. Cuando TaeHyung había escuchado su nombre abandonar los labios ajenos sentía ese escalofrío que empezaba en su columna y descendía cuesta abajo para instalarse en su zona sur que, venía demasiado atenta a lo que el hombre bajo la regadera hiciera.
El joven veterinario se acercaba y posaba sus manos en el vidrio, una respuesta casi inmediata era la que SeokJin le devolvía, imitando lo mismo que había hecho. Sus manos sobre las de Tae, a través del cristal y sus corazones golpeando fuerte dentro de su caja torácica. Ambos habían pasado saliva mientras codiciaban al otro en su espacio personal. Pero SeokJin estaba petrificado, no haría nada más de ahora en adelante, no debía, no podía... Aunque lo quisiera.
—Jin... —susupiraba sin aliento, mientras cortaba aquella conexión de manos a través del cristal. Llevaba la derecha a la ranura para posicionar sus largos dedos, SeokJin miraba sus movimientos al otro lado mientras que su cuerpo no se había calmado y ahora estaba peor. Tal y como TaeHyung.
La puerta comenzaba a abrirse y cuando ya estaba con un espació prudencial para que el cuerpo de TaeHyung pudiera pasar, SeokJin se alejaba para permitirle aquello. Se alejaba lo suficiente hasta quedar pegado a la pared con todo su cuerpo mojado, su cabello hacía atrás, su cuello, hombros y abdomen robándose toda la atención del menor y luego aquella prominente erección que se había vuelto más dura cuando sentía los ojos de Tae posarse encima.
El menor relamía sus labios y finalizaba con una mordida que retenía su belfo inferior entre sus dientes, el agua comenzaba a mojarle y la puerta de la ducha era cerrada. Ahora solo unos pasos lo separaban de aquel hombre que lo miraba como si estuviera roto—de hecho lo estaba—le sonreía débilmente, casi con tristeza y lujuria entremezcladas.
TaeHyung daba los pasos que restaba hacía adelante y dejaba que el agua lo mojara aspirando una bocanada de aire, echaba su cabeza hacia arriba, cerrando sus ojos y peinando su pelo hacia atrás. SeokJin lo veía con hambre, con ese deseo que estaba tensando todos sus músculos. TaeHyung se veía demasiado subreal y sensual sin siquiera esforzarse. Le estaba robando el aire y no sabía dónde mirar con exactitud, sus hombros no eran tan anchos como los suyos pero eran justos en la anatomía de TaeHyung. Sus brazos se marcaban, su abdomen plano con esa piel acaramelada y el agua cayendo lo invitaban a lamer. No estaba seguro si cuesta arriba en esos pezones de un tono marrón-rosa que, estaban claramente erguidos y sensibles, o bajar cuesta abajo donde se veía que la tela mojada del boxer negro se guardaba una erección que competía con la suya en grosor, longitud y endurecimiento.
—Dios. Eres precioso —soltaba sin aliento, llamando la atención del chico.
TaeHyung parpadeaba con el agua sobre sus largas pestañas dificultandole la vista y con su boca entre abierta para poder respirar. La adrenalina del momento lo había agitado junto con el agua que lo ahogadaba. Daba los pasos finales apoyando una mano sobre la pared al lado de la cabeza de Jin y la otra a la altura de su cintura. Las manos del castaño estaban detrás de su propio cuerpo, sin zapatos la diferencia de altura era extrañamente peculiar, SeokJin le sacaba unos centímetros interesantes que dejaban a TaeHyung poco más abajo.
El arquitecto tenía los ojos brillosos y el chico frente a él estaba igual, con su rostro y orejas ardiendo, no había tacto de piel con piel, pero el azabache bajaba la mirada y se comía con los ojos el cuerpo de SeokJin, relamiendo sus labios y mordiendo el inferior cuando notaba que el cuerpo de Jin estaba a punto, igual que él, su erección prominente se alzaba orgullosa golpeando el abdomen plano del arquitecto quien, al tener sus brazos tras su espalda se veía más ancho y su cintura más angosta. Y sus piernas, larguísimas... TaeHyung quería pasar la lengua por todos lados, cada maldito rincón de aquel cuerpo y su dueño.
La tensión se sentía en la ducha, el pecho de ambos subía y bajaba cada vez más notorio y cuando volvía a subir la mirada recorriendo los mismos lugares, se encontraba con los ojos de Jin y una gota rebelde que iba de su lóbulo por el largo de su cuello y TaeHyung... TaeHyung clavaba sus dientes sin previo aviso en el largo cuello del arquitecto, haciendole sentir ese tirón de placer en la base de su polla.
— ¡Ah! —el gruñido más sensual del jodido mundo había abandonado la garganta de SeokJin al sentir como esos dientes eran suplantados por un chupón fuerte.
Todo el aire escapaba por las fosas nasales de TaeHyung y volvía a lamer con su lengua y chupar desesperado sin tocar de más con su cuerpo, pero al instante en que volvía a succionar el agua de la piel ajena, SeokJin empujaba su pelvis hacia adelante y sus erecciónes chocaban. Los chupones embravecidos de TaeHyung eran interrumpidos por un gemido placentero y frustrado por haber sentido la rígida y desnuda polla tocar la suya—que aún yacía en su boxer—las manos de SeokJin tomaban sus caderas y aplicaba presión mientras le brindaba su cuello para que chupara sin reparo en esa zona.
De inmediato se sujetaba de los hombros del mayor, lamiendo y chupeteando entre su cuello, hombro, lóbulo y mentón. Empujando hacia delante para moler su erección a la ajena y aliviar el dolor con placer—o tortura—una de sus manos iba del hombro cuesta abajo en un rasguño que hacía gemír deliciosamente al castaño. Este respondía al ataque con besos en la misma zona en el cuerpo ajeno hasta que, tomaba el cabello húmedo de TaeHyung y encontraba su boca desesperado.
"Mmm..." El unísono del gemido frustrado que hacían ambos al, finalmente, tener la lengua del otro usurpando su boca, llenaba aquel cubículo.
Los dientes de ambos mordían, succionando la lengua ajena, jadeando y gimiendo, mientras TaeHyung se molia y restregaba contra el firme cuerpo del arquitecto. Los papeles cambiaban y SeokJin los giraba con sumo cuidado de no caer. Tomaba la cabeza de TaeHyung entre sus manos y lo besaba, lo besaba como si no hubiera un mañana o como si aquello no pudiera volver a repetirse mientras era él quien lo apretaba contra la pared moliéndose contra su cuerpo.
Soltando la boca ajena volvía al cuello del menor y comenzaba a besar y raspar con sus dientes mientras TaeHyung gemía con ese tono de voz grave, pero que ahora sonaba totalmente diferente mientras el placer predominaba sus sentidos. Estaba hipersensible a las caricias y besos del mayor, con desesperación clavaba sus uñas a la espalda de SeokJin, presionandolo más contra su cuerpo, bien podría estar jodidamente feliz siendo incrustado a la pared del maldito baño.
Sus cuerpos mojados se sentían extremadamente suaves cuando sus torsos se tocaban. TaeHyung sentía esos dientes y labios delinear su mandíbula para volver a buscar su boca y besarlo con esmero, hasta que una mano de SeokJin descendía entre ellos, pellizcando apenas su pezón en el recorrido en el que solo buscaba quitarle la maldita prenda que evitaba poder verlo completo y sentirlo mejor aún.
—Quitatelo —ordenaba con su voz ronca y tiraba del elástico.
TaeHyung lo volvía a besar tomando su rostro entre sus manos—. Quitamelo tú —pedía con esa voz quebrada de placer.
SeokJin volvía soltar un gemido de frustración y tiraba del maldito bóxer—sintiendo la gloria cuando su polla sentía la del menor—, TaeHyung no estaba todo rasurado al igual que él, pero su vello púbico estaba muy prolijamente recortado, dejando ver apenas una sombra de este arriba de ese largo y venoso miembro que saltaba. De inmediato Jin restregaba el suyo sobre el del menor otra vez y este soltaba su boca para gemir sonoramente por el primer toque de piel con piel.
La prenda fue quitada con desesperación mientras la carne de SeokJin se molia contra la suya desesperado. Ninguno estaba seguro hasta donde llegaría el otro o hasta donde ellos mismos se permitirían llegar, pero estos roces y esta forma de querer fundirse en el cuerpo ajeno los estaba haciendo volar alto con aquel simple juego necesitado.
TaeHyung apartaba a Seokjin intentando detenerse unos segundos para respirar. Recién notaba las pupilas dilatadas del mayor, sus labios hinchados. La piel enrojecida en la zona de su cuello y hombros, seguramente él lucía igual. Efectivamente, si estaba igual. SeokJin suspiraba y TaeHyung quedaba congelado cuando notaba lo desnudo que estaban y como se habian estado comiendo sin compasión. SeokJin daba un paso alejándose y dejaba caer su cabeza hacia atrás para que el agua lo mojara nuevamente.
TaeHyung lo miraba en demasía, aquel cuello mojado y brilloso, largo y marcado por sus besos. El cuerpo perfecto de SeokJin lo llamaba en silencio, de nuevo lo veía tomar esa ducha en paz, tirando su cabello hacia atrás logrando que sus brazos se marcarán. Sus manos no pedían permiso y se aferraban a la cintura de Jin para caer de rodillas frente a él y sorprenderlo por el arrebato.
Antes de que su lengua pudiera siquiera probarlo, SeokJin se soltaba. Agachándose a la par de él, acunaba su rostro entre sus manos—. No, no. No hagas eso, no tienes que hacerlo...
TaeHyung estaba sorprendido con la dulzura que SeokJin rechazaba aquella atención y lo ayudaba a ponerse de pie.
— ¿No lo quieres? —cuestionaba confundido.
Casi desbordando esa inocencia que lo caracterizaba y derretía a SeokJin por completo. Ya de pie lo seguía mirando confundido.
— ¿Por qué me rechazas? —cuestionaba con sus cejas fruncidas, apartando el agua de su rostro.
—No lo hago, boxy... —respondía sin aliento y volvía a apoyarse contra la pared—. Ven aquí —extendía su mano.
TaeHyung la tomaba y notaba como era arrastrado para un abrazo. Ambos seguían duros y era jodidamente inevitable que aquello se les bajara cuando sentían el deseo desbordar su propio cuerpo. TaeHyung se dejaba apretar y SeokJin volvía a besarlo pero de forma más suave. Sus lenguas se acariciaban sin chocarse y succionarse desaforadamente, se estaban saboreando con calma.
De todas formas solo se incendiaban peor entre ellos. TaeHyung volvía a buscar aire y le brindaba su cuello, el cual Seokjin no rechazaba, sus manos no habían ido más abajo, seguían sobre la cintura del menor, quien iba girando, sin dejar de ser besado y ahora acariciado por todo su torso. Se acomodaba de espaldas a Seokjin y presionaba sus glúteos contra la roca que éste tenía entre las piernas, logrando que gimiera ante aquello y por poco se corriera al sentir esa parte en particular del cuerpo ajeno.
—Joder... —Susurraba el castaño en su oido—. Si puedes jugar sucio —mencionaba. TaeHyung dejaba caer su cabeza en su hombro y volvía a empujar.
—Jin... —soltaba sin aire mirando hacia atrás.
Las manos del mayor pasaban por su pecho y lo apretaban más fuerte, su espalda tocaba el torso de Jin y él se encargaba de abrir sus glúteos para atrapar entre ellos la erección de SeokJin. Este apretaba sus ojos y estrechaba más fuerte al azabache entre sus brazos mientras que su lengua jugaba con el lóbulo de TaeHyung y sus dientes tiraban de éste.
Aquella sensación y cosquilleo ponían más duro y deseoso a TaeHyung, sentirlo cerca de su entrada sabiendo que SeokJin no lo penetraria lo calentaba demasiado, por lo que, tomaba uno de los brazos del mayor y llevaba su mano a su dura carne.
—Tócame o me volveré loco, por favor —pedía casi sollozando y empujando su cuerpo más encima de SeokJin.
La mano del mayor envolvía la longitud de TaeHyung, mientras continuaba besándolo con suma dulzura en la unión de su cuello y hombro.
—Si, Jin... —susurraba, moliendo su cuerpo con ganas, escuchando como el arquitecto gemía en su oreja ante aquello y recibiendo una masaje más fuerte de parte de este. Su cabeza se corría y le permitía maltratar su cuello mientras se sostenía de las caderas de éste tras él y se movía contra la mano y luego contra la polla del arquitecto entre sus glúteos—. Hyung... Por favor, follame —rogaba.
—Boxy... —susurraba jadeante, moliéndose contra el cuerpo de TaeHyung, fingiendo embestidas y masturbando más fuerte al azabache—. Eres hermoso... —susurraba tirando de su su lóbulo.
—Más rápido... —pedía mordiendo su labio con ganas.
Seokjin veía aquel maltrato que Tae daba a su propio belfo y llevaba dos de sus largos dedos a los labios ajenos para que los dientes de éste dejarán de moder, el azabache en seguida dejaba de hacerlo y tomaba los dos dedos en su boca, mojados por el agua de la ducha que seguía cayendo. Sentía la necesidad de mantener su boca ocupada, chupando o lamiendo algo y los dedos de Jin le parecían una excelente opción, especialmente porque tenía aquellas orbes oscuras y lujuriosas posadas en él mientras que recibía un masaje vertical por su falo erecto volviendolo loco.
Seokjin estaba hipnotizado por el hombre deshaciéndose entre sus brazos, por los ojos entrecerrados de TaeHyung y la forma en que su boca chupaba con avidez. Si fuera por él lo tomaría, pero eso sería peor, a pesar de la cruda escena en la ducha, hacerle el amor a TaeHyung sería algo difícil de olvidar y estaba seguro que lo seguiría codiciando con verdaderas ganas, pero mejor era darle placer, servirle para ayudarlo a correrse y él no merecía tener el simple gusto de tomarlo. No lo merecía, ya tenía suficiente con toda su maldita actitud hacía el joven veterinario.
Sus ojos iban de la longitud de Tae en su mano y al rostro de éste. Las mejillas estaban coloradas y la lengua de l muchacho lamía sus dedos, realmente no podía creer lo salvaje y precioso que se veía. TaeHyung gemía suavemente cuando de repente estampaba sus labios a los de Jin y se corría mientras lo mordía con fuerza y gemía con su belfo aprisionado entre sus dientes. Aquello había dado el tirón justo y correcto a la base del miembro del castaño y se corría también. Sus masajes continuaron hasta que sentía que la dureza de TaeHyung iba desapareciendo. Al azabache le temblaban las piernas y luego reaccionaba sobre la fuerza con la que lo estaba mordiendo, pero SeokJin no se quejaba.
Los espasmos lo hacían desear estar en una maldita cama, pero SeokJin lo estaba sosteniendo, aprovechando aquello, su lengua pasaba como bálsamo sobre el carnoso labio inferior del arquitecto. Se giraba nuevamente y notaba que SeokJin tampoco estaba tan duro ya.
— ¿Te corriste? —preguntaba sorprendido y esa inocencia preciosa.
—Contigo... —musitaba suavemente.
TaeHyung enroscaba sus brazos en el cuello ajeno mientras que SeokJin abría las piernas para tenerlo entre miedo, bien agarrado de la cintura y en completo silencio. Regulando sus respiraciones y sintiendo como los latidos del corazón ajeno iban bajando el ritmo y encontraban un compás para latir al mismo tiempo. Sabían que el abrazo no sería eterno y sabían que habría marcas—en su piel, corazón y conciencia—y una charla que seguramente debían de tener luego, como los adultos que eran.
Pero todo parecía ser cada vez más complicado y la sensación de no estar completos seguía molestándolos a ambos.
—Tae...
—No me arrepiento —susurraba de improvisto, no dejándolo terminar—. No me digas que lo lamentas porque no hiciste nada malo. Yo me desnude, yo entre, yo te bese y yo te pedí que me tocarás —salia del hueco del cuello de Jin y lo miraba, estaba cerca rozando la nariz del mayor—. También recuerdo haberte dicho que me follaras...
—Boxy... —SeokJin chasqueaba su lengua—. No quiero lastimarte
—Lo sé... Y tampoco quiero que me lastimes, pero contigo no quiero pensar en el "que tal si..." —mencionaba—. Y tampoco quiero pensar de forma tan intensa. Solo... —suspiraba sonoramente, sosteniendo el rostro de SeokJin—, solo dame este momento sin culpa y yo haré lo mismo.
Buscaba la mirada de aprobación del arquitecto y recibía esa sonrisa suave y luego otro beso dado con parsimonia que, también se permitían disfrutar.
Se fueron 4000 y pico de palabras. Demasiado largo para ser de Remember me 👁️👄👁️
No sé que poner aquí excepto, bienvenidos nuevos lectores y gracias por la paciencia a los fieles u.u
Si ven errores corregire luego ;)
Con amor niñita Nany 💜
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