Jasper pareció hundirse en sus recuerdos:

— Aro, hace muchisimos años, tuvo una época en la que se interesó demasiado por los humanos. Es frustrante no entender por qué, aunque saben que van a morir, no viven angustiados. Son... — pareció buscar la palabra adecuada — "fuertes" en ese sentido. Aro decidió engendrar una niña con una humana.

— Luego de varios siglos en la Guardia, ella le pidió a Aro su libertad. Éste se la concedió de mala gana, pero para ese momento el la apreciaba y confiaba en ella.

— En uno de sus viajes fue hacia el Sur, era una mala época para ser humano debido a las guerras entre vampiros que deseaban controlar las grandes ciudades y garantizarse más alimento.

— Rápidamente localizó el cuartel de una vampira llamada María. Y, discretamente, colaboró con la formación de los neófitos que se utilizarían en la batalla. Se involucró sentimentalmente con uno de ellos. Al tiempo éste la abandonó y dejó su corazón roto.

— Vivió en el Sur unos años más y luego regresó a Volterra. Donde ha estado entrenando a la Guardia Vulturi hasta ahora.

— Y... me cuentas esto por que?— no quería sonar grosera pero no entendía el sentido de la historia.

— Ella se acerca. Y viene para recuperar lo que es suyo.

— ¿Qué es suyo?— pregunto yo.

— Mi corazón.

— Tu ...corazón?— pregunto incrédula.

— Si, mi corazón, Bella. Pero creo que para entender esto, debes conocer toda la historia.