t r e i n t a y s e i s
— ¡Supergirl!
Giraste la mirada hacia la persona que te había llamado por tu nombre de héroe, al instante tu entrecejo se habia fruncido después de observar lo que él había estado planeando hacer.
— Estabas por noquearlo— pronuncias hacia él con molestia.
Te encontrabas hincada frente al hombre que anteriormente te había disparado con un arma de fuego, tu orbes azules expresaban lo enfadada qué estabas con tu compañero. Estabas segura de que si él lo hubiera atacado como quería, definitivamente él hombre no hubiera hablado, y es lo que menos querías porque necesitabas información.
— Lo siento, no sabía que teníamos que colocarle unas almohadas— añadió Jason con sarcasmo—. Es un criminal ¿Lo olvidas?
— No justifico lo que él estaba haciendo, pero sabes que necesitamos información de él, y no la hubiéramos conseguido si lo hubieras atacado— pronuncias entre dientes, lo que provocó que él cambiará su semblante.
Red Robin se cruzó de brazos, él sabía que tenias la razón después de todo habías demostrado tener aún más paciencia qué él. Así que tomó al hombre atando sus manos con ayuda de una soga qué saco de su cinturón, tomó sus manos con brusquedad levantándolo del suelo y acercandolo hacia ti, empujándolo con fuerza.
— Por esa razón Batman te dejó a cargo— afirmó el de vestimenta carmesí.
Jason había reído de una manera burlona hacia el hombre que él tenia, por esa razón Batman siempre te dejaba a cargo de la situación, no por nada él conocía él temperamento de su hijo adoptivo, además de que él millonario sabía que Jason nunca se enfadaría contigo.
— Él sabe que en ocasiones eres muy impulsivo— una sonrisa sobresalió de tus labios, de un movimiento tomaste su mentón con tus dedos obligandólo a mirarte a los ojos—. Yo me encargo del resto.
Una pequeña sonrisa salio del rostro de él.
— ¡No me importa lo que me harán!— exclamó el criminal una vez que te colocaste frente a él— ¡No voy a hablar!
Tenías que admitir que la perseverancia de los villanos era digna de admirar, después de todo tenías que utilizar los métodos qué Bruce te enseño para que los criminales como él hablaran.
— Es todo tuyo, linda.
Una pequeña risa sobresalió de tus labios, la actitud de Jason era lo que más te había llamado la atención de él. Aún no entendías mucho acerca de las relaciones en la Tierra, pero sabías que lo que te hacia sentir era algo que nunca nadie te había hecho sentir, una enorme calidez en el pecho.
Una vez que habías terminado de interrogar al criminal, al final no tardo mucho en comenzar a hablar y explicar en donde se encontraban mercancía de los demás criminales, al igual que los cómplices. Dejaste a los criminales en un lugar donde la policía lograría encontrarlos fácilmente, debías de admitir que por alguna razón habían muchos criminales en Gotham.
Sin embargo al poco tiempo después de haber terminado tu misión y conseguir la información que necesitabas, le enviaste la grabación a Bruce quien se encontraban en la Baticueva regresando de una misión en solitario.
Gracias a tu habilidad de vuelo conseguiste llegar hasta donde se encontraba Red Robin, él yacía en el edificio más alto de Gotham, con su mirada azul metálica observando el enorme paisaje que tenía frente a el, mientras presionaba sus nudillos. Era de noche por lo que se lograban apreciar las luces qué adornaban las ciudad, un hermoso paisaje digno de admirar, de pronto una brisa de aire fresca movió tus cabellos con delicadeza.
Tus pies finalmente tocaron la superficie del suelo, para que después te acercarás unos centímetros de distancia de Jason.
— Sabes que a veces solo tienes que tener algo de paciencia con los criminales— pronuncias una vez a su lado, observando la bella vista qué se encontraba frente a ambos.
— ¿Eso piensas?— cuestionó el de cabellos negros, sin dejar de observar el paisaje—. No voy a darle ninguna pizca de compasión a alguien que no la tuvo, los criminales no lo merecen.
— Estoy segura de que se de lo que hablas— agregas, para observarlo de frente—. Pero tienes que ser más inteligente que ellos, los criminales no van soltar ni una palabra si los dejas inconscientes.
— Hablas como si fueras él— un pequeña risa sobresalió de tus labios.
Bruce te había enseñado demasiado bien, en comparación con sus dos discípulos principales, habias entendido a la primera que hacer para conseguir la información que necesitabas. Habías mejorado mucho durante estos años que te encontrabas en la mansión Wayne, por esa razón Bruce nunca dudaba en dejarte a cargo de las misiones.
— Quizás porque él me enseñó todo lo que se— comentas.
Tomaste la iniciativa acercado aún más tu cuerpo al de él, quién se había quedado quieto prestándole toda su atención a cada uno de tus movimientos. Colocaste una mano sobre su mejilla, él tomo tu mano con delicadeza mientras que tu mirada se había centrado en sus ojos, los cuales te seguían analizando.
— Te amo.
El tomó tu pequeña cintura con su brazo libre, lo que provocó que sintieras la cercanía de su enorme cuerpo marcado sobre tu cuerpo. Pero eso no fue lo más importante, cuando escuchaste aquellas palabras tu rostro se quedo estático debido a la sorpresa, conocías él significado de esas palabras en la Tierra, sonaban justo como las palabras que tus padres se decían cuando expresaban cariño.
Tomaste sus mejillas para sellar sus labios sobre los tuyos.
— También te amo, Red Robin.
────────────────────
Tus ojos se abrieron con fuerza, una capa de sudor yacía en tu frente mientras que tu corazón comenzaba a acelerarse, los sentimientos provocaron qué tu corazón se oprimiera debido al amargo recuerdo que habías tenido.
Colocaste la palma de tu mano sobre tu frente tratando de recordar lo que había sucedido antes de que perdieras el conocimiento, lo primero que lograste visualizar fue tu traje de superhéroe el cual se encontraba desgarrado del abdomen, ya no había ninguna herida solo piel expuesta. Pero, lo que más te había soprendido fue saber como habías llegado a tu apartamento.
— ¿Ya despertaste?
Giraste tu mirada bruscamente hacia la voz familiar que se había hecho presente, todo se encontraba en completa oscuridad solo que gracias a tu visión de rayos x, lograste encontrar su cuerpo observando unas fotografías qué tenías adornadas en un mueble.
— ¿Qué haces aquí?— le preguntas en un tono molesto, levantando tu cuerpo de la cama en un solo movimiento.
Jason giró su mirada de reojo hacia ti.
— Te traje a tu departamento— formuló el de cabellos negros.
Presionaste tu mandíbula con fuerza, de todas las personas en las que habías confiado tu identidad secreta. Jason fue el único que logró saber la ubicación de tu apartamento sin mencionarlo, y eso provocó que te molestaras, debido a que lo más probable es que no fuera la primera vez que él se encontraba allí.
— Yo no te pedí hacerlo— murmuraste—. Puedes irte ahora, o yo misma me encargaré de llevarte a prisión.
Red Hood rió.
— Antes no querías que me fuera ¿Lo recuerdas?— afirmó con amargura.
No querías demostrarlo pero, sabías que esto te dolía demasiado. Jason Todd, tu novio, él había sido asesinado hace años, y durante ese tiempo lloraste un mar de lágrimas en su tumba. Definitivamente te había afectado mucho saber que él era el nuevo antihéroe de Gotham, alguien que no se tocaba el corazón para asesinar a un villano.
— No estamos en el pasado— afirmaste pasando una mano sobre tus cabellos dorados—. Y en el presente, tu no deberías de estar vivo.
Aunque no lo pareciera tus palabras habían provocado que el semblante de él cambiará por completo, habían pasado muchas cosas entre ambos. Le dolía por completo saber como es que tu actitud hacia él cambio demasiado, después de todo ustedes tenían historia juntos.
Tener a Jason en tu apartamento es algo que nunca creíste que se hiciera realidad, es muy difícil y por más que lo intentarás negar, sabías que aún seguías amando al joven Red Robin qué había estado junto a ti de muchas maneras, a aquel muchacho de dieciocho años que te mostró el amor por primera vez. Pero hoy es muy diferente, y lamentablemente esto tenía que terminar una vez.
Algo que te enseñó Bruce, fue su sentido de la justicia, y aunque al principio te costó demasiado entenderlo, los villanos también son humanos y aunque te guste o no, ellos también tienen derechos. Un juez debe de ser capaz de ejercer él mejor castigo qué sea más conveniente para el villano, todo esto dependiendo del grado que tuvo aquel crimen qué realizó.
Y es justo para todos.
Aunque ahora pensabas que existían personas que no estaban de acuerdo con ese tipo de justicia.
Una parte de ti se negaba a creer que él era Jason Todd.
— ¿Por qué estas haciendo todo esto?— le preguntas mordiendo tu labio inferior con fuerza—. Te desconozco por completo, esta persona no eres tú.
— Me arrebataron todo en un segundo ¿Crees que yo quería esto?
Por supuesto que él no quería morir ese día, Jason merecía vivir más tiempo, aún eran jóvenes y tenían mucho tiempo por delante. Lamentablemente las cosas cambiaron de un momento a otro, tu vida de desmoronó ese día y fue algo de lo que nunca más lograste recuperarte.
— Cuando regresé a la vida, gracias al pozo del Lázaro— Jason giró su mirada, parecía estar tratando de encontrar las palabras correctas—. Pensé que Bruce se encargaría del Joker, creía que finalmente había terminado con él, por haberme alejado de ustedes, mi sorpresa fue clara cuando vi que en verdad él Joker seguía con vida.
Presionaste tus labios cuando escuchaste su confesión, Jason esperaba que Batman terminará con la vida del Joker. Eso no sucedió, Bruce tenía un código qué nunca rompería, quizás en algún momento llego a pensar en ello pero, no lo haría.
Aunque lo más te sorprendió fue saber que él revivió debido al pozo del Lázaro, él cual se encuentra resguardado por el mismo Ra's Al Ghul, por lo que después irías a visitar a Batman para que logrará explicarte mejor la situación.
— Bruce estaba devastado cuando te vio morir en aquel accidente— diste un enorme suspiró—. Todos lo estábamos, pero debes entender que hay un código qué nunca vamos a romper.
Jason río.
— El código de la moral— podías sentir como fue que él rodó sus ojos—. (T/N), no estoy pidiendo que maten al Pingüino, o al Acertijo. Sino, al Joker, al responsable de haberme alejado de ustedes.
— No es tan fácil, Jason— mordiste tu labio inferior.
Ni siquiera te habías dado cuenta del enorme cambio de tema que había surgió en la habitación.
— Es muy difícil salir de allí.
— Si hubieras sido tú, o Bruce, yo hubiera hecho lo imposible por buscar al Joker y asesinarlo con mis propias manos— aseguró el de cabellos negros, bajaste la mirada.
— No podía hacerlo— murmuraste—. Pero por supuesto que llegue a pensarlo en más de una ocasión, solo que en el fondo sabía que hacerlo no te traería de vuelta.
— ¿Por qué? ¿Acaso era tan difícil?— levantaste la mirada hacia él.
Jason estaba frente a ti, es algo que nunca llegaste a pensar que volviera a suceder. Pero, estaba frente a ti pidiendo explicaciones de porque no habías terminado con la vida de un villano. El Jason qué tu conocías, no seria capaz de hacerte estas preguntas.
— ¿Conces este símbolo?— habías colocado una mano sobre el enorme símbolo Kryptoniano qué se encontraba en tu pecho—. Significa esperanza en Krypton. La gente allá afuera tiene su confianza puesta sobre mi, no puedo llegar con un cuerpo humano muerto en mi manos y mostrárselo a la gente que confía en mí, ¿Sabes por qué? Porque de ser así la gente viviría con miedo, miedo a verme cada vez que yo aparezca por la ciudad.
Tenías un enorme nudo en tu garganta, tus palabras simplemente salieron justo después de haber escuchado su preguntan.
— Lo lamento, Jason— dejaste escapar un enorme suspiró—. Pero, yo no puedo asesinar a alguien, no soy ningún juez para dictaminar si una persona vive o no.
El de cabellos negros se había acercado hasta ti con tu mirada sobre él, colocando una mano sobre una de tus mejillas. Sus dedos callosos recorrían el perfil de tu rostro, mientras que seguías teniendo tu mirada azul sobre él, no sabias como reaccionar ante su tacto, no sabias que tenías que hacer, después de todo esto es lo que habías estado soñando desde que lo viste en el ataúd, querías verlo por una última vez y abrazarlo, impregnado su aroma en tu ropa.
— Te perdonó (T/N).
Jason junto su frente con la tuya, lo que provocó que presionaras tus ojos con fuerza, lágrimas comenzaron a caer por tu rostro.
— No fue tu culpa qué yo muriera ese día— afirmó con tranquilidad—. Te conozco lo suficiente como para saber que quizás pensaste en que podías hacer algo al respecto, pero yo estaba en otro continente, era ilógico qué pudieras hacer algo.
Te quedaste estática, aún no lograbas reaccionar por completo a lo que había ocurrido, pero sus palabras lograron quitar un enorme peso de tu espalda, logró curar una herida que seguía abierta después de tantos años.
Fue allí donde tus brazos se colocaron sobre su espalda acercando aún más su cuerpo al tuyo, lágrimas caían de tu rostro sin cesar, mientras que Jason trataba de recordar cada facción de tu rostro, a pesar de que tuviera su antifaz. Nunca negó qué el te extrañó durante todo ese tiempo que estaba escondido, siempre te observaba entre las sombras quería saber que te encontrabas bien.
— Siempre fuiste lo mejor que me paso durante esta vida de mierda— Jason te atrapó con sus anchos brazos sobre tu espalda, colocando su mentón sobre tu cabeza—. Te amo, y siempre te amaré no importa lo que suceda, mi corazón siempre te pertenecera.
— Lamento qué las cosas no salieran bien para ambos— formulaste después de un largo silencio—. Pero no puedes hacer esto, y lo sabes. Recapacita Jason, aún estas a tiempo, no te conviertas en el villano qué no eres.
Una sonrisa salió del rostro de él.
— Solo me falta una sola cosa que debo de hacer— expusó el de cabellos negros—. Es por lo que regrese, se que no me vas a perdonar por lo que voy a hacer y te pido perdón por eso, pero no voy a estar tranquilo si él sigue vivo.
Sus palabras poco a poco comenzaron a alarmarte y cuando finalmente estabas por hacer algo al respecto, fue cuando lograste que sentir el filo de una jeringa sobre tu espalda, acompañado por un intenso dolor en esa zona.
Eso era imposible, como se suponía que Jason podría encontrar una jeringa especial para los Kryptonianos, fue allí donde recordaste las herramientas qué tenía Bruce guardadas en la Baticueva, definitivamente él logró encontrar algo para adormecer todo tu cuerpo.
— Lo lamento (T/N)— lograste escuchar después de que la jeringa saliera de tu cuerpo—. Quizás en otra vida podamos estar juntos.
Tu cabeza comenzó a dar vueltas, mientras que a los pocos segundos tu cuerpo comenzó a perder el equilibrio. Se trataba de un sedante.
— Jason... no... por favor...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top