ʚ Capítulo 370. JungKook Perdido ɞ
Desde el Imperio Oriental llegó un mensaje urgente para Yuna. JungKook había resultado herido, por lo que esperaban que volviera lo antes posible una vez que mi estado de salud mejorara.
Cuando escuché esa noticia, recordé al JungKook que vi en mis sueños. ¿Se encontraba gravemente herido?
"No se menciona que su estado de salud sea grave, así que ¿no debería estar bien?"
Yuna habló con relativa tranquilidad, pero era imposible saberlo.
El estado de salud del emperador, especialmente si era delicado, no solía comunicarse debidamente al público.
Por el contrario, hubo muchos casos en los que un emperador mintió con que estaba enfermo para tender una trampa.
"Quería quedarme más tiempo con Su Majestad..."
"Habrá otras oportunidades. Ven a visitarme de vez en cuando."
"¿No puedo venir a menudo?"
"Puedes venir a menudo, pero no quiero que te sientas presionada."
"Por favor, permítame visitarlo a menudo..."
"Está bien, ven más a menudo."
Yuna juntó las manos mientras movía los pies alegremente.
En ese momento, recordé el carruaje de carreras que JungKook me envió como regalo por mi embarazo.
Le pedí a mi ayudante que preparara ese carruaje para Yuna. Entonces Yuna hizo las maletas y partió directamente hacia el Imperio Oriental.
'Estará bien...'
Incluso después de que Yuna se fuera, todavía estaba preocupado por JungKook.
¿Fue una verdadera maldición? ¿Podría ser que mi maldición lo alcanzó misteriosamente? En realidad, mi habilidad mágica no es el hielo, sino las maldiciones....
Mientras caminaba despacio por el jardín, sumido en la preocupación, oí una voz llamarme no muy lejos.
"Su Majestad."
Cuando me di la vuelta, vi a TaeMin mirándome en su silla de ruedas.
"Gran Duque TaeMin."
Después de saludarlo con una sonrisa alegre, el sirviente que estaba detrás del Gran Duque TaeMin acercó la silla de ruedas.
"Déjanos un momento a solas."
"Sí."
Una vez que el sirviente se retiró, también le pedí al Vizconde Kim, que estaba a mi lado, que nos dejara un momento a solas.
"No puedo, lo siento. No podría estar tranquilo si me separo de Su Majestad."
Dado que el Vizconde Kim se negó rotundamente, el Gran Duque TaeMin y yo fuimos a una habitación cercana.
Sólo entonces el Vizconde Kim nos dejó a solas y se quedó afuera.
A excepción de nosotros dos, no había nadie en la habitación, sólo se oía el tic-tac del reloj en medio del silencio.
Antes, me habría sentido incómodo al estar a solas en esta atmósfera con el Gran Duque TaeMin. Conocía los efectos de la poción de amor, así que sabía que se sentía atraído por mí de forma involuntaria.
Pero ahora no me sentía de esa manera.
Por supuesto, aún no había escuchado una respuesta concreta, pero estaba convencido de que la poción de amor había perdido su eficacia en el Gran Duque TaeMin.
"En primer lugar, muchas gracias por salvarme la vida."
"Nos salvamos el uno al otro."
"No creo que sea así."
"Si Su Majestad no hubiera ralentizado un poco la caída de ese hombre, podría haber muerto al instante."
"... Lo estás exagerando demasiado, eso fue una coincidencia."
"Sólo bromeaba. ¿Te diste cuenta?"
El Gran Duque TaeMin se rió y jugueteó con el guante que se quitó de una mano.
Mientras observaba cómo el guante blanco cambiaba constantemente de forma en sus manos, hice la pregunta que más quería hacer.
"Los efectos de la poción de amor..."
"Se han ido."
El Gran Duque TaeMin respondió con firmeza antes de que terminara mi pregunta, y dejó de juguetear con su guante.
"Ahora puedo ocultarlo."
"¿Ocultarlo?"
"¿Cómo va tu recuperación?"
'Parece que acaba de cambiar de tema.'
Entrecerré los ojos. El Gran Duque Kapmen podía escuchar mis pensamientos, pero lo ignoró y no respondió.
De repente, sentí que había pasado algo por alto. Incluso antes, cuando el Gran Duque TaeMin acababa de despertarse.... algo no encajaba...
"Te ves bien. La Señorita Yuna tiene mucho talento."
La pista que estaba a punto de alcanzar en mis recuerdos me fue arrebatada de las manos por la voz del Gran Duque TaeMin.
Fue una lástima, pero al final desistí de rebuscar en mis recuerdos y respondí con una sonrisa,
"Sí, estoy bien. No puedo hacer movimientos bruscos, pero es mejor que nada."
TaeMin sonrió levemente y se puso el guante que se había quitado.
***
TaeMin, que se había acomodado los guantes como si estuviera a punto de marcharse, permaneció en la habitación incluso después de que JiMin saliera primero.
Mientras contemplaba el asiento donde se había sentado JiMin, murmuró como si todavía estuviera sentado allí,
"Sólo pude tenerte en mis brazos una vez. Me hace feliz que haya sido para salvarte."
La voz era muy baja para que nadie pudiera escucharlo.
TaeMin miró el asiento vacío, se quitó un guante, y se puso la mano sobre el corazón.
'Todavía me duele... pero ahora puedo ocultarlo.'
'"Eso es todo lo que importa. Al menos, eso espero."
***
El clima de la noche era frío y húmedo.
Envuelto en las sábanas doradas, levantaba la cabeza hacia la ventana cada vez que el viento soplaba fuerte.
Tenía muchas ganas de dormir en los brazos de YoonGi, pero el médico del palacio insistió en que utilizara la cama separada hasta que me recuperara por completo.
Por esa razón, hoy estaba acostado solo en la cama de mi habitación, como he estado en los últimos días, y miraba a la ventana sin nada más que hacer.
YoonGi...
"¿Qué has estado haciendo desde hace un rato?"
Tenía en sus manos un frasco dorado del tamaño de dos manos con el que esparcía algo alrededor de mi cama, los marcos de las ventanas, los marcos de las puertas, y demás.
"¿YoonGi?... ¿YoonGi?... YoonGi."
Lo llamé tres veces seguidas mientras estaba envuelto en las sábanas, YoonGi, que estaba ocupado con lo que estaba haciendo, levantó la cabeza y dijo, "¿Sí?"
Saqué una mano por encima de las sábanas y señalé los cristales blancos que había puesto en una ventana.
"¿Qué estás esparciendo?"
"Hmm..."
YoonGi no respondió inmediatamente y jugueteó con los cristales blancos del frasco con una mano.
"Si no respondes, lo congelaré todo."
"Iba a responder. Además, ¿por qué te pones tan violento? Haces que mi corazón se acelere."
"... ¿Te acelera el corazón?"
"¿No te he dicho que eso me gusta?"
"..."
"Oh, aún no te lo he dicho. Olvídalo, JiMin. Te lo contaré con calma en otra ocasión."
YoonGi se acercó a mí, tomó unos pocos cristales blancos y los puso en la palma de mi mano.
Me acerqué la palma de la mano a la cara, pero seguía sin saber qué era.
"Es sal."
"¿Sal?"
¿Qué clase de sal?
Cuando lo miré desconcertado, YoonGi recogió la sal de la palma de mi mano y dijo,
"La esparzo para alejar las malas energías."
"¿Las malas energías?"
"No es que eso me dé miedo, pero nunca se sabe..."
"¿Es por si aparece el fantasma del Duque Jong?"
¿Tiene miedo de que el hombre que sacrificó su vida para atacarme reaparezca como un fantasma? ¿Era eso lo que temía?
"Ah, bueno. Así es."
Antes, en el alboroto del fantasma causado por el Marqués Youngjae, YoonGi nunca tuvo miedo. Fingió estar asustado delante de mí, pero estaba convencido de que realmente no lo estaba.
Pero ahora que lo veo esparcir sal por todas partes, mi convicción desapareció. ¿De verdad tiene miedo a los fantasmas?
Mientras lo observaba esparcir la sal, sacó una joya azul de su bolsillo y la pasó por la sal.
"¿Es una piedra aromática de mar?"
"Sí."
Se dice que la piedra aromática de mar tiene el efecto de alejar las cosas impuras...
"Ahora es seguro. ¿Verdad, JiMin?"
"Me habría sentido seguro incluso sin todo eso."
"Yo no. Como te dije, tengo miedo."
YoonGi murmuró mientras se acercaba a mí,
"Por favor, reconfórtame. Tengo miedo."
Luego puso sus labios en mi mejilla. No, estuvo a punto de hacerlo.
Sin embargo, se detuvo y volvió a retroceder.
"¿YoonGi?"
¿Por qué no me beso?
Mientras lo miraba con curiosidad, YoonGi se tocó torpemente la comisura de los labios y, de repente, volvió a tomar el frasco de sal que había dejado.
"Esparciré un poco más."
¿YoonGi?
***
En el lujoso dormitorio, los cortesanos susurraban mientras dirigían sus miradas de vez en cuando a la cama con dosel.
Era el tercer día después de la caída del Emperador JungKook por la ventana. Aunque se había lesionado el brazo y la pierna derecha, no había sido una lesión tan seria como para no poder despertarse. Sin embargo, el Emperador JungKook todavía estaba inconsciente.
Al principio, los cortesanos esperaban en silencio a que JungKook despertara, pero al segundo día comenzaron a susurrar poco a poco entre ellos.
Unos decían que se oían llantos lamentables desde la torre donde había muerto TaeHyung, y otros decían que TaeHyung parecía intentar llevarse al Emperador JungKook.
"¿No habrá visto el fantasma de TaeHyung?"
"¡Oye, no digas cosas siniestras!"
"¿No lo has pensado? Aunque no resultó gravemente herido, lleva varios días sin despertarse..."
En ese momento, una voz pesada vino del interior del dosel.
"¿Quién es TaeHyung?"
Era la voz del Emperador JungKook.
Los cortesanos se miraron sorprendidos, sus bocas se cerraron y sus ojos se abrieron ampliamente.
Tardíamente recuperaron sus sentidos y comenzaron a llamarlo, "¿Su Majestad?" "¡Su Majestad!"
Una mano salió del dosel y lo abrió bruscamente.
Cuando el dosel fue apartado, se vio a JungKook sentado en una posición incómoda en la cama, con una mano en la cabeza.
"Maldición. Me duele la cabeza."
Mientras JungKook murmuraba en voz baja, un cortesano salió de la habitación y los otros dos se le acercaron rápidamente.
"Su Majestad, ¿se encuentra bien?"
"¿Se encuentra bien, Su Majestad?"
"Si no hicieran tanto escándalo, no me dolería tanto la cabeza."
Cuando JungKook agitó su mano, las bocas de los cortesanos volvieron a cerrarse al mismo tiempo.
Sólo entonces, JungKook se quitó la mano de la cabeza y preguntó con una expresión seria,
"¿Qué pasó con JiMin? ¿Está bien?"
Los cortesanos, que se habían quedado en silencio, se volvieron sorprendentemente más silenciosos. Se miraron desconcertados mientras una pregunta similar aparecía en sus mentes.
'¿De qué habla Su Majestad?'
Sin embargo, no tardaron en llegar a una misma conclusión.
'Ah... JiMin, que se marchó al Imperio Occidental, había resultado gravemente herido, por lo que Su Majestad pregunta si hay noticias suyas.'
"Todavía no sabemos nada."
Ante la respuesta de un cortesano, JungKook salió de la cama y se levantó,
"Iré a verlo yo mismo."
'¿Al Imperio Occidental? No, ¡ni siquiera debe levantarse en su estado!'
Los cortesanos agitaron sus manos con preocupación.
El médico del palacio descartó que fuera una lesión grave, pero sí necesitaba reposo porque los huesos de su brazo y pierna derecha habían sufrido daños. No debía levantarse todavía.
Como cabía esperar, JungKook apretó inmediatamente los dientes de dolor y se tambaleó.
Los dos cortesanos lo sostuvieron al mismo tiempo. Acto seguido, el Marqués Jaehyun y el médico del palacio entraron en cuanto se enteraron de que JungKook se había despertado por el cortesano que salió a buscarlos.
"¡Su Majestad!"
"¡Cielos, Su Majestad!"
JungKook, que mantuvo el equilibrio apoyado en el hombre de los cortesanos, miró extrañado a los dos hombres que se le acercaron corriendo con caras al borde de las lágrimas.
Luego murmuró con el ceño fruncido,
"¿Su Majestad...?"
Antes de que terminara lo que quería decir, levantó repentinamente las cejas, volvió a mirar al Marqués Jaehyun y preguntó desconcertado,
"¿Marqués Jaehyun? ¿La barba... te ha crecido tanto en un día?"
El Marqués Jaehyun, que estaba a punto de preguntar con lágrimas en los ojos a JungKook si estaba bien, se detuvo, "¿Qué?"
'¿De qué está hablando?'
Pensó que había oído mal, pero el dedo de JungKook apuntaba precisamente a su barba. El Marqués Jaehyun pasó ambas manos por su barba y respondió,
"¿Su Majestad? He tenido esta barba desde hace cinco años."
"¿Qué?"
La expresión de JungKook se distorsionó un poco. Fue como si hubiera escuchado una historia sin sentido.
"¿Qué estás diciendo? Siempre te aplicas cremas raras en la barbilla y debajo de la nariz porque no te crece. ¿Quieres decir que ha funcionado en un día como si tuvieras barba desde hace cinco años?"
Los cortesanos volvieron a mirarse entre sí. Las pupilas del Marqués Jaehyun se contrajeron y la mandíbula del médico del palacio, que esperaba el momento para examinar a JungKook, se abrió tanto que pareció caerse.
JungKook los miró a todos aún más extrañado y preguntó.
"Además, ¿por qué irrumpes en mi dormitorio sin permiso, Marqués Jaehyun? ¿Por qué están todas estas personas reunidas en mi dormitorio? ¿Por qué me llaman Su Majestad?"
El médico del palacio se cubrió la boca con ambas manos. Aunque el Marqués Jaehyun no era médico, podía darse cuenta del extraño estado en el que se encontraba JungKook.
Pero JungKook, quien había sumido a los presentes en la confusión, miró a todos como si estuvieran locos y se dirigió hacia la puerta,
"Necesito ver a JiMin primero. Antes de caerme, vi claramente que estaba en una posición en la que sería golpeado por los melocotones que caían."
JungKook salió tambaleándose del dormitorio, pero nadie lo detuvo.
El Marqués Jaehyun fue el primero en entrar en razón, llamó al Comandante de la Guardia Imperial que esperaba fuera del dormitorio y siguió a JungKook. El Comandante se apresuró a ayudar a JungKook.
Apoyado en su hombro, JungKook bajó las escaleras que conducían al Palacio del Oeste y continuó por el pasillo.
El Marqués Jaehyun le siguió en silencio mientras pensaba, 'No, no, no puede ser'.
"Su Majestad, ¿JiMin... no está en el Imperio Occidental?"
'Maldición, creo que me rompí la pierna'.
JungKook preguntó mientras caminaba con los dientes apretados por el dolor,
"¿Qué? ¿Cómo JiMin estaría en el Imperio Occidental? Justo ayer salimos a escondidas a recoger melocotones."
"..."
El Marqués Jaehyun se acarició la barba con una mano. Aunque era un poco desconcertante, ahora no tenía dudas. Parte de la memoria de JungKook... había desaparecido.
Además, por lo que decía, su memoria parecía haberse detenido en sus días de príncipe heredero. No de cuando era demasiado pequeño, sino de cuando tenía entre 18 y 19 años.
Le quedó claro al escucharle hablar del tiempo en que no le crecía la barba, y de lo que pasó en el árbol de melocotones.
Cuando JungKook era el príncipe heredero, una vez se subió a un gran melocotonero, que tenía deliciosos melocotones maduros, para recoger unos y dárselos a JiMin.
Era extraño que uno de los príncipes herederos se subiera a un árbol a recoger melocotones, pero JiMin, en sus días de príncipe heredero consorte, tenía una dieta estricta para controlar su peso cada vez que se acercaba una celebración importante.
JungKook le llevaba comida a escondidas cada vez que podía, y esa había sido la primera vez que se subía a un árbol.
'Es como si lo hubieran leído juntos en una novela romántica el día anterior, tal vez les pareció romántico y decidieron intentarlo...'
En cualquier caso, JungKook consiguió subirse al árbol, pero se cayó bruscamente al tirar de un puñado de melocotones, los cuales golpearon a JiMin en la cabeza y le provocaron un chichón.
Por lo visto, JungKook pensaba que hoy era el día siguiente.
"Su Majestad."
El Marqués Jaehyun habló con voz grave.
"¿Por qué todos actúan de forma tan extraña?"
JungKook miró al Marqués Jaehyun con incomodidad y se frotó su brazo adolorido,
"Todo es extraño, empezando por tu barba. ¿Por qué me llamas Su Majestad...? No, espera un momento, ¿por qué estaba acostado en el dormitorio del Emperador?"
"Su Majestad."
"Estoy seguro de que cuando subí al melocotonero... ¡Maldición! ¡Los melocotones! ¡JiMin!"
"Su Majestad."
"Primero comprobemos que JiMin se encuentre bien."
"Su Majestad."
Mientras JungKook intentaba darse prisa, el Marqués Jaehyun lo llamaba repetidamente detrás suyo.
"Veamos primero a JiMin, Marqués Jaehyun. Parece que hoy también me golpeará con su almohada. JiMin podría poner melocotones dentro de la almohada para que los golpes sean más fuertes."
"... Su Majestad cayó desde una ventana del segundo piso, no desde un árbol."
"¿Qué estás diciendo?"
"Como he dicho, JiMin no está aquí."
JungKook se detuvo un momento y preguntó con preocupación,
"¿Se ha ido de viaje porque está enojado? ¿Acaso los melocotones le golpearon fuerte?"
El Marqués Jaehyun respondió con voz grave.
"JiMin... se casó con otro hombre."
***
Dos por semana
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