"...Estoy preocupado."

Jeon murmuró para sí mismo mientras se sentaba en su escritorio y estudiaba sus papeles. El Conde Mingho levantó la vista de un informe sobre la distribución de libros.

"¿Si?"

Jeon estaba sentado rígidamente con la barbilla apoyada en su mano. Un fuerte suspiro salió de su boca.

"¿Su Majestad? ¿Está bien?"

Jeon dudó al principio, pero al final respondió.

"Me preocupa que el Consorte sea hostil con el bebé."

"Ah... ¿Él lo odia?"

"Eso creo."

El Conde asintió.

"No se puede evitar. En casos raros, los niños ilegítimos favorecidos pueden ser una amenaza para un sucesor."

La boca de Jeon se torció.

"¿No es demasiado temprano para preocuparse cuando ni siquiera tenemos un sucesor?"

"Por supuesto."

"Él es como una espada fría. Como Emperador Consorte es notable, pero..."

Cerró los ojos dando un profundo suspiro.

"Si tiene malos sentimientos hacia el bebé, me temo que lo tratará con esa naturaleza fría y parecida a un cuchillo."

Mingho pensó que era demasiado pronto para preocuparse, pero aceptó las palabras del Emperador. Jeon esperaba ser padre y el bebé sería el primogénito del emperador. Era natural que se preocupara.

"¿Qué le parece, Conde?"

"Bueno... en realidad estoy más preocupado por Lord Jungwoo que por el Consorte."

"¿Jungwoo? ¿No se fue a Palme?"

"El Duque Park parece haber dado permiso a su hijo para regresar ahora."

La expresión de Jeon se endureció al recordar a ese hombre.

Park Jungwoo era el hermano mayor de JiMin. Como Jeon había sido su prometido desde la infancia, estaba familiarizado con él.

Se parecía a su bello hermano y era experto en artes marciales. Sin embargo, a diferencia del Consorte JiMin que era como el hielo, Jungwoo era como un volcán. Su mal genio era útil cuando se le dirigía a otra parte, como la frontera escasamente poblada de Palme donde prosperaban peligrosos bandidos que se autodenominaron los "Mil Eternos". Por eso el Duque Park envió a su hijo allí, no tanto con el propósito de defender, sino para redirigir su personalidad violenta. En una situación explosiva, podría ser mortal.

"..."

Jeon frunció los labios pensando, mientras el Conde Mingho sonreía torpemente.

"Pero ahora que su hermano ocupa el asiento del Emperador Consorte, debería comportarse un poco mejor que antes. No se preocupe demasiado, Su Majestad."

"No estaba preocupado antes de que me dijeras esto."

"...Mis disculpas."

Jeon le dirigió una mirada de desaprobación al Conde antes de volver a sus papeles. Sin embargo, las palabras del funcionario dejaron una profunda huella en su mente. Park Jungwoo cuidaba terriblemente a su hermano. ¿Estaría dispuesto a dejar intacto a TaeHyung, el rival romántico de JiMin?

El Emperador tenía un dolor de cabeza punzante y finalmente llamó al doctor del palacio.

Al mismo tiempo .

Jungwoo, el tema de la preocupación de todos, se detuvo casualmente junto con un amigo en una gran tienda de ropa, provocando risas traviesas. El Marqués Jinwoo, que lo acompañaba, se detuvo y miró a su alrededor con la cara roja.

"¿Es esto realmente necesario?"

"..."

"¿Jungwoo?"

No hubo respuesta y el Marqués miró de reojo. El hombre estaba mirando un vestido que usaría un niño.

"Si compro esto para JiMin..."

"No encajará."

"¿Es eso así?"

"Tu hermano ya no es un niño."

"Supongo que sí. El tiempo pasa tan rápido..."

"Oye. No distorsiones el pasado. Él ya era alto cuando te fuiste."

"Todavía es mi hermanito pequeño en mi memoria."

Jungwoo se rascó la nariz y se echó a reír. El Marqués Jinwoo chasqueó la lengua y preguntó por el sastre.

"Perdone, podría ayudarnos, por favor."

Tan pronto como se acercó el sastre, el Marqués Jinwoo señaló hacia Jungwoo.

"Mi amigo está buscando un traje para su hermano."

El sastre habló con voz amable.

"¿Sabe su tamaño, Señor?"

Jungwoo miró al Marqués Jinwoo, luego se giró y respondió con suavidad.

"Así de alto..."

"Ah, debe ser bastante alto. ¿Cuál es su tipo de cuerpo?"

"¿Un cuerpo encantador...?"

"... No estoy segura de cuál es ese. ¿Puede ser mas específico?"

Jungwoo sacudió la cabeza y el sastre hizo una mirada perpleja. Ella se giró hacia el marqués, pero él también sacudió la cabeza.

"Es difícil ajustar la ropa si no conoces su talla."

"Igual quiero comprar algo. No lo he visto en años. ¿No tienes nada adecuado?"

"Si es algo que puedes comprar sin saber la talla, ¿qué tal un sombrero?"

"Eso mismo."

El sastre les mostró una variedad de sombreros, y Jungwoo comenzó a mirar cada uno cuidadosamente. Pero incluso eso no fue fácil. El sastre había sacado un total de treinta y cinco sombreros, y todos los demás clientes de la tienda se reunieron para ver la actividad. El Marqués Jinwoo estaba tan avergonzado a causa de todas esos nobles que rápidamente se pegó a la pared, mientras que Jungwoo se sumergió por completo en el proceso de selección.

Finalmente, tomó cinco sombreros coloridos y salió de la tienda de ropa. Jinwoo le hizo una mueca a su amigo.

"¿Tanto te agrada tu hermano?"

"Él es una chico muy encantador. Y- ah, mira eso."

"¿Qué?"

"Ese pan. Debe ser delicioso si hay tanta gente haciendo cola. Le llevaré uno a JiMin."

Jungwoo se abrió paso entre la multitud y el Marqués volvió a chasquear la lengua mientras seguía a su amigo. Estuvieron en la cola durante diez minutos y al tiempo que la paciencia del Marqués Jinwoo comenzaba a agotarse, sus oídos captaron un fragmento de una conversación.

"¿Y el amante del Emperador...?"

"Sí, mi prima trabaja como sirvienta en el palacio. El amante está esperando un bebé."

"Entonces está embarazado antes que el Emperador Consorte. ¿Qué pasará entonces?"

Jungwoo, que sostenía las bolsas de compras llenas de encaje y volantes, de repente se dio la vuelta.