ʚ Capítulo 125. Explotar De Un Toque (2) ɞ
Tal como temían el Marqués Jinwoo y JiMin, Jungwoo estaba de un humor asesino. Ni siquiera estaba cerca de explotar puesto que ya lo había hecho. La sangre latía en sus venas como lava ardiente.
Jungwoo tampoco se encontraba en la residencia de los Park. Tan pronto como escuchó que el Vizconde Daesung había salido de su casa, fue a perseguirlo.
Sin embargo, antes de que pudiera alcanzarlo, varios hombres corpulentos y grandes se interpusieron en su camino. Jungwoo intentó esquivarlos, pero continuamente bloquearon su paso. Los hombres se aseguraron de que no hubiera nadie más alrededor, y luego agarraron a Jungwoo por el cuello.
"¿Eres el chico bonito, Park Jungwoo?"
Jungwoo frunció el ceño. Se había metido en peleas muchas veces, pero rara vez alguien lo instigaba cuando sabía quién era. Los únicos que fueron tontos para hacerlo estaban completamente borrachos y no en un estado mental sano.
Pero si estas personas estaban confirmando que él era de la Familia Park, entonces eso significaba...
'Alguien los ha enviado a por mí.'
Soltó una carcajada. El hombre corpulento apretó a Jungwoo y se burló de él. Jungwoo le hizo un guiño y el hombre le rugió directamente a la cara.
"¿Qué crees que eres-?"
Pero incluso antes de que el hombre pudiera terminar de hablar, su visión giró al ser arrojado al suelo. Los otros hombres corpulentos se sorprendieron al ver a su compañero ser volteado tan fácilmente, pero superaron en número a Jungwoo y lo atacaron.
El enfrentamiento no duró mucho. Jungwoo, que había arrasado innumerables campos de batalla, nunca perdería ante algunos tipos de la calle que usaban sus puños. Jungwoo desenvainó su espada.
"¡Cobarde! ¡Usando un arma!"
"Bueno, ¿no son ustedes los cobardes por atacarme cuando me superan en número?"
Jungwoo derrotó rápidamente a los cinco hombres, y les apuntó con su espada cuando intentaron escapar. Se acercó al hombre más corpulento de todos, presionando su arma contra la ingle del hombre.
"¿Quién les ordenó venir a por mí?"
"¿Q-Qué quieres decir con eso?"
El hombre trató de permanecer fiel a su empleador, y Jungwoo esbozó una sonrisa maliciosa y dijo, "¡Adiós, futuros hijos!" Asustado, el hombre de repente soltó la información.
"¡Fue un hombre delgado de mediana edad! ¡No sé su nombre!"
Había muchos hombres delgados de mediana edad, pero Jungwoo esbozó a grandes rasgos quién era.
El Vizconde Daesung.
La expresión de Jungwoo se oscureció, y el hombre corpulento respiró hondo. Jungwoo volteó su espada y le golpeó la nuca con la empuñadura para noquearlo, lo mismo hizo con el resto de los hombres, y luego escondió sus cuerpos en un callejón. Posteriormente, llamó a un sirviente para confirmar la ubicación del Vizconde Daesung.
"Se ha ido al palacio."
"¿En carruaje?"
"No, él está caminando. Parece que accederá por una entrada lateral."
"Trae mi caballo."
El sirviente trajo el caballo, y Jungwoo se subió avanzado rápidamente, el sirviente cabalgaba detrás suyo. Cuando se acercaron al palacio, Jungwoo se bajó y ordenó al sirviente que se llevara el caballo a otra parte.
Jungwoo permaneció oculto en un camino que debía tomar cualquiera que viajara al palacio, luego vio la figura del Vizconde Daesung acercándose. Jungwoo saltó y lo agarró, arrastrándolo a un camino desolado.
"¡Oh, Dios mío! ¿Que esta pasando?"
El Vizconde Daesung luchó con todas sus fuerzas, pero no pudo escapar del fuerte agarre de Jungwoo.
"¡Suéltame, mocoso! ¡Déjame ir!"
El Vizconde Daesung gritó a todo pulmón, y Jungwoo sacó su daga y la sostuvo junto a la cara del Vizconde.
"¿Ves esto?"
"¡!"
"Si gritas una vez más, te clavaré esto en la garganta."
"¡O-Oh...!"
El Vizconde Daesung tembló de ira, pero el miedo se impuso. Jungwoo era infame por su furia animal, y Daesung no quería morir de forma lenta y dolorosa en este camino solitario.
El Vizconde Daesung se calló, y Jungwoo golpeó el costado de su cuello, dejándolo inconsciente. Llevó el cuerpo del Vizconde a una mansión abandonada, lo arrojó dentro de una habitación sin ventanas y luego cerró la puerta. Aunque Jungwoo no había preparado cuerdas o sillas con anticipación, la habitación estaba amueblada con estos elementos, como si alguien los hubiera traído con un propósito similar. Jungwoo amordazó y ató el vizconde a la silla, luego lo abofeteó para despertarlo.
El Vizconde Daesung se agitó antes de que sus ojos se abrieran de golpe y, aterrado, trató de liberarse cuando vio la expresión amenazante de Jungwoo. Sin embargo, la mordaza amortiguó sus gritos y la cuerda restringió su movimiento. En el mejor de los casos, solo pudo sacudir la silla hasta el punto de que casi se volcó. El vizconde jadeó con esfuerzo, Jungwoo sonrió y le tocó la oreja.
"Voy a quitarte la mordaza ahora, así que no grites. Si lo haces, te dolerá mucho el oído."
Tu oído, por supuesto, no el mío. Jungwoo le susurró tan bajo que el vizconde solo podía temblar de miedo. Sin embargo, a pesar de la advertencia, el Vizconde Daesung comenzó a gritar tan pronto como le quitó la mordaza. En respuesta, Jungwoo le agarró la cabeza y le cortó una de las orejas.
A pesar de las dudas previas del Vizconde Daesung, ahora experimentó de primera mano los terrores asociados con Jungwoo. El dolor explotó a través de su cuerpo, y se sacudió contra sus ataduras. Jungwoo volvió a meterle la mordaza en la boca para reprimir sus gritos y arrojó la mitad de la oreja al suelo mientras tarareaba una melodía.
El Vizconde Daesung estaba medio consciente en este punto, pero no se desmayó y consiguió dirigir una mirada a Jungwoo. Cuando Jungwoo se rozó la frente con los dedos manchados de sangre, el vizconde se dio cuenta de que no tenía sentido tratar de resistirse. La bestia no tenía ni un ápice de empatía en él.
Cuando el Vizconde Daesung se quedó callado, Jungwoo le dio unas palmaditas en el hombro y lo elogió, diciendo que debió haber sido así desde el principio. Un segundo después, Jungwoo lo golpeó con el puño.
¡¿Por qué Jungwoo lo golpeaba cuando estaba sentado tranquilo?! El vizconde intentó decir algo sobre la injusticia, pero no pudo abrir la boca para hablar, ya que los puños de Jungwoo continuaron golpeándolo desde todas las direcciones.
Jungwoo lo usó como si fuera un saco de boxeo, y justo cuando el vizconde se desmayó, Jungwoo sacó su reloj de bolsillo. Luego, lo guardó y miró al hombre inerte atado a la silla. Sabía por experiencia que su víctima no moriría, y había ajustado su asalto para causar dolor intenso pero no discapacidad.
Jungwoo lo abofeteó para despertarlo nuevamente. El hombre parpadeó abriendo sus ojos inyectados en sangre.
"Ahora estás despierto, ¿verdad?"
Jungwoo sonrió, saludó y sacó la mordaza. El Vizconde Daesung no dijo nada esta vez, pero unos pequeños gemidos dejaron sus labios. Jungwoo no lo golpeó en esta ocasión, y en su lugar sacó un pañuelo y limpió los labios ensangrentados del vizconde.
"Estaba yendo lo más pacíficamente posible para obtener la información que necesitaba. ¿Por qué tenías que ser tan violento?"
"¿Violento? Tú eres quien-"
El Vizconde Daesung cerró la boca cuando vio los ojos de Jungwoo. Después de enterarse de que Jungwoo estaba investigando a TaeHyung, había enviado hombres con la orden de hacerle daño hasta dejarlo incapacitado durante los próximos meses.
Jungwoo acercó otra silla y se sentó frente a él.
"¿Estás ayudando a ese hombre?"
"¿Qué hombre?"
"El concubino del emperador."
"Yo... Yo..."
"Ni siquiera intentes mentirme."
"..."
El Vizconde Daesung cerró la boca. Había visitado a TaeHyung con tanta frecuencia que todos sabían que tenían una relación. Jungwoo sonrió.
"Habla."
"¿Qué quieres saber?"
"Sobre ese hombre."
"¿Qué quieres saber de él...?"
"Cualquier cosa que sea de mi interés."
Jungwoo ni siquiera mencionó el tema de cómo el Vizconde Daesung contrató a hombres para atacarlo, como si pensara que ese asunto ya había sido olvidado. En cambio, su mente estaba centrada en encontrar información sobre TaeHyung. El Vizconde Daesung tragó saliva.
"Es un plebeyo."
"Nació como un esclavo, ¿verdad? Es un esclavo fugitivo. Tú mismo lo dijiste."
"Bueno... eso fue un malentendido..."
"Vizconde, ¿sabe lo paciente que soy?"
"¡!"
"No mucho en absoluto."
Jungwoo levantó los labios con una sonrisa horrible, y el Vizconde Daesung sintió un escalofrío en la espalda. Era un tipo de sonrisa que uno hacía antes de matar a alguien.
El Vizconde Daesung respondió apresuradamente.
"¡Sí, TaeHyung es un esclavo fugitivo!"
"Eso ya lo se. ¿Continúa?"
"¿Continúa?"
"Su condición de esclavo fugitivo ya se conocía públicamente desde hace algún tiempo. Algo más."
El Vizconde Daesung trató de estrujar su cerebro buscando lo que Jungwoo quería. Jungwoo ya era rico, por lo que los sobornos estaban fuera de discusión. Al mismo tiempo, el Vizconde Daesung necesitaba apaciguarlo con una debilidad de TaeHyung. Gritó su respuesta tan pronto como la encontró.
"¡Un bebé! ¡Él tiene un bebé!"
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