Parte única
Justo había bajado a nuestro garaje, mi padre lo había acondicionado para dejarlo a forma de merendero pero de momento guardábamos allí objetos antiguos de valor. Abrí la segunda puerta que separaba los garajes cuando un extraño sonido hizo que mirase a la puerta de al lado. Esa puerta era también de mi familia, pero tenía prohibido entrar allí ya que mi familia no fumaba solo "tabaco".
Era el sonido de un reloj antiguo dando la hora, pero mi padre no tenia ninguno, o eso creía. Entre y encendí el ordenador pero cinco minutos después el ruido volvió a resonar. La curiosidad me mataba a si que cogí mi movil y le envíe un mensaje a mi padre preguntando si había adquirido algún reloj.
Esperé y esperé hasta que volvió a sonar aquel reloj.
Acto seguido mi padre me respondió llamándome al movil, algo muy raro en el y mientras hablábamos notaba que la voz de mi padre flaqueaba o se quebraba cuando le preguntaba.
El reloj no sonó más, lo cual me inquieto mucho hasta que el pitido de fin de llamada me hizo volver a la realidad. Desesperado busque la llave de la otra puerta y al final la encontré metida dentro de un cajón de un armario antiguo. Fui hasta la puerta y metí la llave dentro de la cerradura. Palpé la pared buscando el interruptor de la luz.
Apenas di la luz, vi aquel reloj.
Era un reloj muy antiguo, a simple vista se veía que estaba roto pues el péndulo no se movía y dos cadenas caían de este hacia el suelo. Me acerqué a mirarlo. Las agujas marcaban las doce en punto. Con cuidado giré la aguja de los minutos; cinco, diez, quince.
Apenas indicó y cuarto algo dentro de el se activó y resonaron las campanas de su interior.
Me rei , solo había sido eso. Fuí hacia la puerta pero antes de salir me di cuenta del terror que estaba experimentando. Si el reloj estaba roto, como había sonado antes de que yo lo moviese. Fui de nuevo al reloj y volví a girarlo; veinte, veinticinco treinta... Así hasta llegar a la una en punto, volvió a activarse en mecanismo pero el sonido de las campanaa eran mas graves, un tono por debajo de la anterior. Una silla de detrás mio se movió y tan rápido como pude me giré. Se había movido sola.
Dentro de mi había una lucha, seguir y girarlo hasta que marcase las dos o salir de allí corriendo. La estupidez ganó y volví a girarlo.
Otra vez las campanas sonaron mas graves. Un estruendo sonó en el otro lado pero lo ignoré. Nuevamente giré hasta que sonó las campanas de las tres. Un pitido ensordecedor sonó, salí corriendo hasta el ordenador, esquivé libros hasta llegar a el, en la pantalla solo se leía un mensaje, ERROR.
Me tranquilice, pero la luz se fue y todo quedo oscuro, a excepción del monitor en el cual aparecía un mensaje en letras grandes, ¿LLEGARÁS HASTA LAS DOCE?
La luz volvió y la pantalla se apagó, fue entonces cuando vi la magnitud de ese error, el error de haber girado las manecillas. Había libros antiquísimos rotos en el suelo. La mayoría eran biblias, ahora solo eran carcasas vacías con las hojas por el suelo. Encendí el ordenador no sin antes apagar la luz del otro local y cerrar la puerta con llave.
Estuve buscando durante horas, preguntando en foros ha cerca de relojes malditos, pero nadie respondía. El sueño me vencía pero de repente un mensaje llegó a mi correo, un mensaje privado en el que lo único que venía era un número de teléfono.
Llame a ese número y una máquina me respondió, la llamé de todo, pensaba que una empresa de publicidad había logrado no correo pero algo en la voz no me cuadraba a si que la escuche.
-Ahora que escuchas solo te diré las tres opciones que tienes.
1. Pegate un tiro y pasa toda tu vida en el infierno siendo el juguete del demonio que habita dentro del reloj.
2. Intenta deshacerte de el regalándoselo a alguien o vendiendolo, cosa que te sera casi imposible dado que el demonio le hará tener pesadillas con ese reloj con el fin de que no lo compre.
3. Nunca que yo sepa alguien lo ha echó pero gira las manecillas hasta las doce, igual te salvas.
Otra vez el sonido de fin de llamada logró que volviese a la realidad, pero ahora lloraba frente al ordenador. Tenía que decidir, pero cual tomar.
Me fui a casa pero no pude dormir a pesar de estar junto a mi novia. Cada vez qué cerraba los ojos oía risas, pasos, o el crujido de la madera de mi piso. Llegó la mañana y no pegué ojo en toda la noche. Bajé hasta el local decidido sobre que hacer. Iba a girar las agujas hasta las doce. Al entrar el reloj seguía clavado en las tres en punto. Giré hasta que dieron las cuatro. La puerta se cerró de golpe pero no paré, seguí hasta las cinco, la silla me golpeo la espalda, seis, sentí que algo se movía detrás de mi, siete, me quedaba sin aire, ocho, varias cosas se me cayeron encima haciéndome sangrar, nueve, el suelo vibró, diez, algo detrás mio gritó, once, sentí que alguien se situaba frente a mi y me susurraba al oído, "Abre los ojos".
Temblaba de miedo y no podía hacer nada, mi cuerpo estaba congelado. Se me patinaron loa dedos de las agujas y los busque palpando el reloj. Mi mano derecha había encontrado la aguja pero la izquierda tocaba algo con mucho pelo, era una cabeza, inconscientemente subí hasta tocar algo muy duro, pero sabia que era de sobra, era un cuerno de cabra. Gire la aguja hasta que dieron las doce y fue cuando desperté.
Me había quedado dormido frente al ordenador. Sonreí y me reí como un loco hasta que escuche el inconfundible sonido del reloj marcando la hora, esperándome detrás de la puerta.
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