En el parque de la alameda

Con Valle Inclán en su banco
me siento en la alameda
mirando a la catedral
de Santiago en Compostela.
Y le escucho como habla
sobre Tirano Banderas.
Sobre la calle del Gato
y sus Luces de Bohemia,
sobre un poeta ciego
que llamaban Max Estrella.
Del cántaro que escachó
Simoniña en su comedia
de las Divinas palabras,
de Mari-Gaila y la aldea.
Del esperpento que sigue
en nuestra trágica tierra.
Del brazo que se olvidó
discutiendo en la taberna.
Y juro que en un instante,
saliendo de la chaqueta
de esa estatua sedente,
como un fantasma en la niebla,
veo su brazo y su mano,
aquella que se perdiera,
señalarme hacia lo lejos
aquellas torres tan bellas.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top