4) Ni Loco (Noviembre Dinámico)
-¡Estoy harto! ¡Esto es insufrible! -se quejaba el príncipe Felipe con su mejor amigo, el príncipe Azul-. Esa vieja bruja no dejará de arruinarme la existencia hasta que muera. Si tan sólo pudiera matarla...
-Si no hubieses destruido su hogar, no estarías en este aprieto -le reprendió Azul.
Felipe se enojó con su amigo, lanzó unas palabrotas al aire, y tiró todo lo que tenía sobre su escritorio.
-Para colmo de males, esta noche me visitan mis padres para ver cómo administro mi provincia. Cuando vean este desastre... seguro me desheredan y sacan el título.
-¿Por qué no contemplamos la opción de pedirle disculpas? -sugirió Azul.
-Te dije que ya lo he hecho. Fui donde era su casa, le pedí disculpas y me dijo que aún me faltaba algo. Algo sobre aceptarme, o Je ne sais quoi... Te digo que esa vieja está loca -dijo Felipe, desviando el tema-. Como si no supiera yo, desde que nací, que soy un príncipe, que tengo responsabilidades, que no debo equivocarme.
-Es que tiene que haber otra solución. ¿Seguro que no te dijo nada mas? -insistió su amigo.
-Bueno... -Dudó antes de contestar.-. Me ha pedido que la invitase a la fiesta en honor a los reyes de esta noche, porque nunca ha asistido a un baile real, y que la presente como mi acompañante. Pero le dije al instante que ni loco. ¿Conoces las consecuencias de tal acto? Todos pensarían que es mi novia, y me obligarían a desposarme de inmediato. ¡Con ella, una bruja!
-Pero, quizás aún estás a tiempo de aceptar su propuesta, porque si algo sale mal esta noche, puedes despedirte de todo lo que tienes. Luego pensaremos en algo para romper el compromiso.
-No, ahora es imposible. Después de negarme, intenté matarla, ella se enojó y dijo que nunca más podría encontrarla.
***
Esa misma noche, el heredero al trono se alistaba para la ceremonia, muerto de nervios y esperando que el mayor desastre ocurriese apenas llegados los reyes, a causa de la maldición de la hechicera. Pero, justo antes de salir de cuarto, ella se presentó ante él, descalza, con la ropa sucia y raída, y despeinada.
Felipe se asustó.
-No temáis, mi alteza, pues he venido a haceros misericordia. Sabiendo que se acerca su final y que tiene más miedo que nunca, renuevo mi propuesta de presentarme de su brazo ante la sociedad, y levantarle el maleficio mío.
-¡Nunca! Aunque aceptara su propuesta, con su aspecto, se harán preguntas y al final todos sabrán de mi error.
Entonces la bruja chasqueó los dedos y, en seguida, se convirtió en una joven bella, que vestía un traje fino, ideal para la ocasión.
-¿Y, ahora, qué te parece? ¿Soy más de tu tipo?
Felipe quedó boquiabierto, pero...
En ese momento llegó el príncipe Azul, preocupado por su tardanza. Y Felipe comprendió de repente la pregunta de la bruja.
-No -dijo-. Él es más de mi tipo. -Y al instante besó a Azul y juntos salieron corriendo de allí.
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N/A: ¿Qué tal me quedó el relato? Traté de ponerle un poco de humor porque es el género que me resulta más cómodo, y para que no se note mi inexperiencia en la temática.
Además, quiero aclarar que no me considero representante ni defensora de la comunidad LGBTQ+, pero tenía muchas ganas de participar de este reto porque pienso que la difusión de historias con estas temáticas ayuda a eliminar la discriminación y la violencia que aún sufre este colectivo.
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