Te Amaré por Toda la Eternidad

Por todos es conocido el hecho de que Ángel está al frente de Wolfram and Hart, división L.A. Para algunos es considerado un traidor a las criaturas de la noche, otros los siguen como a un líder que arriesga todo por la causa. Pero aparte de ocuparse de los asuntos empresariales (que dicho sea de paso es muy aburrido), él continúa atrapando malhechores en su tiempo libre.


Hoy me ocupa un caso que me mantuvo toda la semana en vela. Hay un nuevo asesino serial en Los Ángeles.

El asesino en cuestión drena la sangre de sus víctimas, por lo que en principio se creyó que fuera un vampiro en busca de fama. Pero los cuellos quedan intactos. Luego se creyó que podría tratarse de un hechicero, porque las víctimas tenían rasgos comunes y el asesino deja marcas incomprensibles en los cadáveres.

Pero recientemente han aparecido nuevas evidencias, y mi equipo ya se puso a investigar. Hace un rato descubrieron que el asesino podría ser el mítico Chupacabras. ¿Y por qué no supimos esto antes? Porque en principio las marcas en los cuerpos no nos decían nada, pero las nuevas víctimas presentan marcas más parecidas a rasguños, y la última víctima estaba desagarrada; lo que nos hace pensar en una especie de bestia.

Acaban de localizar al asesino. Ahora mismo me dirijo a atraparlo.

Spike volvió a recitar poesía en bares, Gunn colgó los guantes y Connor recuperó sus recuerdos, pero no quiero involucrarlo en esto, por lo que sólo vengo acompañado por Illyria. ¡Odio darme cuenta de que el equipo es cada vez más pequeño!

Caminamos por un barrio peligroso. Hace metros que no vemos ni vagabundos ni prostitutas, esto está completamente abandonado. No tengo miedo pero estoy incómodo. Illyria no me habla, ella no es como Fred. ¡Ah, aún no me acostumbro a llamar así a Fred! ¡Es tan raro verla en el campo de batalla y ya no en el laboratorio!

—Ángel, tenemos nueva información sobre el sospechoso —dice Harmony a través del celular—. Esto es muy raro, es como si estuviera en dos lugares a la vez.

Harmony parece confundida.

Miro a Illyria y ella sabe en qué estoy pensando. Debemos dividirnos. Ella asiente.

—Tranquila Harmony. Envíame ambas localizaciones, iremos a investigar.

—Muy bien, jefe.

—Dime, ¿ya sabes cómo utilizar el celular? —le pregunto a Illyria señalando el aparato.

—Algo así —dice ella, distante como siempre, mientras mira alrededor.

—Mira —le señalo las coordenadas en el teléfono—, debes ir hasta aquí. Yo te llamaré en media hora y debes atenderme con este botón. ¿De acuerdo?

—Sí, ya entendí —me responde de mal humor.

¡Ah, Wes sabía cómo lidiar con ella! Desde que no está nos hace mucha falta, y sé que ella sigue culpándose por no haber llegado a tiempo para salvarlo.

Así que ahora camino sólo por estas calles solitarias. Me siento como en casa. Delante de mí oigo un ruido y en seguida veo salir a una rata. Recuerdo cuando antes me escondía en calles como estas y comía alimañas para sobrevivir. Sí, esté lugar es demasiado familiar.

Oigo gemidos y creo que estoy en el lugar correcto. La bestia debe estar con una nueva víctima. A cada paso que doy los lamentos y sollozos se intensifican. Es curioso, oigo los corazones latir pero no huelo la sangre. Me pregunto cuál será su método para extraerla.

Los quejidos provienen de una fábrica abandonada que tiene todas las ventanas rotas.

Antes de entrar, intento llamar a Illyria pero algo me golpea obligándome a tirar el celular, y abriéndome una herida en la cara.

No me di cuenta en qué momento cesaron los gemidos y ahora frente a mí se encuentra una bestia enorme y peluda, tiene cuernos y ojos saltones, sus garras son más grandes que mi cabeza. Lo miro a los ojos y él se endereza, queda encorvado pero es más alto que yo.

Me recuerda al Minotauro.

Pasan pocos segundos desde el primer golpe y me levanta de las axilas y me lanza por los aires, haciéndome entrar en la fábrica. Debió haber presentido que yo venía, así como yo sabía cuándo me andaban cazando.

Una vez dentro, logro ver un cuerpo en el suelo, parece una chica, pero de ella sólo quedan la piel y los huesos. Aprovecho que la bestia está distraída, y tomo una barra de metal que encontré en el piso y la uso como arma. Hago un ruido leve para que venga por mí.

Cuando se acerca, lo golpeo en la cabeza y lanza un fuerte quejido. Voy a golpearlo otra vez pero me quita la barra, la arroja lejos y me da un cachetazo con su enorme garra. El impulso me arrastra lejos.

La bestia se acerca rápidamente, yo intento moverme pero quedé aturdido por el golpe, y otra vez me lanza por el aire.

Esta vez caigo sobre otra chica, pero ésta está viva y se queja. Se ve débil y me suplica por ayuda. La bestia se acerca con una maquina grande y muy pesada, lo sé porque me la tiró encima dejándome inmovilizado.

Sabe que me tiene atrapado y se olvida de mí. Se dirige a la chica mientras esta suplica piedad. Yo sólo puedo observar.

La bestia la levanta con un solo brazo y abre la boca. Lo que veo me sorprende, no se acerca para devorarla sino que aspira con fuerza y de repente sale una especie de energía del cuerpo de la chica. De sus ojos, su nariz, cada orificio y poro, sale su sangre y flotando llega a la boca de la bestia. Pronto la chica pierde tonicidad y musculatura.

Creo que realmente se trata del Chupacabras.

A lo lejos puedo escuchar el rechinar del metal, pero la bestia no se percata, sigue alimentándose. Espero que sea Illyria, tiene gran sentido de la orientación para el peligro.

De pronto, veo cómo la punta de una barra de metal atraviesa el estómago de la bestia. Lo que la obliga a soltar a su víctima que ya es un saco de huesos. Intenta voltearse pero otra barra le atraviesa el pecho y luego, otra la cabeza. La bestia se tambalea, pero al fin cae abatida.

Donde la bestia estaba, veo un cabello rubio familiar pero el rostro lleno de ira me desconcierta. Ojos amarillos se hacen visibles y unos largos y relucientes colmillos brillan en la oscuridad. No puedo creer lo que estoy viendo, es como la versión vampírica de Buffy.

—Hola Ángel —me saluda y se acerca a mí. Su rostro se vuelve angelical otra vez cómo cuando la conocí en Sunnydale. Sí, es Buffy, ¿pero cómo?

Ella me ayuda a liberarme de la máquina que me inmovilizaba, y a levantarme tomándome de ambas manos. Yo sigo pasmado.

—¿Cómo? —le pregunto.

—¿Cómo te encontré o cómo me convertí en vampiro? —dice sonriendo.

No puedo pensar correctamente y no consigo que salga nada coherente de mi boca.

—Sé que fuiste a buscarme a Italia. Lamento que me hayas visto con el Inmortal. Luego de abandonar mis dones de cazadora, fui a buscarlo porque él sabía cómo librarte de tu maldición. Y cuando lo descubrí quise volver pero el Inmortal me mantuvo cautiva. Para poder escaparme, le pedí que me convirtiera en vampiro. Y cuando fui tan fuerte como él, lo enfrente y lo maté.

—Y volviste por mí.

—Sí. Y lamento mucho el tiempo que no estuvimos juntos.

—¡Oh, Buffy, te amo y siempre te amé! Yo nunca te superé. Pero... las cosas son muy diferentes ahora —en ese momento, como siempre, mi alegría se disipó al recordar a Spike. Ella no sabe que está vivo y me preocupa cómo pueda reaccionar.

—Sé que sí. Pero nos pondremos al día.

—Ya sé, pero es complicado. Ahora manejo una firma de abogados, soy cazador nocturno, mi novia es mujer lobo y mi hijo es un demonio...

Ella me mira confundida. Pero yo también estoy confundido. ¿De verdad estoy rechazando al amor de mi vida? ¡Debo estar loco!

Me mira con ilusión y se acerca para susurrarme:

—Pero nada de eso te llena. Y sabes que nunca podrás ser feliz porque la sombra de Ángelus te persigue. Yo sé cómo romper la maldición, soy tu salvación.

Sus palabras me convencen rápidamente. Su aroma es exquisito, y está tan cerca mío... no lo puedo creer. ¿Cuánto tiempo estuve pensando en qué haría si volvía a verla? Y ese día llegó y ya no puedo contener las ganas que tengo de besarla, de abrazarla, de hacerla mía en este mismo suelo sucio.

—Debemos irnos rápido a Italia. Debemos hacer un ritual a la medianoche del catorce de febrero, de otro modo no funcionará.

—Hoy es trece —digo sonriendo.

—Vamos. Si nos apresuramos, estaremos juntos por siempre.

Ella dice las palabras que me entusiasman. Está decidido, dejaré todo para seguirla. Seré feliz con ella por toda la eternidad.

Pero antes la tomo en mis brazos y la pongo frente a mí, y nos besamos con pasión.


FIN.

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