Hace mucho tiempo, vivieron dos amigas muy unidas, que compartían todo. Pero al crecer se fueron alejando a causa de la enfermedad terminal que padecía la una, y que se la ocultó a la otra. A partir de entonces un muro de mentiras, silencios y complicaciones se levantó entre ellas.

Ya en la flor de la vida, ambas se enamoraron perdidamente del mismo hombre; y la primera no dijo nada por temor a su muerte próxima, dejando que la segunda lo conquistara y en poco tiempo se casara con el amor de sus vidas.

Con el avance del tiempo, fue imposible seguir ocultando la enfermedad que hacía agonizar a la primer amiga, y al descubrirlo la segunda, se apegó a ella para acompañarla hasta el fin de sus días. La cercanía provocó que volvieran a compartir todo una vez más, y así, finalmente, se descubrió que la enferma siempre estuvo enamorada del marido de su amiga.

Esto le trajo remordimientos a la otra, porque creyó que, de haberlo sabido desde el comienzo, le hubiese permitido a su amiga que ganara el corazón del galán en lugar de ella, para que así al menos conociera el amor antes de partir. Su sentimiento de culpa la obligó a disculparse con su mejor amiga de toda la vida.

Pero la otra no aceptó sus disculpas. Y le explicó el porqué, así:

–¿Te disculpas por amar? ¿No sabes que hay gente que se va de este mundo sin haber conocido el amor? Yo amé; y me voy feliz, sabiendo que las dos personas que más amo se tienen la una a la otra y se hacen felices.

.

https://youtu.be/Pvope7xOzHg

.