CUENTO +Cuatro idiotas y un cadáver +
Había dos personas frente a una fogata, en un viaje del cual habían platicado y habían planeado desde hacía muchos años. Era un anhelo que ambos habían soñado tener. Dos grandes amigos, los cuales no se vieron las caras durante años, prácticamente un lustro entero. Ya con el dinero y el tiempo, decidieron estar un día platicando en el bosque, con comida, y también jugando baraja, ajedrez y otros juegos en la solitaria tranquilidad del bosque. Con la noche encima de ellos y el día a punto de acabarse, con una fogata, comenzaron a contar historias, anécdotas graciosas y en sí, recuerdos de la escuela. Hasta que ambos, pensando lo mismo, empezaron a platicar de un evento que lo habían guardado en su memoria, como si fuera un candado que jamás debería ser abierto.
-Oye amigo, ¿Recuerdas cuando encontramos un cuerpo en el bosque?
-Ahhh, si, lo recuerdo perfectamente. O no se.
-Estaba pensando en eso, y la verdad es algo que me causa gracia y un poco de asco.
-Si. ¿Tú te acuerdas bien?
-Creí que tú te acordabas mejor.
-No, lo pregunto, para que, si no, yo me ponga a contar lo que pasó, para reírnos un poco.
-Dale, la verdad no quiero platicar de eso.
-Yo lo que recuerdo es que éramos muy pequeños, apenas íbamos a entrar a la preparatoria. Inclusive quien se encargaba de robarnos el almuerzo se había ido por haber abusado de una niña. Estaba enfermo ese bastardo, jeje. Fue por la época que te ibas a cambiar hacia la gran ciudad. Íbamos a despedirnos yendo al bosque para platicar y practicar un poco algo de futbol. No habíamos notado eso hasta que nos habíamos cansado. Creo que este Javier se había lastimado y por eso paramos.
...Tú y yo nos habíamos sentado en la piedra más cercana y el idiota de Marco se había sentado en un bulto, el cual sintió muy aguado cuando lo tocó con sus nalgas. Al instante que se levantó todo cagado de miedo, vimos que era un cadáver.
...Sonará como con poco tacto y algo grotesco, pero es que eso era lo que era esa cosa. Fuimos a ver porque Marco se había asustado. Y pues ya sabes que era sumamente llorón. Le dijimos que se callara mientras veíamos el cadáver. Para tratarse de uno, estaba en buen estado, hasta eso. Y pues, como era de una mujer, el cachondo de Javier empezó a tocarlo, y nosotros diciéndole que no hiciera sus cosas para que no nos metiéramos en problemas. A Javier no le importó y se iba a sacar la verga, pero tú le diste un golpe en la cabeza para que se le bajara la calentura. Igual lo anduvo manoseando, pero ya no quiso hacer nada con él. Fortuna nuestra ver que lo que ocurrió solo a nosotros nos pasó y nadie más vio.
...Y pues, ya sabes que éramos muy estúpidos en aquellos años. Nos empezamos a burlar, moviendo su mano como si fuera una matraca y poniéndola en poses raras. Era extraño hacerlo y ahora es un tanto bizarro decirlo.
...No fue sino hasta que. No supe si fuiste tu o fui yo quien propuso que compráramos cohetes para divertirnos haciéndola explotar y así. Pero el chiste es que entre los cuatro nos llevamos el cadáver a un terreno baldío, abandonado por cualquier persona.
...Y tú, creo que fuiste tú, quien traía su bici, fuimos hasta el lugar más cercano que vivimos de cohetes, mientras Javier y Marco cuidaban el cadáver.
... Hasta la señora de los cohetes nos preguntaban para que los queríamos, ambos les dijimos que eran para navidad, ya vez que casi eran vacaciones de navidad. ¿Era diciembre o noviembre? La verdad no lo recuerdo, pero nos creyó y nos vendió algunos. No pudimos pagarle esa vez, pero dijo que no había problema ya que conocía a nuestros papás.
... Ya después nos metieron una caguíza por hacer nuestras loqueras.
... Y pues regresamos hacia el terreno baldío y vimos como marco estaba asustado, le preguntamos porqué y pues vimos que este Javier se estaba cogiendo al cadáver. La verdad no dijimos nada y pues nos estábamos riendo mucho de la tontería que hacía el calenturiento de Javier.
... Ya cuando había acabado, el animal se levanta y nos dice que ya podíamos hacer lo que quisiéramos con él.
... Y pues, ¿Quiénes éramos nosotros para llevarle la contraria?. Fuimos con los cohetes a prenderle fuego a esa cosa. Hasta nos dio asco tocarla porque el imbécil de Javier le había echado sus mecates encima de la pierna de ella.
... El cadáver era sumamente hermoso, posiblemente nosotros nos hubiéramos incluso puesto como Javier si hubiera estado viva. Pero dejamos de lado ese pensamiento y empezamos a poner los cohetes en cada parte del cuerpo. Primero pusimos unas palomitas, los petardos habían explotado en su mandíbula y sacaron volando sus dientes. AL ver que venía hacia nosotros desde el cielo, nos echamos a correr, diciendo que a quien le callera, iba a darle un beso en la boca. Recuerdo que el Javier iba corriendo para que le dieran los dientes, pero no le logró dar y ya ninguno hizo eso.
...Nos reímos de la situación y volvimos a hacerlo, ahora poniéndolo en sus manos.
...El petardo volvió a explotar y los dedos salieron volando. Era como ver el disparo de una escopeta de las películas de la tele, La verdad nos asombramos con eso y quisimos intentar más.
...Le pusimos algunos pequeños ratoncitos en los pies, y estos se quemaron un poco cuando se echaron a correr.
...Y ya después, el Javier todo enfermo quiso poner un petardo en el estómago del cadáver.
-No me cuentes ya esa parte, me acuerdo bien y me da un buen de asco.
-Pues mira, como somos amigos, te la voy a contar, ¿Cómo no?
-Eres un imbécil.
-Gracias, pues recuerdo que el cabrón fue hacia el terreno, y cuando regresó, vimos que traía una vara con filo en la punta y nos dijo que abriéramos el cadáver para meterle un cohete allí.
... Solo dejamos que hiciera su monstruosidad y vimos, con morbo, como empezaba a abrirle la panza. Cada corte tenía sangre seca, la cual salía de ella y cuando la abrió por completo, hasta donde llegaba su bello público, vimos como la empezó a abrir con un poco de felicidad, Marco se asustó y tu querías vomitar.
Yo solo me asombré al ver que estupidez estaba haciendo. Vimos el cadáver y era idéntico a como lo veíamos en la clase de biología. Ya luego empezó a sacar los órganos como si fuera basura, lanzándolas hacia afuera y haciendo que estos se llenaran de tierra. Y vimos algo que nos asombró un poco, era un órgano que estaba completamente negro, como si lo hubiera carcomido una llamarada de fuego o fuera de carbón puro, parecía un chile Chipotle.
... Recuerdo que lo vimos bien y era su pulmón. Ambos nos empezamos a asustar cuando vimos que eran los dos y no solo uno. pensábamos que tenía algo infeccioso, pero Marco nos corrigió, ya más calmado, que era en realidad porque tenía o tuvo cáncer de pulmón. No me lo podía creer y solo Javier no se interesó por lo que dijo.
... ¿Con que así se ve el pulmón del papá de Javier?. Dije esa mamada y Javier se emputó y me lanzó el corazón de la chica y ustedes dos, tu y el Javier se empezaron a reír mientras a mí me daba asco tocar el corazón.
...Ya después, con el cadáver abierto, metimos todos los cohetes adentro y los prendimos. Ya estaba anocheciendo y solo dejamos que el cadáver ardiera en llamas mientras los cohetes se consumían. No se cómo pasó, pero este empezó a arder en llamas mientras todos nos íbamos en putiza hacia nuestras casas. Dejamos abandonada esa cosa y nos fuimos rápidamente hacia nuestro pueblo.
... Cuando llegamos, nuestros papás nos preguntaron qué había pasado. Nadie dijo nada y nadie quiso recordar nada. Ya el Javier era el destapa criptas, pero no porque le gustaran maduras, sino porque literal quería cogerse muertas. Nos dejó de hablar ya después y jamás rajó. La verdad nos sorprendió cuando en las noticias apareció el cadáver, todo destrozado, y dijeron que había sido una maniobra hecha por los narcos. Me dio un poco de culpa ver como este se había consumido, pero era inevitable verlo.
... ¿Algo de lo que te acuerdes?
-Pues recuerdo que cuando se fueron ustedes, el Javier y yo fuimos para ver el cadáver con mejor ojo. Vimos como este ya se había consumido por completo. Y pues quisimos notar que todo había quedado completamente carbonizado. Pero lo que ustedes no sabían es que este Javier y yo vimos en el estómago del cadáver y notamos que había una cortada. Ya no había estómago, pues el Javier lo había sacado todo. Pero había una abertura en la espalda, la cual traspasaba el hueso de las vértebras.
-Vaya. La verdad fue gracioso. Éramos cuatro idiotas y un cadáver, y a pesar de lo asqueroso, fue muy curioso. No lo había pensado hasta ahora, ¿Quién habrá sido esa pobre mujer?
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