Las tinieblas dejaban mal varada a Mónica, una joven que se levanto de la nada sin ningun recuerdo de siquiera haber existido,  mucho menos de algun pasado con una pizca de sentido. Todo eran difusas imágenes oscuras con relieves grisáceos que Vivian en su imaginación.
Lo único seguro era que el sitio era frío, sus pies estaban descalzos y tenia la espalda, las caderas y en si toda su parte trasera al aire. El viento soplaba ferozmente de quien sabe donde y mientras asimilaba la oscuridad con la que renacía de un lugar sin morada, una voz le empezó a hablar.
-Hola Mónica.
Ella se estremeció a su vez que una mano peluda y, al mismo tiempo, carnosa y cruda la tomaba por la muñeca.
- ¿Qué te sucede? -Dijo la voz, que era de un hombre joven con una ternura sospechosa en su timbre, además con un ligero tembleque entre palabras.
-E-es-esto-estoy-y-estoy…
-Tranquila- Dijo la voz – Nadie va a hacerte algo. Solo soy un inocente médico.
- ¿M-me-me-médico?
-Si, solo eso y nada más.
-Pu-up… puede…
- ¿Qué necesitas?
-Puede verme ¿Cierto?
-Si, claro que puedo.
- ¿Y por qué yo no a usted?
-Porqué nadie puede verme en realidad y el placer que me inunda verlos.
- ¿Al menos puedo verme yo?
-Me temo que eso no será posible.
- ¿Por qué?
-Porqué nadie debería verse a si mismo.
- ¿Pero que no lo hacemos siempre?
-Solo ves tu realidad, lo que tus ojos pueden digerir.
- Pero soy yo, ¿no?
-Ves lo que crees que eres.
- ¿Qué significa eso?
-Solo vemos lo que queremos, lo que nuestros sentidos creen que es verdad. Sientes como caminas aun sin verlo.
- ¿Y por qué yo no puedo verme caminando?
- ¿No basta con sentir que caminas?
-No, no es suficiente.
- ¿Acaso tu realidad es mas ambiciosa que quiere ver tu vida?
-No se que significa eso, y no me interesa ¡Solo quiero verme en verdad!
- ¿Me prometes que aceptaras la verdad, la verdad y nada más que la verdad?
- ¡Cierre la boca muestreme lo que quiero ver!
-De acuerdo, con usted, su vida.
Mientras ella esperaba ansiosa ver una cama de hospital con muchas flores y su familia enfrente, solo se topo con un cuerpo demacrado, sucio y putrefacto enfrente de ella, en una habitación de maquinaria antigua y vieja,  con sonidos de cierras y soldadoras.
-¿Qu-qu-que es es-est-este lug-lugar?
- Esta es mi habitación – Dijo un hombre enano – Aquí creo muchos de los cuerpos para mentes como la tuya; soldar el cerebro al cuerpo no es una tarea sencilla; sobre todo con los pares craneales y el nervio vago.
- ¿Qué?
- Si. Tengo que reparar este cuerpo que tu dañaste; ¿Ves el pecho ennegrecido? Tu adicción al cigarro; ¿Esa entrepierna mohosa? Mucha libertad y poco cuidado; lo que es peor ¡Mira tu abdomen! Demacrado,  derretido,  completamente irreparable; espero que eso tengo fácil remplazo.
- ¿Ese… es mi cuerpo?
-Tu vida en una sola obra de arte destrozada; jamás te importo ello y ahora menos que has muerto; sentiste que caminabas por que tus nervios sintieron que aun podías; no hay dolor, solo la ilusión de existencia de cuerpo.
-Pero…
-Has vivido como tu siempre lo has deseado; esperabas una cama de hospital y sin embargo tu cuerpo reposa para volver a servir a otra mente; y tu te irás al vacío donde nadie te deberá encontrar.
Antes de que Mónica se desvaneciera del mundo le pregunto al enano.
- ¿Puedes dejarme a oscuras?
- ¿Quieres evadir tu verdad?
-Solo quiero caminar antes de morir… solo un poco