Érase una vez en una tierra lejana escondida entre las hojas y el agua vivía una bella y hermosa hada llamada Aziza. Su padre, el rey Alaneo y su madre la reina Fay gobernaban la tierra de las hadas en total armonía. Era una tierra hermosa; las hadas cantaban y danzaban por todo el lugar, cada una con su brillo único. Cada hada contaba con su poder, este era utilizado para proteger a su pueblo. A pesar de que sus poderes eran muy parecidos debido a que ellas son de la misma tierra, había alguien diferente.

Aziza no contaba con poderes llenos del espíritu del agua y el viento, era todo lo contrario como su nombre lo explica, Aziza domaba el fuego y eso fue algo que la hizo ser única en su tierra. Era un hada hermosa, su pelo largo color zanahoria siempre iba atado así ella podía tener una mejor movilidad en sus entrenamientos. Aunque Aziza era la princesa de las hadas no contaba con amigas leales ya que siempre se acercaban a ella por su título o poder.

Un día llegó un ser nuevo a la tierra de las hadas. Tenía alas diferentes y un color de piel peculiar; rápidamente se ganó la confianza de todas las hadas, era un ser amable y muy servicial pero este escondía un oscuro secreto que nadie más que él sabía.

Los reyes se encariñaron con esta criatura nueva y le encomendaron la misión de ser el nuevo entrenador de Aziza debido a que la guerra con las bestias oscuras por el dominio de las hadas, estaba cada vez más cerca.

Aziza aceptó a su nuevo mentor y cada vez se hacían más cercanos. Le gustaba como él la trataba y lo divertido que era, sin saberlo Aziza le fue dando un lugar especial hasta convertirse en amigos. Los meses pasaron y nada cambió este ser fue integrado a la realeza por su gran labor y amistad con la princesa de las hadas quién lo veía como una inspiración a seguir.

Una noche Aziza fue despertada por el sonido de espadas y hadas peleando, se incorporó rápidamente y miró por los ventanales de su habitación. Observó como la cuidad se encontraba en guerra, las hadas peleaban y daban todo su poder para proteger su hogar; el feroz viento y las grandes olas eran domados por las hadas para defender su tierra.

Aziza corrió a la habitación de sus padres y lo que encontró fue inesperado para ella. Su mentor estaba parado frente a sus padres  empuñando una espada hacia ellos, la princesa con los ojos llenos de lágrimas miró a quien consideraba su amigo, el ser extraño solo le devolvió la mirada sin demostrarle aquella sonrisa llena de amabilidad que antes demostraba.

—¡¿Pero que estás haciendo Achicu?! — la princesa le reclamó a su amigo pero este no se molestó en responder.  El se dirigió hacia ella a paso lento.

—Es hora de que demuestres los frutos de nuestro entrenamiento, si es que quieres salvar a tus padres—Achicu era un ser totalmente diferente al que Aziza y los reyes habían conocido. Su voz era más grave ahora y su expresión más sombría.

Aziza llena de dolor se negó a enfrentar la realidad de las cosas y su mente comenzó  a divagar.

En una tarde lluviosa cuando Aziza se encontraba entrenado alguien llegó a ella y se le acercó.  Una visita inesperada pensó la hermosa hada.

—Padre ¿En que puedo ayudarle? — Alaneo permaneció quieto, con la vista fija en los cristales que mostraban el paisaje lluvioso.

—¿No es hermoso, Aziza? —le preguntó el padre a su hija.

Aziza sin entender a lo que su padre se refería volteó su mirada a los árboles mojados por la lluvia y a la tierra vuelta fango.

—Yo solo observo un montón de lodo— el rey sonrió al recordar las palabras que aquel sabio le dijo una vez y que ahora estaba dispuesto a compartir con su única hija.

—Kalopsia ¿Sabes que significa? — Aziza negó y el rey  procedió a explicarle — es la ilusión de creer que algo es más bonito de lo que realmente es. En ocasiones eso me recuerda a ti.

Aziza abrió los ojos sorprendida por el comentario de su padre. Alaneo entendiendo la mirada de su hija ríe.

—No me mal entiendas, hermosa. Me refiero a que eres muy buena para ver las cosas como son, querida. Siempre miras con el ojo positivo y se te es incapaz de encontrar lo feúco a algo. Creo que todos hemos sido así.

Aziza recordó aquellas palabras que su padre le dijo y pensó en su situación actual. Se le es imposible creer que aquel bello ser que llegó a su reino es todo lo contrario. Y el plan de este era solo ser un infiltrado.

Aziza aceptó luchar para recuperar a sus padres, sacó todo su poder, no solamente sus habilidades con la espada sino también el espíritu de fuego que llevaba dentro. Bolas de fuego salían de sus manos y una especie de capa cubría su cuerpo. Achicu no fue capaz de enfrentarse a aquella hada determinada y valiente que demostró ser capaz de enfrentar aquella persona que llegó a considerar especial pero que su apariencia la llegó a engañar.

Aziza salió victoriosa y las demás hadas lograron derrotar a las malvadas bestias. Todo este escenario dejó un claro mensaje en la princesa hada quien con ojos llorosos fue a abrazar a sus padres.

—Ahora lo entiendo padre — Alaneo miró a su hija — aveces solemos creer que las cosas son más hermosas de lo que realmente son y llegamos a idealizarlas. Yo cometí ese error con Achicu, no me molesté en conocer más sobre él porque ya me parecía perfecto así como era, sin saberlo creé una ilusión falsa de él y vivía en una realidad totalmente diferente.

—No tienes que culparte por eso, hija —Fay, la madre de Aziza intervino — solemos crearnos ilusiones de las cosas con bastante frecuencias. Tu padre lo ha hecho al ver mucho más allá de la simple lluvia, yo lo he hecho con este reino, al pensar que algo tan hermoso y perfecto como el no podría llegar a albergar maldad o destrucción, pero como viste nos hemos equivocado y eso suele pasar seguido. Solo es cuestión de aprender de nuestros errores y mirar el mundo en su total esplendor pero sin llegar a idealizar las cosas que habitan en el.

Aziza pensó en el sabio consejo que le dio su madre y se propuso no volver a dejarse engañar de su mente. Ella sabe que es fuerte pero se dispuso a seguir entrenado para preservar lo que para ella es realmente valioso y especial: su familia y su nación.

EJOTAPE
Day998
Melisadiazv
RonacellTLHv
daliaragonm
SLucreciaH

FIN