𝟹 · F𝖭𝖵 - 𝗔𝗿𝗰𝗮𝗱𝗲 𝗚𝗮𝗻𝗻𝗼𝗻 𝘅 𝗖𝗼𝘂𝗿𝗶𝗲𝗿

⊱−−−⋄−−−⊰

Ir al Atomic Wrangler una vez cada un larguísimo periodo de tiempo no hace daño a nadie.

O al menos no debería, porque Arcade se está sintiendo justo de esa misma manera. No ya sólo por el ambiente repugnante de alcohol barato y de prostitutas y gigolós, si no también porque siente que su tranquilidad ética también está siendo dañada en el progreso.
Y es que, como perteneciente a los Seguidores del Apocalipsis que es, es más que consciente de las consecuencias de los hermanos Garret en la ciudad; sólo hay que observar a los drogadictos de las puertas este de Freeside, que el ochenta y cuatro por ciento lo son por culpa de su influencia, sus rabiosos guardaespaldas que lo son por culpa de las drogas que los dos psicópatas (palabra que Julie Farkas ha usado mucho para referirse a ellos y a sus vecinos de los Van Graff) les inyectan para que funcionen mejor y los precios desorbitadamente baratos que su vodka posee.

Aún así, Arcade Gannon ha decidido ir al Atomic Wrangler.
Y lo ha hecho porque "Seis" lleva semanas diciendo que no puede esperar a que se olviden de los conflictos complicados y cansados de la Legión, la RNC o el Sr. House, aunque sólo sea por una noche para disfrutar de un tiempo bien merecido a solas.

Por lo cuál, Arcade ha decidido dejar su pistola de plasma a un lado y ahora observa a Seis, aquél mensajero que ni siquiera recuerda su nombre y usa el que le asignaron para repartir algo de una ficha de platino sobre la que nunca entra en muchos detalles.

—El alcohol no es muy bueno para las neuronas, ¿Lo sabías? Si planeas mañana que salgamos por el yermo de una manera mínimamente adecuada, no te recomendaría tragarte eso —le ha señalado Arcade con desprecio a la botella de whisky delante suya que acaba de pedir. No soporta que Seis beba alcohol, y sin embargo es algo que le ha visto ver más veces de las que le gustaría.
Y podía soportarlo porque de alguna manera ayudaba para tener más fuerza para cargar chatarra o incluso en los momentos más desesperados en los que el disparado carisma de Seis necesitaba un empujón más, pero cuando lo tomaba por una especie de ocio que Arcade no entendía del todo, se preocupaba por el estado de su acompañante. Y obviamente no tenía mejor manera de demostrarlo que lanzando datos científicos pedantes.

Sin embargo, en días como estos se da cuenta de que Seis bebe más de la cuenta cuando está poco activo y cerca de una barra de bar. A Arcade no le había parecido algo muy digno de comentar hasta unos días, pues mientras saqueaban un supermercado había visto cómo los ojos le habían brillado al acercarse a una barra llena de bebidas alcohólicas. Y se llevó la mayoría.
Había bebido más de dos o tres botellas en el mismo día a partir de cuando saquearon el Duper Mart, y a Arcade no le gustaba nada el rumbo que estaba llevando aquello.

Porque sabía lo que el yermo hacía a las personas; Freeside estaba plagado de drogadictos, también contando alcohólicos si pretende olvidar que el alcohol es una droga también muy poderosa y adictiva. Aquella gente se intoxicaba para olvidar, para buscar un escape hacia un mundo que a muchos les parecía que no tenía sentido, y por lo tanto un único estado de embriaguez casi depresivo les hacía alejarse de otros pensamientos de soledad. Arcade quería hacer saber a Seis que no tenía que recurrir a ello, y ciertamente tampoco quería verle caer en ese agujero oscuro que las botellas de whisky tenían cuando el fondo se quedaba vacío.

—Ah, venga ya, Arcade, sólo es una copa —respondió el mensajero, despreocupado.

Arcade levantó la ceja.

—¿Estás seguro de eso? Porque yo diría que todos estos días ha sido más de una copa, ¿Por qué cambiaría eso ahora?

Seis intentó ignorar la fulminante mirada que Arcade tenía puesta sobre él.

—Oye, hoy es un día para disfrutar entre tú y yo, ¿Por qué no dejas esas cosas de lado? Otro día podremos hablar mejor del whisky que bebo.

—Ese es el problema, Seis —le replicó, con un tono serio que rápidamente cambió el tono amoroso e íntimo que el otro hombre quiso implementar para que el tema de su resurgiente adicción al alcohol no saliera a la luz— Que sé que si otro día decido hablar contigo del tema me vas a decir lo mismo, porque ya lo has hecho... Y también que yo no disfruto verte así, parece que estás destruyendo algo maravilloso que podrías experimentar por querer olvidar otras cosas, y parece que no te das cuenta.

Seis tragó saliva, y desvió la mirada de Arcade. Acto seguido bajó la mirada y envolvió su cabeza entre sus manos, el caso es que sabía que Arcade tenía razón. Como siempre, realmente. Porque si en algo era experto el científico, era en saber cuándo la gente ocultaba sus sentimientos. Lo sabía porque él era un experto en ello, era probable que también no se hubiera dado cuenta de lo nociva que podía ser esa práctica hasta que la vió en Seis. También él se estaba replanteando cosas.

—Sabes que llevamos siendo acompañantes ya un buen tiempo, Seis. Me has ayudado mucho a mí, y siento que te he agarrado... Aprecio. Me gustaría devolverte el favor. Ayudarte a dejar el alcohol, o por lo menos controlar las dosis y aplacar el dolor que sientes de otra manera más sana, ya lo he hecho con los drogadictos de Freeside y los Seguidores del Apocalipsis te ayudarían encantados. Pero lo primero es que tú quieras dejarlo, me ayudaría saber por qué empezaste con esto, si quieres.

Arcade había acercado una mano a la de Seis por debajo de la mesa e intentó confortarle con el calor y cercanía que pudo transmitirle. Gannon no era un hombre de mucho contacto físico, así que aquello le impactó al mensajero; y casi al instante las lágrimas empezaron a caerse por detrás de su rostro escondido mientras apretaba su mano con más fuerza.

—Fue después de lo de Nipton. No pude soportar ver a esos cuerpos llenos de sangre en las cruces, me produce náuseas cada vez que lo recuerdo y no lo puedo sacar de mi cabeza. Pero no sólo eso, y ojalá fuera así. Pero es a todo el mundo que he asesinado, ¿Qué más da que sean más malos que yo y se merecieran la muerte? He visto a tantas personas morir en mis brazos por mi propia culpa que no sé cómo soportarlo. No me saco de la cabeza sus cabezas reventadas, sus últimos gritos antes de morir o cómo se desangraban mientras intentaban asestarme un tiro o un golpe. Porque siempre que estoy en las peleas no pierdo las formas y no me rompo pero es cuando pienso en todo lo que he hecho cuando siento que no puedo más. Y es que el puto whisky es lo único que me hace olvidar la culpa. Sabe malísimo, y no soporto su sabor agrio, pero es lo único que me ayuda mientras intento no caer y seguir adelante. Joder. Esta vida no es para mí, Arcade...

Seis corrió a secarse las lágrimas con las manos cuando finalmente terminó de soltarlo todo, aunque también aquello hizo que su llanto fuera más fuerte y tuviera que esforzarse para rebajar el volumen y no llamar la atención a la clientela del Atomic Wrangler.

—Seis, yo estoy a tu lado, te prometo que no vas a estar solo. Mira, no me puedo creer que vaya a decir esto porque cuando te conocí parecías un niñato con unas habilidades innatas para el tonteo —Seis soltó una pequeña risa por debajo mientras recordaba el momento y su descarado primer ligoteo con Arcade—, pero te aprecio por cómo eres. Porque aunque no lo sepas, sabes prosperar en este mundo, es decir, mírate, eres el único que ha dado los primeros pasos hacia una New Vegas independiente. Y en cierta manera me has otorgado felicidad. Tú me otorgas esperanza por tu forma de ser y de actuar cuando piensas positivamente sobre el futuro, Seis, no dejes que el whisky consuma eso, por favor.

Seis finalmente levantó la mirada y con una sonrisa dirigió sus ojos hacia los de Arcade mientras miraba con nostalgia al hombre que tanto amaba.
Puede ser que él no lo supiera, pero su amor por Arcade cada día iba a más con aquellas muestras de afecto que le hacían sentirse verdaderamente querido por alguien, aún si los dos tenían sentimientos el uno por el otro y no se habían visto capaces de revelarlos como era debido.

Quizá tenía razón y esta vida no era para él, pero aquello no implicaba que junto a la compañía de Arcade se viera capaz de afrontar el duro día a día del yermo del Mojave.


⊱−−−⋄−−−⊰

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top