𝟺 · F𝖭𝖵 - 𝗕𝗲𝗻𝗻𝘆 𝘅 𝗖𝗼𝘂𝗿𝗶𝗲𝗿 (𝖪𝖺𝗍𝖾)

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Kate sabía a qué estaba jugando. Quizá no se dio cuenta al principio, cuando el hombre delante suya que le observaba confuso antes sí que lo había hecho, decidido, mientras con una pistola le metía una bala en el cráneo. Pero ahora se había acostumbrado totalmente al juego por más que se basara en apuestas inhóspitas y peligrosas.

No podían confiar el uno en el otro, pero tampoco podían desconfiar. Se vislumbraba tal y como si los dos jugaran a la misma estrategia de tirar el as al final de la partida mientras observan pacientemente lo que ocurre y son incapaces de darse cuenta de que al final los dos van a tirar la misma carta y nadie va a salir ganando, o cuando al final del poker hay que tomar la decisión de lanzarse un farol y entregar todas las fichas sobre la mesa mientras que inesperadamente tu adversario no se retira, más bien hace lo mismo que tú y al final se acaban revelando sus nuevas cartas y deben de intentar intuir si la otra persona juega a la misma estrategia que ellos sólo para afrontar lo que sea que ocurra con algo de honor y dignidad.

Para Kate fue un juego entrar al Lucky 38 y empezar a incomodar con frases baratas de ligue a un hombre que creía haberla matado mientras se ponía rojo tanto por su atrevimiento como por lo que sea que se le hubiera metido en la cabeza para ir a ese sitio y empezar a pedir cualquier otra cosa que no fuera venganza.

Con Benny, había funcionado. El hombre sabía jugar pero era más de manejar las consecuencias de los eventos y por algo dejó la mayoría de sus planes sobre el Sr. House a un robot y manipuló a una mujer de los Seguidores del Apocalipsis para que hiciera parte de su trabajo sucio. Era un hombre de acción; sabía que tenía que actuar cuando era necesario y que el fin justificaba los medios.
Kate era totalmente diferente. Siempre pensaba en el presente y en los beneficios inmediatos, al fin y al cabo, era una cazarrecompensas hecha mensajera que aparentemente no poseía escrúpulos sobre qué tareas aceptaba; lo cierto es que ella era más afín a labrarse su propio camino, pero si el trabajo involucraba asesinatos crueles e inocentes que apenas estaban justificados, prefería estrechar su factura de la semana y no dudar en robar a algunos mercenarios o magnates más ricos que la mayoría si era necesario, en vez de aceptar trabajos que amenazarían el dejarla dormir pacíficamente por las noches. Tenía métodos, y aunque no le gustaba el sigilo, sí que sabía labrar un buen plan.

También conocía muy bien a los hombres. No sabía si en su pasado, enterrado junto con su cuerpo en el cementerio de Goodsprings, había algo que explicaba esto, pero al tratar con tantos de ellos, acabó llegando a la conclusión de que las ansias de poder, dinero y lujuria era la misma en la mayoría de ellos.
Benny no era diferente; no conocía exactamente lo que le movía a cambiar New Vegas y traicionar a alguien como el Sr. House, pero también había observado en menos de una hora cómo le gustaba gestionar los billetes que ganaba en el casino, hacerse oír sobre su alta posición y amedrentar a la gente sobre esto a parte de su búsqueda del placer a la hora de su gusto por acostarse con mujeres y ligar con ellas aun cuando se notaba que estaba claro que no estaban interesadas en él.

Por esto era fácil manipularlo, sobre todo después de pasar aquella noche juntos en la que Kate dudó varias veces si debía de asesinarle en ese mismo momento y saldar sus deudas con el hombre más una “pizca” de intereses. Aunque al final llegó a la conclusión de que sería más divertido y útil ver cómo actuaría después de observar los resultados de la ecuación, porque Benny debía de ser un hombre o muy poco analista o exageradamente enamoradizo después de acceder a pasar una noche con ella a solas y en su habitación privada. Era la escena perfecta de asesinato, típica de una viuda negra, que Kate era, resultaba serlo e incluso resultaba serlo demasiado para su propio bien.

Cuando Kate se despertó, no vio a Benny. Aquello no fue lo más sorprendente; lo que sí resultó serlo fue encontrarle después, en el campamento de César y capturado por la legión.

Lo cierto es que odiaba a la Legión de César, a Kate no le gustaba nada su forma de hacer las cosas. Desde su perspectiva sólo eran otros de esos hombres hambrientos de poder, solo que habían transformado esto en su obsesión favorita y lo usaban como excusa para esclavizar inocentes y aniquilar pueblos enteros de buenas personas. Eran todo lo que Kate despreciaba, aún así, meterse en problemas tan pronto no sería una buena idea, por más que la idea le encantara.

El caso es que ahora se le planteaba un debate, porque debía de crucificar a Benny (una forma horrible de matar a cualquier persona) o bien ayudarlo a escapar. Ni siquiera estaba segura de si el hombre se merecía siquiera algunas de esas dos.

Lo peor era observar el estado en que se encontraba; apenas había comido o bebido algo y encima estaba seguro de que Kate era su novia y hasta la llamaba “gatita”, lo cuál le parecía hasta asqueroso pero no tanto como debería de parecerle realmente.

Kate se acercó hacia él y susurró en su oído tras este cargarla de cumplidos y decir que no había dejado de pensar en ella desde aquella noche tan movida que tuvieron juntos.

—Tú te has metido en esto, corazón. ¿No eras el que farfullaba cómo el juego estaba amañado desde el principio?

Benny no pudo responder, aún así. Lo que sintió después fue cómo las cuerdas que antes se apretaban en sus nudillos y restringían su rodilla finalmente se habían visto liberadas, todo por obra de la daga de madera de Kate cuyas iniciales estaban grabadas en el mango y que eran lo suficientemente pequeñas para pasar por la seguridad del casino de los Omerta.

Y Kate no se creía que estaba haciendo esto, pero no iba a dejar a aquél hombre ladrando como un cachorro mientras unos lunáticos lo subían a una cruz y lo asesinaban de la forma más inhumana posible que jamás había observado en el Mojave.

«Estas son las cosas que ocurren cuando te metes de lleno en la boca del lobo», pensó Kate, y ahora se había hundido dentro junto con Benny.

A la legión no le gustó esto, oh, por supuesto que no. Persiguieron a Kate y Benny mientras escapaban y lo cierto es que tumbaron a bastantes hombres detrás suya porque Benny tenía una pistola muy buena y Kate una escopeta potente y con muchas balas para recargarla hasta como unas cincuenta veces, munición que consiguió después de arrancarle chapas de Sunset Sarsaparilla a un tipo que se las intentó quitar todas y al final se acabó encontrando con el mismo destino que él había forjado para sí mismo.

Finalmente, y Kate con una reputación que empezaba desde por lo bajo con la legión pero finalmente habiéndolos dejado atrás más visualizándose un amanecer anaranjado en el horizonte, se encontró obligando a Benny a despedirse de ella.

—Huye —le dijo Kate, secamente y borrando al instante la sonrisa quisquillosa en la cara de Benny—. Le conté al Sr. House que eres un traidor. No hay lugar para ti en New Vegas, ni siquiera en el Mojave y sabes que la legión irá a matarte si te encuentra. Entonces no me tendrás ni a mí ni a tus guardaespaldas.

—¿Pero por qué dices eso, nena, después de lo que hemos pasado juntos ni siquiera vas a venirte conmigo?

La mirada fría en los ojos de Kate era decisiva y la verdad se trasladó inmediatamente en Benny mientras que decidió ahogar sus ojos en el suelo por un momento: Kate nunca le había querido. O al menos no de la manera que Benny pensaba al escribirle aquella nota después de la noche que por alguna razón vio cómo dejaban sus diferencias de lado; quizá por la forma tan distinta en que cada uno pensaba y hacía las cosas.

Y era lo más lógico, ya era demasiado que antes no hubiera decidido asesinarle ella con la misma navaja con la que antes le había salvado de las garras mortíferas de la legión.

—Vete, antes de que cambie de opinión.

Se reflejaba en Kate un tono de voz muy confuso; no se podía creer que le hubiera salvado la vida al hombre que le había colocado en una tumba de estiércol él mismo con una bala sucia de una pistola impoluta. Pero todo formaba parte de unas consecuencias, nada personal, sólo el resultado de las amañadas condiciones que se establecieron desde el principio. Benny sólo era un eslabón del hombre al que había decidido obedecer a partir de ahora.
Seguir el camino del Sr. House le hizo pensar a Kate que quizá todos no eran tan buenos o tan malos como parecían.

Porque absolutamente nadie en el Mojave se salvaba de ser absolutamente despreciable.

Así, Benny aceptó la cruda verdad.
Le hubiera gustado un beso de despedida, o quizá palabras algo más dulces de parte de Kate, pero era ya mucho que había llegado vivo hasta aquel sitio y debía de agradecérselo.

Le ofreció su pistola plateada ornamentada, la “María” como él la llamaba, a pesar de que apenas tenía nada más para defenderse. Kate la aceptó y juró que nunca se olvidaría de las amargas apuestas que se disfrazaban como caminos en la vida mientras observaba a Benny desvanecerse en el horizonte.

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N/A: Este escrito en particular forma parte del tercer día del Angstober de 2023, titulado "A Dangerous Gamble". A parte, también es el primer escrito que he publicado sobre esta OC, tengo más cosas pensada sobre ella y hasta una fanfic, así que más adelante se verán cosas de ella 👀

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