La chica de la capa escarlata

La chica corría por el bosque asustada, su melena roja se sacudía con el viento mientras su corazón bombeaba acelerado y sentía su cuerpo arder; sabía que ir con su abuela sería arriesgado, pero ella era la única que podía darle respuestas, sin embargo, esa mañana cuando empacó sus cosas y se adentro en lo obscuro del bosque jamas penso que tendría que enfrentarse a él. Por su parte aquel bestial Fenrir hacia temblar el suelo tras ella y abría grandes sus fauces preparándose para devorarla.

El sonido voraz de su aullido la hizo voltear, pero al hacerlo paso por alto la rama de un viejo sauce y aquella capa roja que tanto le gustaba termino atascada, dejándola a merced de aquel gigantesco lobo que custodiaba el bosque, Caper grito y jalo está con todas sus fuerzas tratando de soltarse, sin mucho éxito, miro asustada aquel par de amarillentos ojos y se maldijo por haber tomado un atajo más temprano, si tan solo hubiera tomado el camino largo nada de esto habría pasado.

De pronto como si el destino le sonriera, justo antes de que aquella criatura llegara hasta ella, la capa se soltó permitiéndole retomar la huida. Aceleró el paso y se alegro cuando a lo lejos alcanzo a divisar el final de aquel monstruoso bosque, ella sabía que si cruzaba el límite el Fenrir no podía seguirla. Faltando solo unos pocos metros y creyéndose salvada Caper soltó aquel aliento que no sabía que contenía y se apresuró a salir del bosque, pero al llegar al final del follaje todas sus esperanzas se rompieron, pues justo en el borde se alzaba un gran acantilado.

La chica se dejó caer al suelo, sintiendo como su mundo se venía abajo y como el llanto se apoderaba de ella. Su madre estaba gravemente enferma y conocer la verdad sobre su origen era lo único que le permitiría saber cómo salvarla, por eso tomo el camino corto, pensó que así podría comprarle un poco más de tiempo, pero ahora ya no importaba, ella moriría, arrastrando a su madre consigo incluso antes de lo previsto.

El rugido tras ella le hizo saber que era el fin, por lo que en cuanto sintió el filo de aquella dentadura rozando su nuca cerró los ojos y se preparó para lo que venía, para su sorpresa nada paso, el lobo detuvo su avance apenas tocar su piel. Esto la tomo por sorpresa y se giró para enfrentar a aquella bestia, pero en cuanto sus ojos se toparon con los suyos el monstruo se recostó, luego olfateó el aire de manera curiosa y acerco su hocico olfateándola con más fuerza, al hacerlo cerro sus ojos dejando a la chica confundida. Por unos minutos ninguno de los dos hizo nada y ambos se mantuvieron estáticos en el borde del precipicio, luego de la nada el Fenrir se levantó de golpe y luego de olfatearla de nuevo cruzo de un salto el precipicio y se esfumó.

—Nunca crei vivir para ver eso.—dijo una voz a sus espaldas, la chica se giro sobresaltada encontrándose sobre la rama de un arbol a un joven de pelos negros, vestido de cuero y jugueteando con una vieja daga.

—¿Quién eres?.—pregunto la chica inquieta.

El chico se dejó caer al suelo y miró a la chica con una sonrisa burlóna mientras pasaba la daga de una mano a otra—Podría preguntar lo mismo, aunque creo que la pregunta verdaderamente importante aquí es ¿Qué eres?
—¿Disculpa?
El chico avanzó obligándola a retroceder hasta el borde—Me has escuchado bien, él guardián no te hubiera dejado ir si no fueras uno de ellos, así que te lo repetiré por última vez ¿Qué eres? —al decir esto último apunto la daga a su cuello.

La chica alzo las manos en señal de rendición—Eso es lo que trato de averiguar.
Él chico dudo si creerle—Eres muy tonta para venir aquí sin saberlo o intentas engañarme.
—Más bien estoy desesperada. Soy Caper por cierto.
Él chico aún con un poco de duda guardo la daga y replico seco—Soy Caz
Ante la falta de información del chico, Caper intenta sacarle algo más allá de su nombre así que pregunta —¿Y qué eres tú? Es claro que Fenrir tampoco esta tras de ti. 
—Lo que yo sea no es asunto tuyo. — reclama él para luego volver a juguetear con la daga y luego apuntar a la chica con ella—Aun puedo cambiar de opinión, sabes.
La chica alza las manos en señal de rendición—Bien entiendo, creo que será mejor que me vaya de una vez, hasta nunca Caz.

La chica comenzó a caminar en dirección a un sendero de piedra, pero justo antes de entrar, el chico jalo de ella hacia atrás tirándola al suelo, la chica se incorporó molesta mientras se sacudía la tierra y lo aniquilaba con la mirada—¿Qué pasa contigo?

Él no contesto y solo señalo con su daga hacia el otro camino, pero la chica terca comenzó a retomar su rumbo inicial, Caz giro los ojos—No digas que no te lo advertí, feliz muerte.

Ella se giró confundida dudando si creerle o no —¿Por qué dices eso? 

Él dio un par de vueltas más a la daga consiguiendo desesperar a Caper para luego reír burlón 

—¿Qué? creí que no te interesaba. 

—No me interesa lo que tu digas, pero si muero alguien a quien quiero también lo hará y eso no voy a permitirlo. 

Él suspiro—El camino que pretendías seguir es el sendero de las pesadillas, si vas por ahí terminaras enloqueciendo, solo ve por ese otro camino y estarás bien. 

La chica mira el sendero que le indican y duda por un momento al ver los árboles quemados y la ceniza escondida entre las rocas —¿Cómo sé qué no tratas de engañarme? 

Caz se encoge de hombros—Quizá lo haga o quizá no, piensa lo que quieras solo me gustaría recalcar que de querer matarte ya lo habría hecho. —La chica palideció sin saber que decir a ello e ignorando el palpitar acelerado en su pecho se introdujo en el sendero. 

Conforme los minutos pasan comienza a arrepentirse de su decisión, pues entre más avanza más se congela, ella pega su capa contra si tratando de entrar en calor, pero ni eso le parecía suficiente ¿Por qué hace tanto frio? pensaba exasperada, pero a pesar del dolor que comenzaba a dominar sus huesos decidió ignorar la sensación, después de todo lo hacía por su madre y nada dolería tanto como la idea de perderla para siempre, así que siguió y siguió hasta que su vista se nublo y sus pulmones comenzaron a arder, de pronto comenzó a ver a lo lejos un azulado resplandor. 

Este era cálido y muy brillante y por alguna razón parecía llamarla, la chica hizo lo posible por resistirse, pero finalmente perdió y sin control de su cuerpo avanzo hasta el centro del brillo; al acercarse observo una peculiar llama azul, la sola idea del fuego la hizo reaccionar, por lo que trato de resistirse de manera inútil. Viéndose nuevamente en las fauces de la muerte contuvo su deseo de llorar, no quería morir quemada, sin embargo, en cuanto atravesó el resplandor no encontró su fin si no que en su lugar la invadió una extraña sensación de paz. Seguido de ella el calor la inundo y pudo volver a respirar. Se sentía agradecida de seguir con vida, pero algo en su interior estaba inquieto ¿Qué era este lugar y por qué el fuego no había conseguido quemarla? De pronto una voz a sus espaldas respondió aquellas preguntas sin formular. —Estas en el círculo de fuego, un lugar de oración para los Drachen , las llamas solo dañan a aquellos con malas intenciones. 

La chica volteo con intensión de encarar a la mujer, pero al hacerlo fue recibida por los ojos grises de su abuela, sus ojos se llenaron de lágrimas y dio un paso al frente emocionada, sin embargo, en cuanto intento acercarse la mujer se alejó, en cuanto lo hizo Caper noto que la recubría un extraño brillo blanco y que su piel relucía cual porcelana, ese hecho le hizo entender, aquella mujer no era su abuela, rápidamente trato de huir pero la mujer no se lo permitió y se interpuso en su camino. —No huyas de mí, estas a salvo aquí.

—Si es así entonces ¿Por qué finges ser alguien que no eres?  

La mujer dudo un momento para luego comenzar a reír—Oh no cariño, te has equivocado yo no finjo ser quien no soy. 

Su respuesta hizo molestar a Caper quien enojada la enfrento—¡Tienes el rostro de mi abuela y hablas como ella, pero no me cabe duda de que no eres ella! tu imitación me dice lo poco que la conoces, ella jamás sería tan amable conmigo, después de todo soy la razón por la que perdió a su hija. 

—Estaba enojada, no vi las cosas con claridad. —Al decir esto último trato de tomar las mejillas de Caper pero esta la aparto, sin embargo, eso no la detuvo de volver a tratar. —  Se que no tienes razón para perdonarme, pero debes entender que tu madre era mi mundo y en cuanto ella decidió abandonarme para huir contigo hacia el mundo humano mi corazón se rompió.

Caper negó—¡Deja de fingir ser ella! 

—Yo no finjo nada, soy tu abuela o al menos lo que queda de ella. 

—¡Cállate y llévame con ella! Solo así podre salvar a mi madre.  

Ante la mención de la madre de Caper los ojos de la mujer se tiñeron con preocupación—¿Qué le ocurre a Iris?    

El escuchar la mención del nombre de su madre fue suficiente para hacerla flanquear y derramar un par de lágrimas traicioneras. —Ella muere, se desvanece cada día que pasa.—Su rostro se ensombreció— Si en verdad eres quien dices ser debes volver conmigo y ayudarme a salvarla. 

La mujer negó—Lo único que puede salvar a tu madre ahora es devolverla a casa. 

Caper se dobló y comenzó a llorar—Entonces ayúdame a llevarla, por favor, te lo suplico, ayúdame a salvar a mi madre.   

La mujer la miro con tristeza y negó muy a su pesar—Qué más quisiera yo, pero no puedo. 

—¿Por qué? ¿Por qué te reúsas a ayudarme?  

La mujer se dio la vuelta—No me rehusó a hacerlo, pero tenías razón. Yo ya no soy tu abuela, ella se fue hace mucho y por mucho que quiera mi espíritu no puede abandonar el circulo para ir contigo. 

Las lágrimas de Caper se hicieron más constantes al entender el peso de sus palabras, pero antes de dejar morir todas sus esperanzas decidió aferrarse a una pequeña luz—Entones dime como llego ahí. 

La mujer titubeo—Yo no... no lo recuerdo. 

Caper se abalanzo molesta hacia la mujer, negándose a aceptarlo—¡Mientes! ¡Dime la verdad! 

La mujer negó —Perdóname y dile a iris que siempre tendrá un lugar en mi corazón.—Caper no la escucho y la empujo contra un árbol tratando de obligarla a hablar, pero en cuanto su espalda choco con el tronco, el espíritu de su abuela se esfumo junto con sus esperanzas.   

Luego de eso la chica lloro y lloro hasta que se puso el sol, sintiéndose desconsolada. Pero en cuanto el ultimo rayo se ocultó una nueva esperanza se encendió en su corazón pues al alzar la vista vio a lo lejos un castillo en lo alto de una montaña y recordó haber visto a su madre dibujarlo repetidas veces a lo largo de su infancia. Así que limpio sus lágrimas y se apresuró a seguir su nueva pista con la esperanza de que aún no fuera tarde. 

Camino por largas horas sin descanso, motivada por su nuevo indicio, pero al caer la noche no le quedó más remedio que buscar donde esconderse. Luego de dar muchas vueltas termino por encontrar una pequeña cueva oculta por el follaje, recolecto algo de madera y trato de prender fuego, pero sin importar lo mucho que lo intentase jamás lo logro. Cansada se cubrió en una montaña de hojas y miro aquella pila de troncos con rencor cerro los ojos dispuesta a dormir, pero en ello comenzó a escuchar el crujir de las ramas quemándose. Se incorporo de prisa y grande fue su sorpresa al ver el fuego encendido, miro en todas direcciones en busca del responsable, pero no había nadie cerca, así que confundida y sin ánimo de volver a dormir se sentó junto al fuego y espero que saliese el sol. 

Apenas amaneció Caper apago el fuego y se puso en marcha, llego hasta la cima de la montaña a la puerta de aquel castillo que esperaba fuese su salvación, pero en cuanto quiso tocar, la enorme puerta de madera cayó sobre ella. Caper grito y en cuanto lo hizo una enorme llamarada salió de sus labios reduciendo aquella puerta a cenizas. ¿Cómo había hecho eso? ¿Qué significaba? Confundida llevo sus manos a su boca tratando de entender, pero al sentir el calor de sus labios no hizo más que sentirse aún más confundida. Antes de que pudiera darle más vueltas un gigantesco dragón azul salió de las profundidades del castillo, ella miro a todas direcciones buscando donde correr, pero antes de encontrar una salida la voz de aquella majestuosa vestía la detuvo —Entiendo que tienes prisa, pero me parece algo descortés quemar la puerta. 

—¿Cómo es que usted...? ¿Por qué no... ? 

—Deja de lucir tan sorprendida y formula bien tus preguntas. —Él dragón la miro de pies a cabeza e hizo una mueca—¿Por qué vienes en esas pintas? Es descortés pisar estas tierras sin cambiar tu forma humana.   

Esto último término de desconcertar a Caper—¿Mi forma humana? pero si yo soy humana.   

Él dragón comenzó a reír—¿Quién te ha dicho semejante tontería? Eres tan humana como cualquiera de los Drachen que vive en estas tierras. 

Recordó haber escuchado el termino antes, así que pregunto confundida—¿Drachen?

—Dragones ¿En verdad no sabes qué eres? —La chica negó—Entonces viniste al lugar correcto. —Él dragón comenzó a soplar, cubriendo a Caper con un vapor extraño, ella se apresuró a cubrir sus ojos, pero en cuanto los abrió vio todo mucho más pequeño y al tratar de moverse tropezó por lo pesado de su cuerpo, trato de pararse, pero sintió un extraño peso sobre su espalda, quiso gritar, pero salió un rugido en su lugar.—Vocaliza niña, que así no puedo entenderte. 

—Un dragón ¡Soy un dragón!.—Murmuro Caper sorprendida, olvidando por un momento el motivo de su visita, su exaltación hizo a sus alas saltar, eufórica comenzó a agitarlas y antes de si quiera notarlo ya estaba flotando sobre el suelo, la sensación era demasiado rara, pero la hacía sentir libre, comenzó a revolotear torpemente haciendo reír al viejo dragón. 

—Veo que te diviertes, te dejare adaptarte y mientras volveré a dormir. —Él dragón se apresuró a entrar, pero Caper lo detuvo y torpemente trato de bajar estrellándose con el suelo.   

—Mi madre, ella está muriendo.—Balbuceo Caper desesperada. 

Él dragón la miro con algo de tristeza—¿No sé cómo esperas que te ayude con eso?  

—Esperaba que usted supiera lo que le pasa. Es como si cada día se apagara un poco más, tiene problemas para respirar y a veces olvida las cosas, ningún médico ha podido hacer algo por ella. 

—Si es como tú ningún tonto humano podrá ayudarla, los dragones vivimos en grupo y extraemos nuestra fuerza del núcleo de la montaña si tu madre se fue su corazón no lo resistió, se está apagando de apoco, no creo que le quede mucho. Debe volver a casa, ella...

Caper no lo dejo terminar, comenzó a aletear sus halas desesperada y cuando estuvo lo suficientemente alto miro en todas direcciones buscando el camino a su madre—Niña, espera. —Replico el dragón, pero Caper estaba tan desesperada por salvar a su madre que lo ignoro y comenzó a sobrevolar el bosque con dirección al arroyo que la llevaría a su madre, sin embargo, al sobrevolar la aldea sus oídos fueron inundados por gritos de terror, entonces cayo en cuenta seguía teniendo la apariencia física de un dragón. Trato de bajar y cambiar, pero no supo cómo hacerlo, en su intento termino por derribar la torre de la iglesia y aumentar el pánico, un poco mareada trato de retomar el vuelo, pero entonces un par de ojos negros la interceptaron ¡Era Caz! 

Ella trato de pedirle ayuda, pero no logro articular nada audible, solo rugidos y ráfagas de fuego que no lograba controlar, por su parte Caz saco la daga de su bolsillo y la arrojo clavándola justo en su corazón, ella sintió un enorme dolor y comenzó a llorar, poco a poco su cuerpo tambaleo hasta fallar, en cuanto se estrelló con el suelo su cuerpo destello y comenzó a sentirse mareada, antes de desvanecerse su mirada se topó con la de Caz y ella murmuro —Al final si cambiaste de opinión.—Y luego de esa queja apenas audible Caper quedo atrapada en una eterna oscuridad. 

Y así el cazador salvo al pueblo de aquella temible creatura, siendo el héroe de una historia mal contada y el villano de un cuento que apenas y comenzaba.    

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