Su último deseo
Relato de Halloween de natsu_love
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Alexa respiró agitadamente un par de veces antes de ponerse en pie nuevamente. No recordaba que alguien antes hubiese logrado darle una paliza como aquella, pero tenía que ser realista, jamás en su vida había pensado enfrentarse a una criatura semejante.
Rápido tomó su espada y atacó a aquel monstruo amorfo, pero como las veces anteriores, acabó en el suelo.No estaba segura de qué hacer para salvar su vida, pero no pensaba rendirse aún.La criatura de negra piel, si es que a eso se le podía llamar piel, avanzó flotando a unos metros del suelo con sus garras extendidas hacia ella.La chica se escabulló y corrió por el pasillo de roca, intentando alcanzar las antiguas escaleras ascendentes, pero un dolor punzante en la espalda la mandó al suelo a centímetros del primer escalón. Aquel monstruo la había herido en la espalda con sus mortíferas garras y Alexa sabía que si no se trataba pronto moriría a causa del veneno.La criatura, carente de todo rostro, presentaba de algún modo bajo aquella masa amorfa similar a la brea, una deformada estructura similar a la de un humano, salvo por las piernas, ya que en su lugar solo había espacio para la masa negra que caía constantemente de su cuerpo, la cual derretía la piedra que tocaba.
—No permitiré... que sigas tomando vidas inocentes —dijo Alexa quien sorprendentemente aún era capaz de volver a levantarse.
Entonces la chica tomó una antorcha de las que se hallaban en las paredes de roca para así lanzársela a la criatura.
Un chillido inhumano salió de aquella criatura que irremediablemente se envolvía en fuego a gran velocidad, siendo consumida hasta que en el suelo quedó una putrefacta mancha oscura.Alexa rápidamente echó a correr hacia el exterior de aquel abandonado castillo, dispuesta a regresar junto a su discípulo y detener a las criaturas que acosaban a la humanidad, sin importarle que el veneno siguiera circulando por sus venas, solo podía pensar en que era la única que conocía la debilidad de estos monstruos y que era la única capaz de informar a los demás la manera de borrarlos de una vez por todas de la faz de la tierra.Tropezando y resbalando cientos de veces logró llegar finalmente al exterior en donde se encontraba Fen, su único amigo en aquel viaje y el último elfo que quedaba tras la invasión de aquellos monstruos.Para cuando llegó ahí, el veneno ya había recorrido su cuerpo casi por completo y sabía que moriría irremediablemente.
—Fen —lo llamó a la vez que caía al suelo sin poder ya con su propio peso.
—Maldición, te hirió —dijo el muchacho aterrado por esto—. Hay que curarte de inmediato.
—No, ya es muy tarde para mi —dijo ella mirándolo con seriedad, pese a encontrarse en un estado
deplorable—. Escúchame, debes ir hasta el nido y destruirlo, solo así acabará todo esto.
—No puedo, no soy capaz —dijo Fen aterrado—, no tengo el valor.
—Deberás tenerlo o mi sacrificio habrá sido en vano —dijo ella—, confío en ti.
—Maestra...
—Solo el fuego puede matarlos. Asegúrate de quemarlo todo... no me decepciones tonto aprendiz.
La chica le dirigió una sonrisa y finalmente sus ojos se cerraron.
Fen no podía creer que su querida maestra hubiese muerto, ella siempre pareció intocable, una mujer que jamás perdería, la que regresaría la paz al mundo, pero ahora las cosas habían cambiado, él ya no podía depender se Alexa.
Fen debía cumplir con los últimos deseos de quien fue una madre durante tantos años, para finalmente lograr un mundo en donde se pueda vivir en paz, sin el temor de que aquellos monstruos aparecieran.
Secándose las lágrimas se incorporó y se adueñó de la espada de Alexa, mirando hacia el enorme bosque que se extendía en la lejanía, un bosque tan oscuro que era fácil perderse incluso a medio día ya que ni un solo rayo de luz era capaz de entrar ahí.
El joven elfo reunió toda su valentía y se encaminó sin vacilar más hacia la que sería, probablemente, su perdición.
El bosque no tardó en envolverlo entre sus ramas e inmensa oscuridad, solo sus ojos capaces de ver en la oscuridad le ayudaban a avanzar, pero el terreno era engañoso y más de una vez tropezó o se encontró con un árbol que segundos antes no estaba ahí. El veneno del lugar ya le estaba afectando haciéndole ver cosas, pero Fen no pensaba rendirse, no hasta ver el último deseo de Alexa cumplido.Sacudiendo la cabeza miró hacia el frente en donde de alzaba una sólida muralla de árboles que no permitían seguir adelante, pero eso al elfo no le importó. Tomó impulso y corrió contra los árboles, atravesándolos sin ningún problema ya que Fen sabía que aquello debía ser una ilusión más, solo no contó con que tras aquella pantalla ilusoria se abriera un profundo agujero por el cual cayó sin poder evitarlo.
Fue una larga caída.
Despertó rato después encontrándose aún en el fondo de aquella fosa, aturdido y con el brazo izquierdo lastimado.
No tardó en levantarse para ver ante él un oscuro túnel, de modo que decidió seguirlo en lugar de perder el tiempo intentando escalar.
En poco tiempo se hallaba en un oscuro y tenebroso lugar, en donde apenas podía distinguir unos pilares sumidos en las sombras que parecían conducir al único lugar que parecía desprender algo de luz, lo cual era una blanca puerta justamente al fondo de la estancia.
Fen supo al instante que debía dirigirse ahí, pero al dar un paso al frente, no solo se le aparecieron en aquellos espeluznares monstruos de espantosa apariencia, sino que también se le aparecieron espectros que sin dudar atacaron usando sus esqueléticas garras contra él. Por suerte el chico era un elfo y sus sentidos lo alertaron lo suficientemente pronto como para esquivar.Rápido tomó su escopeta y sin dudarlo disparó contra los espectros usando siempre balas de plata que, al entrar en contacto con estos seres, se desintegraban junto con ellos.
Los espectros eran pocos, pero el real problema eran los monstruos que se confundían con el oscuro entorno para atacar por la espalda.Por el momento Fen había sido capaz de esquivar todo ataque con algo de trabajo, pero un espectro fue capaz de sorprenderlo y herirlo en el rostro, haciéndole imposible usar su ojo izquierdo y supo al instante que lo había perdido para siempre.
Ignorando el dolor tomó la espada de Alexa y como por arte de magia esta se envolvió en fuego, y es que aquella espada había sido embrujada por su antigua dueña para adoptar esta cualidad.Segado de un ojo Fen blandió el arma cortando a un monstruo el cual se envolvió en llamas hasta deshacerse en aquella viscosa masa.
El elfo corrió cortando aquí y allá hasta llegar jadeante y herido ante aquella puerta blanca y resplandeciente.
Los espectros y monstruos se precipitaron contra él quien rápidamente abrió la puerta encontrándose con un oscuro y profundo agujero que parecía llegar al centro del planeta, notando que los monstruos se acumulaban en sus bordes arrastrándose a la superficie de manera grotesca y espantosa.
Fen supo que había llegado el momento y encarando a las criaturas que se precipitaban contra él, lanzó la espada de fuego al interior de aquella interminable fosa para luego adueñarse de su escopeta y comenzar a disparar contra los espectros y monstruos, sabiendo que a estos últimos no les haría el menor daño.
Los monstruos ya estaban sobre él cuando del interior de la fosa surgió un espeluznante aullido que se extendió por todo el lugar y satisfecho el elfo vio como el fuego se extendía con rapidez desde lo profundo del agujero hacia el exterior.
La noticia de que el bosque oscuro ardía se extendió pronto por todo el reino y el mundo, trayendo consigo el júbilo y la esperanza, ignorando por completo quién había sido su héroe, sin siquiera sospechar que una magnifica raza se había extinguido aquel día por salvar muchas más, sin saber que el peligro aún estaba presente, esperando el momento perfecto para alzar sus mortíferas garras y llevar el pánico y la muerte nuevamente a este deteriorado mundo.
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