Borrador 22
Me empuja dentro de la habitación.
-¿Q-Que haces?- pregunto desesperada.
-Estoy harto de esto
-¿Harto de que?- le miro confundida.
-De toda mi vida.
-De los lujos y candelabros- digo de mala gana.
Asiente y yo me río sarcástica.
-¿Sabes siquiera lo que daría por tener una vida deseada como la tuya?
-Créeme que no quieres vivir mi vida.
-¿Como no querría vivir en una mansión cómoda, sin molestias, una familia perfecta y todo lujoso?
-¿Por qué..- suelta un suspiro- Porqué todos creen saber como es mi vida. No tienen una maldita idea de lo que es esto.
-Tienes la vida soñada de cualquiera...- me detengo .
Me lo quedo viendo un momento.
-¿A que te refieres?- lo apunto- ¿Crees que tener una vida de lujos y felicidad es tan difícil de esconder?
-¡Cállate!- grita- Cállate de una vez- dice mas tranquilo.
-¿Por qué? ¿Acaso te molesta que te saque la realidad en la cara? ¿Te molesta que seas enfrentado? ¿Te molesta..?- dejo de hablar.
Me tapa la boca con las manos.
-Deja...- su respiración se acelera- deja de hablar.
Me mira fijamente a los ojos, intensamente. Sus pupilas se van dilatando de a poco, no se que es lo que pasa por su mente pero daría lo que fuera por saberlo.
No digo nada. Él tampoco.
Me hace moverme hacia atrás y aun no puedo decir nada por su mano.
-Escucha- no hay como decirle que lo haré, asi que solo dejo que continúe- Esto es desesperante. Todo lo que tengo no me importa nada. Es todo una misma mierda. Tanto como mi familia.
¿Cómo podría serlo? ¡Todo es tan fantástico como un cuento de hadas!
-Te lo diré todo si me dejas.
Me encojo de hombros. Me mira con precaución y me quita la mano de la boca.
-Dimelo.
-Bueno... Comenzaré desde el principio.
-No me vengas a contar toda tu vida. Porque quiero volver a la fiesta.
-Agh.... Tendré que sacar todo el drama.
-No el drama, sino lo dramático que eres.
-No soy dramático -me mira ofendido poniéndose la punta de los dedos en el pecho.-Bueno... -lo piensa- tal vez solo un poco.
-¿Un poco? Es broma ¿cierto?
-No... Y como te decía...
-Como decías lo dramático que eres
-Ahora en serio.
-Ahora en serio- lo imito.
-Yo no hablo así.
-Yo no hablo así.
-Ya para.
-Ya para.
-Cállate o bésame
-Cállate o... - me tapo la boca. Lo miro alterada.
¿¡Besarlo!?
-Dicho y hecho, espero mi beso.- me sonríe y yo busco una salida.
¡No pienso besarlo!
-M-m- niego con la cabeza y caminando hacia atrás.
-No retrocedas, igual lo harás en algún momento.
Sigo negando.
-Pareces una niña pequeña.
Asiento.
-Entonces aceptas, ven hacia aquí- Niego de nuevo más rápido y sigo caminando hacia atrás.
No me beses.
-Sé que quieres, sé que quieres... ¡Y mira lo que me has hecho! Me has hecho cambiar de tema de la nada, solo por ti. Todo comenzó tan bien. Pero ahora tenías que volver todo para ti, y ni siquiera me has cedido nada... Te has hecho la difícil.
Me quito la mano.
-¡Y-Yo no soy como las otras que solo se abren de piernas con solo verte! - me ofendo.
-Claro, tu eres la niña perfecta- me mira furioso- ¡¿Por qué me haces sentir así?!- camina a mi y me aprieta los hombros.
-¡Duele! ¡Sueltame maldito!
-Asi que ahora soy el maldito niño rico- me sigue apretando aun mas fuerte.
-¡Ayuda!.
-Nadie te escuchará.
La música se escuchaba cada vez mas fuerte.
-Los... Los compraste a todos.
Pasa sus manos a mi cuello.
-No me hagas seguir sintiendo asi, me haces sentir mal. Deja de hacerlo.
Me empieza a faltar el aire.
-Yo... Yo... - no puedo hablar y me cuesta respirar.
Comienzo a ver manchas y mis ojos comienzan a irse hacia atrás...
-¡Ayuda! - digo como puedo, casi en un susurro.
Siento un escalofrío y siento que me voy...
Que alguien...
-¿Qué está...? ¡Policia! ¡Sueltela!
-Ella se lo busco y no pienso dejar las cosas a medias- tengo los ojos cerrados cuando siento que todo el aire vuelve a mis pulmones.
Me descontrolo y comienzo a toser una y otra vez. Tomo mi cuello y me lo sobo.
-¡Manos en la espalda! - giro como puedo y me afirmo de uno de los policías que viene a mi para levantarme del suelo.
-G-Gracias- murmuro. Mi garganta se siente rasposa.
-¿Está bien? - Arrugo las cejas. Asiente- Una ambulancia ya viene en camino.
Me aclaro la garganta.
-No hable.
Me hace sentarme en la cama del cuarto, y me quedo mirando fijamente mientras los esposan y los sacan de la habitación. Nunca había visto una mirada mas fría, una sonrisa de tanta complacencia, ni una voz tan cambiante.
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Sé que es corto y además publiqué tarde, pero es lo que hay esta semana.
¡Prometo que para la próxima habrá mas!
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