Empecé a escribir por lo desdichado que me sentía al saber que no me querías.

Corazón en mano y lápiz en pecho, creé los versos que no llegué contarte.

Hoy, entre la desdicha, tristeza y amargura sonrío para afirmar que yo amo, amaré y siempre he amado.

Te doy gracias por cuantiosos versos bellos me has dado.

No te puedo mentir, algún que otro reojo mío seguirá cayendo en tus ojos almendrados.

Ahora sí, estoy cansado de que me pidan espacio pues sólo te puedo entregar la parte de mundo en mis manos.

Espacio es lo único que no te puedo dar. Espacio es lo que único que no te quiero entregar.

Pues aunque sienta que lo haya superado. Te sigo queriendo a ti.

A mi lado.