26. Verdad

Detective.

Era la misma palabra que había usado para referirse hacia él durante su última conversación vía mensajes. Lukas no había dicho nada, aunque secretamente le gustaba como había sonado aquella expresión, más que policía al menos.

Pero ya no importaba, nada de lo que hubiera creído importaba ahora mismo.

Todo se reducía a que, de algún modo, había acabado en un cuarto ajeno a él con la figura de Nils girando a su alrededor como si de un satélite se tratase.

— ¿Qué es esto? —preguntó, aun cuando no sabía que preguntar en realidad.

— Primero, de nada, detective. —Chasqueó su lengua, y, con lentitud se sentó al borde de la cama—. De la que te salvaste esta noche.

Al ver eso, Lukas se movió con cautela sobre el colchón en una posición sentada, tratando de dejar la mayor distancia entre ellos que esa cama permitiese.

Los recuerdos de sus últimos momentos consientes destellaron en su mente con una escalofriante exactitud de los hechos.

— Mi celular, ¿dónde está? —dijo con ansiedad—. Lo necesito, allí está todo para incriminar a Fran.

Nils puso los ojos en blanco. — De todas las cosas que podías preguntar, ¿y me hablas de Fran? —Le dirigió una mirada de decepción—. Que aburrido, Lukas.

— Es lo más urgente ahora, tenemos un criminal trabajando en la morgue como si nada y-

— Y nada, no vas a salir de aquí, a menos que quieras que te maten y eso se me haría... —Hizo una mueca de incredulidad— contraproducente.

Su cerebro no acabó se comprender el significado de «no vas a salir de aquí», por lo que continuó hablando como si nunca le hubiese oído.

— ¡Es mi deber! ¡No puedo dejar que... —Sin pensarlo, trató de moverse hacia delante sintiendo un tirón en su brazo—. Tengo que hacer algo con lo que sé.

Nils se encogió de hombros. —Sí, ya no es nuestro problema. —Se puso de pie, sin quitarle los ojos de encima—. Mejor enfócate en que no te atrapen para la próxima.

— Pero estaba por escapar cuando tú... —Volvió a moverse, sintiendo nuevamente el tirón en su brazo esposado impidiéndolo—. ¿Era necesaria esta cosa?

— ¿En vista de que tienes un tobillo lastimado e ibas a intentar escaparte y lastimarte más en el medio? —Hizo una breve pausa como si lo estuviese considerando—. Sí.

— Estás demente.

La cabeza de Nils se giró hacia un costado, pero aun así Lukas alcanzó a avistar la pequeña sonrisa que se formó en sus labios.

— Siempre quise escucharte decir eso en voz alta.

Lukas tomó nota de no volver a decírselo mientras que su cara quemó por algún motivo.

— Eres un... —Sacudió su cabeza—. ¿Por qué no me llevaste a casa si tantas ganas tenías de jugar al héroe?

— Porque si te dejaba solo ibas a hacer alguna idiotez más. —Se dirigió hacia un estante de ropa y abrió uno de sus cajones antes de volver a mirarle—. Además, ya era hora de conocernos formalmente.

Lukas se encogió en su lugar, como si hasta ahora estuviese cayendo quien era la persona que en verdad tenía en frente. No sabía cómo hacía para sonar de a ratos como el mismo Nils que le miraba con cara de nada y luego volverse el loco que le había estado acosando estas últimas semanas.

Dios, incluso había acabado encerrado dentro de un ropero junto con él sin haber notado nada extraño. Y eso había ocurrido esa misma mañana. Hasta hace unas horas tan solo era Nils, ahora, estaba frente a un completo extraño con la cara del chico que creía conocer.

Su estómago dio un vuelco frente al siguiente pensamiento, Nils hasta podría ser uno de los asesinos y él había estado hablándole con tanta ligereza.

— Entonces —vaciló—. ¿Solo piensas mantenerme aquí... encerrado?

Los ojos verdes de Nils mostraron un brillo extraño antes de apartar la vista y adoptar un tono indiferente.

— Por lo que parece, tampoco vas a llegar muy lejos con ese tobillo tuyo.

— Van a buscarme, sabrán que me pasó algo. —Sus palabras se pausaron al intentar adquirir mayor seguridad con lo siguiente que iba a decir—, también te pueden descubrir a ti si continúas con esto.

— Ya le escribí a tu compañero. —Sonrió con confianza—. Sabe que estás bien y que no encontraste nada al final.

Lukas frunció el ceño. —Se les hará extraño en cuanto vean que no fui al trabajo.

Nils no respondió enseguida, solo caminó hacia él con una pila de ropa entre sus manos que arrojó sobre la cama.

— Pero ya tengo varias horas de ventaja.

Aquello trajo la memoria de su celular de nuevo, tenía un chip, una ubicación que le había enviado a Adam, y varias cosas más. Nils debió de haberse desasido de todo ello antes de traerle a su casa, o donde sea que estuvieran ahora mismo.

Un escalofrío le recorrió al pensar que no tenía idea de donde estaba, podría ser cualquier lugar dentro de cualquier ciudad, incluso otro país... No. Nils no podía haberle traído demasiado lejos, si quería mantener las apariencias, no dejaría su trabajo al mismo tiempo en el que Lukas había desaparecido. ¿Verdad?

— No las suficientes —se atrevió a responder en desafío.

Nils volvió a sonreír. —Eres adorable —dijo con simpleza y rodeó la cama, ubicándose al lado del cabezal, justo donde Lukas estaba esposado.

— ¿Qué haces? —le espetó en cuanto sintió el toque sobre su muñeca.

— Por mucho que me guste tenerte de visita —murmuró antes de tomar la muñeca libre de Lukas en un rápido movimiento—, estaría necesitando que te bañaras.

La simpleza de la declaración le hizo olvidar que debía de forcejear contra su agarre por un segundo.

— ¿Disculpa?

Nils juntó sus dos muñecas y las esposó con un rápido clic. Lukas ni siquiera pudo percibir aquello como peligroso en aquel momento.

— Apestas a basura. —Arrugó su nariz—. Y también a cigarrillos.

No supo porque se sonrojó, si era por percatarse que sus palabras eran ciertas y, en efecto, apestaba a basura, o porque había estado fumando y lo habían descubierto. Ninguna razón debería de tener sentido en todo caso.

— ¿Desde cuándo fumas? —preguntó casual antes de colocar un brazo sobre su espalda e incitarle a levantarse.

— Pensé que lo sabías todo —masculló con molestia luego de llevarse un vistazo de sus muñecas esposadas.

¿Cómo era que estaba sucediendo todo esto?

— Se me pueden escapar algunas cosas. —Ladeó su cabeza y su voz se tornó más seria—. Aunque si hubieras estado fumando, lo habría notado —y luego añadió casi en un susurro—, no me gusta que lo hagas.

El baño estaba al otro extremo del cuarto donde le tenían encerrado, no tomó más que unos cuantos pasos para llegar a este. Pasos que hubieran sido sencillos de no ser porque su tobillo dolía cada vez que tocaba el suelo, y odió el tener que apoyarse en Nils para poder avanzar. Estaba en lo cierto cuando le decía que no iba a llegar demasiado lejos por sí solo.

Esperaba que solo fuera cosa de unos días, y que no se tratara de un esguince. No, si lo fuera dolería mucho más, o eso suponía, lo cierto era que nunca se había torcido de esa forma.

La puerta se abrió delante de él, revelando un baño con aspecto antiguo que no se sentía tan pequeño como hubiera esperado. Hasta tenía espacio para una tina.

— Bien, déjame ayudarte-

Lukas sintió el toque de Nils sobre él, haciendo que se le erizara la piel.

— ¡Puedo solo! —se quejó—. Solo quítame estas malditas cosas-

Su intento por apartarse solo resultó en pisar mal con su pie herido y en chocar contra el pecho de Nils en contra de su voluntad. Momento que aprovechó para capturar las muñecas de Lukas.

— Si te quedaras quieto, sería más fácil para ambos

El enojo borboteó en su interior tras escuchar aquello, como si estuviera reprimiendo a Lukas por haber cometido una travesura cualquiera e ignorara la verdadera situación en la que le había metido.

— ¡Para mí sería más fácil no estar aquí! —bramó.

Nils puso los ojos en blanco. —Sí... no se va a poder.

Lukas aún seguía apoyado contra él cuando Nils libró nuevamente una de sus muñecas entre medio del forcejeo y lo arrimó con algo de brusquedad a las perillas de la tina, para luego abrir una de estas dejando salir al agua.

— Esta sería la parte donde te quitas la ropa —masculló sin mirar nada en particular.

Su cara debió de pasar por todas las gamas de rojo en aquel momento, solo para percatarse que era lo que debería hacer si pensaba meterse dentro de la tina, mientras que vio a Nils alejarse de él.

— Tengo ropa nueva, ahora puedo-

— ¡Ya! Puedes irte entonces, sé bastante bien como bañarme solo, gracias.

Una sonrisa divertida se apareció en la cara de Nils. —Claro que sí, nadie dice lo contrario.

A pesar del intento de orden de Lukas, Nils no parecía muy apresurado en irse a ninguna parte.

— Entonces no era necesario dejarme atado a la tina. —Quiso sonar demandante, pero solo acabó por sonar apenado.

El otro se acercó más hacia él, solo un poco, para mirarle más detenidamente.

— En vista de lo mal que está tu tobillo y lo poco que velas por cuidarte a ti mismo, prefiero que sí.

Su mirada se sintió tan intensa sobre él, que Lukas se vio obligado a apartar sus ojos lejos. Con un dejo de timidez, mordió su labio y recordó la última vez que había visto a Nils antes de descubrir su verdadera cara.

— ¿Es que acaso no confías en mí?

La respuesta no llegó enseguida, y, en cambio, sintió un pulgar sobre su pómulo que prosiguió a contornear el resto de su mejilla hasta alcanzar su mandíbula, gesto que forzó a Lukas a volver su mirada hacia el otro, aun cuando no hubo brusquedad en el tacto. Solo cosquillas.

— Oh, Lukas, claro que confío en ti. —Sus ojos eran suaves, y su sonrisa amable—. En quienes no confío son el resto de personas que te rodean.

Y con eso, apartó su mano lejos de él y Lukas sintió que su mejilla quemaba en donde le había tocado.

— El agua ya está lista, en un momento te traigo el cambio de ropa.

Nils abandonó el cuarto de baño dejando a Lukas solo con el agua evaporándose a su alrededor y con una extraña sensación de vacío formándose en su pecho. Como si su mente no acabara de comprender por lo que estaba pasando, pero otra parte de él si lo hacía.

Sin más que decir, y aprovechando que había quedado solo, se desvistió como pudo y sumergió su cuerpo dentro del agua caliente que almacenaba la tina, esperando que sus pensamientos fueran capaces de entremezclarse con el vapor que le rodeaba y dejar su mente en blanco por un rato.

Quedándose con el único objetivo de quitar aquel aroma a su suciedad lejos de él.

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Es un capítulo corto, pero la verdad me sentí que era buen momento para dejarlo allí.

Aun faltan más revelaciones, pero a Lukas todavía se la está reiniciando el Windows jajajaj

Gracias por leer 💞💞

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