17. La trampa

TW: Uso no consensuado de drogas.

Era una idea estúpida.

Fue lo que Lukas había pensado en cuanto escuchó la "propuesta" en boca de su jefe. ¿Hacer equipo con Adam? ¿En qué cabeza cabía? Y, ahora que se encontraba de pie frente La Parada, no tenía otra cosa que hacer más que reafirmar lo estúpido que era ese plan.

La estructura del lugar era simple por fuera, casi pasaría desapercibido de no ser por aquel cartel con letras neón donde se leía BAR, destacando entre la oscuridad de la calle mientras veía a un grupo de personas ingresar.

Se quedó parado delante de la entrada como si estuviera extraviado, viendo de reojo las ropas de los demás. Creía que encajaba con el resto, con unos jeanes azules y una camiseta de mangas cortas color verde oscuro junto con una sudadera negra. Le era casi extraño salir sin una camisa, como si olvidara que tenía otra clase de prendas de ropa.

— ¿Nervioso? —murmuró Adam a escasos centímetros de su oído al mismo tiempo que colocó ambas manos sobre sus hombros.

Lukas se tensó por un segundo, como si su cerebro hubiera escogido voluntariamente olvidar la presencia de Adam próxima a la suya.

Negó con lentitud. —No. ¿Y, tú? —añadió con una media sonrisa.

Nah, solo molesto con que me hayan mandado de niñero.

La imagen de Adam lidiando con un montón de niños al mismo tiempo se presentó en su mente y no pudo evitar soltar una risita frente a aquello, pero se detuvo al momento que recordó la razón de porque estaban aquí.

— No es la primera vez que voy a un bar, sabes —masculló.

Adam estiró su brazo en dirección a la entrada, imitando el gesto de una reverencia.

— Entonces será mejor que entremos y así dejes de verte como el niño perdido.

El comentario no debió de causarle gracia, y se odió así mismo por querer reírse, pero en cambio, solo se limitó a seguir a su compañero dentro del lugar y dejar que su campo auditivo se vea invadido por la fuerte música que se pasaba dentro del bar.

El cambio de atmósfera fue casi palpable, la limitada iluminación, el olor a alcohol y el mar de personas aportaron en ello. Lukas miró la barra casi colapsada en gente y las varias botellas de alcohol colocadas sobre la repisa.

Era un sitio muy diferente comparado al bar en donde había sido su cita con Marcus, el ambiente era mucho menos tranquilo y Lukas sentía que debía mantener un cuidado extra sobre su teléfono, además que a lo lejos podía distinguir una escalera alumbrada por unas tenues luces color rojo llevando a otro piso donde podía llegar a darse una idea de las cosas que pasaban.

Al seguir avanzando hacia lo que supuso, eran unas banquetas libres, sintió una molestia que le hizo correrse con brusquedad y chocar contra el antebrazo de Adam por accidente.

— ¿Qué te pasa? —le preguntó con el ceño fruncido.

Lukas mantuvo una expresión neutral por unos segundos hasta formar una mueca avergonzada.

— Alguien me tocó el trasero —admitió entre dientes.

— Oh, eso —ladeó la cabeza—, vete acostumbrando que es lo de menos, a mí la última vez-

— ¡No quiero esa imagen, gracias! —le cortó con rapidez.

Adam se rio, antes de reenfocar su atención en las banquetas libres y tirar de su brazo con la intención de no perder su única chance de sentarse por el resto de la noche.

Una vez que ambos se acomodaron, lo mejor posible en vista de la cantidad de gente, Lukas notó que desde ese punto tenía un panorama bastante amplio del resto de personas. Si ese William estuviera aquí tendría una chance de verle cuando entrara o incluso si llegara a subir por esas tétricas escaleras.

— Bien, ¿cuándo se supone qué va a llegar tu amigo? —preguntó sin saber cuánto podía levantar su tono de voz, había mucho ruido, solo para notar a Adam apoyarse sobre la barra sin prestarle demasiada atención—. ¡Oye! —medio gritó al tirar de su manga.

Adam se volvió a él con una mirada molesta.

— Relájate, cariño, primero dime, ¿qué vas a pedirte?

Lukas arrugó el ceño. —No vinimos a beber.

— Y eso es lo que notaría todo el mundo primero, así que dime, ¿qué quieres?

Tuvo que darle internamente la razón a ese argumento.

— Una soda, supongo —dijo con un dejo de resignación.

Adam le dirigió una mirada de cansancio y llamó al barman.

— ¡Dos cervezas! —dijo pasando totalmente por alto su pedido e indicó el número de vasos con sus dedos.

Lukas pensó en argumentar que no le gustaba la cerveza, pero descartó la idea al segundo siguiente.

— Bien, ahora tienes toda mi atención.

Lukas giró su cuello con rapidez hacia sus costados antes de volverse hacia su compañero.

— ¿Estás seguro de que tu hombre va a estar aquí?

— Completamente —sonrió—. Debería de aparecer dentro de los próximos minutos.

— Genial, ¿y qué se supone...—se irrumpió frente al cambio de música que pareció aumentar su volumen y se obligó a levantar la voz— ¿Qué se supone que haremos? ¿Esperar a que empiece a repartir regalos? —preguntó sarcástico.

— No, cariño, escucha bien —colocó una mano bajo su propio mentón y se acercó más hacia él—. Cuando sea el momento, yo iré a buscar a William, obtendré las pruebas que necesito y tú te quedarás aquí vigilando como un buen chico y en caso de que no vuelva...—Adam se tildó un momento, distrayéndose con algo tras la espalda de Lukas, antes de regresar su atención a él—, puede significar que quizás me apuñalaron, en ese caso, le haces un llamado a Tadeo. Sencillo, ¿no?

— Fascinante, solo que, si no recuerdo mal, William ya te vio antes cuando fueron a su fábrica, ¿cierto?

— No me tocó interrogarle a él, aunque sí, debe recordar mi cara-

— Su cerveza —irrumpió la voz del barman al colocar ambos vasos llenos delante de ellos.

A Adam no le tomó más de dos milisegundos el apoderarse de su bebida.

— Como decía —continuó y adaptó un tono más serio—, esto no es la sala de interrogatorio, Lukas, no hay cámaras ni nadie cuidándote de lejos, no sabes que puede esconder tu blanco.

— ¿Entonces para qué me mandó el jefe aquí? —rio con ironía— ¿Para perder el tiempo?

Su compañero se encogió de hombros y le dio un sorbo a su bebida. —Seguro piensa que ya estás preparado para más, y quiere que te vayas adaptando.

Esa declaración le tomó por sorpresa, no lo había pensado de ese modo.

— Eso no quiere decir que esté dispuesto a ser tu niñero personal —le dio otro sorbo a la cerveza junto cuando sus ojos se ensancharon—. Allí está.

Lukas siguió el sentido de la mirada de Adam, y, a pesar de la cantidad de gente, de la poca luz y del todo ruido que atacaba su sistema auditivo, logró reconocer al hombre que había visto solo en las fotos de la primera víctima en todo ese suceso.

William estaba junto a un grupo de personas, no muchas, dos chicas y tres tipos, uno de ellos no parecía tener más de veinte.

El aspecto del sospechoso no distaba demasiado de las imágenes que había visto antes, mantenía la perforación en la nariz, y su cabello tenía una tonalidad rojiza producto de algún tinte dado, diferente al color natural de Adam.

— Solo están bebiendo...

— No puedes esperar que sea todo instantáneo, puede que incluso tengamos que seguirlo fuera de aquí.

— ¿Y si él sabe que estamos aquí? —tragó, comenzaba a dolerle la garganta de tanto levantar la voz—. Digo, ¿qué tan confiable era tu informante?

En ese momento notó a una de las chicas del grupo ponerse de pie, desde donde estaban se notaba que no paraba de reír, y estiró su brazo, ofreciéndole una mano al muchacho más joven del grupo. Ambos entonces, abandonaron la compañía de William para dirigirse en dirección a las escaleras de luminosidad roja.

Un dejo de curiosidad picó en su interior.

— Nos arriesgamos a eso, Lukas, pero es difícil —dijo con una sonrisa que suponía ser reconfortante.

— Quizás deberíamos seguirlos. —Sin pensarlo, trató de ponerse de pie, pero Adam colocó una mano sobre su brazo, deteniendo su intento de pararse.

— No seas tonto, sería muy obvio —le reprochó—. Enfócate en él, por eso viniste.

— Pero...cualquiera puede subir ahí, y solo te conocen a ti, ¿y si nos perdemos de algo importante?

— En ese caso, ya te habrían visto conmigo Lukas, es lo mismo, tú solo bebe tu cerveza.

Sin disimular su molestia, hizo caso a las palabras del otro y le dio un sorbo a su propia bebida en busca de calmar esa molestia en su garganta, pero lo único que percibió fue ese sabor amargo que tanto le disgustaba.

— ¿La policía sabe de los movimientos en este bar?

Adam arqueó una ceja, desviando su atención de su blanco en cuestión.

— Algunos sí, pastillas más que nada.

Lukas le regaló una mirada incrédula en respuesta. — ¿Y no hacen nada?

— No pueden arrestar a todo el mundo, ¿no? —suspiró—. Mientras no se vea por las calles ni involucre asesinatos no le ven propósito a involucrarse, pero eso ya deberías saberlo.

Tal vez sí, tal vez era una respuesta que ya conocía sin necesidad de preguntar, pero tenía que pensarlo dos veces para hacerse una idea que se necesitaban que muriera alguien para que vayan a revisar la venta ilegal de droga ocurrida en su propia ciudad.

De otro modo, ni siquiera estaría esta noche sentado dentro de este bar.

Lukas volvió a enfocar su atención en William, sus otros acompañantes seguían riendo con más tragos encima que antes, cuando fue esta vez su blanco en cuestión quien se puso de pie en dirección al piso de arriba seguido de un gesto donde pareció palpar algo en sus bolsillos.

Significando a su vez, que si no hacían algo iban a perderlo de vista.

— Ay, mierda —se quejó Adam y se puso de pie abruptamente—. Ven, sígueme y agarra tu bebida.

No le dio tiempo a Lukas de procesar su instrucción, cuando el otro tiró de su brazo, básicamente forzándolo a ponerse de pie antes de comenzar a arrastrarlo entre la gente mientras que Lukas hizo un esfuerzo mayor en no perder el equilibrio y volcar su cerveza sobre alguien más.

— Adam, ya suéltame, sé caminar solo, gracias. —Tiró de su brazo para zafarse de su agarre y solo entonces volvió su vista hacia adelante, entre tanta gente era difícil caminar, y fue cuando notó que William ya no estaba a la vista.

— Entonces, camina rápido y no seas obvio —le replicó.

— ¿Vamos a subir?

— De ninguna manera —volvió su mirada hacia los acompañantes restantes de William—, podría hablar con ellos...

Justo en ese momento, ya sea por la cercanía con la escalera o quien sabe, Lukas alcanzó a oír algo que se asemejó a un grito proveniente desde arriba y supo que Adam también lo escuchó en cuanto detuvo de sus pasos en dirección a esas personas.

Pudo notar como la postura de su compañero se tensó, denotando incomodidad impropia en él.

— ¿Qué fue eso?

— No lo sé, tal vez alguien necesita ayuda ...—sus ojos se situaron en dirección a la boca de la escalera, junto con una expresión de confusión que no acaba por comprender.

— Adam, sé directo —dijo con preocupación—. ¿Qué es lo que hacen ahí arriba?

Adam se movió vacilante hacia él, transmitiendo un dejo de nerviosismo con solo mirarlo.

— Espérame aquí, —colocó sus palmas sobre sus hombros y agregó con rapidez sin darle tiempo a Lukas de protestar— échale un ojo a esos de allá y sino vuelvo en los próximos quince minutos llama a Tadeo.

— ¡Pero, Adam...! —no pudo concluir su réplica, cuando el otro ya se había alejado de él, perdiéndose en el mismo camino que William anteriormente, dejando a Lukas solo.

Lukas volvió a mirar a las personas restantes del grupo de William, sintiendo su corazón acelerado como si acabara de participar de una persecución. Su agarre sobre su vaso se intensificó mientras intentó convencerse de que estaba bien, que la situación seguía estando normal y ese grito no había sido nada importante.

Solo tenía que esperar a que ese grupo comenzara o drogarse o algo, tomar la evidencia y avisarle a Adam. Era fácil, por supuesto que lo era.

Pensó en acercarse un poco más hacia ellos cuando notó como se ponían de pie, pero para su sorpresa no fueron en sentido a las escaleras, sino que comenzaron a moverse entre las personas.

Mierda.

Lukas no vio mucha más opción que intentar seguirlos, si Adam ya perdía el rastro de William y él encima dejaba ir a sus testigos restantes este plan acabaría por ser un rotundo fracaso y no quería permitir eso.

Su otro problema era que no estaba muy familiarizado con el lugar, había algunos sillones, mesas bajas y altas, pero también mucha gente de pie que se interponían en su andar y su rango de visión de paso. Trató de seguirlos guardando cierta distancia, esperando que no notaran su presencia cuando casi se choca con una mujer que se encontraba en medio de su camino.

—Lo siento —masculló, aunque esta no le prestó demasiada atención, mas cuando Lukas volvió a enfocar su mirada en su al rededor no logró encontrar a esos dos tipos que venían con William.

No. No. No se le podían haber perdido. No tan rápido.

Giró su cabeza con rapidez hacia todos sus costados, para denotar un pasillo oscuro a su izquierda, dándose cuenta que debía de tratarse de los baños...

Quizás alguno de sus nuevos amigos se había metido allí dentro.

Lukas decidió meterse por el estrecho camino y con suerte encontrarles el rastro a esos tipos. Además, él no había ido al baño desde que había llegado y aparte comenzaba a tener mucha sed.

Apenas ingresó, se topó con un cuarto bastante oscuro pero mejor iluminado, aunque tampoco demasiado, al mismo tiempo que el olor a vómito y...otras cosas invadieron sus fosas nasales.

A simple vista no había nadie dentro, o nadie a quien estuviera buscando, pero no podía descartar que se hubieran metido en alguno de los cubículos. Pensó entonces que podría esperar un poco mientras que buscaba mojarse la cara y con suerte, beber un poco de agua de alguno de los lavabos.

La sorpresa no se hizo tardar al girar la canilla y notar que no había agua. Justo lo que necesitaba.

Levantó su mentón y se encontró con su propio reflejo, su cabello castaño se encontraba bastante despeinado y sus ojos color miel denotaban cansancio además de estar faltos de brillo.

En verdad quería irse ya.

Tal vez, aunque sea pueda usar el baño.

Los mingitorios se veían del asco, así que se volvió hacia los cubículos, dio unos pasos tentativos cuando oyó un sonido proveniente de ahí dentro que se asemejó bastante a un gemido y vio a la puerta con seguro traquetear al segundo siguiente.

Procedió a dar esos mismos pasos en reversa, queriendo ahorrarse el imaginar lo que sea que estuviese sucediendo allí dentro, con su atención solo puesta en eso, no notó a alguien más entrar al baño solo hasta que esa misma persona chocó con él haciéndole perder el equilibrio.

Apretó el agarre en su vaso, el cual se milagro no se volcó al mismo tiempo que Lukas tuvo que hacer equilibrio con su otro brazo evitando colapsar contra la otra persona.

— ¿Qué demonios-

— Lo-lo s-siento —balbuceó el chico en respuesta seguido de una risa incoherente.

Lukas se relajó al darle un vistazo al rostro del otro una vez que se había alejado lo suficiente de él. Solo era otro borracho. Cosa que no escaseaba dentro de ese bar.

Lo vio tambalearse hacia el mingitorio más cercano y casi volver a chocar contra este.

Lukas entonces pensó que ya llevaba mucho tiempo allí dentro y podía que incluso Adam ya hubiera bajado y estuviera buscándolo.

Revisó su celular en cuanto salió del baño notando que no tenía novedades de su compañero. ¿Por qué tardaba tanto? O quizás solo habían pasado unos pocos minutos, Lukas ya había perdido noción del tiempo que había pasado desde que alcanzó a oír ese grito.

Le dio un largo sorbo a su cerveza sin que lograra calmar su garganta, no le había salido nada barata, pero sino tomaba algo potable ahora mismo iba a enloquecer, por lo que optó por volver a la barra y escribirle a Adam antes de que su paranoia le ganara.

Al llegar, no pudo evitar el enfadarse cuando avistó que había el doble de gente en frente de la barra si lo comparaba con antes. Pero, si se quedaba allí Adam seguro que lo encontraría más rápido.

Apenas alcanzó a distinguir un asiento libre y se lanzó hacia él como si se tratase de agua en medio del desierto, ahora que ya tenía una banqueta disponible solo le quedaba llamar al barman y-

— ¿Te dejaron solo?

Su cuerpo se paralizó apenas oyó esas palabras de dueño desconocido y su respiración se entrecortó. No tenían que estar hablándole a él, podían estar refiriéndose a alguien más.

Aun así, optó por girarse con lentitud hacia su derecha mientras oía sus latidos retumbar contra sus oídos superponiéndose con la música del lugar.

El rostro de William frente a él fue lo obtuvo cuando acabó por girarse.

Trató de tragarse el pánico y todas las sensaciones que le acompañaban al encontrarse solo con su blanco mientras que cientos de preguntas azotaron su mente de una sola vez.

— ¿Disculpa? —dijo en búsqueda de la respuesta más rápida que pudo hallar.

Esto no podía estar pasando.

William sonrió divertido y buscó un lugar a su lado, como si alguien se lo hubiera ofrecido. Alcanzó a escanear su físico con rapidez, sin notar nada nuevo, salvo por su altura, era más bajo que Lukas por algunos centímetros...Bolém era más intimidante, o de eso se quiso convencer.

— Oh, nada, solo te notaba perdido.

La mano de Lukas se cerró en un puño y se forzó a sonreír.

— Perdona, creo que me estás confundiendo con alguien más.

William arqueó una ceja en señal no creerlo. — ¿Entonces no eres el compañero de Adam, Lukas?

Su intento de sonrisa se borró en ese mismo instante.

— ¿Quién te dijo eso?

— Tengo mis propios contactos —se encogió de hombros—, y hace rato quería conocerte, es bueno ver nuevas caras para variar en ese departamento de momias.

Lentamente, llevó su otra mano hacia su teléfono, sin quitarle la vista de encima, tenía que contactar a Adam, o a Tadeo, o a quien sea.

— ¿Dónde está Adam?

— Es grosero preguntar por alguien más cuando nos estamos conociendo.

— ¿Dónde está? —repitió entre dientes antes de mirar de reojo su lista de contactos.

— Quien sabe, debería de preguntarle a alguno de mis chicos.

Sus palabras tardaron más de lo que hubiera querido en hacerle sentido, como si se hubieran tratado de un eco distante. No podía, tenía que estar mintiendo...

— ¿Qué le hicieron? —quiso sonar demandante, pero no lo logró.

Daba igual, solo tenía que... ¿Qué tenía que hacer?

— No eres divertido —resopló al poner los ojos en blancos—. Pero podría mostrarte lo que tanto buscaban, sé que tu compañero no te dejó ver la parte entretenida.

Lukas se rio en respuesta, sin saber por qué y vio a William ponerse de pie.

— La parte divertida va ser meterte en la cárcel, ya sé lo que hiciste —se las arregló para replicar.

Sintió la mirada del otro puesta sobre la suya, y volvió a abrir la boca, pero sus palabras parecían no ir en sintonía con los movimientos de sus labios.

— Sí, no fue nada personal Lukas, son cosas que pasan cuando te apuñalan en la espalda, ya lo entenderás o bueno...—rio y le tendió una mano, como si esperara que él la aceptara.

¿Debería acceder? Había una parte de su cerebro que gritaba que no era buena idea, pero ahora mismo encontraba la propuesta más divertida que otra cosa—

¿Por qué lo encontraba divertido?

Su parte racional saltó en alarma, pero no fue suficiente para evitar que su cabeza siguiera dando vueltas.

...algunos días, no muchos, la veía más ¿feliz? No sé cómo explicarlo.

...Feliz, ¿cómo?

...No lo sé, parecía de mejor humor y se reía más...

— Qué cosa, los efectos están tardando más de la cuenta.

Lukas ladeó la cabeza, aún se encontraba pensando a que se refería con que no era nada personal. Es decir, William era malo, podía ser el asesino, él que mató a Daniel, que terminaba con L...

— Vamos ya Lukas, no tengo tanta paciencia.

Él asintió, después de todo era lo que quería hacer, irse de aquí, pero se tambaleó en el proceso al intentar ponerse de pie y creyó que iba a caerse cuando un brazo se aferró a su cintura y lo atrapó en el acto.

Solo que su cabeza seguía dando vueltas.

Sintió un cuerpo contra su espalda, y dejó caer su cabeza hacia atrás, sobre el hombro del otro, se sentía cálido, a decir verdad. Se aferró más al contacto, no quería perder esa sensación de calidez. Era todo lo que tenía ahora...

— ¿Tú también te perdiste? —preguntó William—. Estás interrumpiendo, ¿no ves qué estoy en medio de algo?

La música estaba tan fuerte y Lukas, aun así, creyó que podría quedarse dormido sobre el pecho del otro; con sus sentidos tan dispersos, como si su cabeza estuviese enterrada en una nebulosa de confusión y mareo, pero, de algún modo, alcanzó a oír una respuesta en medio de todo eso.

—... él se viene conmigo.

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!!!!!

Llevaba rato queriendo escribir este capítulo y me disculpo de antemano por ese final ejem

Hoy aprendimos que Lukas es bueno interrogando pero no tan bueno siguiendo sospechosos jejej.

Gracias por leer 💞💞

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