16. Manchas

Comienzo a creer que te agrada mi presencia

El mensaje continuaba siendo el mismo, sin embargo, Lukas ya lo había releído varias veces, como si esperase que su significado cambiara tras la décima releída. No era el caso, claro estaba.

Él seguía sin poder pensar en una respuesta adecuada frente al nada sutil mensaje, cosa que se prolongó durante todo su trayecto hacia el laboratorio forense. Era extraño, habían encontrado un cuerpo mutilado y él de paso había vomitado frente a todo el mundo, pero de alguna forma, todo había pasado a segundo plano en cuanto el tipo misterioso comenzó a responder sus mensajes.

Releyó sus otros mensajes, esperando notar alguna pista que habría pasado por alto anteriormente, sorprendiéndose de cómo alguien podía sonar tan directo y esconder tantas cosas detrás al mismo tiempo.

Todo esto había tergiversado de ser, en un inicio, solo mensajes puntuales a volverse prácticamente un chat con el posible asesino y Lukas ni siquiera había llegado a advertir del todo ese no tan esporádico cambio...

Se apoyó contra la ventana que tenía detrás y sacudió su cabeza, si continuaba dándole tantas vueltas al asunto acabaría por ser él quien se volvería loco. Y ahora mismo no necesitaba aquello.

Justo en ese instante, sintió un hormigueo sobre su espalda, solo para percatarse que se trataba de una mano sobre su hombro que casi logra tensar toda su espalda antes de girarse frente al extraño contacto.

— Ah, Lukas —dijo una voz familiar previo a que se girara para reconocer a su dueño— disculpa, pero necesitaría que te muevas.

Lukas suspiró, relajando su postura al ver que solo se trataba de Nils y su equipo de limpieza, para luego parpadear confundido al percatarse que estaba estorbando en el trabajo del otro.

— Oh, Nils, no, yo lo siento. —Se apartó lejos de la ventana y se encogió de hombros—, supongo que debo tener la cabeza en otra parte.

— Me lo imagino. —Comenzó a rociar la ventana con su gatillo para luego aventarle con una expresión sorprendida—. Digo, escuché lo que...encontraron hoy.

— ¿Hablas del cuerpo de ahora?

Nils asintió con rapidez.

— Se supone que no puedo andar enterándome de eso —hizo una mueca—, pero tus amigos hablan muy alto.

Lukas curvó sus labios hacia arriba. — No son muy sutiles que digamos, es cierto —dejó pasar una pausa donde su tono se volvió más amargo—. Pero nos sorprendió a todos encontrar ese cuerpo tan...supongo que ya sabes los detalles.

— Los más importantes, creo —dijo con una mueca volviendo su atención a la ventana—. ¿Lo sacaron del basurero?

— Sí, olor a muerto, escena perturbadora, era el combo perfecto, solo me faltaba vomitar.

Nils se tornó hacía él con una mirada incrédula. —¿Lo hiciste?

— Culpable —fue su turno de sonreír, y solo segundos después se percató sobre el tema que estaba bromeando, borrando aquella sonrisa al instante.

— ¿Por eso sigues viéndote igual de mal que el otro día?

— No es necesario tanto halago, Nils.

Nils parpadeó confundido, sin parecer tener una respuesta al momento, cuando Lukas notó en su postura un dejo de incomodidad.

— ¿Es verdad lo otro que dicen, entonces? —soltó de repente, luego de varios segundos de silencio acumulado entre ambos.

La pregunta le tomó por sorpresa, y tuvo que admitir que no estaba seguro sobre que se refería.

— ¿Qué cosa?

— Sobre las últimas muertes que están... relacionadas.

Si la pregunta en cuestión hubiera venido por parte de algún compañero de su departamento no le hubiera chocado, solo que este no era el caso. Nils era un civil y aquella información se suponía que era confidencial.

— ¿De dónde sacaste eso? —La sorpresa del momento no le dio tiempo de disimular la incredulidad en su voz.

— Las noticias —dijo, aprensivo, como si acabara de embrollar una situación sin entender por qué—, creí que sabías sobre eso, perdón-

Las noticias.

Es decir que los medios sabían sobre sus últimas pistas. ¿Cómo? ¿En qué momento había llegado eso a la prensa?

Creyó que estaba por bajarle la presión.

— Está bien —dijo de forma abrupta—. Yo no... ¿Puedo preguntarte que canal era o que...?

— Está en todas partes —miró el suelo incómodo y luego su trabajo sobre la brillante ventana—. Yo tendría que seguir por allá, antes de que Bolém se dé cuenta que aún no paso por el otro pasillo.

Y con eso desapareció de su vista, y si Lukas hubiera estado más centrado habría supuesto que era un arte que había acabado por dominar luego de trabajar con una mujer como Bolém pisándole los talones.

Sin embargo, su mente se encontraba muy colapsada ahora mismo, procesando el hecho de que los medios estaban al tanto del pequeño detalle sobre que todos los asesinatos sucedidos en una misma ciudad estaban malditamente relacionados.

Tenía que verlo por sí mismo.

Buscó desde su celular uno de los canales más famosos del país y revisó entre sus últimas noticias, notando en seguida el nombre en mayúsculas de su propia ciudad y luego...

Muertes y una peligrosa moda.

Así decía el título, simple y concreto, significando en síntesis que las palabras de Nils eran ciertas y, por ende, que alguien había divulgado aquella información.

Debería de volverse un deporte el acumular problemas sin siquiera buscarlos.

Con su suerte, su jefe incluso podría echarle la culpa a él, solo porque podía.

Miró la hora en su celular, ya era tarde, debía de llevar cerca de media hora esperando por el veredicto de los forenses, al menos por uno inicial que luego se traduciría en cientos de informes por completar.

¿Quién era ese hombre decapitado? ¿Había una denuncia sobre su desaparición? O sería otra persona sin familia, el tipo predilecto al momento de efectuar los asesinatos al parecer.

Había cientos de preguntas que podía comenzar a hacerse y le frustraba la idea de que algo se le estaba escapando, algo fundamental para acabar por poner todas las piezas juntas en el rompecabezas pero que aún no veía.

Vio a dos figuras vestidas de azul y aun con sus mascarillas puestas a quienes no tardó en identificar como a Fran y Marisa, una de las compañeras del forense, significando que habían, al menos por el momento, concluido con su examen sobre el mutilado cuerpo, y, por ende, que Lukas podría marcharse tras oír lo que tenían por decir.

— ¿Cómo fue? —preguntó una vez que tenía a ambos forenses lo suficientemente cerca.

Ambos intercambiaron una mirada de inseguridad antes de redirigirse a Lukas.

Fran se bajó la mascarilla hasta el mentón previo a comenzar a hablar. —Parece que tenías razón, por lo que pudimos concluir hasta ahora, la puñalada fue la causa de muerte.

— Y el corte en el cuello no fue algo tan directo, las...heridas parecen mostrar que fueron varios cortes consecutivos hasta dejarlo como lo encontramos ahora —agregó Marisa con un tono monótono, pero sin esconder como le impactaban sus propias palabras.

— ¿O sea que alguien lo apuñaló y luego lo decapitó?

Ella asintió. —Es lo más certero, la víctima pudo ser sorprendida por una puñalada en la espalda y luego de caer al suelo...el agresor comenzó a, a decapitarlo.

— Tenía varios moretones en otras partes, puede que estuvo involucrado en una pelea previo a ser apuñalado —comentó Fran tras apretar sus labios en una fina línea.

Oh, eso

Me encanta que me tengas tan presente, pero no fui yo

Era una muerte que de lejos se sentía muy diferente a las demás, en otras circunstancias, podría haber llegado a creer que se trataba de un imitador, pero, no, no podría afirmar eso, a menos que apareciera otra víctima cuyo nombre comenzara con D.

— Quedaría que solicitemos otro análisis de sustancias —dijo con seriedad, y luego tragó, más vacilante—. Supongo que ya se enteraron lo de los otros asesinatos.

Lukas estudió sus rostros, pero no había nada detrás de un simple asentimiento, como si fueran espejos uno del otro.

¿Fran sabría de ese falso examen de Angélica? Ya no podía estar seguro si Bolém había guardado esa información.

— Trataremos de tenerlo para la siguiente semana —comentó Fran con una leve carga de ansiedad.

— En realidad, quería —sus labios se fruncieron e intentó mantener el mismo tono que venía empleando hasta ahora— quería continuar coordinando esta parte con Bolém, para seguir en una misma línea, ya sabes.

La cara de sorpresa de Fran no se hizo tardar, mientras que Marisa dejó entrever una pequeña sonrisa.

— ¿Oíste, Fran? Te dije que no seas tan despistado con tu teléfono —miró a Lukas antes de guiñarle un ojo a su compañero—. Supongo que es momento de que los deje solos.

Marisa se despidió de ambos previo a continuar con su trayecto, dejando a Lukas y Francis solos en medio del pasillo, que de repente se sentía más extenso y más envolvente dentro de aquel inmaculado blanco que le rodeaba.

— Sé que aún te debo una disculpa —comenzó a hablar.

Lukas tuvo que levantar su mentón para encontrar los ojos cafés del otro, el maldito era tan alto.

— Fran, está bien, no es necesario que-

— Aun así, no estuvo bien, quería ayudarte con tu primer caso, pero pasaron cosas —apretó los dientes con algo de tedio.

Él ladeó la cabeza. —¿De qué hablas?

— Mi madre volvió a decaer, estuve de médico en médico hasta que decidieron internarla y tenía la cabeza en otra parte —suspiró—. Cosas de hijo único.

Lukas no respondió de inmediato, no cuando las palabras del otro se las arreglaron para repercutir en su subconsciente, reviviendo el recuerdo de haber pasado por una situación similar. Su padre también había sido internado, no fue por mucho tiempo, pero si el suficiente como para que Lukas se enterara lo que era pasarse todos los días por el hospital con la incertidumbre vigente de que esa podría ser su última visita.

No era su intención revivir esas memorias. Pero por alguna razón, Lukas se encontraba rememorando mucho más a seguido a su padre a lo que lo había hecho en el conjunto de estos últimos años.

— No sabía, —murmuró— si me hubieras contado no te habría molestado-

— No me manejé de la mejor forma, pero —sus labios formaron una leve sonrisa—, si te hace sentir mejor, no eres al único que decepcioné esta última semana.

— Eso me deja más tranquilo, entonces —masculló con sarcasmo y luego añadió en forma de broma—. Incluso descubrí la otra cara de tu supervisora.

— Sí, sobre eso, —agregó con su tono preocupado de antes— ella sabrá decírtelo mejor, pero está con bastante trabajo estos días.

— Claro —casi había olvidado el cómo había surgido esta conversación—. Mandaré un mail luego.

Después de todo, Fran seguía siendo uno de los mejores forenses del lugar, con años de experiencia que respaldaban ese hecho.

— Gracias por entender —colocó una mano sobre su hombro y le regaló una mirada de complicidad—. En verdad quiero tu paciencia, envíame un poco cuando puedas.

Lukas sonrió en respuesta. — O quizás solo finjo tenerla, quien sabe.

Dicho aquello, se marchó del laboratorio forense, no sin antes enviarle un mensaje a Bolém sobre lo recientemente descubierto.

***

La fenciclidina (PCP) o mayormente conocida como polvo de ángel, data de una droga originaria para uso médico al momento de anestesiar por vía intravenosa a los pacientes, pero fue descartada a los pocos años. Entre sus principales efectos pueden encontrarse; confusión, euforia, pérdida de la coordinación, alucinaciones.

Además de llegar a ser una droga predilecta para los abusadores sexuales.

Lukas quitó la mirada de su monitor para encontrarse con el techo de su oficina y sus manchas de humedad. En algún momento del día se había vuelto experto en la droga de creciente tendencia en la ciudad, pero continuaba sin comprender el motivo.

Las dosis en las distintas víctimas descartaban su primera teoría sobre que alguien los hubiera drogado para facilitarse el asesinato, para luego enterarse que estaba comenzando a volverse más popular en el mercado.

Continuó observando tu techo fijamente, como si la respuesta a todo se encontrara escondida entre los patrones ocasionados por la humedad, mientras se echaba para atrás contra el respaldo de su silla. Tal vez... ¿Alguien no quería que la droga se popularizaba y por ello inició aquella matanza?

No podía asegurar nada, pero sus previos testimonios le habían dado un panorama de lo complicado que podría llegar a ser este caso.

Sea como sea, el polvo de ángel tenía que estar almacenado en alguna parte, si lograran desmantelar aquel punto, podrían al menos ya darle una forma a todo esto.

Se balanceó sobre su silla un poco más, cuando casi pierde el equilibrio al oír un llamado a su puerta, pero al mirar notó que no había nadie, solo habían dejado la puerta entreabierta dando señal que había otro tema por discutir.

Lukas pudo imaginarse cuál era el motivo esta vez.

Al llegar al cuarto de junta, notó que todos estaban alrededor de una laptop la cual estaba transmitiendo uno de los canales de noticias más importantes del país donde presentaban escenarios de su ciudad junto con un título nada prometedor.

— Bien, —comenzó a hablar su jefe— supongo que la mayoría ya se habrá enterado de esto —dejó pasar una pausa, no muy larga, pero lo suficiente para dejar sentir la tensión en el ambiente— ¿Alguien tiene algo para aportar?

Segundos pasaron en los que Lukas permaneció inmóvil, con la mejor cara de póker que encontró, sintiendo que si movía por accidente algún músculo de su cara acabaría por ser atrapado por un acto que ni siquiera había cometido.

— No, señor —dijo alguien con un tono apenas audible.

— No —añadió otro, al que Lukas no tardó en identificar como Adam destacando entre la muchedumbre— Pero iba a pasar de todas formas. ¿Cierto, jefe Vic?

— Gracias por la contribución, Dubois. —Miró a su alrededor con una ceja arqueada— ¿Alguien más que quiera aportar algo?

El silencio fue la única respuesta que obtuvo.

— De acuerdo, para los despistados, les recuerdo que acabamos de abrir un caso por la venta de una nueva droga que parece directamente ligada a los asesinatos, y tengo que hacer hincapié en lo reciente que es el caso. ¿Saben lo que eso significa?

— ¿Qué los medios no tendrían como saber esto?

El hombre dio una sonrisa sarcástica. —Exacto, confiaba en que todos aquí éramos profesionales y sabíamos que la información que manejamos en confidencial, pero es evidente que me equivoqué.

— ¿Queriendo ocultar un caso de narcotráfico al público? —replicó Adam con la misma sonrisa—. Lo veía difícil.

— Hablo de las muertes, Dubois —dijo con hastío—. El caso es nuevo y no tenemos evidencia suficiente para calmar a los medios, estamos en una situación comprometida.  Así que, acepto sugerencias.

— Tenemos un sospechoso —comentó Alicia esta vez, refiriéndose evidentemente a William como la única pista humana real hasta el momento.

Lukas casi no había notado que ella también estaba presente, entre el silencio y las miradas intimidantes de su jefe, había dejado de sentirse como un individuo y más como parte de un todo que debía de seguir una misma línea.

— Estoy al tanto de ese dato, pero, ¿tienen pruebas? —preguntó con tono irónico con su mirada fija en Adam sin ningún disimulo.

— Estoy trabajando en eso —murmuró el otro, con menos seguridad esta vez.

— Trabaje más rápido, entonces. —Dicho eso redirigió su vista a sus demás compañeros—. Son libres de marcharse, y espero que estén conscientes de las acciones de sus propios compañeros de ahora en más.

Lukas vio a Alicia hacerle un gesto, indicándole que fuera con ella, y él estaba a punto de hacerlo cuando su mente retomó un viejo dato con el que había dado mientras había navegado entre las redes sociales de sus testigos.

Casi todos habían abandonado el cuarto de reunión, dejando solo a su jefe y a Adam dentro. Ambos se giraron hacia Lukas apenas se percataron que él seguía allí presente, como si hubiera irrumpido en una escena privada.

Se obligó a mantener su rostro imparcial frente a la implicancia de aquel accidental pensamiento.

— ¿Pasó algo más, Maciel?

— Si...es sobre mi primer testigo, la pareja de Angélica.

El hombre frunció el ceño. —¿El que está en coma por sobredosis?

— Exacto, yo encontré su perfil en las redes. —Apretó los labios en una línea, odiaba el tener dos pares de ojos clavados encima de él como si esperaran verlo tropezar en cualquier momento, pero se forzó a ignorarlos—. Al revisarlo un poco más encontré entre las personas que seguía a William, que entiendo es nuestro principal sospechoso hasta ahora.

— ¿Y qué más? —preguntó Adam.

Lukas palideció por un instante.

No había más.

— Sería otra conexión directa entre las dos víctimas para el momento en el que lo encaremos...

— Eso es más especulación que otra cosa, Lukas, pensé que-

— Y yo sigo esperando por su devolución, Dubois ­—le cortó su jefe.

Adam se volvió con rapidez hacía él con una expresión de inconformidad.

— Estuve haciendo un seguimiento de los lugares que más frecuenta, aun no tengo evidencia, pero sé que puedo detenerlo si...

— Tampoco me está diciendo nada concreto hasta ahora.

Adam miró a Lukas de reojo, como si su presencia fastidiara en lo que estaba por contar.

— A eso iba —se llevó una mano a su rojizo cabello—, sé que nuestro hombre esta noche irá a La Parada y voy a poder atraparlo esta vez.

Lukas se quedó de pie donde estaba, considerando brevemente si ya debería de haberse marchado, pero se vio más distraído al oír a Adam nombrar ese bar de mala muerte. Sabía que Adam con sus años aquí ya había tenido experiencia en tirarse al barro y encarar sospechosos haciendo algo que los delatara, aunque eso implicara no meterse en los mejores lugares.

— Suena bien, aunque sabemos cómo es ese lugar para meterse solo.

— No tenemos tiempo para buscarme una compañía, ya vimos cómo están los medios.

— No era mi sugerencia Dubois, —suspiró cansado antes de enfocar su atención en su monitor— dígale a Maciel que le acompañe por mientras, seguro puede ayudarle con lo que recopiló en su caso.

— ¿Qué? —gritaron ambos al unísono.

Lukas necesitó de otro momento aparte para procesar eso último.

— Señor, con todo respeto eso no es parte de lo que-

— ¿No le dijeron que tenía que adaptarse a las circunstancias cuando se buscó este trabajo? —replicó con suavidad, indicando de que estaba por quedarse sin paciencia—. Es su momento de ponerlo en práctica.

— Mi trabajo ahora es otro...

— Su trabajo es ir con la justicia y darle las pruebas de quien asesinó a Angélica Kang, entonces hágalo.

Y con ello, regresó su vista a su monitor, dando por concluida la reunión sin dejar lugar a ninguna objeción a menos que se sintieran tentados a jugar con la nula paciencia del hombre en aquel instante.

Por lo que Lukas optó por tragarse sus réplicas y salir junto con Adam del lugar.

— No puedo creerlo, ese viejo senil —se quejó Adam—. ¿Cómo es que sigue a cargo?

— ¿Tanto te asusta mi compañía?

— Claro que no cariño, tu compañía me enternece, pero ahora mismo me va a dar más trabajo de lo quería —rio con ironía.

Lukas no supo porque sonrió también. — Dímelo a mí.

¿Ir a encarar un sospechoso y encima tener que soportar a Adam?

De repente tener un acosador obsesivo ya no sonaba como el mayor de sus problemas.

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Como dato curioso de este capítulo, por fin se reveló el nombre del jefe de Lukas, se llama Victor jajaj.

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