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-¿Ya esta listó,abuelo?-Un par de ojos observaban atentos y curiosos el objeto que sostenía en manos del mayor de ambos presentes,contemplando el resultado final.Podía no ser muy paciente,como cualquier niño,pero siempre ha admirado el trabajo de la persona al cual idolatraba desde que tenía memoria,y siempre fue de su agrado el acompañarle mientras realizaba objetos diversos y anotaba los procedimientos o avances que alcanzaba.

-No Fede,quedan aún por agregar los toques finales.-Tras decir estas palabras el niño corrió hacia la estantería para tomar de puntas de pie un pequeño cofre ya algo gastado y con grabados extraños de color dorado.-Ten cuidado con eso,o ¿querrás que deje que los juguetes ya no sean mágicos?-El menor rápidamente negó,andando con cuidado hasta poder apoyarlo sobre la mesa,bajo la mirada chistosa del mayor.

Observó el cuello de su abuelo,del cual colgaba un collar de cadenita plateada y una llave que juraría parecía hecha de oro,para luego sonreír al notar que esta era retirada sin apuro alguno.

-¿Puedo abrirlo yo,abuelito?Por favor...-El mayor asiente,observando la felicidad en el rostro delicado de su nieto,quien al recibir la respuesta toma la llave y abre ese pequeño cofre con una sonrisa que no olvidaría.

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Suspirando y arreglando sus cabellos una ves más observa con detenimiento la foto ubicada en el estante de madera obscura.
Una leve sonrisa se posa en sus labios al tomarla entre sus manos,ya más grandes comparadas a las que poseía de pequeño.

Se permitió viajar entre sus recuerdos de aquella época,cuando solía visitar con frecuencia la cabaña de su abuelo paterno,y daba una ayuda en las labores que este tenía.

Su mirada prontamente se volteó hacia abajo,para luego guardar en la caja ,que yacía en el suelo,al portarretrato.Y ya en esa posición,mirando el contenido dentro de esta,comprobó si todo estuviese en su lugar.

Las pérdidas familiares siempre resultaban siendo las más dolorosas;sabía que la ida del hombre que más apreció en su vida dolería mucho,y el tener que desocupar aquel estudio era más deprimente para el hombre de negocios.

Tomó la caja entre sus brazos,alzándola y procurando que no se cayera nada de ella.Sin embargo,antes de que lograse salir por la puerta,un leve brillo captó su atención,haciéndole voltear e ir hacia donde provenía.

Mentiría si dijera que no se sorprendió al reencontrarse con esa cajita de madera,cuyo contenido tan sólo eran unos brillitos dorados.
Esto le hacía recordar a sus años de ingenuidad e inmadurez;cuando solían junto a su abuelo tallar,pintar,y decorar cada figura que creaban juntos.Normalmente estas solían ser animales u objetos comunes del día a día.

Tomó la cajita entre sus manos,se sentía extraño,su familiar nunca ocultaba este tipo de cosas,mucho menos debajo de la cama,lugar donde acababa de encontrar al cofre y a un pequeño juguete que recordaba con claridad.

Sonrisa y ojos tristes era lo último que quería mostrar aquel día.Sus ojos ya algo cristalinos miraban al pequeño auto de madera,en él había una pequeña frase de letras doradas,las cuales reconoció como la escritura de su abuelo.

Limpió su rostro con la manga de su saco negro,queriendo olvidar todo y tranquilizarse.
Tomó con suavidad dicho juguete y la cajita de brillos cerrada con llave,y decidido guardo ambos objetos,levantandose y yendo fuera del estudio.

-Fede,¿Lograste terminar de desocupar el estudio de papá?-Una mujer de edad adulta se acercó con ojos tristes al más alto,el cual asintió posando lo que llevaba en brazos en la mesa del comedor espacioso.

-Si Madre,y hablando de eso...quería guardarme un par de cosas de recuerdo,¿podría?-La pelirroja opaca no le negó y simplemente le sonrió tras asentir a la petición de su hijo mayor.

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Sus manos tomaron con delicadeza la pieza hecha madera que acababa de fabricar,obserbandola con detenimiento,juzgando si su forma estaba bien realizada y medida;cortando y emparejando las puntas de apariencia filosa.
Mientras que los pequeños ojos del castaño se mostraban ansiosos,queriendo tomar entre sus pequeñas manos el nuevo juguete creado.Sabía que aún faltaba pintarlo y volverle "mágico".

¿Por qué mágico,dices?

Niño y abuelo poseían un secreto pequeño,pero del cual nadie más que ellos sabían.
El de mechones blancos y grises le había informado sobre su pequeño truco para hacer que los juguetes u objetos que ideaba cobrarán vida.Tomaba una pizca del brillo guardado en el cofre y lo esparcía sobre el objeto.

Federico creía en sus palabras,y le afirmaba cada día que sus juguetes hablaban con él.Esto resultaba divertido para Marco,quien realmente no creía en la palabras del pequeño y sonriente niño,esos brillos no eran más que eso.Brillos completamente normales.

Y recién ahora recordaba ese momento.Sostenía,como ahora,al pequeño auto de madera mientras escuchaba las risas de sus hermanos menores,y con confusión en sus ojos les veía;¿Por qué no creían su palabra?

En el presente entendía bien la razón y,de cierta forma,seguía doliendo el tener que aceptar la realidad.
Sonrió triste colocando al cofre y el auto pequeño sobre la mesa de su oficina una vez llegó a su departamento.

Ya al llegar el anochecer el hombre con aspecto cansado decidió recostarse a descansar;y tras cerrar sus ojos terminó por quedarse dormido.

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El sonido de un golpe seco provocó el pronto despertar de Federico.Este respiro agitado por el susto,y se apartó de las sabanas para descubrir qué fue lo que ocasionó que su sueño terminase.
Caminó con tranquilidad por el pasillo hasta llegar a la cocina.Observó bien el lugar,logrando notar que una cosa estaba fuera de donde lo había dejado.

Tomó entre sus manos al objeto,mirándolo con detenimiento,¿Cómo había podido llegar hasta allí?
Pensó durante unos segundos en esa pregunta,llegando a la conclusión de que debía ignorar aquello.

Llegó a su habitación,y colocó una ves más dicho juguete en la repisa.Volvió a recostarse en su cama y aún algo extrañado volvió a dormirse.

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-Fede.-Sus ojos se abrieron lentamente,siendo lo primero en ser notado ese pequeño auto de madera color rojo.

Su primer impulso fue mover al objeto a un lado,gritar y quedarse mirandole.Estaba confundido y asustado por lo ocurrido,seguía sin entender si lo que sucedía era verdad.

-Fede...-Miró una ves más al pequeño auto;su vos le era realmente reconocible,una vos aspera y gruesa,agradable a su oído al no ser demasiado potente,sino más bien tranquila y casi como un murmullo.

-¿Abuelo?-Para este punto se atrevió a sostener entre sus manos temblorosas a dicho objeto,mirándolo con asombro y algo de tristeza.

-Fede,escucha...-Asintió,se sentía estúpido habiendo esto;hablándole a un objeto.-Se que mi muerte fue repentina,y no pude despedirme de todos...Confío en que tu les dirás a mi esposa,a mis hijos y a tus hermanos,que yo los amo mucho y siempre los cuidaré desde aquí,y que los esperaré con los brazos abiertos.Diles que no se preocupen,morí dormido en mi estudio...-El joven empezó a soltar lágrimas por las palabras que oía,dolía...dolía oírlo.-Sé feliz Fede,vive tranquilo,yo te cuidaré por siempre.

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Al día siguiente;sobre la repisa de su oficina,se encontraban acomodados el cofre misterioso,el portarretratos de Marco y el pequeño auto de madera rojizo,el cual atesoraria y guardaría como un objeto preciado para él.

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Palabras:1298

Fecha:06/02/2019

Holis,soy Aby Gómez!!

Este primer relato califica como mi primer one-short completamente inventado por mi para el concurso "Buscadora de escritores" de kira650 .

Espero les haya gustado~

Se despide
Aby Gómez!!!<3