Compañeros de habitación | El primer beso
AU Escolar
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12:03 pm. Instituto Le Rosey, Suiza.
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- Mut.
- ...
- Helmut.
Al ver que Helmut no le respondía, James tomó una almohada y se la lanzó.
- Despierta, basura sokoviana.
Helmut sintió la almohada y se enderezó a penas, con los ojos entrecerrados y el entrecejo fruncido, finalmente le dijo:
- Qué sucede contigo, James.
- ¿Cuando hay cavitación, la altura de la bomba tiene que ser menor a la altura máxima?
- James, no puedes despertarme a estas horas para preguntarme sobr...
- Sólo responde, ¿quieres?.
Helmut se sentó en su cama con resignación apoyándose en el respaldar. Con ambas manos se tomó la frente para terminar alaciando su largo cabello castaño hacia atrás. Luego de un suspiro, y de haber pestañeado un par de veces, dijo:
- Tienes una altura máxima...
- Ajá...
- ...Entonces calculas la altura de operación de tu bomba...
- Sí...- James se acomodó en su cama observando atentamente a su compañero.
- ...y si esa altura se encuentra en el rango de tu altura máxima la bomba no cavita.
- Entonces...
Helmut se encogió de hombros y dijo:
- Entonces qué. Es algo sencillo. Si la altura es máxima no tienes que pasar ese límite.
- Si digamos mi bomba está a 2 m. y mi altura máxima es... 1 m. digamos, entonces la bomba...cavita, ¿cierto?.
- Sí...
- Pero si está a... 0.5 m. ... No cavita.
- Sí, James.
Helmut lo miró con desgano. Tenía que lidiar con situaciones como ésta cada vez que había un examen al día siguiente. Así que, suavizando su voz le dijo:
- Por qué no duermes. Estudiamos todas estas noches, no te preocupes demasiado.
- Estudiamos...pero me confundí con lo de la cavitación...
- Éso es porque estás estresándote. Debes dormir, de lo contrario corres riesgo de cometer algún error mañana. Permite que la información pase de tu hipocampo a la corteza prefrontal de tu cerebro.
James frunció su entrecejo al escuchar lo de la información en su cabeza. En el fondo le gustaba que Helmut hablara cosas extrañas...
- Si tienes alguna duda, lo pensarás mañana. Tendremos una hora antes del examen, ahí repasaremos si olvidaste algún detalle. No tienes que lanzarme tus almohadas a media noche, interrumpes mi horario.
Dicho éso, Helmut volvió a acostarse. Pero James seguía despierto. Estaba pensando... tenía un poco de miedo respecto al examen de la mañana. La mecánica de fluidos no era su mayor fuerte. Éste sería su tercer examen parcial, los anteriores los había reprobado, y sólo salvaría la materia si aprobaba con excelencia este parcial y el exámen final de la siguiente semana. Desde que le asignaron a Helmut como compañero de habitación el invierno pasado había comenzado a estudiar con más empeño y de forma más disciplinada gracias al propio Helmut. Había que recalcar que a James le tomó medio año aceptar que Helmut le gustaba demasiado, era extraño... porque tenía un carácter especial. Y lo más extraño era que había podido disimular muy bien ese sentimiento ante él. Hasta sentía que si se hacía el interesante podría llamar su atención. Así que había comenzado a asumir actitudes excéntricas. También trataba de mirarlo fijamente para ver si en algún momento podía llegar a intimidarlo pero...nada. Nada había sucedido. Después de un mes, Helmut seguía siendo Helmut y él seguía ahí...a un metro y medio de distancia.
Tenía frío, y estaba ansioso por el examen de la mañana.
- Mut.
- ...
- Mut.
Al ver que Helmut no le respondía, se levantó de su cama y caminó en dirección a la de su compañero. No quiso pensarlo dos veces y se subió a la cama de Helmut echándose a su lado.
Helmut, entre sueños, sintió una presencia a su lado. Sintiendo vértigo se despertó a penas.
- Mut.
Helmut con los ojos adormilados se dió la vuelta y se topó con los ojos azules de James.
- Qué quieres, James.
- Boo.
- Es increíble. Qué haces echado aquí. ¿Por qué ahora invades mi espacio personal?
James se incorporó y, apoyado sobre su codo, miró al adormilado Helmut, tenía su cara a un palmo de la suya. Helmut frunció su entrecejo y, en con la luz de la luna que ingresaba débilmente por la ventana, miró por primera vez a detalle los labios encarnados de James, éste sonrió y dibujó una mueca en sus comisuras. La mueca de su sonrisa quitaba el aliento a todas las chicas, y ahora había producido una sensación cálida en el abdomen de Helmut.
- Qué pasa. ¿Me tienes miedo, Mut?
James miró el rostro de Helmut, sus brillantes ojos marrones, su naríz perfecta, y sus delgados labios diciéndole:
- No entiendo qué sucede contigo...
James metió profundamente aire por su nariz cerrando sus ojos. Entreabrió sus labios. Helmut comenzó a sentirse sofocado, sus mejillas estaban calientes, y se aceleraron sus latidos, aún así pudo decir:
- ...Debes poseer algún trastorno de la personalidad que explique tus actitudes incompren...
Entonces James colocó sus labios sobre los suyos y los presionó con fuerza. Helmut casi se ahoga, y finalmente abrió bien sus ojos. Su sueño se fue, su vida también, qué carajos le sucedía a James ...
James sintió de inmediato la calidez de los labios de Helmut, su nariz le entorpeció, y temió perder el equilibrio y caer torpemente sobre él. Así que apartó su rostro y, a penas respirando, le dijo:
- Hablas demasiado, Mut. Me frustras.
Dicho éso, James se dejó caer a un lado de la cama.
Ahora ambos estaban ahí, anonadados, mirando el techo. Con el pulso acelerado, temblando como nunca, y la mente en blanco.
- Por qué lo hiciste.
- Qué.
- Creo que me besaste.
- Creo que sí.
James volvió en sí y se incorporó de nuevo. Volvió a mirar a Helmut y le dijo, sonriendo con su maldita sonrisa otra vez:
- Por qué. ¿Que nunca has besado antes?
Helmut dirigió su mirada a James para responderle:
- No.
James se echó a reír y se dejó caer de nuevo a un lado de la cama.
Helmut solo se limitó a fruncir sus labios y su entrecejo.
- ¡No puedo creerlo!- exclamó James sin dejar de reírse.- ¿En serio, nunca lo hiciste?
- No soy tú, James.
Seguía riéndose hasta que finalmente se quedó en silencio. Helmut entonces le dijo:
- No respondiste por qué lo hiciste.
James quería responder con un "no lo sé, me resbalé; o, fue algo improvisado, quería molestarte; o, no lo sé, era pura broma" pero, supo que difícilmente tendría una situación como ésta de nuevo y, ya que no podía disimularlo más, se lanzó...
Extendió su brazo biónico, una particularidad suya, y buscó la mano de Helmut. Éste último sintió la frialdad del metal de Vibranium tanteando cerca suyo bajo las sábanas y...la agarró. James, sintió un leve vuelco de su corazón cuando Helmut tomó su mano, y condujo la de éste hasta colocarla sobre su corazón.
- ¿Sientes éso?
Helmut sintió un latido que, al igual que un pequeño tambor, golpeaba rápidamente contra el pecho de James, y éste dijo finalmente:
- Así está siempre.
Helmut frunció su entrecejo. Él provenía de una familia conservadora, acomodada y hasta noble; sin embargo, él poseía por naturaleza una mente abierta y deseaba comprender los sentimientos humanos... es que sentía que a veces él mismo era muy frío. Comprendió que la mente humana era demasiado compleja, y que a raíz de ello los sentimientos y las sensaciones con las que se percibían los factores externos eran demasiado variadas.
Intentó comprender sus propios sentimientos y supo que en realidad no tenía que comprender nada... tan solo tenía que sentirlo.
James se volvió a incorporar, estaba preocupado. ¿Había sido muy precipitado?. Se topó con los ojos intensos de Helmut.
- ¿Estás bien?
- Sí. ¿Ya no tienes pesadillas?
James lo miró extrañado. Su sorpresa era que Helmut supiera que tenía pesadillas recurrentemente. Y sucede que aún no superaba el accidente que había sufrido hace un par de años, el cual lo dejó con el brazo biónico y muchas otras secuelas.
- A veces.
James todavía sostenía la mano de Helmut, y éste suavizó la expresión en su rostro para decirle:
- Puedes dormir aquí cuando lo necesites. También puedes hablar conmigo.
James solo pudo asentir con la cabeza. Y, si no fuera por la confianza que encontró en los ojos de Helmut, no se hubiera atrevido a preguntar...
- Mut...
- Qué.
- ¿Puedo besarte de nuevo?
Helmut bajó su mirada para ver los labios de James...por qué no... quién podría decir que no... si él le había dicho... le había hecho saber... si pudo escuchar su corazón... si él le había confesado... si...
- Supongo que sí. Siempre y cuando no trates de ahogarme. Valoro mi vida, James, gra...
- Hablas mucho, Mut.
- Y éso te frustra.
James cerró sus ojos y, con los labios entreabiertos, fue acercando lentamente su rostro al de Helmut. Éste último sintió sus párpados pesados, él no solía trasnocharse, y ahora estaba ahí, a punto de besar de nuevo a su compañero de habitación.
Ambos sintieron el contacto cálido. James aún sostenía la mano de Helmut y movió sus labios junto a los de él, sintiendo que cada vez se perdía más en un abismo entumecedor. A penas podían respirar, sólo querían permanecer allí el mayor tiempo posible. Y en el fondo, jamás habían experimentado esa felicidad, esa satisfacción...
Estuvieron besándose una y otra vez hasta las 2 y tantos de la madrugada. Hasta que les ganó el sueño y se quedaron dormidos. James dejó caer su cabeza al lado del cuello de Helmut y el aroma de éste meció su sueño.
Cuando el sol apenas comenzó a salir, ambos se despertaron adoloridos por la posición en la que se habían quedado dormidos, y trataron de estirarse.
- Ah, siento que... me dará tortícolis.- musitó Helmut con los ojos aún cerrados.
- Cállate, Mut. - le respondió James frunciendo su entrecejo.- No siento mi brazo...
- Cuál...
- Cállate, Mut.
Helmut sintió algo frío a un lado de su cuello.
- James...
- Qué...
Helmut subió su mano para tocarse el cuello y sintió de inmediato una sustancia viscosa...
- ¡Me babeaste!
James hundió su cabeza en la almohada y replicó:
- Ah...Dios... Es sólo saliva... ¿Que tú no la tienes?
- Dentro mi boca. - Le dijo Helmut mientras trataba de limpiarse el cuello con una mueca de inconformidad.
James levantó su cabeza y, con los ojos entrecerrados, miró a Helmut sonriendo de nuevo, dibujando una picardía en sus comisuras.
- Y dentro la mía también.
Helmut miró a James con el entrecejo fruncido.
- Qué.
James se acercó de un solo movimiento a él y volvió a besarlo con fuerza. Cuando separó su rostro miró a Helmut, notó que estaba sonrojado y éso lo derritió por dentro.
- Mírate. Tus labios están hinchados. ¿Sabes lo que significa?
- ¿Que eres una persona de actitudes poco delicadas?
- Significa que ya no eres un casto de labios.- Respondió James riendo. Helmut se dió cuenta que le gustaba verlo reír, tal vez porque James no lo hacía con frecuencia.
- ¿Qué?
- Despiértate ya. Hoy es el examen.
James hizo un intento de levantarse pero volvió a dejarse caer y cerró sus ojos de nuevo.
Helmut suspiró. Pensó si así sería siempre. Se pasó una mano sobre los ojos y se incorporó. Miró a James durmiendo... Sonrió y se dijo para sus adentros:
"Sí que es un baboso"
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N.A.
Este fue mi primer fic winterbaron, mi primera vez escribiendo sobre un ship, así que le tengo un montón de cariño 💜 UwU
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