La psicopatía es un trastorno divergente de la personalidad, diferenciado del TPAS y del TPL. Pinel lo describe como una forma de manía, sin el déficit cognitivo, pero con daños graves en la capacidad afectiva. El psicópata no experimenta remordimientos por sus actos, y no repara en medios para conseguir sus metas.
La psicopatía se clasifica como un trastorno diferenciado del trastorno de personalidad antisocial (TPAS) y del trastorno de límite de personalidad (TPL). A pesar de la alta superposición sintomática entre la psicopatía y otros trastornos de personalidad, sus consecuencias para la sociedad, justifican su estudio como entidad independiente.

¿Alguna vez han sentido que la gente los desprecia?, seguramente la respuesta es que sí. Es difícil que la gente no te entienda y que por eso te hagan a un lado, que no entiendan tu forma de actuar o crean que tus motivos no son válidos. El mío es un claro ejemplo de eso.

Hoy día son pocos los que admiten que el mundo está mal. O todos lo admiten pero pocos hacen algo al respecto. Yo soy de esos pocos, ayudo a que el mundo sea un lugar mejor. Y la verdad es que, ¿Quién quiere vivir en un lugar donde la gente no acepta y corrige sus defectos sino que los justifica buscando a gente con defectos peores?, me refiero a esas persona que dicen: él es peor que yo, o, él hace lo mismo y nadie le dice nada. Detesto a esa gente que vive pendiente de lo que hacen los demás y no se dedican a lo suyo.

Como también detesto a esas personas que a base de mentiras ilusionan a la gente y luego se deshacen de ellas, es irónico porque yo también lo hago pero, yo lo hago para bien.

Políticos, empresarios, o gente del común, no importa, no discrimino a nadie. Todas mueren por igual. Algunos mueren peor que otros pero todos tienen el mismo final. La muerte. Soy como dios, si este existiera, que decide si alguien conserva la vida.

¿Cuándo empecé?, ese recuerdo sigue fresco en mi memoria, sus gritos aún retumban por allí de vez en cuando. Y rio, junto a mis demonios, rio como maniático. No, no tengo remordimiento alguno, como dije antes, todo esto lo hago para limpiar la basura del mundo. Es como ser dios, y a la final eso soy, soy el dios que tanto han admirado. Claro que no como ellos esperaban, pero, yo nunca pedí adoración.

¿Alguna vez han oido de los suicidas?, son otra de las cosas que desprecio, montón de parasitos que quieren toda la atención para ellos. Creen que solo su vida es un asco o que solo ellos tienen problemas. Lo peor es que algunos lo consideran una enfermedad mental, ellos no están enfermos, están locos. Es muy diferente. Lo bueno es que son presa fácil. Se entregan por completo y para mí es un completo deleite deshacerme de ellos. Piden que sea rápido pero yo no trabajo así. Sus gritos son los que más disfruto.

¿Ayuda?, no, solo soy yo. Además, pónganse a pensar, ¿Quién querría juntarse con alguien como yo? Trabajo solo, y creo que esa es una de las cosas que me diferencian de aquél dios todo poderoso. Aunque si tuviera un hijo le enseñaría este grandioso arte.

-Hola-. Me saluda otra de mis víctimas, claro que ella aún no lo sabe.

-Hola-. Le respondo y le sumo un pequeño beso, hay que parecer convincentes. Además, sus labios saben bien.

-¿Qué haces?-. Se acurruca en mi pecho.

-Pensando-. Respondo algo seco. Obvio ella no sabe a lo que me dedico. Sería estúpido.

Es una de esas hijas de mami y papi que se creen superior a todos solo por tener dinero. Esa gente me da asco pero debo tolerarlo si quiero cumplir mi objetivo. Además, es bueno ya que ella es quien paga todo.

-¿Salimos?-. Menciona después de varios segundos de silencio.

-¿A dónde quieres ir?-.

-¿A dónde quieres que te lleve?-. ¿Ven a lo que me refiero?

-Vamos a la antigua fábrica de acero-. Pido. Hoy será el día en que pondré en marcha la fase final de mi plan.

-¿Para qué?-. Pregunta con confusión.

-¿Qué te he dicho de las preguntas?-. Respondo con molestia. -Quiero sorprenderte-. Añado más calmado, lo último que quiero es que se arrepienta de ir.

-De acuerdo-. Responde. -Voy a alistarme-. Se levanta y mueve su culo de forma exagerada buscando impresionarme. A cualquier otro hombre eso le hubieera exitado pero, a mí, me da asco.

Le pide a Rebert, su chofer, que nos lleve y él, con confusión, accede. Me gustaría decir que me estoy preparando psicologicamente para lo que estoy a punti de realizar pero, he hecho esto tantas veces que ya no necesito prepararme. Solo me relajo y dejo mi mente en blanco hasta llegar.

Una vez allí le pido que le diga a su guarda espaldas que no nos siga. Ella lo hace y nos adentramos hasta que ya nadie pueda veros o escucharnos.

-Bienvenida-. Enciendo la luz dejando al descubierto mi templo.

-¿Qué es esto?-. Pregunta aterrada al ver los distintos artefactos con los que podría ocasionarle una muerte lenta y dolorosa.

-Este, querida, será el último lugar que verás en esta vida?-. Tomo uno de los cuchillos que estaban sobre la mesa y me acerco a ella. -Espero que la hayas disfrutado-.

-¿Qué haces?-. Retrocede a medida que me acerco. -¿Por qué haces esto?-.

-Has sido una mimada, engreida, caprichosa. No te tolero, nunca lo hice. Por eso hoy le haré un favor al mundo y lo libraré de ti-. Me mira asustada y sigue retrocediendo, yo la dejo porque sé lo que está detrás de ella. Esperándola.

-¡Auxílio-. Grita con desespero.
-¡Ayú...!-.

-¿Crees que no me aseguré de ubicar este lugar donde nadie oiga nada de lo que aquí sucede?, ¿De verdad me crees tan estúpido-. Clavo el cuchillo en su estómago. -Fui capaz de meterme en tu vida, enamorarte, sin que sospecharas nada. ¿Crees que no planee hasta el último detalle? Morirás de la forma más terrible, mezclaré la peor forma de matar a alguien, junto con tu mayor miedo.

-Te odio-. Dice una vez quito la mano de su boca.

-¿Crees que eso pueda importarme ahora?, eres nadie, para mí no vales nada, siempre fue así-.

La llevo a la parte de atras de la fábrica, donde solo hay arena y las máquinas para construcción. La lanzo a una fosa que ya tenía preparada, no opone resistencia pero gritará en cuanto empiece a quedarse sin aire, o se de cuenta que en la fosa hay cucarachas esperándola. Subo a una de las maquinas y la enciendo. Tomo con esta un poco de tierra y la lanzo a la fosa. Una vez que termino me bajo para poder apreciar los gritos.

Ahí están, gritos ahogados que erizan mi piel. Me causan escalofrios debido a la emoción. No sé describir lo que siento  ada vez que escucho a alguien gritar así. Debo admitir que no fue mi mejor obra pero. Al menos cumplí mi objetivo.

Ese soy yo, David White, uno más que busca limpiar el mundo de tanta basura, que no tolera a la gente mentirosa, egocéntrica, ambiciosa, esa gente que no vela por los demás, que solo piensa en ella, aquellos que se burlan sin saber la condición. Los racistas, los que menosprecian a los demás o los subestiman. Detesto a esa gente, y aunque todos crean que soy un asesino en serie, la verdad es que solo lo hago para el bien de la humanidad. Y si eres de esas personas que acabo de mencionar mas vale que te cuides, porque estés donde estés juro, por cada una de las personas que yacen en esa fábrica, que terminarás igual, o incluso peor que ellos.