Oye, tú, sí tú, persona de la cual no tengo ni puta idea de cual es su nombre. ¿Crees que está bien ir por allí señalando a la gente y diciéndole que deberían cambiar?, o ¿crees que está bien reirte de otros cuando no has podido corregir tus propios defectos? Dime, ¿qué se siente pasar planeando cada instante de tu vida y, al final, no disfrutar ninguno? Que vida tan patética llevas. Vives en la rutina, siempre lo mismo. Te levantas de la cama y desayunas con afán porque te das cuenta que no te dará tiempo de llegar a tu trabajo, escuela o universidad. Llegas a ese lugar donde pasas de 6 a 8 horas de tu día pero en realidad no quieres estar allí. Estudias y/o trabajas para poder hacer una fortuna, fortuna que nunca llega, y si llega, no alcanzarás a aprovechar ya que, al llegar ese momento, has perdido los mejores años de tu vida. O tú, maldito político, tú eres el que más asco me da. Tú que con tal de tener llenos tus bolsillos te importa un comino pasar por encima de quienes no nacimos en cuna de oro, llenándonos de falsas ilusiones, alimentándonos con promesas que al final terminarás por incumplir. ¿Y para qué?, todo para que al final termines involucrado en un escándalo porque tu campaña fue financiada de forma ilegal y por último tener el descaro de pararte a dar un discurso en el que, con la misma máscara con la que nos prometiste cambios, le pidas perdón al país por haberle fallado.
O usted, señor científico, que es financiado por el mismo político corrupto para crear bombas y otra clase de armas que solo hacen daño al planeta y, al llegar la noche, tener el descaro de agradecerle a un dios al que ha negado (pero que aun así le reza por temor a que exista un infierno donde le toque ir a pagar por todo lo que ha hecho mal) porque su familia aún vive.
Seguramente muchos dejaron de leer porque les importa un carajo nuestra situación actual, sin embargo quiero decirte a ti, persona que siguió leyendo. Gracias, gracias por ser de aquellos que ve las noticias y le duele que nuestro amado planeta este siendo devastado y que nosotros como raza humana vayamos perdiendo poco a poco nuestro criterio, nuestra moral. Gracias por ser de aquellos que al ver la situación en Venezuela, Colombia, Ecuador, Paraguay, Estados Unidos, Siria y muchos otros países a los cuales los medios de comunicación no les dan la importancia que merecen, ser de los que sienten que algo les oprime el pecho, se llenan de lástima y, sin temor a exagerar, lloran. Lloras al sentir pesar , no por aquellas personas desafortunadas sino por saber que vives en un planeta donde los seres humanos, como hermanos que somos, estamos tan divididos siendo incluso del mismo país. Quiero pedirte que no le pongas atención a los errores ortográficos y/o gramaticales de este texto. Sino que valores más que nada la intención y la carga emotiva que lleva, y que te produce. Si te sientes identificado con estas palabras puede ser por dos motivos, y es que puedes pertenecer a uno de los dos tipos de personas que he mencionado. Si eres de los que mencioné al principio, déjame decirte; sin que sientas que te critico, que vas por el camino equivocado. Pero anímate, valora estas palabras que he escrito para ti y supérate, corrígete. Aunque no lo parezca, puedes hacer parte del cambio. Y si perteneces al segundo grupo de personas pues no me queda más que decirte, paciencia, paciencia porque aunque seamos pocos, con pequeñas acciones como esta podemos hacer un cambio. Anímate tú también, expresa lo que sientes, tu inconformidad, tu forma de ver el mundo. Eso sí, aporta también las posibles soluciones.
Quizá no acerté y entre ustedes hay alguno que no pertenece a ninguno de los dos grupos y, seguramente, se sintió mal por haberla juzgado. A ti te pido una sincera disculpa, y antes de criticarme por no haberte incluido, recuerda, yo no soy perfecto. Nadie lo es. Por último quiero decir que, dejemos de imaginar que podemos cambiar al mundo, y empecemos a hacer algo para lograrlo. Este es mi granito de arena. Vamos todos a dar el siguiente paso.

Hijo de Caín