¿Qué somos sin el arte?
Nuestra historia comienza en una sala de reuniones corriente. Pero si uno observara con atención se daría cuenta de lo poco corriente que era la sala tanto por el recinto en sí como por la gente que allí se reunía.
En la enorme sala circular se reunían todos los personajes que has amado. Peter Pan estaba de pie en su silla, también estaba Robin Hood con su arco, y Alicia con su vestido azul esperando al conejo, que no tardó en aparecer corriendo mientras miraba su reloj. Cenicienta, Bella, Blancanieves también se encontraban allí mirases donde mirases había alguien conocido. Los X-men, el Capitán América, Sonic, el comandante Shepard, personajes muy diversos se encontraban allí. También podemos encontrar a todos los personajes que has odiado alguna vez: Garfio, Maléfica, la reina de corazones, Robotnik, Cruella de Vil etc. ¿Y cuál era el motivo de esta inusual reunión? Pronto lo íbamos a descubrir porque Magneto subía al estrado a hablar llevaba su casco, sus botas y un gesto serio. Llegó al atril y miró a los innumerables personajes que allí se encontraban.
- ¡Damas y caballeros, héroes y villanos! Durante décadas, siglos y milenios hemos nacido de la imaginación de los hombres y ¡hemos sido utilizados para su ocio! Si alguien abría un libro, un comic o jugaba a un videojuego allí estábamos nosotros, ¡recibiendo palizas! – Señalo al Joker que asintió con la cabeza- ¡Siendo mutilados! – Señalo a Garfio, a Barbanegra, a Darth Vader, a Luke Skywalker - ¡Hemos sufrido por culpa de los que nos crearon! ¿Y para qué? ¡Para ser olvidados, - señalo al Quijote, al Cid campeador, a Pocahontas – O para cambiarnos drásticamente!
- ¡A mí me hicieron ciborg! – Gritó cenicienta.
- ¡A mí me pusieron de rojo escarlata! – Se quejó Peter Pan.
- ¡A mí me hicieron pelear como una guerrera! – Chilló Blancanieves.
- ¡Y yo he pasado de bueno a malo tantas veces que ya no sé quien soy! – Exclamó magneto mientras golpeaba el atril.
- ¡Yo estoy harto de que me maten! – Gritó Romeo, secundado por Julieta – En cada representación, y no hay pocas. ¿Sabéis lo que es morir una y otra vez?
- ¡Somos ejemplos de justicia! – Gritó Robin Hood.
- ¡Y es justicia que suframos por ello! – Respondió Magneto y todos corearon. -¡Por eso en este día propongo una huelga indefinida de personajes!
Y la sala se llenó de aplausos y signos de aprobación.
Damián se despertó temprano para ir a trabajar. Cogió un libro al azar de su estantería, las páginas estaban en blanco. Hacía ya una semana que los libros se habían quedado sin palabras. Y no solo los libros, en los comics no aparecían dibujos, en los videojuegos solo aparecían los menús iníciales. Al cine y al teatro le ocurría algo similar los actores eran incapaces de interpretar a los personajes. Incluso la música había sido afectada, ya no había sentimiento en sus notas.
Damián suspiró con resignación, cerró el libro y lo colocó en su sitio. Siguió con su rutina habitual, se duchó, ¡que tristes eran las duchas sin poder tararear una canción!, desayunó y se lavó los dientes. Hecho esto se vistió cogió su portátil y salió a la calle ruidosa. Eran ruidos monótonos, ruidos sin más no había alegría no había emoción. La gente caminaba cabizbaja como el propio Damián, hacían lo que tenían que hacer, iban a trabajar recogían a sus hijos, etc, pero el resto del tiempo se quedaban quietos en sus casa sin saber qué hacer.
Damián se puso sus cascos de música, solo sonaban notas, notas y nada más. Sin ninguna muestra de humanidad en ellas Damián apagó la música y llegó a su trabajo. Siempre la misma rutina, sin sorpresas, sin alegría, sin esperanza solo rutina.
Damián se despertó en mitad de la noche tras un largo día de trabajo. Sin música, juegos, ni libros ni nada con lo que entretenerse se había ido antes a la cama. Encendió la luz y volvió a coger un libro de la estantería, nada en blanco. Lo dejó en un sitio, cuando iba a apagar la luz lo que vió le asustó.
Robin Hood, El comandante Shepard, el Capitán América y Buffy estaban en su habitación. Damián estaba estupefacto.
- Necesitamos tu ayuda chico – dijo sin rodeos el Capitán América.
- ¿Qué? No eres real no existes. – Damián afirmó incrédulo.
- Somos reales nacimos de vosotros los hombres y si no hacemos algo tanto nosotros como la humanidad perecerá. – comentó Shepard.
- Si chico he vivido muchos apocalipsis, pero esto lo supera. - añadió la cazavampiros.
- Como comprenderás no podemos permitirlo ¿Y tú tampoco verdad? Todos los días miras los libros con la esperanza de encontrar algo en ellos. Lo sabemos lo hemos visto. Eres el único que no ha tirado la toalla – explicó el arquero – Eres junto con nosotros, el único que lucha.
- ¿Qué tengo que hacer para que vuelvan los personajes, las palabras y las emociones? – Preguntó Damián levantándose decidido de la cama.
Damián no se podía creer el espectáculo que se mostraba ante sus ojos. Se encontraba en la gran sala de reuniones circular, y todos los personajes que conocía estaban allí, Mickey Mouse, Drizzt Do'Urden, Sherlock Holmes, Katniss incluso estaban mujeres de canciones como Angie o Roxane, ¡no sabía cómo lo sabia pero tenía la certeza que eran ellas! Damián no daba crédito. Estaba emocionándolas manos le sudaban, ¿porqué querrían el capi, Robin Hood y Shepard que diera un discurso? ¿Precisamente él? ¿Cómo podría articular palabra viendo criaturas como Smaug, Fujur o Aslam?
Estaba ensimismado en sus pensamientos cuando Shepard se dirigió a los presentes.
- ¡Compañeros, amigos y enemigos! ¡Os hemos reunido aquí para detener esta locura! – Gritó el comandante con sentimiento – os he traído a alguien que conoce bien las consecuencias de esta huelga. Un testimonio que espero que os haga cambiar de opinión.
La sala se lleno de un murmullo de incomprensión e incredulidad cuando Shepard señaló a Damián y este poco a poco se acerco al estrado Shepard aplaudió al chico y el resto de la audiencia aplaudió, era un aplauso extraño pues cada uno aplaudía como podía, se oía rechinar de metal, de ganas mezclado con aplausos normales. Y delante de todos Damián ¿Qué podía decir él? ¿Qué podía hacer para cambiar la opinión de tantos personajes? Damián respiró se acercó al atril y al mirar a todos los personajes queridos y odiados reunió el valor.
- El mundo ha conocido días oscuros, días difíciles. Ha vivido guerras, hambrunas y tristezas ¡Pero no ha conocido una era tan triste como la de hoy. ¿Dónde están las alegrías, los sueños de la gente, las esperanzas? Ya no se escuchan las risas de los niños, no hay amantes mostrando su pasión en las calles, ¿Y que puede haber ocasionado esto? – Damián miro a la sala sorprendido al escucharse a sí mismo – Vosotros, vuestra huelga es el fin del mundo conocido. Sois fruto de la mente de los hombres, de sus emociones y sin vosotros estamos perdidos.
Sé que sufrís porque los humanos también lo hacen. Sufrís, habéis visto la muerte y destrucción. Algunos no sabéis ni quien sois ni hacia donde vais. Pero sois el reflejo del mundo, gracias a vosotros a vuestras aventuras el hombre es hombre. Porque cada vez que alguien esta desolado y escucha su canción favorita se anima, Nietzsche dijo que sin música la vida sería un error. Porque gracias a las novelas el hombre sigue adelante. ¿Qué sería del mundo sin las novelas de Julio Verne? ¿De dónde habrían salido las ideas?
Sois el ejemplo a seguir, cuando alguien tiene un problema lee vuestros comics.- Se dirigió a los comics y villanos de Marvel y DC y tomó fuerzas para seguir.- ¡Y villanos! ¡Esto también va por vosotros! ¿Cuándo os habéis rendido? ¿Cuándo habéis cesado en vuestro empeño? No importa cuántas veces os vencieron siempre volvéis. Porque el bien no existe sin el mal y sabemos valorar las cosas buenas gracias a que el mal acecha.
¡Por eso os pido que dejéis esta locura! ¿Preferís la huelga al color, la alegría, la emoción? El mundo necesita de vosotros, necesita historias de amor, historias conmovedoras. Esta huelga lleva al olvido eterno, porque sin emociones no hay ingenio, sin ingenio no hay progreso y sin progreso estamos sentenciados a la muerte.
Sé que es duro pero merece la pena seguir por cada persona que como yo desea refugiarse después del trabajo leyendo o jugando. ¡Por cada amante, por cada sonrisa de un niño al oír su cuento preferido!- Damián acabo su discurso y el resultado fue unas estruendosa ovación.
Damián se despertó al oír su despertador. Encendió la luz, se restregó con sus manos blancas sus ojos azules. Se despertó y miró a sus libros en su estantería de madera. Abrió uno al azar, y allí estaban las palabras. Damián rió solo era una pesadilla.
Mientras se duchaba y el agua chorreaba por sus cabellos castaños canturreó Happy de los Rolling Stones. El mundo volvió a reír y a sentir. Porque querido lector ¿qué somos sin el arte?
FIN
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