PLUMAS EN EL CIELO


Este no es un relato como los que suelo escribir, con personajes ficticios y mundos imaginarios. No, hoy toca estrujarse el corazón y hablar de mi mascota, que falleció la semana pasada.

Recuerdo el primer día que vi a Plumitas, era un periquito con plumaje blanco salvo por la parte de las patas que era azul, la parte superior del pico era morada. Era un periquito precioso, me lo dieron para hacer compañía a Cipi otra gran mascota.

Yo soy una persona a la que le encantan los animales, y siempre solía sacarlos de la jaula para que revolotearan y se hiciesen más a mí. El primer vuelo de Plumitas no fue afortunado ya que cuando iba a posarse en la parte superior de su jaula no calculó bien y se estampó en la pared, cayéndose detrás de la lavadora. El pobre estaba muy asustado y no podíamos sacarlo. Cipi que era el periquito más inteligente que he visto, se situó en el suelo, entre la lavadora y la pared y empezó a piar. Plumitas siguió la llamada de su compañero y consiguió salir sano y salvo. Afortunadamente sólo se había pegado un buen golpe.

Desde ese día se fue haciendo más a mí, era súper cariñoso y muy manso. Cuando volaba le gustaba posarse en mis hombros y picarme las orejas.

Pero un día volando bajo se calló en el cubo de la fregona. El pobre temblaba de frío. A mi hermano y a mí se nos ocurrió secarlo con el secador de pelo. No tardó en secarse pero con el golpe unas plumas de las alas se le habían caído, y ya no podía volar.

Hasta que le volvieron a tener estuve con él siempre que estaba en casa, pues no había peligro de que huyese por la ventana. Cuando leía, cuando jugaba, cuando estudiaba, lo tenía siempre en mi hombro.

Cuando le volvieron a crecer dejé de sacarlo tan a menudo por peligro a que se escapase y no pudiese volver pero ese vínculo de afecto siempre estuvo presente entre los dos.

Plumi, como le llamábamos todos en la casa de manera afectuosa, se quedó solo, ya que Cipi se escapó porque sabía abrir la jaula. Al pronto llegó Link que era hermano suyo al igual que Cipi. Y pasó muchos años con él. Con broncas peleas, y demás. Link era bastante dominante y tuvimos que separarlos en dos jaulas distintas.

Pero Link murió de tumores y Plumitas se volvió a quedar sólo. Mi madre no quería otro periquito porque le daba pena que se muriesen. Así que Plumi se quedó sólo dos años más.

Yo siempre lo sacaba todos los días para que revolotease. La semana pasada, cuando fui a su jaula a ver qué tal estaba, lo vi en el suelo de la jaula, lo que era muy raro en él. Era ya muy viejecito, tenía 12 años. Lo saqué de la jaula lo llevé a mi cuarto y apenas se movía. Le acariciaba la cabeza y el me respondía a las carantoñas. Yo sabía que no le quedaba mucho de vida y me entristecí mucho.

Esa misma noche Plumitas murió. Murió de mayor, sin dolor con su bonito plumaje intacto. Hace ya una semana que estoy sin él, y aun no me hago la idea de que no volveré a oírlo piar cuando entre a mi casa, que no volverá posarse en mi hombro...

Y este relato de su vida es para él, por aguantarme sin picarme ni una sola vez 12 años, por acompañarme en mis momentos duros. Sólo espero que seas feliz revoloteando en el cielo, porque no me cabe duda que habrás ido allí, dejando tus hermosas plumas flotando entre las nubes, parloteando con Cipi y Link. Gracias por todo Plumi, ha sido un placer conocerte en esta vida.

                                                                                     FIN


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