Teniendo pensamientos inaceptables para una sociedad, viviendo en la monotonía de la ciudad, recibiendo un trato por igual y siendo justificada por mi voluntad. Se especula que no nací para ser digna. Deambulo por la calle siguiendo el sonido de los corazones rotos en busca de refugio. Soy el reflejo de muchos y el escondite de comunes. No es como si pudiera separarme de cada persona, no es como si viviera sin ellas. Deseo eso y otras cosas más, como por ejemplo, deseo poder hablar y que sea escuchada. Vaya sueño frustrado para una simple pena, solo es tiempo de acostumbrarse, siempre me reitero y siempre acepto el loco destino que me tocó en esta vida. No tengo memoria para desdichados, la amnesia progresiva consume cada monstruoso recuerdo que es llenado por otro, peor o quizá pasable, son menos la cantidad y es un alivio. 

Es inaudito sentir dolor ajeno, pero es así. Las gotas siempre caen en mi y yo camino entre ellas, llevando la carga de extraños. Seguí a asesinos, seguí a destrozados, seguí a perros sin razón y hoy sigo a un corazón entusiasta que no ve lo que le espera, un final poco penoso. Todos terminan asi, deberia justificar la conciencia de los seres humanos, pero ya es tarde para pensar, no controlo los movimientos, mas solo soy huellas de actos, actos que de cualquier forma, marcan a este mundo.

-Relato hallado en el viento.

Junio 12, 2019.