Muchas noches me enfoque en aquella pagina, esa red social fue mi perdición. Descuidaba mi vida totalmente y los constantes regaños por parte de mis padres iban en aumento. A principios no entendía el porqué de su preocupación y poco a poco lo fui comprendiendo. Tenía una vida, completamente hecha.

Recuerdos buenos y a la vez ingratos. Alli conoci personas con metas al igual que remordimientos y yo no tenía ni idea de cómo los trataba la vida, porque así como ellos, yo también estaba encerrada en la mía. Encerrada en la burbuja de la manipulación y el control, por ello y sin saberlo fui tomando cada persona que como yo o quizás en peor estado de soledad ocupaban lugar en aquella burbuja que hoy por hoy soy presa. Aunque ya es normal para mi, vivir asi. Cuando me aleje de ellos, fue por una buena causa, no podía seguir tomando el cariño que me daban porque asi como llegue, cualquier dia me iría. No hubieron explicaciones, y aunque duela, asi debe ser. La vida supongo que nos hace lo que somos, y la vida misma me ha enseñado que no debo aferrarme a nada, así no sufrir más de lo que ya he sufrido. He creado mi propio caparazón ante el amor, ante la amistad y el dolor. 

Y aunque no vuelva a saber más nada de aquellos buenos seres, espero que algun dia sus remordimientos se vayan y las escasas esperanzas se transformen y llenen por completo su vida. Yo, por mi lado seguiré en la misma utopía, seguiré explorando cada sitio claramente recordando cada momento de alegría que brindaron a esta solitaria joven. Tampoco se si algun dia nos volvamos a encontrar, quien sabe, quiza si o quizá no somos merecedores de otra charla, de otro momento melancólico u otro espacio de efusion. 

Al final, el recuerdo, es lo que queda. 

-Relato hallado en un baúl sin nombre.

Junio 2, 2019.