Ahí me encontraba yo, esperando respuestas sobre lo que late en mi. Mi testarudo corazón le han clavado un ancla, afilada con mucho valor por quien la ha incrustado. Han tirado su inconfundible armazón al mar y que sin esperar algo, se ha quedado fija en lo profundo de mis recuerdos. Un barco sin nombre o tal vez sin rumbo, ha navegado por el colosal azul, dándole a mi yo un nuevo resplandor..delicados roces de olas la han contribuido a olvidar la dolorosa espera que, a pesar del tiempo, sigue intocable e inmune ante lo malo. Porque hace tiempo he necesitado algo como esto, susurrando ondas a mi oído que en sueños solo percibo..presencia cálida y majestuosa representan como un abrazo acogedor, signo de paz y armonía.  

Potentes vibraciones penetran el sólido material que perfora con intensidad mi coraza y que crea solemnidad y tranquilidad a mi vida tan llena de soledad. En mi imaginación trazo el final de la bella cuerda que arrastra consigo mi destino y las piedras que andan conmigo. Estática siento tu arduo toque cada vez dentro, te siento tanto que la sombra de tu gran estructura tapa las angustias que poseo. No se como ha llegado hasta aguas profundas, mas solo ha permanecido quieto sin saber su paradero. La gran luz que veo desde la superficie da señal de un buen dia, dia para saber de su existencia. Desde mi perspectiva, la línea que separa  es tan delgada que pareciera alcanzable, pero son las mismas mareas y turbulencias que detienen los torpes movimientos. He de decir que estoy completamente tranquila con su presencia y las pocas noticias que se; y que pese a lo lejano o imposible que esté a la gran luz, la sonora bocina suena en alguna parte, esperando mi llegada para echar a andar juntos y así mismo, agradecer por haberme encontrado. 

-Burbujas de ensueño. 

Septiembre 9, 2019.