Reparar tu corazón
Suspiró, con los ojos llorosos, antes de tocar la puerta de la casa de su amiga. Hoy era San Valentín y había sido invitada a una fiesta organizada por Dawn, donde la mayoría de sus amigos y conocidos se encontrarían. Pensó mucho en no ir, no se sentía capaz, pero a última hora decidió que sería buena idea despejarse de sus problemas.
Drew había terminado con ella.
No puede creer que solo habían pasado dos días de dicho evento, pero sentía el corazón romperse en pedacitos cada vez que a su mente le llegaban esos recuerdos. Sus amigos aún no lo sabían, así que supuso que esperarían que ella viniese con él, cosa que en parte la hacía sentir más avergonzada de estar ahí.
- Tú puedes, sí que puedes. - se repetía a sí misma mientras tocaba el timbre.
Le abrieron la puerta y ella sonrió como si sus sentimientos fueran de felicidad. Caminó hasta el jardín donde era la fiesta, saludando a unos, abrazando a otros y evadiendo preguntas respecto al peliverde. Se sentía abrumada entre tanta gente, pero rogaba porque al menos pueda olvidar todo por hoy. Vio a lo lejos a su amiga de Sinnoh, quien estaba en plena batalla Pokémon con Misty, así que decidió que las saludaría después mientras se dirigía a un asiento algo alejado del tumulto que se había formado por sus dos compañeras.
Sus ojos volvieron a cristalizarse. Pensó en lo bonito que hubiese sido estar con Drew aquí, abrazados y diciéndose lo mucho que se amaban. Seguro que él haría aparecer una rosa y se la daría, como siempre hacia, ella feliz la aceptaría y diría lo mucho que lo amaba...
Pero en vez de eso, frente a ella apareció una paleta, llevada en manos de un chico a quien conocía demasiado bien.
- ¡Me alegra que hayas venido, May! - la aludida agarró el dulce mientras el chico se sentaba a su lado, sonriente - Que extraño que no estés mirando la batalla de Dawn y Misty.
- Eso debería decirlo yo de ti - responde, fingiendo nuevamente su sonrisa e intentando que no viese sus ojos - Seguro que quieres ser el siguiente en pelear, ¿No?
- ¡Pues sí! - grita, enérgico - Pero... La princesa de Hoenn está triste y me preguntaba por qué.
Ella entonces se digna a observarlo, notando como el rostro del chico reflejaba preocupación genuina. Intenta hablar pero su garganta le duele al querer pronunciar el motivo de su tristeza, no haciendo más que volver a observar el piso.
- May, lo siento, no quise hacerte recordar algo feo.
- Drew terminó conmigo. - y se echa a llorar.
Ash ahora abraza a su compañera de viajes mientras esta entierra su cabeza en su pecho, para que sus lamentos no sean escuchados por los otros invitados. Se siente impotente, enojado, irritado y todos los sentimientos relacionados a la frustración que puede experimentar ahora, porque algo que descubrió que detestaba con el alma era ver a su querida May con el corazón roto... Y ser incapaz de hacer algo al respecto.
Ahora, lo único que el chico inexperto en el amor podía hacer por su amiga era acompañarla en su pesar. La abrazó lo más fuerte que podía, sintiendo como los brazos de ella se aferraban más a él, y deseando que la batalla entre sus dos excompañeras de viaje siga durando para que no vengan a llenar de preguntas a la indispuesta castaña.
Algunos minutos después, May se suelta de Ash y limpia su rostro con sus manos, mientras el azabache agarra la paleta de fresa que le trajo.
- Lo siento, no quería hacer una escena.
- Está bien. - dice el de Kanto, devolviéndole el dulce - Él se lo pierde, May, eres increíble.
- ¿Eso lo has sacado de alguna página sobre "¿Qué decirle a tu amigo al que acaban de terminarle?"? - ríe ella, ante el sonrojó que comenzaba a aparecer en las mejillas del chico.
- ¡Salió del corazón!
May vuelve a reír y esta vez con más fuerza. Ash, el ver dicha escena, sonríe con ternura al notar que ella, aunque sea por unos instantes, está alegre.
- Muchas gracias, Ash, sé que siempre puedo contar contigo.
- Y yo contigo. Pero ¡Hey! Esto es una fiesta, ¡Hay que divertirnos!
- Tienes razón, pero no me siento al cien por ciento ahora. - muerde la paleta y sus ojos brillan - Aunque debo admitir que esto está delicioso.
Ver a May tan vulnerable le duele de cierta manera, pero ver sus ojitos iluminados le devuelven las ganas de hacerla feliz del modo en que sea posible.
- Empecemos paso a paso - él se para y le ofrece una de sus manos, ante la curiosidad de la chica - Vamos primero a lavar tu rostro. Después podemos bailar, aunque soy pésimo en ello... ¡Oh! ¡Tengamos una batalla doble! Estoy seguro que Iris y Clemont aceptarán ¿Qué dices?
Una sensación de calidez invade ahora a la coordinadora. Piensa por un momento en la increíble persona que es el azabache, y lo afortunada que se siente de tenerlo a su lado.
- Estaré encantada de que seas mi Valentín hoy.
- Y tú de mí... ¿Qué significa exactamente?
Ambos vuelven a reír.
May toma la mano de Ash y la aprieta con fuerza, sonrojando al de Kanto quien no entiende del todo por qué se siente así y pensando que es por verla feliz. Comienzan a caminar entonces uno al lado del otro, ansiosos por disfrutar y olvidarse de las penas hasta que el dia se esfume por completo.
Quizá Ash no pueda reparar su corazón ahora, pero sentó las bases para que May pueda volver a darse la oportunidad de amar en el futuro.
Primera historia de este libro ajdkskfhsk me emociona, empecemos a lo grande el mes donde Evie se vuelve más vieja cada año >:3 ( :'v ).
Espero les haya gustado :)
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