Perdón🩹

Siempre he creído que perdonar es una falta de tiempo, que perdonar a alguien es otorgarle paz cuando no la merece.

Toda conducta que presentamos al crecer son aprendidas en la infancia, asi también como todo aquel trauma que nos persigue. Pero mi madre siempre me dijo que perdonar es sanar uno mismo, que es quitar un peso de encima de tus hombros y siempre le creí. Pero nunca pude seguir su consejo.

Fue hasta que mi drogadicto y desobligado padre murió. 4 años estuve sin vivir con el, sabía que estaba bien por su propia familia, y vagamente lo vi un par de veces. Delgado, viejo, acabado.

Recuerdo con exactitud la última vez que nos vimos en vida, en el puente que solía recorrer muy seguido para llegar a la universidad, el venía, yo iba, quité mis audífonos, el su cigarro de entre sus labios, algo me dijo, es borrosa su voz en el recuerdo, pero ese día mi orgullo ganó contra mi empatía e ignore cada palabra que me dijo, lo mire, me despedí, y seguí mi camino sin siquiera hecharle una última mirada.

Debo confesar que ese día apenas lo platique me sentí orgullosa, me sentí poderosa, no me pare a pensar en las consecuencias.

No volvimos a coincidir más, no me busco, no lo busque, no me habló, no le hable.

Y luego, el 20 de febrero 2022 sobre la madrugada mi cel timbro, mi tío, entre la voz ahogada pude entender todo, se acabó.

Mi padre murió.

Cada historia sobre su muerte y sobre los días anteriores a esta era peor. Solo alimentaban mi apestosa conciencia.

El primer día después de su velorio volví a casa, llore hasta morir en vida con mi madre, le grite, le exclamé con odio que no se podía ir, repetí incansablemente que no le perdonaba. Enferme, había algo en mis hombros que pesaba todo el día, mis ojos estaban hinchados desde comenzar el día hasta terminar.

El segundo día, no fue menos peor, ya podía sentí el vacío en la boca de mi estómago, ya podía sentir el no perdonar, y era como mi madre decía, me pesaba más a mí que a él estando muerto.

Le perdone, le llore como una hija, le llore como una persona que comete errores, le llore implorando que no se fuera como es común ver en los velorios. Le suplique como jamás había hecho, le reproche, le pedí perdón, pero nada cambio.

Ni siquiera me ha visitado y ya han pasado 2 semanas.

Pero mejore, me sentí bien, me sentí en armonía, me sentí con paz el saber que ahí donde está se siente bien, ya no sufre y sabemos dónde estará siempre.

Y llegué a la conclusión de que perdonar no es perder tu orgullo, no te hace menos persona el hacerlo, tampoco es darle paz a la otra persona, simplemente la paz es para ti.

Poco a poco la tranquilidad de una u otra forma llegan a tu vida. Recibela, créeme que la mereces.

Así que perdona, no esperes a que mueran y debas llorar una tumba, perdona en vida, sana tu, ten paz tu, ya que la otra persona arregle su conciencia como quiera. Aquí importas tú, y luego ayudas a los otros.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top